Diez mil millones de dólares inyectará el gobierno chino a Argentina para que este país pueda seguir interviniendo en el mercado cambiario y defender el nivel de precios establecido por el gobierno. La presidenta Cristina Fernández hizo un llamado explícito al instituto emisor hace dos semanas para defender un nivel de 3,7 pesos por dólar. Aunque la autoridad monetaria no ha entregado detalles sobre sus egresos, los observadores calculan que ha llegado a gastar hasta US$ 100 millones diarios en las últimas semanas.
Aprovechando su asistencia a la cumbre anual del Banco Interamericano de Desarrollo; que se está celebrando en Colombia, las autoridades argentinas anunciaron la firma de un acuerdo recíproco de swaps de cambio por US$ 10.200 millones con el Banco Popular de China. Después de que el pacto entre en vigor, Argentina podrá pagar importaciones chinas con yuanes, lo que le permitirá destinar las reservas del banco central en dólares para mantener la meta cambiaria.
Para Argentina, la línea de crédito se da en un particular clima de tensión, donde el peso se ve debilitado por el adelantamiento de las elecciones parlamentarias, la confrontación con los productores agrícolas y la presión por el fortalecimiento del dólar a nivel mundial debido a la prolongación de la crisis financiera. Los precios de los commodities como el maíz y la soya, que son claves para las exportaciones argentinas, cayeron ayer a su menor nivel en dos semanas en medio de signos de derrumbe en la demanda. Para China, el acuerdo es el sexto de este tipo, y marca su ingreso como país miembro al BID.
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