“durante mucho tiempo hemos creído que cabría evitar la recesión e impulsar el nivel de empleo disminuyendo los impuestos e incrementado el gasto público. Sinceramente, debo confesar que tal opción no es defendible y que, mientras se recurrió a ella, sólo sirvió para inyectar mayores niveles de desempleo. Tal es la historia de los últimos veinte años”.
Con este hecho, Callaghan marcó el repudio a las políticas económicas que aplicaban los gobiernos occidentales desde la Segunda Guerra Mundial y desafió a las políticas keynesianas. Fue el primer golpe del Neoliberalismo que después sería profundizado por Margaret Thatcher, Reagan y Pinochet.
Ahora que el actual modelo se cae a pedazos, y donde los gobiernos deben intervenir para evitar su parálisis, ¿quien será el primero de los gobernantes en decir?:
El actual modelo económico que se ha desplegado por el mundo en los últimos 30 años ha fracasado. Lejos de llevar a una sociedad más justa y equitativa, ha incentivado el egoísmo y el lucro, ha incrementado la pobreza y la concentración de la riqueza; y lejos de provocar un crecimiento sostenido y un nivel de empleo saludable, ha condenado a dos tercios de la humanidad a la exclusión y el pauperismo social.Esperemos -por el futuro de la humanidad- que alguien pronto se atreva.
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