Una mirada no convencional al modelo económico neoliberal, las fallas del mercado y la geopolítica de la globalización
miércoles, 18 de junio de 2025
¿Recuerdas a Zelensky?
Andrea Zhok, Sinistra in Rete
Tres días de conflicto entre Israel e Irán y el mundo se ha olvidado del pobre Zelenski. ¿Recuerdan a Zelenski? ¿El que ganó "Bailando con las Estrellas"? ¿El que lleva tres años con la misma camiseta verde? Pues bien, lo que ocurre es que, en cuanto las cámaras se pusieron en marcha, el flujo de armas y financiación (sobre todo estadounidense) se detuvo de inmediato. Instantáneamente. Y las mismas actividades estadounidenses de inteligencia e información satelital ahora deben reorientarse, al menos parcialmente, hacia Oriente Medio.
Y a pesar de la actitud belicosa de von der Leyen y de la amenaza de desatar un Kallas hidrofóbico en el frente ruso, en verdad, si se relaja la contribución estadounidense, las horas de Ucrania están literalmente contadas.
Ahora, gracias a la incontinencia supremacista de Israel, el juego en el tablero de ajedrez internacional se ha vuelto de repente terriblemente complejo y en parte caótico.
Estados Unidos, al ser un representante israelí (y no al revés), defenderá a Israel a toda costa. Esta es la única razón por la que Netanyahu se ha atrevido a tomar una medida potencialmente devastadora para su país. Sin el apoyo logístico, los suministros, la información satelital y las intercepciones estadounidenses, Israel no tendría ninguna esperanza en una guerra convencional prolongada con Irán. Pero Netanyahu sabe que cuando la situación se agrave, el Tío Sam intervendrá directamente.
Esta es la razón de la táctica de respuesta iraní, que es una estrategia de ojo por ojo al milímetro: Irán siempre responde atacando exactamente los mismos tipos de objetivos que Israel acaba de atacar: tú atacas un centro de investigación, yo ataco un centro de investigación; tú atacas una infraestructura energética, yo ataco una infraestructura energética; tú atacas los centros de mando militar en la capital, yo también, etc. El objetivo de esta táctica es hacerse predecible y, de esta manera, hacer entender a la otra parte que no hay intención de exagerar y que basta con que cesen los ataques para alcanzar una tregua. Irán actúa así porque sabe que no puede vencer completamente a Israel, ya que Estados Unidos no lo permitiría.
Pero hay otro contexto a considerar, representado por los BRICS, digamos, pero en realidad por sus dos socios mayoritarios: China y Rusia. Ambos saben que una derrota estratégica iraní sería catastrófica para cualquier intento de perfilarse como contrapotencia al Occidente liderado por Estados Unidos. Ambos tienen tratados de colaboración y cooperación con Irán, y China tiene un interés vital en la ruta terrestre que está preparando hacia Occidente, y que tiene a Irán en su centro. Sin embargo, ninguno de los dos países tiene bases militares cercanas ni fronteras directas. Por lo tanto, cualquier apoyo a Irán tiende a ser vergonzosamente visible. Rusia, además, aún tiene que lidiar con el problema de Ucrania, que, aunque se está acelerando, continúa drenando enormes recursos. El apoyo de China y/o Rusia podría llegar a través de Pakistán, que mantiene buenas relaciones con Rusia, aspira a unirse a los BRICS y no ve con buenos ojos encontrar a un Israel victorioso a sus puertas.
Pero todas ellas son acciones improvisadas, porque el Orden Multipolar sigue siendo en gran medida una idea filosófica, no una alianza operativa.
Aquí, como siempre, la variable fundamental es el tiempo.
Cuanto más dure el conflicto entre Israel e Irán, más débil será la posición del bloque estadounidense-israelí: Israel es incapaz de soportar un nivel de destrucción ni siquiera remotamente similar al que está acostumbrado a infligir a sus enemigos.
Al mismo tiempo, cuanto más tiempo pase, más vías se podrán encontrar para que Rusia, pero sobre todo China (a través de Pakistán) brinde apoyo estructural a Irán.
Y cuanto más tiempo pasa, más fáciles se vuelven las cosas para Rusia en el frente ucraniano.
El problema es que EEUU entiende perfectamente que el tiempo juega en su contra y que corre el riesgo de encontrarse con una doble derrota estratégica en sus manos, algo que podría cambiar el destino de la hegemonía mundial en un futuro próximo.
En ambos frentes, el ucraniano y el de Oriente Medio, se está jugando un mismo juego, en el que quien pierde entra en un camino en el que ya no quedan cartas importantes que jugar.
Bueno, también en vista del masivo desplazamiento de las fuerzas aéreas estadounidenses a Europa, mi temor para los próximos días es que Estados Unidos intente pisar el acelerador en uno o quizás ambos frentes. Por ejemplo, un ataque de falsa bandera contra algún activo estadounidense podría darle a Estados Unidos una excusa para iniciar el conflicto de inmediato (más probable en Oriente Medio, pero no se puede descartar el frente ruso).
Cuanto más conflictivo sea el frente estadounidense-israelí, más peligroso será para el resto del mundo, porque su código utilitario hace que cualquier acto sea idealmente aceptable, sin escrúpulos morales, siempre que prometa más beneficios para ellos que costos.
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