viernes, 25 de abril de 2008

Crimen organizado mueve 20% del PIB mundial


Un informe dado a conocer por el FMI y el Departamento de Justicia de EEUU señala que el crimen organizado como el que nos muestra la película Promesas del Este de David Cronenberg, y cuyo comentario invito a ver aquí, mueve el 20% del PIB mundial y controla “posiciones significativas” de materiales estratégicos y de energía global. Según ese informe, estos grupos manipulan intercambios de valores, corrompen sistemáticamente a funcionarios públicos, y conducen a fraudes financieros para robar miles de millones de dólares. Utilizan redes de computadoras para localizar a las víctimas y proveer apoyo logístico para terroristas y servicios de inteligencia en el extranjero.

El economista canadiense, Michel Chossudovsky, señala que el producto obtenido por la delincuencia organizada supera al de las 500 principales empresas de Fortune, ya que las organizaciones criminales colaboran con las empresas legales, invirtiendo en una variedad de actividades legítimas que les garantizan no sólo una cobertura para el blanqueo de dinero sino también un medio seguro de acumular capital fuera del ámbito de las actividades criminales.

El informe del FMI coincide con otros analistas al destacar que los principales dirigentes de esta economía ilícita son oligarcas rusos y que pese a la lucha férrea contra la droga, ha habido un auge de las mafias en los últimos veinte años. Joseph Stiglitz también ha denunciado que los mafiosos aprovechan desde las privatizaciones (por lo general hechas a espaldas del conocimiento público) hasta el tráfico de drogas y armas.

Recientemente, en Ginebra siete jueces europeos alertaron sobre el avance de la mafia organizada apoyada por los poderes políticos y las multinacionales de las finanzas y los negocios. Italia, uno de los países miembros del Grupo de los Siete, está económicamente paralizada, pero la mafia hace grandes negocios que le permiten una facturación anual de 128 mil millones de dólares. El crimen organizado se divide en numerosos clanes y se considera “la primera empresa italiana”, pues acapara el 7 por ciento del PIB, cifra que pasa por el filtro mafioso como dinero silencioso, que en parte es producto de imponerle a las tiendas minoristas un pago para seguir funcionando sin problemas.

Las organizaciones criminales rusas cooperan con las otras mafias italianas y colombianas, producto de la transición hacia el capitalismo de la antigua Unión Soviética. Estudiosos del tema estiman que 50 por ciento de la economía rusa es parte del mercado negro y hacen notar el cambio de la época gangsteril en las calles de Chicago, a una forma más sofisticada donde los sindicatos del crimen han ganado sistemáticamente respetabilidad al implicarse cada vez más en empresas ordinarias cuyo verdadero protagonismo no se hace público.

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