A propósito de toda la trifulca que se ha armado con China, el Dalai Lama y la situación del Tibet, es útil la información de Jean Paul Desimpelaere que publica hoy Rebelion. En ella se da cuenta de la falsedad de muchas informaciones que circulan por el mundo sin que nadie ponga atajo.
En primer lugar, el Dalai Lama ha sido un empleado de la CIA desde su "exilio" en 1959 recibiendo la módica suma de 180 mil dólares anuales y 2 millones de dolares adicionales para sus obras "beneficas" (entre ellas desprestigiar a los Chinos). Gran parte del reportaje se basa en declaraciones de Patrick French, nada menos que director de la Campaña por la Independencia del Tibet.
Cuando French consultó los archivos del gobierno del Dalai Lama en el exilio, se llevo una gran sorpresa al descubrir que las pruebas del supuesto genocidio tibetano perpetrado por los chinos eran falsas. En los años sesenta, bajo la dirección del hermano del Dalai Lama, Gyalo Thondrup, se recogieron testimonios entre los tibetanos refugiados en India. French comprobó que las cifras de muertos se habían añadido al margen posteriormente... y un mismo choque armado narrado por cinco refugiados distintos, se había contabilizado cinco veces y todos los hechos se habían multiplicado por diez o por 20. Así fue como la cifra de 1,2 millones de muertos por culpa de los chinos dio la vuelta al mundo.
French afirma que eso es sencillamente imposible, ya que todas las cantidades correspondían a hombres y entonces sólo había 1,5 millones de tibetanos varones, por lo que hoy en día apenas quedarían unos pocos. Pero la población ha aumentado hasta cerca de 6 millones de habitantes, el doble que en 1954. Una cifra proporcionada tanto por el Dalai Lama como por las autoridades chinas, esta vez asombrosamente de acuerdo. French, por cierto, presentó su renuncia a la Campaña de Independencia del Tibet.
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