lunes, 16 de noviembre de 2015

París y los atentados, ¿de qué guerra hablamos?

Santiago Alba Rico, Público.es

Entre las víctimas de la sala Bataclan había extranjeros: españoles, rumanos, belgas y también tunecinos y argelinos, muy probablemente musulmanes. Entre los franceses sin duda habrá también hombres y mujeres de origen árabe y musulmán. Todos ellos tenían algo en común: ganas de bailar, beber y reír. A los que tratan de encontrar una explicación ideológica en el atentado a partir del comunicado de Daesh hay que decirles la verdad, mucho más inquietante: el atentado es un dantesco acto publicitario y una orgullosa, lúcida y “revolucionaria” declaración de guerra a la moral “burguesa”: os matamos sencillamente porque estáis vivos. El hecho de que las víctimas rieran, bailaran y bebieran es importante, pero no porque se trate de prácticas haram, según una estrecha interpretación del islam, sino porque las convierte en personas normales con las que todos podemos sentirnos identificados y, a través de ellas, también afectados y amenazados.

Entre los verdugos, lo sabemos ya, había franceses. Por ejemplo Ismael Omar Mustafei, de 29 años, nacido en uno de los banlieu de París. Era de esperar. Cualquiera que conozca la situación de los barrios periféricos de las ciudades de Francia tiene que acordarse de esa última entrevista que Pasolini concedió el mismo día de su muerte, hace 40 años, y en la que hablaba de lo que “los burgueses ignoran”. Decía Pasolini: “ustedes no viven en la realidad. Yo sí. Ahí abajo hay muchas ganas de matar”. De esas “ganas de matar” habrá que ocuparse más pronto que tarde si queremos comprender algo y salvar un poco. Si queremos evitar, de entrada, la única guerra que no mencionan ni Hollande ni Sarkozy: la guerra civil en Francia.

Habrá que pensar en los asesinos, sí, pero centrémonos ahora en el dolor -muy nuestro- de la inocencia tronchada. En el dolor, por ejemplo, de Ángela Reina, flamante esposa de Juan Alberto González, 29 años también, ingeniero industrial, con ganas de marcha un viernes por la noche. No nos engañemos. El dolor no sirve de nada. Cada uno lo acarrea como puede sin librarse jamás de él. No es útil. Pero se puede transportar a un sitio u otro e iluminar con él otras conexiones y otros cuerpos. ¿Qué hacer con el dolor insoportable de Ángela y de París? ¿Dónde deberíamos trasladarlo con la imaginación?

La tormenta financiera que se avecina no es más que un efecto del poder empresarial desatado

George Monbiot, Sin Permiso

¿Qué han aprendido los gobiernos de la crisis financiera? Podría escribir una columna deletreándolo. O podría hacer el mismo trabajo con una palabra: nada.

En realidad, eso es demasiado generoso. Las lecciones aprendidas son contralecciones, anticonocimiento, nuevas medidas políticas que apenas sí podrían estar mejor ideadas para garantizar que la crisis vuelva a repetirse, esta vez con impulso añadido y menos remedios. Y la crisis financiera no es más que una de las múltiples crisis – de recaudación de impuestos, gasto público y, sobre todo, ecología – que las mismas contralecciones aceleran.

Demos un paso atrás y veremos que todas estas crisis surgen de la misma causa. A quienes despliegan un poder inmenso y un alcance global se les libera de restricciones democráticas. Esto se produce a causa de una corrupción fundamental en el corazón de la política. En casi todos los países el interés de las élites económicas tiende a pesar más gravosamente antes los gobiernos que los del electorado. Bancos, grandes empresas y terratenientes ostentan un poder que no rinde cuentas, que funciona dentro de la clase política con una palmada y un guiño. La gobernación global está empezando a parecerse a una inacabable reunión del Club Bilderberg.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Terrorismo geopolítico: avión ruso en Egipto, barrio chiíta en Beirut y multiatentados en París

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

En medio de la grave crisis financiera del G-7, el secretario del Pentágono, Ashton Carter, advirtió –siete días antes a los siete execrables multiatentados de París/Saint-Denis– sobre las batallas que vienen con Rusia y China (http://goo.gl/wwTD6m).

El Pentágono alardeó el vuelo reciente de dos bombarderos estratégicos B-52 cerca de las islas artificiales chinas en el ultrasensible Mar del Sur de China (http://goo.gl/E6xkKh), en alta tensión (http://goo.gl/lZwaW4), y en vísperas de la cumbre APEC.

Me llamó la atención un tuit muy sugerente, un día antes del avionazo ruso en el Sinaí, de Zbigniew Brzezinski, teórico de los Balcanes euroasiáticos (http://goo.gl/EMijDC) de su libro El gran tablero de ajedrez mundial: “¿Puede la iniciativa ‘un cinturón, una ruta de China’ tener éxito si explota el Medio Oriente? (https://goo.gl/00rNYw)”

China creó una zona industrial en el corredor del nuevo canal de Suez (http://goo.gl/0Vt95H) que concurre con la iniciativa un cinturón, una ruta de China (http://goo.gl/E4G3X8). ¿Quién busca descarrilar la creativa conexión de Rusia y China con Egipto?

El yuan acelera y China da vueltas a cómo acabar con la hegemonía del dolar

Raúl Castillo, ABC

Decía Einstein que no había que pensar en el futuro porque siempre llegaba demasiado pronto. Algo se mueve en el mercado de divisas aunque de momento sea de manera subterránea: la liberalización de la moneda china y la posibilidad de que en un futuro pudiera fluctuar libremente frente a otras monedas podría ser el primer paso de una batalla que tarde o temprano se librará entre el gigante asiático y los estados unidos: la lucha por la supremacía en la economía mundial.

“Largo me lo fiais”, dirán algunos, pero el contexto de tipo de interés bajos y de expansiones monetarias de los estados que acumulan deudas soberanas “cuasiinfinitas” hace pensar en que, a lo mejor, no nosotros, pero nuestros hijos, verán el “sorpasso” de China como primera potencia mundial sobre USA.

Varias significativas circunstancias se han producido en estos días. La acumulación de oro que está haciendo China, junto con Rusia, es un síntoma de la escasa fiabilidad que empieza a despertar el valor fiduciario del dinero y, en especial, de la moneda reserva mundial que es el dólar. Aun asi oirán a los profesionales de las finanzas decir que no: que el dólar es el dólar y que es “mucho dólar” todavía y más con las subidas que le esperan en los próximos meses cuando se le retire las “sustancias dopantes” de la FED y se normalicen los tipos.

Apocalypse now: ¿ha comenzado ya el próximo crac financiero gigante?

Paul Mason, Sin Permiso

Llegó y pasó el primero de octubre sin apocalipsis financiero. El veterano analista de pronósticos Martin Armstrong, que predijo con exactitude el crac de 1987, hizo uso del mismo modelo para sugerir que el primero de octubre sería un punto de inflexión para los mercados globales. Algunos inversores hasta hicieron apuestas sobre ello. Pero que pasara sin más el crac global pronosticado son buenas noticias hasta cierto punto. Muchos indicadores de las finanzas globales apuntan a la baja y hay quienes creen incluso que el crac ha empezado.

Juntemos las evidencias. En primer lugar, la deuda insostenible. Desde 2007, la acumulación de deuda en el mundo ha crecido en 57 billones de dólares (37 billones de libras esterlinas). Esa es una tasa de crecimiento anual compuesta del 5,3%, que bate de modo significativo al PIB. Las deudas se han duplicado en los llamados mercados emergentes, mientras que suben algo por encima de un tercio en el mundo desarrollado.

John Maynard Keynes escribió en cierta ocasión que el dinero es un “vínculo con el futuro”, queriendo dar a entender que lo que hacemos con el dinero es una señal de lo que creemos que va a pasar en el futuro. Lo que hemos hecho con el crédito desde la crisis global de 2008 es expandirlo más rápidamente que la economía, lo que sólo se puede hacer de modo racional si creemos que el futuro va a ser mucho más rico que el presente.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Francia en estado de emergencia tras los ataques terroristas de ISIS, la milicia financiada por USA


La noche de este viernes la capital francesa se vio sacudida por siete ataques coordinados que han dejado hasta ahora 130 víctimas mortales y más de 250 heridos, 99 de los cuales se encuentran en "estado crítico". Las escenas terribles que llenaron de sangre las calles de París comenzaron poco antes de las 10 pm en siete lugares en forma simultanea. El teatro Bataclan, donde se ofrecía un concierto de los Eagles of Death Metal, una banda estadounidense, fue el más afectado. Unidades policiales paramilitares que irrumpieron en el edificio poco después de las 12:30 am del sábado, matando a dos terroristas, dijeron que encontraron escenas horrorosas en el interior, con más de 100 muertos. Poco antes de la medianoche, el presidente francés, François Hollande anunció que Francia iba a cerrar sus fronteras e impondría un estado de emergencia bajo la ley 1955 que suspende los derechos democráticos fundamentales. Paris quedó bajo estrecha vigilancia militar la madrugada del sábado y las autoridades pidieron a los parisinos permanecer en el interior. Helicópteros de la policía sobrevuelan la zona y la policía paramilitar con unidades del ejército se encuentran desplegadas en toda la ciudad.

De acuerdo a las informaciones oficiales, hubo al menos siete ataques terroristas casi simultáneos, los que probablemente fueron coordinados. Estos ataques incluyen: el atentado en el teatro Bataclan, con toma de rehenes, en el que murieron más de 100 personas. Tres restaurantes y un cine en las cercanías del Estadio de Francia, ubicado al norte de la ciudad, donde se jugaba un amistoso de fútbol entre Francia y Alemania y donde se encontraba el presidente Francois Hollande, viendo el partido. Al sur de ahí, en la Rue de la Fontaine hubo un tiroteo con al menos 5 muertos. Cerca de allí, en los restaurantes Le Petit Cambodge y Le Carillon, hubo otro tiroteo con al menos 15 muertos y mas de 20 heridos en estado crítico. Otros tiroteos ocurrieron en la zona sur de París, el Boulevard Beaumarchais, la Avenida de la République, la calle Charonne, con al menos 25 muertos y 60 heridos.

Las autoridades habían estado al tanto de las amenazas potenciales al principio del día. Una amenaza de bomba telefoneada a mediodía al Hotel Molitor, donde se alojaba el equipo de fútbol alemán, obligó a la evacuación del hotel, que fue sellado con cinta policial. En la medianoche, y tras conocerse la masacre, el presidente Hollande anunció que había ordenado un masivo despliegue de las fuerzas de seguridad y la intervención de los militares. "Tomaremos dos decisiones: el estado de emergencia, lo que significa que varios lugares se cerrarán, y la limitación del tráfico en ciertas áreas", dijo.

¿Hemos interiorizado el fin de la historia?

Raúl Zibechi, La Jornada

El naufragio siempre es el momento más significativo, escribió Fernand Braudel en Historia y ciencias sociales (Escritos sobre la historia, FCE, 1991). En opinión del historiador, mucho más significativos aún que las estructuras profundas son sus puntos de ruptura, su brusco y lento deterioro bajo el efecto de presiones contradictorias.

En los debates de las izquierdas globales, parece haberse esfumado una tensión básica del pensamiento crítico, presente desde los primeros tiempos: la mirada larga en el tiempo, la negativa a jugar todo el movimiento en maniobras tácticas, tener siempre presente el legado a las generaciones futuras.

Durante más de un siglo el movimiento revolucionario en el mundo estuvo enfrentado en dos tendencias que, de forma un poco simplificada, se podían dividir entre revolucionarios y reformistas. Buena parte de la producción teórica de Marx y de Lenin estuvo dedicada a zanjar diferencias con aquellos que llevaban al movimiento hacia su adaptación en el sistema y rechazaban la necesidad de rupturas. Rosa Luxemburgo llegó a escribir, en Reforma o revolución, que la teoría del colapso capitalista es la médula del socialismo científico.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Crisis en Brasil: Petrobrás y la lógica del ajuste

Amílcar Salas Oroño, Alai

Con su Congreso Nacional como indicador emblemático de una crisis que aún no resuelve su destino, Brasil se encamina a cerrar el 2015 con signos inequívocos de falta de coordinación entre sus esferas administrativas – federal, estadual, municipal-, con un salario real promedio en las periferias de las grandes ciudades un 7% más bajo que el año pasado, una retracción económica global de casi un 3% del PBI y un contingente de casi 800 mil trabajadores menos en el mercado de trabajo. Una política económica – la impulsada por J. Levy desde principio de año – que comienza a profundizar la propia fragmentación de los intereses sociales que, frente a la coyuntura, buscan resolver por su cuenta sus circunstancias.

Desde un punto de vista más panorámico, pareciera que en Brasil vuelve a aparecer una de las marcas idiosincráticas de su capitalismo constitutivo: la inorganicidad de las diferentes partes del sistema social, tal como lo han discutido y debatido por décadas sus principales intelectuales. Aquello que había sido una posibilidad medianamente estabilizada de organicidad política - o “conciliación de clases”, para usar un término más clásico- entre industriales y sindicatos, actividades agropecuarias y modernización científica, bancos y consumo popular, etc., durante el período “lulista” (también proyectable a algunos años del primer gobierno de Dilma Rousseff), parece haber entrado en una fase de desagregación. Las posiciones y respuestas empiezan a ser parciales, desarticuladas, lo que alimenta un cuadro general no demasiado auspicioso.

El circo electoral de las elecciones en Estados Unidos

Miguel Marín Bosch. La Jornada

En un año se llevarán a cabo las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Pero hace meses que los precandidatos de los partidos Demócrata y Republicano están en campaña. Es un proceso largo y caro. Piensen en las elecciones federales en Canadá del mes pasado, que se llevaron a cabo tras apenas 11 semanas de campaña. Piensen también que una campaña presidencial en Estados Unidos cuesta ahora arriba de mil millones de dólares.

Los partidos designan a su candidato a la presidencia en sendas convenciones que se llevan a cabo en el verano antes de la elección. Ahí se cuentan los votos electorales que cada uno obtuvo en las distintas elecciones estatales de su respectivo partido. Esas elecciones (llamadas primarias) empiezan a principios del año electoral en Iowa. De ahí pasan a Nueva Hampshire, Carolina del Sur y los demás estados.

Muchos de los candidatos derrotados en esas tres primarias iniciales se ven obligados a retirarse. En otras palabras, un puñado de votantes en Iowa (o Nueva Hampshire o Carolina del Sur) puede determinar el futuro de un candidato.

Para sus campañas los candidatos deben conseguir dinero, mucho dinero. Si las primeras encuestas no les son favorables, las contribuciones a sus campañas empiezan a disminuir y se salen de la contienda. Así le ocurrió al ex gobernador de Texas Rick Perry y al gobernador de Wisconsin, Scott Walker. Este último había sido considerado uno de los favoritos del Partido Republicano.

Cómo el establishment alemán se está beneficiando de la crisis

Vicenç Navarro, Caffe Reggio

En la literatura económica ha habido una amplia discusión sobre la doctrina económica del Estado alemán que supuestamente ha seguido durante todos estos años —el ordoliberalismo—, que se presenta como ejemplo de su éxito. Esta doctrina enfatiza la importancia de la austeridad (déficits públicos muy reducidos e incluso inexistentes), que ha ido presionando para que dicha doctrina se adopte a nivel de la eurozona, indicando que, de la misma manera que ha sido exitosa en Alemania (donde se presentan los indicadores económicos como muy buenos), lo será en los otros países.

Simon Wren-Lewis ha escrito un artículo, German Self-Interest, en Social Europe Journal (19.08.15), que aporta datos y argumentos interesantísimos que niegan que el gobierno alemán haya aplicado tal doctrina, y que el elemento más importante para entender el comportamiento de ese gobierno no es el ordoliberalismo, sino la búsqueda para optimizar sus intereses sin ninguna consideración hacia las implicaciones de sus acciones sobre el resto de la eurozona. Lejos de ser una política solidaria, la política alemana es de una rapacidad sin frenos, lo que ha contribuido en gran medida a la Gran Recesión y al gran retraso en la recuperación de la eurozona. Simon Wren-Lewis señala, por ejemplo, que los mal llamados rescates a Grecia (en 2010, en 2012 y en 2015) no han sido para ayudar a Grecia, sino para ayudar a los bancos alemanes (entre otros), que habían hecho pingües beneficios con la deuda griega. El enorme sacrificio que se ha impuesto al pueblo griego tiene como objetivo salvar a tales bancos.

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