Los gobiernos de Estados Unidos nunca aprenden y esta vez están cometiendo con Venezuela los mismos errores que cometieron en Chile hace 40 años, con Salvador Allende: apoyar a la oposición con armas, dinero y francotiradores a cambio de futuras regalías con el petróleo y otros bienes públicos, como en Chile fue con la desnacionalización del cobre y la entrega del mercado a los capitales estadounidenses que propició la dictadura de Pinochet. El siguiente artículo de Mark Weisbrot fue publicado este martes 18 en The Guardian y reflexiona sobre la crisis que vive Venezuela y el apoyo de Estados Unidos a la derecha opositora al gobierno de Nicolás Maduro
Mark Weisbrot, The Guardian
¿Cuándo se considera legítimo tratar de derrocar a un gobierno elegido democráticamente? En Washington, la respuesta siempre ha sido simple: cuando el gobierno de Estados Unidos lo quiere. No es sorprendente que ese no sea el modo en que los gobiernos Latinoamericanos, generalmente lo vean.
El domingo, los gobiernos del Mercosur (Brasil, Argentina , Uruguay, Paraguay y Venezuela) emitieron un comunicado sobre las manifestaciones de la semana pasada en Venezuela. Describieron "los recientes actos de violencia" en Venezuela como "intentos de desestabilizar el orden democrático". Ellos dejaron muy claro dónde se encontraban. Estos gobiernos expresaron con claridad meridiana:
su firme compromiso con la plena vigencia de las instituciones democráticas y, en este marco, rechazan las acciones criminales de los grupos violentos que quieren diseminar la intolerancia y el odio en la República Bolivariana de Venezuela como instrumento de lucha política.