miércoles, 22 de junio de 2016

La Alianza del Pacífico , Caballo de Troya de la Doctrina Monroe


Germán Gorraiz López, Attac

La importancia de la Alianza del Pacífico fue destacada por el analista y economista Jorge González Izquierdo, quien dijo a la AFP que este bloque en lo político “es un contrapeso al grupo que quiso formar el presidente Hugo Chávez de Venezuela”, en alusión a la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA), integrada por Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, Ecuador, San Vicente y Las Granadinas y Antigua y Barbuda. Así, tras una fachada neoliberal, se escondería un refinado proyecto de ingeniería geopolítca cuya finalidad última sería dinamitar el proyecto político-integracionista representado por la UNASUR e intensificar la política de aislamiento de los Gobiernos progresista-populista de la región, en especial de Venezuela tras quedar huérfana del alma mater de la Revolución Bolivariana (Chávez) así como finiquitar el proyecto integrador económico del MERCOSUR, proceso de de integración económico creado en en 1991 tras la firma del Tratado de Asunción entre Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay al que posteriormente se habría incorporado Venezuela como Estado parte, quedando Bolivia, Colombia, Perú, Ecuador,Chile, Surinam y Guyana como “Estados asociados”.

Dicha estrategia fagocitadora tendría como objetivos a medio plazo aglutinar el Arco del Pacífico para integrar además a Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá e incorporar por último al Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay) , siguiendo la teoría kentiana del “palo y la zanahoria “ expuesta por Sherman Kent en su libro “Inteligencia Estratégica para la Política Mundial Norteamericana” (1949). En dicho libro, Kent afirma que “ la guerra no siempre es convencional: en efecto, una gran parte de la guerra, de las remotas y las más próximas, ha sido siempre realizada con armas no convencionales: [...] armas [...] políticas y económicas. La clase de guerra en que se emplean [...] (son la) guerra política y la guerra económica.” Los fines de estos tipos de guerra fueron descritos por este autor de la siguiente manera: “en estas guerras no convencionales se trata de hacer dos cosas: debilitar la voluntad y la capacidad de resistencia del enemigo y fortalecer la propia voluntad y capacidad para vencer” y más adelante añade que los instrumentos de la guerra económica “consisten en la zanahoria y el garrote”: “el bloqueo, la congelación de fondos,el ‘boicot’, el embargo y la lista negra por un lado; los subsidios, los empréstitos, los tratados bilaterales, el trueque y los convenios comerciales por otro”.

El Brexit y el futuro del neoliberalismo en Europa


Alejandro Nadal, La Jornada

Mañana se decide en el Reino Unido la permanencia o la salida de la Unión Europea. Es una decisión histórica. El futuro de Europa y hasta de la economía mundial pueden estar en juego. Por eso el debate ha sido intenso y, frecuentemente, indecoroso.

Uno de los principales temas que atraviesa la discusión es el de la migración y por ello las acusaciones de racismo han ido y venido entre los que participan en esta controversia. Y si bien el tema de la migración es importante, lo es también la otra gran vertiente del debate: el futuro del neoliberalismo en Europa.

Quizás el punto más trascendental en el debate sobre la salida del Reino Unido de la UE es el de los poderes centralizadores de la Comisión en Bruselas. Ese organismo promovió la aplicación de la mezcla de políticas macroeconómicas más ineficaz que se conoce como respuesta a una crisis que no vio venir y que, por consiguiente, tampoco pudo prevenir. Rindiendo pleitesía a los dogmas más queridos del neoliberalismo y, en especial, al de la austeridad fiscal, la Comisión es culpable de uno de los desastres históricos más espectaculares en Europa desde la segunda guerra mundial. Su terca oposición a una política fiscal flexible que podría haber contribuido a enfrentar la crisis es hoy un ejemplo de libro de texto sobre cómo agravar una recesión. La destrucción de la vida de millones de personas en todo el continente, en especial en los países de la cuenca del Mediterráneo, es resultado de su soberbia e incompetencia, así como la de sus aliados en el Banco Central Europeo (y, dicho sea de paso, en el Fondo Monetario Internacional). Por eso una de las preguntas que se hace buena parte de la izquierda en el Reino Unido es fácil de comprender: ¿por qué permanecer en un esquema neoliberal que ha sido responsable de la destrucción de la economía europea?

El Brexit, una campaña salpicada por la xenofobia

Marcelo Justo, Página 12

A tres días del referendo sobre Europa, el brutal asesinato de la diputada laborista Jo Cox el jueves pasado dejó a los Brexit a la defensiva y produjo ayer la primer defección de alto calibre. La Baronesa Warsi, ex ministra del gobierno de Cameron, señaló que podía haber razones económicas para abandonar la Unión Europea (UE), pero el “odio y la xenofobia” con que se había llevado adelante la campaña la obligaban a cambiar de bando. “Mentiras, xenofobia y odio: esa es la razón por la que dejo “dejar” la Unión Europea”, tuiteó.

Las encuestas siguen cabeza a cabeza, pero los europeístas de “Remain” descontaron la dramática desventaja que se insinuó la semana pasada y empezaron, en la recta final, a sacar media cabeza a sus rivales. La bolsa y la libra esterlina, con esa erótica hipersensibilidad que tienen para estos fenómenos, cerraron ayer al alza recuperando el terreno perdido en la última semana.

El líder del nacionalista británico antieuropeo UKIP, Nigel Farage, que ha personificado en los últimos cinco años la campaña para dejar la UE, reconoció el impacto del asesinato de Cox que lo obligó a retirar un incendiario afiche desplegado poco antes del hecho. En la imagen avanzaba una densa marea humana de inmigrantes de Siria bajo un slogan que decía “Breaking point. We must break free of the EU and take back control of our borders”(Punto de Ruptura. Tenemos que liberarnos de la Unión Europea y recuperar el control de nuestras fronteras”).

martes, 21 de junio de 2016

El Brexit abre la crisis política británica

Isidro López, Püblico.es

Lo que está sucediendo en el Reino Unido en estos días resulta francamente impresionante e inesperado. El referéndum sobre la salida de la UE ha hecho estallar el sistema de partidos y, acto seguido, en un país que parecía pacificado desde hacía décadas se ha desencadenado una dinámica política de extraordinaria visceralidad que ha terminado con la reaparición de la violencia política, el terrible asesinato fascista de Jo Cox.

La primera conclusión acerca del asunto es constatar la fuerza que ha tenido el sistema de partidos turnista británico para contener un malestar social que, evidentemente, no ha nacido con el referéndum sobre el Brexit y que, sólo tangencialmente, tiene que ver con la cuestión europea. La cuestión europea únicamente ha eliminado los ejes sobre los que giraba la política británica. Ha convertido a los partidos, con partidarios del Remain y del Leave en todos los campos, en entidades superfluas que responden a fuerzas sociales externas a ellas.

Dentro de las muchas aristas que tienen estas fuerzas desencadenadas se pueden señalar algunas cosas. El euroescepticismo de las élites inglesas solo puede ser entendido como una fuerza de negociación dentro de la Unión Europea. Desde los tiempos del cheque británico a principios de los años ochenta, el Reino Unido ha amenazado con su salida para provocar transformaciones en un sentido neoliberal de la Unión. Legislaciones fundamentales sobre movimientos de capitales y mercado interior tienen origen británico, mas en concreto en la City. Tanta importancia tienen estas presiones, que frente a un cierto lugar común dominante que señala a Alemania y su escuela ordoliberal como constructora del proyecto neoliberal europeo, más bien se debe hablar de un proyecto conjunto británico y alemán.

"Todos deben saber que Obama y Hillary Clinton causaron el surgimiento del Estado Islámico"


Mientras los estadounidenses se enfrentan una vez más a la amenaza del terrorismo inspirado por el Estado Islámico, ahora "le toca a Donald Trump y a los líderes republicanos asegurarse de que todos sepan cómo Hillary Clinton causó este lío", escribe en un artículo para el portal Breitbart el periodista de investigación Lee Stranahan. Para este periodista,
"una clave para detener esta larga pesadilla del terrorismo islámico internacional es recordar a los votantes estadounidenses todos los días entre ahora y noviembre que las decisiones de política exterior de Barack Obama y Hillary Clinton provocaron el surgimiento del Estado Islámico"
Stranahan recuerda que cuando Barack Obama asumió el cargo de presidente en 2008 con Hillary Clinton como secretaria de Estado, uno de sus primeros pasos en la política exterior fue su discurso en El Cairo, Egipto, donde afirmó, en presencia de los miembros de los Hermanos Musulmanes, que "una nueva era había comenzado en la actitud de EEUU hacia el islam".

Lo que siguió después fue la ola de levantamientos de la primavera árabe en toda la región, que, a pesar de ser considerados inicialmente "movimientos audaces de gente desesperada por la libertad", fueron, de hecho, "una forma para los islamistas de destronar a los dictadores militares más laicos de la región". En opinión de Stranahan, el factor más importante que condujo a la aparición del Estado Islámico fue el intento fallido de derrocar al presidente sirio, Bashar al Assad.
"EEUU llamó abiertamente al derrocamiento de Al Assad a pesar de que estaba claro que el resultado de este derrocamiento sería la toma del control por los grupos islamistas"
.

Grexit, Brexit, Mexit

León Bendesky, La Jornada

Este es un periodo de salidas, las exit. Las medidas políticas para integrar, impulsadas durante mucho tiempo, ceden paso a las propuestas de separación. Puede aproximarse este proceso a partir de las contradicciones que provocan las fuerzas económicas globales, que repercuten en aquellas que definen a los renovados nacionalismos.

El caso griego se suscitó por la crisis de 2008, que expuso la enorme fragilidad de esa economía, mal administrada y plagada de vicios, pero que servía a las necesidades de colocación de deuda de los bancos comerciales de los países más ricos de Europa, alemanes principalmente. Esto se hizo al amparo de las autoridades encargadas de regular y supervisar a escala nacional y regional.

Las cargas sociales del enorme ajuste fiscal que se ha impuesto en Grecia no consiguen abatirse y el reordenamiento de los procesos productivos y las cuentas públicas no cuajan. Ante las constantes insuficiencias de los rescates por el gobierno de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, la economía sigue prácticamente en ruinas. Hace apenas unos días se aprobó un nuevo rescate (de 8.4 mil millones de dólares), junto con medidas adicionales de reducción de la deuda del gobierno para evitar la quiebra. Todo esto se ha repetido ya varias veces en años recientes y con la austeridad son la clave para gestionar la debacle griega.

lunes, 20 de junio de 2016

El FMI y su mea culpa sobre el fracaso de sus políticas

“Sin auge no hay inflación; si la economía se mantiene deprimida no hay que inquietarse por las consecuencias inflacionarias de crear dinero”
(Paul Krugman)
Javier Suazo, Alainet

El Fondo Monetario Internacional (FMI) en una publicación reciente (Neoliberalism: Oversold) ha reconocido que sus políticas de ajuste recesivo y de corte neoliberal han contribuido a reducir el ritmo de crecimiento del PIB y a una mayor desigualdad, en el entendido que está también contribuye a un bajo PIB. Aunque el problema de la desigualdad económica y social se ha generalizado en el mundo, dicho reconocimiento de la insuficiencia de las políticas no necesariamente conduce a su abandono por la Institución ya que, como en el caso de Honduras, siguen aplicándose para aumentar (disminuir) el PIB y contribuir a reducir (aumentar) la pobreza y desigualdad.

Existen, al menos, seis (6) aspectos en los cuales el FMI ha fallado. El primero es la creencia generalizada en muchos de sus funcionarios, que la inflación es un problema monetario como lo apuntó Milton Friedman. Todo el desarrollo teórico y la evidencia empica aportada por los economistas Cepalinos, y Aníbal Pinto en particular, acerca de las raíces estructurales de la inflación latinoamericana y la necesidad de un enfoque heterodoxo fueron desechadas siguiendo este argumento que se convirtió en ideología. El FMI incluso ha recomendado contraer el gasto público para bajar la inflación cuando, como señala Paul Krugman, la economía está en recesión.

Israel y su guerra del agua con Palestina


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Israel, cada vez más aislado con uno de los peores regímenes criminales del planeta, se enfoca a que padezcan sed casi 3 millones de habitantes de Cisjordania, aglomerados en 5 mil 860 kilómetros cuadrados y desconectados territorialmente de casi 1.9 millones de sus hermanos de Gaza, hacinados y calcinados en 360 kilómetros cuadrados superlativa cárcel humana terráquea.

Mekorot, siniestra empresa estatal (sic) de agua de Israel –de fuertes vínculos con el fallido México neoliberal itamita–, impide el acceso al agua potable de decenas de miles de palestinos en Cisjordania.

No basta que el estado racista/ apartheid de Israel practique su infanticidio contra los palestinos de Gaza, con el fin de expoliar sus pletóricas reservas de gas (http://goo.gl/AYmjCp). Ya había previsto en mi libro Guerras globales del agua, el apartheid acuífero global de Israel (http://goo.gl/k33BqJ).

La matanza en Orlando, primera prueba para Trump y Clinton


David Brooks, Rebelión

Con el trasfondo del fuego de las armas, dentro y fuera del país, arrancan en los hechos las elecciones generales encabezadas por los virtuales candidatos presidenciales que comparten en común la desaprobación de la mayoría del electorado y oposición interna dentro de sus propios partidos.

La virtual candidata presidencial del Partido Demócrata, Hillary Clinton, y su contraparte, el republicano Donald Trump, tuvieron su primera prueba como posibles ocupantes de la Casa Blanca al reaccionar a la matanza en Orlando.

El incidente fue hecho a la medida para Trump y su retórica de odio, temor y xenofobia. Cuando se reveló que el responsable de 49 muertes era hijo de inmigrantes afganos y que había jurado lealtad a Isis (también conocido con las siglas EI, de Estado Islámico), Trump afirmó que eso comprobaba que había tenido la razón desde hace casi un año, cuando propuso cerrar la puerta a inmigrantes de países musulmanes, y poner a esas comunidades aquí bajo vigilancia.

domingo, 19 de junio de 2016

La salida democrática de la crisis política brasileña


Emir Sader, La Jornada

Brasil no será el mismo país después de esta profunda y prolongada crisis, que no ahorró a ninguna institución política, pero sobretodo cuestionó la legitimidad del mismo sistema político. Brasil saldrá mejor o peor, más democrático o más autoritario.

Saldrá peor si el golpe se consolida, porque el período democrático de la historia brasileña tendría un cierre de ruptura, con una banda de políticos aventureros asaltando al Estado sin votos, sin legitimidad, buscando deshacer todos los avances logrados en los últimos años. Habrá sido la consagración del método del golpe, de la falta de respeto a la voluntad democrática de la mayoría.

Pero Brasil saldrá mejor si se impone una solución democrática de la crisis. Si se une a las más grandes movilizaciones populares y a los argumentos irrefutables en contra del golpe y a favor de la democracia, con una solución política que combine respeto a la democracia con la legitimación de la consulta popular.

En entrevistas a programas de televisión y blogs alternativos, Dilma reafirmó su derecho a retomar en su plenitud la presidencia de Brasil, para la cual fue elegida democráticamente, pero, al mismo tiempo, revelando comprensión de la dimensión de la crisis brasileña, reiteró que “Brasil necesita de un nuevo pacto social por medio del voto”.

sábado, 18 de junio de 2016

La ética del político, de Maquiavelo a la corrupción actual

Augusto Klappenbach, Público

Max Weber, un prestigioso sociólogo alemán, publicó hace años un ensayo en el que distinguía dos tipos de éticas: la ética de las convicciones y la ética de la responsabilidad. La primera se refiere a las decisiones morales orientadas por una serie de principios incuestionables: por ejemplo, la obligación de respetar la vida, de decir la verdad, de cumplir las promesas. La segunda, por el contrario, mira más a los resultados que provoca la acción: del cumplimiento de esos principios pueden seguirse consecuencias no deseadas, a veces con grave daño para personas inocentes. Piénsese, por ejemplo, en las víctimas que pueden producirse por respetar la vida de un peligroso psicópata, sobre todo si ejerce el poder, o decir la verdad cuando va a ser usada para perjudicar a un inocente.

Este conflicto lo plantea Weber referido especialmente al terreno político. Un gobernante, dice él, se ve en ocasiones dividido entre el deber de mantener sus principios éticos y la necesidad de conseguir resultados difícilmente compatibles con la pureza moral. Podemos preguntarnos hoy, por ejemplo, si debe ordenar el derribo de un avión comercial cuando puede servir para un atentado terrorista o si debe denunciar un caso de corrupción cuando al hacerlo provocará que obtengan el poder sus enemigos y la corrupción aumente.

viernes, 17 de junio de 2016

Francia: ¡bienvenida la lucha de clases!


Maciek Wisniewski, La Jornada

En Las luchas de clases en Francia (1850) –una serie de artículos publicados luego como panfleto separado (1895)–, Carlos Marx, analizando las grandes transformaciones políticas por las que a mitad del siglo XIX pasa este país, describe la lucha de clases como “política ejercida en ‘terreno ideológico’ y en ‘disfraces ideológicos’”. Hoy, desde luego, seguimos en el terreno ideológico e incluso –por la contraofensiva del neoliberalismo– quizás más que nunca.

Seguimos, también, en el teatro de los disfraces. En la escena política francesa destacan las patéticas figuras de François Hollande y Manuel Valls, que sólo andan de socialistas para representar mejor los intereses clasistas de la patronal y del gran capital. Pero después de varios años de aburrimiento y tras oscuros meses de desmovilización por las amenazas del terror y miedo inducido desde el Estado, finalmente se caen las máscaras.

Las intensas movilizaciones sindicales –huelgas, piquetes, bloqueos, hasta luchas en las barricadas– y el surgimiento del movimiento Nuit debout en respuesta a la neoliberal reforma laboral que aumenta horas de trabajo, facilita despidos, anula la negociación colectiva y contratos por rama gremial, arrastrando a los trabajadores de vuelta al siglo XIX y tiempos de Marx, constituyen un nuevo capítulo en las luchas de clases en Francia.

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