Dean Baker, Sin Permiso
En las últimas tres décadas las explicaciones desarrolladas sobre el crecimiento de la desigualdad han constituido un enorme negocio en los círculos económicos y políticos. Muchos economistas han hecho su carrera con una innovadora explicación de como el natural desarrollo de la tecnología y los mercados han concentrado los ingresos y la riqueza en el 1 % más rico de la población. Aún mejor si se puede demostrar que la desigualdad no ha crecido. Mientras que las explicaciones que echan la culpa de la desigualdad a la tecnología pueden ser complicadas, hay tres noticias que en las últimas semanas pintaron la cuestión muy claramente para el resto de nosotros.
Primero, obtuvimos nuevos datos de la Oficina de la Reserva Federal (FED) y de la Oficina del Censo, los cuales muestran que las familias típicas todavía están viendo muy poco beneficio de la recuperación a fecha de hoy. La FED lanzó su Encuesta de las finanzas del consumidor (2013 Survey of Consumer Finance) la cual muestra que la riqueza de la familia media, estaba aún por debajo del nivel del 2010, a pesar de la subida de la bolsa.
La Oficina del Censo publicó su anuario sobre renta, pobreza y cobertura del seguro de salud. Mientras hubo alguna buena noticia sobre las últimas dos, la renta media permaneció plana. La historia en ambos análisis de la FED y del Censo muestran lo mismo; aquellos que están en la cima continúan llevándose la mayor parte de los beneficios del crecimiento económico.
Las otras dos noticias nos dicen por qué esto no es una sorpresa. Primero, hubo una reunión de la FED en la cual discutieron cuándo deberían comenzar a subir los tipos de interés. Había alguna buena noticia para los trabajadores de la nación, ya que Janet Yellen, la presidenta de la FED continúa influyendo en el mantenimiento de la política del interés cero por parte de la FED.
Sin embargo, la mala noticia es que muchos miembros del Comité del Mercado Abierto de la FED (FOMC, en sus siglas en inglés) ya están presionando para que la misma FED apriete el gatillo y comience a subir las tasas de interés. Además, otros han indicado que están preparados para unirse al feliz grupo de “tiradores” tan pronto como haya una evidencia de crecimiento de salarios. Yellen, como presidenta, tiene la voz más importante, pero si ella pierde el apoyo del resto de la FOMC, las tasas de interés subirán.
No debería dudarse de lo que esto significa. La propuesta de la FED de subir las tasas de interés es para frenar la economía, y disminuir la posibilidad de conseguir trabajo. Conservando la tasa de desempleo alta, el FOMC quiere reducir el poder de negociación de los trabajadores y evitar incrementos salariales. Esto afecta desproporcionadamente a los que menos renta tienen y aumenta la presión en los salarios de numerosos trabajadores.
En otras palabras, tenemos el banco central de los Estados Unidos actuando deliberadamente para asegurar que los trabajadores no consigan incrementos salariales. Justifican su acción con consideraciones acerca de la inflación, pero no hay que tomarlas en serio. Nadie sabe lo que creen, pero el riesgo real de una peligrosa espiral inflacionaria es casi igual al riesgo de un ataque de marcianos. No va a ocurrir y seguramente lo saben.
Por supuesto el alto desempleo no es la única política que ha mantenido bajos los salarios durante tres décadas. La política comercial también fue diseñada para este propósito. Nuestros trabajadores industriales tienen que competir con trabajadores mal pagados en el mundo subdesarrollado; nuestros médicos están protegidos de esta competición. El aumento de la presión en los salarios de los trabajadores no cualificados, empeora por nuestra política de un dólar alto, lo cual pone a los trabajadores de EEUU en una desventaja aún más grave.
La política gubernamental, ha hecho también casi imposible que los trabajadores organicen sindicatos. Y por supuesto ha dejado que el salario mínimo caiga mucho por detrás del costo de la vida e incluso bastante más por detrás que la productividad.
La otra noticia de la última semana fue el aniversario del colapso de Lehman y el comienzo del rescate financiero. Esta es la otra parte esencial del cuadro. Mientras el gobierno está dispuesto a actuar para evitar que los salarios no aumenten, cuando los bancos de Wall Street efectivamente entraron en bancarrota, el gobierno fue muy rápido para venir al rescate. La FED y el Departamento del Tesoro, ambos, hicieron de ello su misión central, para mantener en pie a los de Wall Street. Como dijo repetidamente en su autobiografía Timothy Geithner, ex secretario del Tesoro, no habría más Lehmans.
Así, esta es básicamente la historia en los términos más simples. El gobierno actúa abiertamente para asegurarse que los salarios no suben y también para proteger a los ambiciosos personajes de Wall Street que desplumaron a sus bancos con sus malas apuestas. Podría ser que un economista ganara el premio Nobel averiguando porqué va creciendo la desigualdad.
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