miércoles, 9 de noviembre de 2011

El euro se hace trizas ante la debilidad del liderazgo europeo


Cuando parece que la crisis de la Eurozona ya no puede ir a peor, ocurre algo que agrava la situación, como en el día de hoy en el cual los rendimientos de los bonos de deuda soberana han escalado a niveles históricos para Italia y Francia. Esto demuestra que la toma de decisiones de los líderes europeos siempre ha ido detrás de los acontecimientos, y ha sido reactiva más que proactiva. Esa es la falta de claridad es la que ha agravado la crisis europea.

En un artículo publicado en Project Syndicate, el economista Barry Eichengreen piensa que el BCE debe aumentar la compra de bonos de Italia y sobreponerse a toda la burocracia europea. Tal como señalé en este post, Mario Draghi debe poner la pistola sobre la mesa, tanto para mantener a raya a los especuladores, como para controlar los desatinos de Angela Merkel y Nicolas Sarkozy.

El problema es que, en la lucha por la supervivencia del euro, todo acuerdo debe contar con el visto bueno de las dos grandes potencias europeas, Alemania y Francia. Pero ya va siendo hora de que sus líderes, Merkel y Sarkozy, se pongan serios, apunta Eichengreen, para quien, si quieren lograr que el euro sobreviva, "tendrán que reparar el daño causado por sus comentarios imprudentes y reconocer que la única entidad con capacidad para estabilizar la situación es el Banco Central Europeo (BCE)". ¿De qué manera deben hacerlo? Otorgando a la institución "la cobertura política que necesita para hacer lo que debe hacerse para preservar el sistema".

Y es que para Eichengreen, "si Merkel y Sarkozy quieren que el euro sea una moneda normal, la Eurozona necesita un banco central normal". Uno "que no se limite a garantizar la estabilidad de precios como un autómata sino también que entienda su responsabilidad como prestamista de último recurso".

Para el profesor de la Universidad de California, el organismo debe hacer mucho más para apoyar el crecimiento económico. Ante el cariz que ha tomado la crisis de deuda y la ralentización del crecimiento en la Eurozona, que se encamina hacia una nueva recesión, el peligro del aumento de inflación es nulo. Así pues, ¿no debería relegar a un segundo plano su mandato de garantizar la estabilidad de precios y luchar por afianzar el crecimiento?.

Para Eichengreen, la decisión del organismo de la semana pasada de recortar en un cuarto de punto los tipos de interés, hasta el 1,25%, "ha sido el único rayo de luz en un cielo totalmente oscuro. Pero 25 puntos básicos es sólo una gota en el mar".

En contra de la opinión alemana, el economista piensa que el BCE debería aumentar sus compras de bonos soberanos, especialmente de Italia, hoy en el ojo del huracán.

En cualquier caso, Eichengreen recuerda que el pasado jueves, el nuevo presidente del organismo, Mario Draghi, apuntó que el programa de compras de bonos es "temporal y está limitado en cantidad", sin hacer más especificaciones. Para el italiano, tranqulizar a los mercados mediante la adopción de reformas estructuales debe ser responsabilidad de los gobiernos, no del BCE.

Claro que no se pueden realizar reformas estructurales de la noche a la mañana, apunta Eichegreen. Italia necesita tiempo para aplicar las medidas encaminadas al crecimiento. El país, ahora bajo la atenta mirada del Fondo Monetario Internacional (FMI), debe seguir adelante con sus reformas con el fin de tranquilizar al mercado y "hacerle ver que las compras de deuda italiana no es prestar dinero a fondo perdido".

Ver: ¿Pondrá super Mario la pistola sobre la mesa para salvar al euro?
Cae Berlusconi y los líderes europeos siguen sin reaccionar frente a la crisis

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