"Este proyecto de ley es la legislación más importante para las instituciones financieras en los últimos 50 años. Proporciona una solución de largo plazo para el ahorro de las instituciones con problemas", señaló Ronald Reagan en 1982, al firmar la Ley de las Instituciones Depositarias Saint-Germain.
De esta forma comienza el último comentario de Paul Krugman en The New York Times, aportando valiosos elementos que atribuyen a los republicanos y al gobierno de Ronald Reagan, el descalabro de la situación económica actual.
Krugman recuerda que la deuda federal como porcentaje del PIB cayó de manera constante desde el fin de la segunda guerra mundial hasta 1980. Sin embargo, con Reagan comenzó el rápido aumento de la deuda pública, que fue, curiosamente, eclipsada por el aún más rápido endeudamiento de la deuda privada que hizo posible la desregulación financiera que patrocinó Reagan.
"Este fue el gran legado de la América de Reagan, un legado que aún tiene consecuencias", agrega Krugman.
La desregulación financiera de los oscuros años de Regan tuvo además otras perlas: quitó los requerimientos de un pie a adelanto para la compra de viviendas, por lo que ya las familias no requerían de un ahorro previo.
Las restricciones puestas en marcha en los años 30 por los líderes políticos que experimentaron una terrible crisis financiera se hicieron pensando en impedir una repetición de ese grave momento. Pero en 1980 la memoria de la depresión se había desvanecido.
"Es el gobierno el problema, señaló Reagan, no la solución. La magia del mercado debe ser puesta en libertad".
Krugman señala que Estados Unidos no siempre fue una nación de grandes deudas y nulo ahorro, como ahora: "Para los años 70 el endeudamiento era normal y los estadounidenses ahorraban casi el 10% de sus ingresos. Fue con Reagan que los ahorros desaparecieron... Y los estadounidenses comenzaron a acumular deudas gigantescas"
________________
Krugman no dice (esto lo digo yo) que la idea del endeudamiento fue formulada por Milton Friedman en su Teoría del ingreso permanente, que suponía flujos constantes y sin pérdida de valor a lo largo de toda la vida laboral. Con esta tesis, una persona que ganaba 100 mil dólares anuales podía aspirar a ganar 40 millones de dólares en poco más de 30 años de vida laboral lo que le permitía comprar hoy los bienes que demandaría en el mediano y largo como la vivienda o el automovil.
Todo esto, por cierto, es muy bueno para la economía (trasladar todos los consumos futuros al presente) porque le da gran vitalidad. Pero nadie se puso en el caso de un paro generalizado con una masiva pérdida de empleos que cortara todo el suministro de pagos.
Eso es lo que ha ocurrido con la crisis actual y es lo que nos tiene en una situación tan delicada: los impagos se ha multiplicado por millones. Todas las cañerías se han secado y las inyecciones de liquidez son insuficientes. Más aún cuando las cifras de desempleo se elevan a niveles inéditos en todo el mundo. Pronto se llegará al 10% de desempleo mundial, una situación nunca vista en la historia. Sólo cuando comencemos a ver señales de vida en el empleo, podremos hablar de recuperación. Por ahora, nos mantendremos en esta senda moribunda y arrastrándonos con cuidado para no caer en las mortales arenas movedizas que nos rodean.
Lea el artículo de Paul Krugman en The New York Times
____________________
Actualización: Este artículo apareció en el diario El País de España con el título Paul Krugman: La culpa la tiene Reagan, el 28 de junio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario