El Banco Central brasileño redujo hoy su previsión para el crecimiento económico de Brasil este año, desde el 1,2% que calculaba en marzo hasta un 0,8% previsto ahora, tras admitir que la crisis económica global tuvo un impacto mayor en la industria nacional que el esperado. Pese a revisar sus previsiones de crecimiento a la baja, la entidad aseguró que los recientes indicadores muestran que el país comenzó a recuperarse de la crisis en el segundo semestre de este año.
El organismo cita entre los indicadores con señales de optimismo los de la producción industrial, los índices de confianza de los empresarios y los consumidores, el uso de la capacidad instalada de la industria y el crecimiento de las concesiones de crédito. "Tras dos trimestres consecutivos de contracción del Producto Interior Bruto (PIB), indicadores coincidentes y antecedentes señalan el inicio de la recuperación en estos últimos tres meses", aclarando que las mejorías aparecen "aún de forma gradual".
La caída del PIB en el primer trimestre del año en una intensidad menor a la que los analistas del mercado esperaban permitió una revisión hacia arriba de las expectativas de crecimiento. A principios de año se temió que Brasil resultara víctima del hircán sistémico de la crisis, siguiendo el derrotero de México. No obstante, Brasil se ha recuperado y si bien aminorará su crecimiento, este será positivo, a diferencia de otros países de la región que arrojarán un crecimiento negativo. Este crecimiento impulsará la demanda en torno al 4,1% versus el 4% planeado anteriormente.
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