miércoles, 23 de julio de 2008

La economía mundial en el ojo del huracán


El fundamentalismo de mercado que ha funcionado como pensamiento único en los últimos treinta años bajo el amparo del thatcherismo, el reaganismo y el pinochetismo está llevando al mundo cuesta abajo mientras los banqueros centrales y los ministros de hacienda se miran perplejos, intentando revertir la naturaleza de un sistema económico que se lo ha tragado todo.

Dejar al mercado como el mejor asignador de los recursos, privatizar todos los recursos estratégicos, sostener la existencia de una “teoría del chorreo” y no establecer ni un solo mecanismo de control a los mercados financieros creó la gigantesca burbuja que hoy se desploma como las Twin Towers.

El prestigioso semanario británico The Economist habla de las Twin Twister para dar cuenta del colapso de las hipotecarias Fannie Mae y Freddy Mac, que tras ser privatizadas en los años 80, han vuelto a ser “estatizadas” para evitar su quiebra y la bancarrota sin retorno del país del norte.

La liberalización del capital, provocada por la llamada globalización tan defendida por ministros como Foxley y Alvear, es la principal causa de la crisis. El capital financiero no duerme y se desplaza silencioso por el mundo a pulsos de clic de computadores y bolsas que funcionan las 24 horas del día buscando la ganancia “a la pasada”. Los miles de millones de pesos que ganaron –en un día- los Solari y Aresti en la fallida operación de Falabella y D&S ejemplifica la forma en que se mueve el capital mundial. Por cierto, cuando llega el colapso, se aplica de inmediato el socialismo sin revoluciones ni disparos haciendo que todos paguen. Pero cuando ha habido ganancias, estas han quedado en manos de unos pocos.

Esta asimetría del funcionamiento económico es lo que ha llevado al mundo a aumentar veinte veces la brecha entre ricos y pobres; haciendo que hoy, en pleno siglo XXI, dos millones de personas pasen a engrosar diariamente las filas de la miseria.


Un informe sobre las crisis financieras publicado por Kenneth Rogoff señala que entre las décadas del 50, 60 y 70, hubo nueve crisis bancarias en el mundo, contra las 137 crisis de los años 80, 90 y la década actual. Como en cada crisis los gobiernos aplican la misma receta: socializar las pérdidas (mientras en los períodos de auge privatiza todas las ganancias), el resultado común es que tras cada crisis se genera más pobreza. Una evidencia que comienza a ser demostrada con los hechos actuales.

1 comentario:

  1. Deberías opinar sobre la compra de suelo privado por parte del gobierno español en esta época de vacas flacas de las grandes empresas del ladrillo.

    Otra forma de socializar gastos privados...

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