El presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, afirmó en México que la crisis de alimentos continuará por otros siete años y descartó que los precios bajen a los niveles del 2004, señalando la urgencia de que los países modifiquen sus políticas de producción alimentaria para garantizar el suministro básico a sus poblaciones.
Zoellick instó a buscar una nueva generación de biocombustibles con materiales procedentes de la celulosa, y descartar el consumo del maíz y la caña de azúcar para no presionar los precios. La institución que dirige ha convocado a los países socios a crear un fondo de emergencia de 750 millones de dólares para apoyar a las naciones que tengan problemas de abastecimiento. El requisito será que los países cuenten con redes de protección a las poblaciones marginadas.
Por su parte, Pascal Lamy, director de
A su vez, varios países latinoamericanos se reunieron en Nicaragua para aunar esfuerzos frente a la crisis en la llamada Cumbre Alternativa Bolivariana para las Américas. En su declaración final, los 17 países reunidos propusieron incorporar el tema de la soberanía y seguridad alimentaria a la agenda de la próxima Asamblea General de
También plantearon la necesidad de que los gobiernos destinen más recursos para incentivar la producción y exhortaron a la comunidad internacional a que aumente la cooperación para mitigar la crisis.
El gobierno venezolano ofreció cien millones de dólares para apoyar los programas que ayuden a aumentar la producción de alimentos, y sugirió la creación de un fondo de “petro-alimentos” por parte de los países productores de petróleo como México, Venezuela, Ecuador y Brasil.
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