miércoles, 13 de enero de 2016

China podría desencadenar la próxima Gran Recesión económica

China es la segunda economía más importante del mundo. El Producto Interior Bruto del gigante asiático representa casi el 17% de la economía mundial. Hace años se decía que cuando EEUU estornudaba el resto del mundo se resfriaba, ahora quizá sea momento de vigilar también los estornudos que vienen de Oriente. Algunos de los economistas y expertos más influyentes están apostando a que China será la protagonista de la próxima recesión económica.

Martin Wolf, economista y uno de los periodistas financieros más influyentes del mundo, señala en su último artículo publicado por el Financial Times, que "China es la economía emergente más importante. La agitación que viven sus mercados están reduciendo la confianza en su liderazgo, hay que entender que sus problemas no se pueden solucionar de forma rápida. China tiene una economía muy desequilibrada, con elevadas tasas de ahorro, un elevado gasto en inversión y un alto endeudamiento".

Wolf cree que la situación que vive China y los flujos de capital que están saliendo de su economía están fortaleciendo el dólar y desequilibrando otros países. Además. la Reserva Federal de EEUU podría estar amplificando esta situación endureciendo la política monetaria y haciendo más atractivo el dólar. Y es que, "lo que está ocurriendo en los países emergentes afecta directamente a la vida de miles de millones de persones, y por supuesto, tiene una importancia global. Otro conjunto de burbujas de crédito en las economías emergentes pueden desencadenar un fuerte estallido", asegura el periodista británico.

Bancarrota del proyecto histórico capitalista

Alejandro Nadal, La Jornada

Uno de los mitos más populares sobre el capitalismo gira alrededor de su capacidad para generar crecimiento económico de manera continua. De aquí se derivan consecuencias importantes en materia de niveles de vida y bienestar, por no mencionar la leyenda de que el capitalismo es el mejor amigo de la democracia y la libertad. Pero, ¿es cierto que el capitalismo está asociado al crecimiento sin fin?

Se ha sugerido que la economía mundial está adentrándose en una fase de estancamiento que podría prolongarse varios años. La combinación de fuerzas que conspira para que este letargo económico se profundice y se extienda en el tiempo son poderosas y afectan a todos los grandes centros de dinamismo económico. Además son de muy variada índole y eso hace difícil encontrar un remedio que las pueda contrarrestar.

Entre estas fuerzas se pueden enumerar las siguientes tres. Primero, el proceso deflacionario que hoy afecta a los centros económicos más importantes del mundo (Estados Unidos, Europa y China). Segundo, la expansión del sector financiero y su hegemonía sobre la economía mundial. Y, tercero, la profunda desigualdad económica que hoy sigue intensificándose. Estas tres fuerzas se encuentran íntimamente vinculadas, aunque no son los únicos factores capaces de contrarrestar las fuerzas endógenas que favorecen el crecimiento.

martes, 12 de enero de 2016

Los BRICS: una fábula de nuestro tiempo

Immanuel Wallerstein, La Jornada

La historia de los BRICS es extraña. Comienza cuando Jim O’Neill, en ese momento coordinador de la gestión de activos en Goldman Sachs, la gigante casa de inversiones, escribió un artículo ampliamente comentado acerca de lo que hemos venido a llamar economías emergentes. O’Neill destacó a cuatro países –Brasil, Rusia, India y China–, todos los cuales son lo suficientemente grandes en tamaño y territorio como para tener un peso notorio en el mercado mundial. Los llamó los BRICs.

O’Neill argumentó que sus activos crecían a un ritmo tal, que llegarían a controlar colectivamente el valor de los activos mantenidos por los países del G-7, durante mucho tiempo considerados los países más ricos del sistema-mundo. O’Neill no dijo con exactitud cuándo habría de ocurrir esto –a más tardar hacia 2050. Pero ubicó el surgimiento de los BRICs como más o menos inevitable. Dada la posición de Goldman Sachs, en esencia le estaba diciendo a los clientes de dicha firma que ubicaran partes significativas de sus inversiones en estos cuatro países mientras sus activos siguieran vendiéndose baratos.

El índice Big Mac y la contradicción de las devaluaciones competitivas

Este fin de semana la revista The Economist publicó su habitual Índice Big Mac, un indicador que se ha convertido en un oráculo para algunos economistas dado que permite comparar en términos simples el poder adquisitivo en diferentes países. Este indicador fue desarrollado por primera vez en 1986 y utiliza el precio de un Big Mac de McDonald (expresado en dólares estadounidenses) en diferentes países del mundo para medir el poder adquisitivo de los consumidores y hacer la teoría del tipo de cambio un poco más digerible.
El Índice Big Mac se basa en la teoría de la paridad del poder adquisitivo, según la cual el tipo de cambio debe igualar el precio de una canasta de bienes en diferentes países. Este índice, en vez de canastas de alimentos, toma la hamburguesa estándar que produce McDonalds en todas partes. Según la medición de enero de este año, Suiza tiene el Big Mac más caro del mundo, con 6,44 dólares, mientras Venezuela tiene el más barato con 0,66 dólares.

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lunes, 11 de enero de 2016

Los bancos centrales no tienen armas efectivas para luchar contra el mercado

Los últimos acontecimientos en los mercados mundiales están mostrando la dificultad que entraña para países pequeños intentar controlar su tipo de cambio. Ejemplos como México, Suecia, Suiza o Brasil muestran que en un entorno de creciente guerra de divisas, los daños colaterales son muy difíciles de evitar.

China y su devaluación del yuan ha sido la última medida que está generando quebraderos de cabeza a banqueros centrales de todo el mundo que tampoco pueden adaptarse a las subidas de tipos de interés de EEUU. En un entorno hostil, el tamaño importa. El caso de Suiza el año pasado, cuando aceptó su derrota poco después de que el BCE lanzará su estímulo-bomba y abandonó el techo que había establecido contra el euro, parece esperar también a otros países, tanto si lo que quieren es devaluar su moneda como si por el contrario quieren apreciarla para amoldarse, por ejemplo, al desplome de los precios del crudo.

Tanto los países como los inversores están reconociendo esta realidad. La firma Cantor Fitzgerald aseguraba que los esfuerzos de México para fortalecer el peso eran "fútiles", mientras que Citigroup apostaba por la corona sueca como oportunidad de inversión pese a los intentos de devaluación por parte del Riksbank. Mientras, funcionarios del banco central de Brasil reconocían que no había pruebas de que su programa de intervención estuviera afectando a la volatilidad del real.

domingo, 10 de enero de 2016

Bombas H de Norcorea en medio de la crisis financiera global

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Norcorea detonó su cuarto ensayo nuclear en forma coincidente a la agudización de la crisis financiera global que no ha amainado desde 2008 –la cual tuvo de epicentro los bonos chatarra inmobiliarios de Estados Unidos (EEUU)–, de la que ahora la prensa anglosajona culpa a China, y a la cual se ha subido en su maquinaria goebbeliana el México neoliberal itamita que despotricó contra Pekín, al cual acusa de practicar una perversa devaluación competitiva (http://goo.gl/BMeILs).

La insensatez del desesperado Videgaray ha llegado a niveles inconcebibles al acusar a China de perversión cuando Pekín ha usado 670 mil millones de dólares! de sus reservas (http://goo.gl/UivPnO). ¡Ni que fueran masoquistas!

La guerra global de divisas hace mucho que detonó (http://goo.gl/ooyTK6) y perturba que la devaluación competitiva de Japón –súbdito de EEUU– en 50 por ciento (¡ojo!) no haya conmovido a los multimedia anglosajones y sus amanuenses globales en la misma proporción que la devaluación de China en 5 por ciento.

sábado, 9 de enero de 2016

Lo que depara el capitalismo para el futuro

Manuel Yepe, WordPress

Economistas estadounidenses de diversa orientación política han estado opinando en estos días acerca del nuevo libro de Robert Reich titulado Salvando al capitalismo: para los muchos, no para los pocos, presentado en la Revista de Libros de Nueva York el 17 de diciembre de 2015.

Para Paul Krugman fue gratificante constatar la sinceridad descarnada que expresa el título de libro de Reich porque “salvar el capitalismo” implica que el capitalismo está contra las cuerdas, o sea, en peligro de extinción, “consideración en la que creo, saludo y comparto”. El marxista Zoltan Zigedy señala que Robert Reich, Paul Krugman y Joseph Stiglitz comparten altos logros en la economía académica y constituyen un triunvirato intelectual no marxista bien informando. Aunque ellos no estén de acuerdo en todo, comparten un conjunto básico de creencias en la viabilidad del capitalismo y su necesidad de reforma. No obstante es raro ver a algunos sugiriendo manifiestamente la urgencia de salvar el orden burgués.

La urgencia deriva del espectacular aumento de la desigualdad económica en los principales países capitalistas, particularmente en Estados Unidos. Krugman confiesa que la desigualdad era una cuestión que Reich y él “empezaron a tomar en serio” ya hace veinticinco años. “Pero creo que es justo decir que no tomamos en serio ese crecimiento de la desigualdad como una característica estructural del capitalismo hasta que apareció el importante trabajo de Thomas Piketty hace dos años”.

Mercados bursátiles completan su peor comienzo de año por desplome chino


Los mercados bursátiles completaron ayer uno de los peores comienzos de año de la historia bursátil con pérdidas generalizadas. Los índices de Estados Unidos acumularon una pérdida semanal de al menos 6% en sus principales indicadores. El Dow Jones cedió un 6,2%, el selectivo S&P 500 un 5,91% y el índice compuesto del mercado Nasdaq el 7,3%. Con estos descensos el Dow Jones perdió la marca de los 17.000 puntos, el S&P 500 la de los 2.000 enteros y el Nasdaq la de las 5.000 unidades, tres niveles con los que había cerrado Wall Street el año 2015. La primera semana del año fue la peor desde 2011, y es uno de los peores comienzos del año que han tenido los mercados bursátiles lacerados por el estallido de la burbuja china que se hizo insostenible.
Las turbulencias originadas en el gigante asiático y la progresiva caída de los precios del petróleo y las materias primas están detrás de estos descensos: Los temores de incubación de una nueva crisis financiera como la que se desató en 2008 están latentes y aunque la jornada de este viernes se presentó positiva al comienzo, poco a poco fueron derrumbándose las expectativas y en las últimas horas se rindieron al pesimismo generalizado por el deterioro de la economía mundial. Los indicadores europeos también sufrieron descensos: la bolsa de Fráncfort terminó con una caída de -1,31%; la de París con -1,59%, la de Londres en -0,70% y la de Madrid en -1,66%, llevando al Ibex 35 a perder la cota de los 9.000 puntos.

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viernes, 8 de enero de 2016

Las sombras económicas de 2016

Eduardo Olier, El Economista

En general, 2015 se ha movido entre inestabilidades y no ha terminado bien. Y 2016 encara los serios problemas que ensombrecen la economía global. Gracias a la caída de los precios del petróleo, las inacabadas reformas y un insuperable año turístico por el hundimiento griego y el terrorismo islámico que asoló París y se movió por el norte de África, España, sin embargo, vivió en 2015 su oasis particular, que dejará de serlo en 2016 por esa peculiar característica tan española de crearse problemas cuando todo va mejor. Es el drama histórico de este enigmático país, como lo describió hace años Claudio Sánchez-Albornoz. Un país que suele perder el paso de la historia metiéndose por intrincados vericuetos. Cuya clase política actual parece beber sus conocimientos de la serie televisiva Juego de Tronos y poco sabe de Cicerón cuando alertaba del peligro de separar lo útil de lo honesto que, en nuestro caso, podría servir para sortear los problemas aplicando, entre otras cosas, el principio de la "buena fe".

La economía global se sujeta, en lo fundamental, en tres pilares: Estados Unidos, China y la Unión Europea, por no decir Alemania; ya que, en lo económico, Europa o, si se prefiere, la eurozona, no deja de ser lo que se decide en ese país. El resto se mueve alrededor de esas tres estrellas. Y, al final, si uno de ellos se constipa, los demás tendrán pulmonía. Imaginen sino lo que habría sucedido en Europa y, por supuesto, en España, sin los estímulos del BCE, que, por mucho que se quiera presentar de otra manera, incluida la supuesta pugna Merkel-Dragui, no actúa sino bajo la autoridad germana del Bundesbank.

El año del mono adelantó su maldición para los mercados


Aunque el año nuevo comienza en China el 8 de febrero, al parecer la maldición del "año del mono" se ha adelantado. La catarsis de los mercados se ha hecho imparable y el comienzo de este 2016 se ha convertido en el más pesadillezco de la historia. Los interruptores y frenos automáticos están a la orden del día en la bolsa de Shanghai. Pero ni siquiera los cierres e interrupciones bursátiles han aliviado el estruendo de la tormenta perfecta que se cierne sobre la economìa mundial. Cada día China ha devaluado el renminbi en 0,5 por ciento, acelerando la guerra de divisas que golpea a los mercados asiáticos, europeos y americanos. No hay tregua a la vista para esta auténtica debacle lacerada por el alto endeudamiento y un crecimiento que cada día se hace más débil.

En este contexto las reservas de divisas se están reduciendo en China a un ritmo récord. Según datos del Banco Popular de China, en diciembre las reservas cayeron en 107.900 millones de dólares. Las autoridades están tratando de evitar una fuerte devaluación del yuan pero si siguen gastando reservas en sostener a la "moneda del pueblo" (significado de renminbi) quedará en la ruina. China está gastando 3.500 millones de dólares al día (2,4 millones de dólares por minuto) para apuntalar su moneda. A fines de 2015 el volumen de reservas de China se redujo en 512.600 millones de dólares. Un descenso sin precedentes si consideramos que las reservas totales de China llegan hoy a 3.330.000 millones de dólares. La mayoria de los fondos fue para apoyar el yuan y evitar el colapso a gran escala del mercado de valores. Un paquete de estímulo que, al igual que en occidente, solo ha hinchado burbujas especulativas.

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jueves, 7 de enero de 2016

Mercados en modo pánico aceleran turbulencias financieras ante estancamiento global


Los mercados están convulsionados ante el juego geopolítico del Medio Oriente y la debilidad de la economía mundial. Mientras el precio del petróleo sigue en descenso y las relaciones entre Arabia Saudí e Irán llegan a un punto de ebullición, Korea del norte lanza una nueva bomba nuclear que instala al planeta en un punto de eclosión. Al parecer, no ha bastado con una larga crisis de siete años que ha dejado a millones en el desempleo sino que se busca más: terminar y arrasar con todo el planeta.
Los mercados siguen en caída libre dando cuenta que toda la fanfarria de los bancos centrales fue una simple farsa para enmascarar el colapso inminente. El mundo no puede seguir como está y necesita un cambio. Sin embargo, cada cambio administrado por la cúpula financiera resulta para peor y así lo muestran los resultados: el desempleo global aumenta y el estancamiento se generaliza. Aunque el Banco Mundial diga que la economía crecerá un 2,7 por ciento en 2016, parece un amargo chiste cuando la desaceleración global está a las puertas.

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Caos financiero arrastra al mundo a frenética guerra de divisas

Este lunes (4 de enero) el índice chino CSI 300 estrenó el 2016 desplomándose un 7%, viéndose obligado a cerrar antes de tiempo sus bolsas y a su vez contagiando a los principales índices mundiales, que cerraron al final de la jornada con caídas comprendidas entre el 2% y el 5%, como informa el diario digital El Confidencial. La fuerte caída del CSI eclipsó la del yuan chino, que perdió un 0,6% de su valor respecto al dólar estadounidense que, aunque no parece mucho en comparación con el 7% de la bolsa china, lo cierto es que es la mayor depreciación de la divisa en un solo día desde que Pekín la devaluó un 3% frente al dólar en agosto del 2015. Desde entonces, el yuan ha perdido un 5% de su valor contra la moneda estadounidense, alcanzando su cambio más bajo desde 2011, hasta 6,533 unidades por dólar.

Tras estos acontecimientos, la sensación es que esta tendencia vaya a más y se produzca un efecto dominó que amenace la estabilidad económica mundial iniciando una nueva guerra de divisas, o devaluación competitiva. La depreciación del yuan tiene suficiente trascendencia como para contagiar a otros países con divisas emergentes, como Rusia o Brasil, para que sigan los mismos pasos y estimulen el debilitamiento de sus divisas en pos de preservar su competitividad. Una de las consecuencias de esta caída fue que el dólar apreció su valor cerca de un 2% contra el real brasileño y un 0,9% contra el rublo ruso. Este avance de la moneda estadounidense le ha permitido permanecer en la zona de máximos históricos frente a la moneda rusa, por encima de los 73 rublos por dólar.

Un efecto secundario del debilitamiento del yuan podría incitar a prolongar las presiones deflacionistas que se siguen sintiendo en EEUU y Europa, además de dar argumentos a las políticas monetarias expansivas occidentales como consecuencia de la exportación de productos a bajo precio al resto del mundo. De esta forma China también puede condicionar las futuras decisiones de los bancos centrales. A esto se suma la importancia de los movimientos y fuga de capitales que se registren tanto en China como en Rusia o Brasil, entre otros mercados emergentes. Cuanto más capital salga de estos países, el valor de sus monedas se depreciará más y más, a menos que estos consuman más aún sus reservas o actúen para defenderlas, elevando las tasas de interés. Aunque China es el país con mayor abundancia de reservas, si estas siguen cayendo se alimentarán los recelos respecto a su economía a lo largo de este año.

miércoles, 6 de enero de 2016

Arabia Saudita: ¿quién lanza la primera piedra?

Robert Fisk, The Independent

Cuando Arabia Saudita, con ayuda de David Cameron, fue electa al Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en 2013, todos lo consideramos una farsa. Ahora, pocas horas después de que los sauditas musulmanes sunitas cortaron la cabeza a 47 de sus enemigos –entre ellos un prominente clérigo musulmán chiíta–, esa designación resulta grotesca. Desde luego, el mundo de los derechos humanos está escandalizado, y el chiíta Irán habla de un castigo divino que destruirá a la casa de Saud. Multitudes atacan la embajada saudita en Teherán. ¿Qué hay de nuevo?

Durante siglos se han buscado de distintas maneras castigos divinos y seculares contra gobernantes de Medio Oriente, el más reciente contra Bashar al Assad de Siria, quien según el ministro francés del Exterior no merece vivir en este planeta. Desde hace mucho tiempo los sauditas instan a los estadunidenses a cortar la cabeza a la serpiente iraní, pero obviamente se han conformado, al menos por ahora, con cortársela al jeque Nimr al Nimr. Pero ni todos los gritos y aullidos detendrán el flujo de petróleo de los pozos sauditas ni evitarán que los amigos del reino sigan usando evasivas para disculpar sus escándalos.

Arabia Saudita vs Irán: la placa tectónica del petróleo de Qatif

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

La escalada entre Arabia Saudita –primera potencia petrolera global, con una población de 27.7 millones: 80 por ciento sunitas y 20 por ciento chiítas concentrados en Qatif y su Provincia Oriental – e Irán –81.8 millones; país indoeuropeo de mayoría chiíta y segunda potencia gasera global –, es mucho más geopolítica que religiosa y/o étnica, como distorsiona la balcanizadora narrativa israelí-anglosajona.

Cuando el sha de Irán reinó impávido, Arabia Saudita fue su gran aliado bajo la férula de Estados Unidos (EEUU). Hoy la compleja escalada entre Riad y Teherán refleja la fractura global, el incendio del Gran Medio Oriente, y la contienda por los liderazgos del mundo islámico y la OPEP.

La fractura geoestratégica de EEUU con Rusia/China es concomitante a la trampa demográfica de Brzezinski/Stratfor mediante la “carta islámica (http://goo.gl/gXDSoj)” para desestabilizar las entrañas del RIC (Rusia, India y China).

Precios del petróleo: el colapso de la OPEP

Alejandro Nadal, La Jornada

En los pasados 18 meses el colapso de los precios internacionales de petróleo alcanzó dimensiones dramáticas. Entre junio y diciembre de 2014 la cotización cayó de 114 a 60 dólares por barril (para el Brent). Pero el brutal desplome no se detuvo: a lo largo de 2015 la tendencia a la baja se mantuvo y hoy los precios del petróleo se encuentran en los niveles más bajos desde 2008.

La incertidumbre que rodea el mercado internacional de petróleo es notable. Lo que antes podría considerarse algo normal hoy aparece como extraño y difícil de acomodar en viejos moldes analíticos que se han hecho obsoletos. La Agencia Internacional de Energía calcula que la sobreoferta mundial de crudo rebasa los 2 millones de barriles diarios. Pero en diciembre pasado los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) decidieron incrementar el tope superior de su producción de 30 a 31.5 millones de barriles diarios a sabiendas de que se mantiene una oferta excedente a nivel mundial.

En un interesante artículo publicado hace un año, el economista en jefe de Gavekal Dragonomics, Anatole Kaletsky, se preguntaba si el precio de 50 dólares el barril sería el piso para una recuperación de las cotizaciones o si sería un nuevo techo. Para muchos analistas el nivel de 50 dólares por barril se presentaba como un trampolín para futuros aumentos en el precio del crudo. En cambio, para otros la cota de 40 dólares se anunciaba como un techo que sería muy difícil de sobrepasar. El debate se agudizó en los primeros meses de 2015, cuando se consolidó la tendencia a la baja.

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