“Hemos bombardeado Hiroshima, hemos bombardeado Nagasaki y hemos provocado más muertes de las que hubo en New York y el Pentágono (...) Nosotros hemos apoyado el terrorismo estatal contra los Palestinos, contra los Sudafricanos y ahora no somos dignos, porque las cosas que hemos hecho en otros lugares del mundo, nos regresan como un boomerang”. Dando cuenta del desprecio que despierta ese país en vastas zonas del mundo
Ya son cada vez más las personalidades políticas, científicas, intelectuales, espirituales, artísticas que acusan a la administración Bush de haber orquestado los atentados del 11-S para justificar su escalada de guerra mundial contra el “terrorismo”, a fin de poder desatar sus guerras encubiertas por el control del petróleo mundial y otros aspectos de interés geopolítico.
La guerra de los seis billones de dólares que ha cumplido cinco años y en la cual Bush mintió a todo el mundo (como que Sadam Hussein tenía armas de destrucción masiva y que estaba vinculado con Al Qaeda y Bin Laden, cuando ahora hasta el FBI dice que Bin Laden no tuvo nada que ver en el 11-S) es uno de los coletazos de la crisis financiera. El tremendo endeudamiento público está haciendo trizas a la economía estadounidense y la compra de un banco que hace apenas un año estaba valorado en 20 mil millones de dólares, al 1% de su valor (aunque el JP Morgan señaló que podría pagar hasta el 5%) da cuenta del mundo descontrolado que estamos viviendo.
El gobierno de Bush ha demostrado su incompetencia y en algún momento deberá ser sometido a juicio como están haciendo algunos españoles con José María Aznar, pues su incondicional apoyo a Bush y Blair fue fundamental para la invasión a Irak. El grupo de Izquierda Unida español lanzó una propuesta para juzgar a Aznar en el Tribunal Internacional de