Las posibilidades de reelección de Trump han aumentado vertiginosamente tras el intento de asesinato. ¿Qué podemos esperar de un segundo mandato de Trump?
En cualquier caso, será (incluso) más duro que en su primer mandato. En 2016 Donald Trump era todavía siendo un absoluto outsider, alguien al margen de la clase dirigente, sin experiencia de gobierno, sin un plan detallado y sin una red de apoyo en Washington o dentro del partido republicano. Los altos cargos y legisladores de la corriente de centro-derecha de su partido frenaron sus ambiciones más agresivas.
Mientras tanto ha rehecho totalmente a su imagen el aparato del partido. Esta vez tiene un plan bien elaborado y podrá confiar en un grupo de partidarios experimentados y muy leales.
Ofrecemos un panorama de los acontecimientos que son de temer.
En el ámbito interno
1. Toma de poder
Trump quiere poder gobernar sin ser molestado y limitar cualquier resistencia por parte del aparato estatal, para lo que quiere purgar las más altas esferas de dicho aparato estatal. Tiene previsto despedir a unos 50.000 funcionarios y exigir a todos los empleados federales una prueba de lealtad.
Los altos cargos del Pentágono temen que Trump nombre a personas autoritarias para los puestos más altos del servicio de inteligencia y del ejército, y que incluso trate de poner a los oficiales de menor rango del ejército favorables a Trump en contra de los altos mandos del ejército. Trump ya se había pronunciado en el pasado a favor de utilizar a las tropas contra alborotadores o manifestantes.