David Brooks, La Jornada
Los cambios anunciados y logrados durante los primeros 100 días de Joe Biden en la Casa Blanca son, en gran medida, resultado de miles de días de lucha social contra el proyecto neoliberal de los pasados 40 años y la desigualdad económica, contra el racismo sistémico, contra la cultura de violencia armada dentro y fuera del país, por los derechos civiles de afroestadunidenses, latinos, asiáticos, indígenas y los inmigrantes, y por el futuro del planeta ante el cambio climático.
O sea, ni la elección de Biden ni la agenda política que está impulsando se entienden sin tomar en cuenta el masivo trabajo cotidiano del amplio mosaico de luchas sociales, incluyendo el de las vidas negras en el movimiento de protesta más grande de la historia con la participación de más de 26 millones, que mucho antes de Biden ya estaban cambiando la dinámica política del país y obligando a dar un giro hacia lo que se puede llamar, en términos generales, la izquierda.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
lunes, 3 de mayo de 2021
Quiénes son los dueños de las vacunas privadas y cómo se están enriqueciendo
Esta es la historia de cómo los mismos accionistas son dueños de las diferentes vacunas compradas por la UE y EEUU, de cómo los gobiernos europeos pasaron de pagar 2,9 euros a 19,5 la dosis y cómo fueron esos mismos gobiernos los que financiaron con dinero público las investigaciones. Son los dueños del dinero del mundo y ahora también de la salud
Pascual Serrano, Sputnik
Las denominaciones de las vacunas que se están distribuyendo en Europa y Estados Unidos ya nos resultan familiares por el nombre de sus empresas fabricantes: AstraZeneca, Pfizer/Biotech, Moderna, Janssen (Johnson & Johnson). Sin embargo, no se habla tanto de cuáles son sus accionistas, o dicho de otra forma, quiénes son los dueños de las vacunas. Como era de suponer básicamente se trata de fondos de inversión. Lo curioso es que si los analizamos encontramos dos fondos comunes a todas ellas (incluso en otras vacunas que están pendiente de aprobarse, como la de Novavax): The Vanguard Group y BlackRock. Estos dos fondos de inversión administran 16 billones de dólares. Si fueran un bloque de naciones, serían la tercera potencia mundial, solo por debajo de Estados Unidos y China, de acuerdo con datos del Banco Mundial en 2019.
Su poder es tal que han presionado para que las principales farmacéuticas occidentales se coordinen y negocien conjuntamente. Según la revista financiera Expansión, «Pfizer y Moderna trabajan, cada una por su cuenta, con otras biofarmacéuticas como Rentscheler Polymun, Rovi, Recipharm, mientras que AstraZeneca y Novavax colaboran con el Serum Institute of India, el mayor fabricante de vacunas del mundo, que está elaborando en paralelo productos similares a los de Oxford-AstraZeneca». Incluso esta última empresa anunció una alianza similar con Novavax (que, por supuesto, también tiene a BlackRock y Vanguard como sus mayores accionistas).
Pascual Serrano, Sputnik
Las denominaciones de las vacunas que se están distribuyendo en Europa y Estados Unidos ya nos resultan familiares por el nombre de sus empresas fabricantes: AstraZeneca, Pfizer/Biotech, Moderna, Janssen (Johnson & Johnson). Sin embargo, no se habla tanto de cuáles son sus accionistas, o dicho de otra forma, quiénes son los dueños de las vacunas. Como era de suponer básicamente se trata de fondos de inversión. Lo curioso es que si los analizamos encontramos dos fondos comunes a todas ellas (incluso en otras vacunas que están pendiente de aprobarse, como la de Novavax): The Vanguard Group y BlackRock. Estos dos fondos de inversión administran 16 billones de dólares. Si fueran un bloque de naciones, serían la tercera potencia mundial, solo por debajo de Estados Unidos y China, de acuerdo con datos del Banco Mundial en 2019.
Su poder es tal que han presionado para que las principales farmacéuticas occidentales se coordinen y negocien conjuntamente. Según la revista financiera Expansión, «Pfizer y Moderna trabajan, cada una por su cuenta, con otras biofarmacéuticas como Rentscheler Polymun, Rovi, Recipharm, mientras que AstraZeneca y Novavax colaboran con el Serum Institute of India, el mayor fabricante de vacunas del mundo, que está elaborando en paralelo productos similares a los de Oxford-AstraZeneca». Incluso esta última empresa anunció una alianza similar con Novavax (que, por supuesto, también tiene a BlackRock y Vanguard como sus mayores accionistas).
viernes, 30 de abril de 2021
La pandemia de Covid-19 ya deja en Brasil más de 400.000 muertos
Mar Romero, France 24
Brasil supera un nuevo umbral de víctimas de la pandemia: desde que inició la crisis sanitaria, más de 400.000 personas han perdido la vida a raíz de un contagio de Covid-19 en el país. La noticia llega en medio de una crisis política que arrincona al presidente Jair Bolsonaro por su gestión de la pandemia, una crisis política que, igual que la sanitaria, solo se agrava con el tiempo.
En poco más de un año, la pandemia de Covid-19 se ha llevado más de 400.000 vidas en Brasil. La cifra, adelantada este jueves por un consorcio de medios de comunicación del país y confirmada más tarde por el Ministerio de Salud, demuestra una vez más que la crisis sanitaria está desatada en el gigante latinoamericano.
En su último reporte, el Ministerio de Salud del país informó de otras 3.001 nuevas muertes por la enfermedad en las últimas horas, lo que eleva el total de fallecimientos desde que inició la pandemia a 401.186 muertes. El Ministerio también registró otros 69.389 nuevos contagios.
Brasil supera un nuevo umbral de víctimas de la pandemia: desde que inició la crisis sanitaria, más de 400.000 personas han perdido la vida a raíz de un contagio de Covid-19 en el país. La noticia llega en medio de una crisis política que arrincona al presidente Jair Bolsonaro por su gestión de la pandemia, una crisis política que, igual que la sanitaria, solo se agrava con el tiempo.
En poco más de un año, la pandemia de Covid-19 se ha llevado más de 400.000 vidas en Brasil. La cifra, adelantada este jueves por un consorcio de medios de comunicación del país y confirmada más tarde por el Ministerio de Salud, demuestra una vez más que la crisis sanitaria está desatada en el gigante latinoamericano.
En su último reporte, el Ministerio de Salud del país informó de otras 3.001 nuevas muertes por la enfermedad en las últimas horas, lo que eleva el total de fallecimientos desde que inició la pandemia a 401.186 muertes. El Ministerio también registró otros 69.389 nuevos contagios.
jueves, 29 de abril de 2021
¿La mano invisible o la intervención estatal?
Julio Gambina, Rebelión
Interesante debate se transitó en una reunión virtual de ministros del Mercosur el pasado lunes 26. La polémica la protagonizaron los titulares de Economía de Argentina y de Brasil.
Se trató de un debate teórico y político que trasciende la preocupación relativa a la institucionalidad del Mercosur y se proyecta sobre el orden cotidiano. El tema es que Paulo Guedes, en defensa de la liberalización de la economía, aludió en su intervención a Adam Smith y a la “mano invisible” como organizador de la actividad económica. La respuesta de Martín Guzmán no se hizo esperar y en tono académico respondió “que la mano invisible de Adam Smith es invisible porque no existe”. La réplica del ministro de Brasil se sustentó como criterio de verdad en que más de la mitad de los “Premios Nobel” obtenidos fueron para economistas referenciados en la Escuela de Chicago, obviando la caracterización de la entidad que ofrece los galardones.
Hay que recordar que desde 1969 se otorga el premio del “Banco de Suecia en homenaje a Nobel”, intentando un símil a los galardones otorgados por la Fundación Nobel desde 1901. Tal como sostiene el ministro del Brasil, por abrumadora mayoría fueron beneficiados por el Banco de Suecia, referentes de la corriente principal en la disciplina, o sea, neo-clásicos o liberales y entre ellos destacan los ortodoxos. Solo en momentos muy especiales de crisis económica mundial, recibieron los galardones referentes de la heterodoxia. A modo de ejemplo puede citarse en plena crisis del 2001 estadounidense, a Joseph Stiglitz, con quien trabajó Guzmán en el equipo de investigación de la Universidad de Columbia en Nueva York hasta su designación en el Ministerio de Economía de la Argentina. Stiglitz es conocido como ex directivo del Banco Mundial y crítico de los organismos internacionales y las políticas de ajuste ortodoxo. Últimamente se lo ve cercano al Papa Francisco y convergen en visiones críticas del orden hegemónico, con especial dedicación en el tema del endeudamiento externo, asunto al que se asoció Guzmán como investigador y ahora como funcionario del gobierno argentino. También fue premiado por los banqueros suecos en 2008 el estadounidense Paul Krugman, columnista del “demócrata” New York Times. El año de la premiación remite al apogeo de la gran crisis desplegada entre 2007 y 2009, la que aun condiciona la perspectiva de recuperación de la economía mundial. Ni en 2001, ni en 2008 se podía premiar a ortodoxos y por eso era el tiempo de premiación de la heterodoxia.
Interesante debate se transitó en una reunión virtual de ministros del Mercosur el pasado lunes 26. La polémica la protagonizaron los titulares de Economía de Argentina y de Brasil.
Se trató de un debate teórico y político que trasciende la preocupación relativa a la institucionalidad del Mercosur y se proyecta sobre el orden cotidiano. El tema es que Paulo Guedes, en defensa de la liberalización de la economía, aludió en su intervención a Adam Smith y a la “mano invisible” como organizador de la actividad económica. La respuesta de Martín Guzmán no se hizo esperar y en tono académico respondió “que la mano invisible de Adam Smith es invisible porque no existe”. La réplica del ministro de Brasil se sustentó como criterio de verdad en que más de la mitad de los “Premios Nobel” obtenidos fueron para economistas referenciados en la Escuela de Chicago, obviando la caracterización de la entidad que ofrece los galardones.
Hay que recordar que desde 1969 se otorga el premio del “Banco de Suecia en homenaje a Nobel”, intentando un símil a los galardones otorgados por la Fundación Nobel desde 1901. Tal como sostiene el ministro del Brasil, por abrumadora mayoría fueron beneficiados por el Banco de Suecia, referentes de la corriente principal en la disciplina, o sea, neo-clásicos o liberales y entre ellos destacan los ortodoxos. Solo en momentos muy especiales de crisis económica mundial, recibieron los galardones referentes de la heterodoxia. A modo de ejemplo puede citarse en plena crisis del 2001 estadounidense, a Joseph Stiglitz, con quien trabajó Guzmán en el equipo de investigación de la Universidad de Columbia en Nueva York hasta su designación en el Ministerio de Economía de la Argentina. Stiglitz es conocido como ex directivo del Banco Mundial y crítico de los organismos internacionales y las políticas de ajuste ortodoxo. Últimamente se lo ve cercano al Papa Francisco y convergen en visiones críticas del orden hegemónico, con especial dedicación en el tema del endeudamiento externo, asunto al que se asoció Guzmán como investigador y ahora como funcionario del gobierno argentino. También fue premiado por los banqueros suecos en 2008 el estadounidense Paul Krugman, columnista del “demócrata” New York Times. El año de la premiación remite al apogeo de la gran crisis desplegada entre 2007 y 2009, la que aun condiciona la perspectiva de recuperación de la economía mundial. Ni en 2001, ni en 2008 se podía premiar a ortodoxos y por eso era el tiempo de premiación de la heterodoxia.
¿Comer el mundo o salvaguardar el mundo? Paradigmas opuestos
He aquí que ha surgido un límite insuperable: la Tierra limitada como planeta, pequeño, superpoblado, con bienes y servicios limitados no puede soportar un proyecto ilimitado
Leonardo Boff
“Comer el mundo” o “salvaguardar el mundo” son una metáfora, frecuente en la boca de líderes indígenas, cuestionando el paradigma de nuestra civilización, cuya violencia casi los ha hecho desaparecer. Ahora ha sido puesto en jaque por la Covid-19. El virus ha caído como un rayo sobre el paradigma de “comer el mundo”, es decir, explotar ilimitadamente todo lo que existe en la naturaleza bajo la perspectiva de un crecimiento/enriquecimiento sin fin. El virus ha destruido los mantras que lo sustentan: centralidad del lucro, alcanzado mediante la competencia, la más feroz posible, acumulado privadamente, a costa de la explotación de los recursos naturales. De obedecer estos mantras, estaríamos seguramente en mal camino. Lo que nos está salvando es lo ocultado e invisibilizado en el paradigma de “comer el mundo”: la vida, la solidaridad, la interdependencia entre todos y el cuidado de la naturaleza y de unos a otros. Es el paradigma imperativo de “salvaguardar el mundo”.
El paradigma de “comerse el mundo” es muy antiguo. Viene de la Atenas del siglo V a.C., cuando el espíritu crítico irrumpió y permitió percibir la dinámica intrínseca del espíritu que es la ruptura de todos los límites y la búsqueda del infinito. Tal propósito fue pensado por los grandes filósofos, por los artistas, aparece también en las tragedias de Sófocles, Esquilo y Eurípides y es practicado por los políticos. Ya no es el medén ágan del templo de Delfos: “nada en exceso”.
“Comer el mundo” o “salvaguardar el mundo” son una metáfora, frecuente en la boca de líderes indígenas, cuestionando el paradigma de nuestra civilización, cuya violencia casi los ha hecho desaparecer. Ahora ha sido puesto en jaque por la Covid-19. El virus ha caído como un rayo sobre el paradigma de “comer el mundo”, es decir, explotar ilimitadamente todo lo que existe en la naturaleza bajo la perspectiva de un crecimiento/enriquecimiento sin fin. El virus ha destruido los mantras que lo sustentan: centralidad del lucro, alcanzado mediante la competencia, la más feroz posible, acumulado privadamente, a costa de la explotación de los recursos naturales. De obedecer estos mantras, estaríamos seguramente en mal camino. Lo que nos está salvando es lo ocultado e invisibilizado en el paradigma de “comer el mundo”: la vida, la solidaridad, la interdependencia entre todos y el cuidado de la naturaleza y de unos a otros. Es el paradigma imperativo de “salvaguardar el mundo”.
El paradigma de “comerse el mundo” es muy antiguo. Viene de la Atenas del siglo V a.C., cuando el espíritu crítico irrumpió y permitió percibir la dinámica intrínseca del espíritu que es la ruptura de todos los límites y la búsqueda del infinito. Tal propósito fue pensado por los grandes filósofos, por los artistas, aparece también en las tragedias de Sófocles, Esquilo y Eurípides y es practicado por los políticos. Ya no es el medén ágan del templo de Delfos: “nada en exceso”.
miércoles, 28 de abril de 2021
Washington no puede con la economía china
Hedelberto López Blanch, Rebelion
Desde hace unos años Estados Unidos ha hecho lo indecible por tratar de detener el empuje de China pues ha visto cómo el gigante asiático se abre paso para convertirse en la primera economía del planeta.
Resulta que ni las innumerables extorsiones y difamaciones lanzadas por Washington contra Beijing ni los grandes desastres mundiales ocasionados por la Covid-19, han podido detener el avance de ese país asiático cuyo Producto Interno Bruto (PIB) creció 18,3 % en el primer trimestre de 2021.
La Oficina Nacional de Estadística de la nación señaló que el PIB en ese período fue de 24,93 billones de yuanes (3,8 billones de dólares).
El esfuerzo por controlar la pandemia ha sido extraordinario pues le ha permitido remontar los malos momentos económicos del año 2020 cuando el PIB se situó en 2,3 %, el mínimo de los últimos 40 años.
Por su parte, Washington a lo largo de su historia como potencia hegemónica, ha utilizado diversos métodos para hacer valer sus intereses como han sido amenazas o lanzamiento de guerras militares o económicas.
Desde hace unos años Estados Unidos ha hecho lo indecible por tratar de detener el empuje de China pues ha visto cómo el gigante asiático se abre paso para convertirse en la primera economía del planeta.
Resulta que ni las innumerables extorsiones y difamaciones lanzadas por Washington contra Beijing ni los grandes desastres mundiales ocasionados por la Covid-19, han podido detener el avance de ese país asiático cuyo Producto Interno Bruto (PIB) creció 18,3 % en el primer trimestre de 2021.
La Oficina Nacional de Estadística de la nación señaló que el PIB en ese período fue de 24,93 billones de yuanes (3,8 billones de dólares).
El esfuerzo por controlar la pandemia ha sido extraordinario pues le ha permitido remontar los malos momentos económicos del año 2020 cuando el PIB se situó en 2,3 %, el mínimo de los últimos 40 años.
Por su parte, Washington a lo largo de su historia como potencia hegemónica, ha utilizado diversos métodos para hacer valer sus intereses como han sido amenazas o lanzamiento de guerras militares o económicas.
martes, 27 de abril de 2021
¿Que hay detrás de la ‘Nueva Guerra Fría’?
Es la ganancia del capital transnacional y no las “amenazas externas” lo que explica la expansión de la maquinaria norteamericana de guerra estatal y corporativa. La Nueva Guerra Fría cumple con la finalidad de justificarla
William I. Robinson, Alainet
La decisión del presidente norteamericano Joe Biden el pasado 15 de abril de expulsar a 10 diplomáticos del Kremlin y de imponer nuevas sanciones contra Rusia por su alegada injerencia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020 – y a la cual ya reciprocó Rusia – se produjo pocos días después de que el Pentágono realizara ejercicios navales frente a la costa de China. Las dos acciones representan una escalada de las agresiones con el afán de Washington de intensificar la ‘Nueva Guerra Fría’ en contra de Rusia y China, llevando al mundo cada vez mas hacia la conflagración político-militar internacional. La mayoría de los observadores atribuyen esta Guerra instigada por Estados Unidos a la rivalidad y la competencia sobre la hegemonía y el control económico internacional. No obstante, estos factores solo explican en parte esta Guerra. Hay un cuadro mas amplio – que ha sido pasado por alto – que impulsa este proceso; la crisis del capitalismo global.
Esta crisis es económica, o estructural, de estancamiento crónico en la economía global. Pero también es política, una crisis de la legitimidad del Estado y de la hegemonía capitalista. Mientras el sistema se hunde en una crisis general del dominio del capital, miles de millones de personas alrededor del mundo enfrentan luchas por una supervivencia incierta y cuestionan un sistema que ya no consideran legítimo. En Estados Unidos, los grupos dominantes se esfuerzan por desviar la inseguridad generalizada producto de la crisis hacia chivos expiatorios, tales como los inmigrantes o los asiáticos culpados por la pandemia, y hacia enemigos externos como China y Rusia. A la vez, las crecientes tensiones internacionales legitiman el aumento de los presupuestos miliares y de seguridad y abren nuevas oportunidades lucrativas mediante las guerras, los conflictos, y la extensión de los sistemas transnacionales de control social y represión de cara al estancamiento en la economía civil.
La decisión del presidente norteamericano Joe Biden el pasado 15 de abril de expulsar a 10 diplomáticos del Kremlin y de imponer nuevas sanciones contra Rusia por su alegada injerencia en las elecciones presidenciales estadounidenses de 2020 – y a la cual ya reciprocó Rusia – se produjo pocos días después de que el Pentágono realizara ejercicios navales frente a la costa de China. Las dos acciones representan una escalada de las agresiones con el afán de Washington de intensificar la ‘Nueva Guerra Fría’ en contra de Rusia y China, llevando al mundo cada vez mas hacia la conflagración político-militar internacional. La mayoría de los observadores atribuyen esta Guerra instigada por Estados Unidos a la rivalidad y la competencia sobre la hegemonía y el control económico internacional. No obstante, estos factores solo explican en parte esta Guerra. Hay un cuadro mas amplio – que ha sido pasado por alto – que impulsa este proceso; la crisis del capitalismo global.
Esta crisis es económica, o estructural, de estancamiento crónico en la economía global. Pero también es política, una crisis de la legitimidad del Estado y de la hegemonía capitalista. Mientras el sistema se hunde en una crisis general del dominio del capital, miles de millones de personas alrededor del mundo enfrentan luchas por una supervivencia incierta y cuestionan un sistema que ya no consideran legítimo. En Estados Unidos, los grupos dominantes se esfuerzan por desviar la inseguridad generalizada producto de la crisis hacia chivos expiatorios, tales como los inmigrantes o los asiáticos culpados por la pandemia, y hacia enemigos externos como China y Rusia. A la vez, las crecientes tensiones internacionales legitiman el aumento de los presupuestos miliares y de seguridad y abren nuevas oportunidades lucrativas mediante las guerras, los conflictos, y la extensión de los sistemas transnacionales de control social y represión de cara al estancamiento en la economía civil.
lunes, 26 de abril de 2021
Putin pospone su opción nuclear y negocia con Biden, por el momento
Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada
El 21 de abril pasado no se escenificó en apariencia el mensaje sobre el cambio de época del zar Vladimir Putin que había anunciado en forma dramática Russia Today (https://bit.ly/3gD8n3w).
Tampoco se trató de un parto de los montes –“Parturient montes, nascetur ridiculus mus” (parirán los montes; nacerá un ridículo ratón) poeta satírico Horacio dixit”–. Un día después al 21, Putin participó en la cumbre virtual sobre el cambio climático que convocó Joe Biden y a la que asistió finalmente el mandarín Xi Jinping.
Putin pospuso su opción nuclear sobre la salida de Rusia del sistema internacional de pagos Swift y la desdolarización que habían insinuado el canciller Sergei Lavrov y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Tampoco hay que tomar a la ligera la sumaria advertencia de Vladimir Putin para que Occidente (Whatever that means) no se atreva a cruzar las líneas rojas (sic) trazadas por Rusia y que la hermenéutica china juzgó como una advertencia a Occidente de una severa respuesta a sus actos hostiles (https://bit.ly/3njgKT1).
El 21 de abril pasado no se escenificó en apariencia el mensaje sobre el cambio de época del zar Vladimir Putin que había anunciado en forma dramática Russia Today (https://bit.ly/3gD8n3w).
Tampoco se trató de un parto de los montes –“Parturient montes, nascetur ridiculus mus” (parirán los montes; nacerá un ridículo ratón) poeta satírico Horacio dixit”–. Un día después al 21, Putin participó en la cumbre virtual sobre el cambio climático que convocó Joe Biden y a la que asistió finalmente el mandarín Xi Jinping.
Putin pospuso su opción nuclear sobre la salida de Rusia del sistema internacional de pagos Swift y la desdolarización que habían insinuado el canciller Sergei Lavrov y el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Tampoco hay que tomar a la ligera la sumaria advertencia de Vladimir Putin para que Occidente (Whatever that means) no se atreva a cruzar las líneas rojas (sic) trazadas por Rusia y que la hermenéutica china juzgó como una advertencia a Occidente de una severa respuesta a sus actos hostiles (https://bit.ly/3njgKT1).
sábado, 24 de abril de 2021
Chile, “primero” del mundo en enfermos graves de Covid
En diciembre el gobierno previó que habría un fuerte rebrote, sin embargo mantuvo abierto el flujo de aviones, abrió casi todo el país para vacaciones y en marzo las escuelas. Todo, por supuesto, con los “debidos resguardos”
Felipe Portales
Muy desgraciadamente, hemos llegado a ser el peor país del mundo en materia de enfermos hospitalizados por Covid en relación a la población, que es lo que mide el riesgo efectivo de cada persona de caer en dicha situación. Esto, de acuerdo al Worldometer, y dejando fuera a Brasil que entrega datos manifiestamente falsos en la materia desde el momento en que desde hace más de dos meses entrega siempre el mismo número.
En efecto, con sus 3.372 enfermos hospitalizados, Chile llega a tener 175,19 personas por millón; superando a Catar, que con sus 459 hospitalizados, alcanza a 163,47 por millón. Además, desde la propia perspectiva chilena, los datos –desde enero- no pueden ser más deplorables. Al 31 de enero nuestro país contaba con 1.453 enfermos hospitalizados (siendo el segundo en América en relación a la población; y el séptimo, considerando solo Europa y América) y hoy con 3.372. Esto significa un incremento ¡de 132,07%! en menos de tres meses.
Muy desgraciadamente, hemos llegado a ser el peor país del mundo en materia de enfermos hospitalizados por Covid en relación a la población, que es lo que mide el riesgo efectivo de cada persona de caer en dicha situación. Esto, de acuerdo al Worldometer, y dejando fuera a Brasil que entrega datos manifiestamente falsos en la materia desde el momento en que desde hace más de dos meses entrega siempre el mismo número.
En efecto, con sus 3.372 enfermos hospitalizados, Chile llega a tener 175,19 personas por millón; superando a Catar, que con sus 459 hospitalizados, alcanza a 163,47 por millón. Además, desde la propia perspectiva chilena, los datos –desde enero- no pueden ser más deplorables. Al 31 de enero nuestro país contaba con 1.453 enfermos hospitalizados (siendo el segundo en América en relación a la población; y el séptimo, considerando solo Europa y América) y hoy con 3.372. Esto significa un incremento ¡de 132,07%! en menos de tres meses.
viernes, 23 de abril de 2021
Joe Biden no está terminando la guerra en Afganistán
Branko Marcetic, Jacobin
Si leemos más allá de los titulares, resulta que la supuesta retirada de Afganistán de Joe Biden no es nada de eso: retrasa el final de la guerra al tiempo que prevé la continuación de la acción «antiterrorista» sin un final a la vista.
En los primeros días de la breve estancia de Joe Biden en la Casa Blanca, el nuevo presidente firmó una serie de órdenes ejecutivas de alto perfil que revocaban algunas de las acciones más escandalosas de Trump y parecían llevar al país en una radical nueva dirección. Escalonando las órdenes a lo largo de días y semanas para lograr el máximo impacto público, cada nueva ronda de medidas fue recibida con una cobertura de prensa completa, generalmente reciclando los propios argumentos de la administración sobre su audacia y naturaleza transformadora, encajando perfectamente en una narrativa mediática preestablecida sobre el país volviendo a la “normalidad” bajo un nuevo líder histórico e imposiblemente progresista.
Si leemos más allá de los titulares, resulta que la supuesta retirada de Afganistán de Joe Biden no es nada de eso: retrasa el final de la guerra al tiempo que prevé la continuación de la acción «antiterrorista» sin un final a la vista.
En los primeros días de la breve estancia de Joe Biden en la Casa Blanca, el nuevo presidente firmó una serie de órdenes ejecutivas de alto perfil que revocaban algunas de las acciones más escandalosas de Trump y parecían llevar al país en una radical nueva dirección. Escalonando las órdenes a lo largo de días y semanas para lograr el máximo impacto público, cada nueva ronda de medidas fue recibida con una cobertura de prensa completa, generalmente reciclando los propios argumentos de la administración sobre su audacia y naturaleza transformadora, encajando perfectamente en una narrativa mediática preestablecida sobre el país volviendo a la “normalidad” bajo un nuevo líder histórico e imposiblemente progresista.
jueves, 22 de abril de 2021
Lula convoca a la esperanza
Esperanza de derrotar al genocida. De vencer el hambre
De terminar con el virus. Emir Sader, Alainet
¡Cuántas veces miramos a Lula con esperanza! ¡Esperando que aquella huelga heroica tumbara a la dictadura! ¡Esperando que la transición realmente llevara a Brasil a una democracia! ¡Esperando que él derrotara a Collor! ¡Esperando que llevara a Brasil a librarse del gobierno de Cardoso y su modelo neoliberal!
Esperando que su gobierno fuera realmente para todos, pero sobre todo para los más necesitados! ¡Esperando que disminuyeran las desigualdades en el país más desigual del continente más desigual del mundo ¡Esperando que él rescatara el imagen de Brasil en el mundo! ¡Esperando que él rescatara el crecimiento de la economía y generara los empleos que tanto necesitan de los brasileños! ¡Esperando que los brasileños volvieran a tener orgullo de ser brasileños!
¡Esperando que su prisión sirviera para probar su inocencia! ¡Esperando que él fuera liberado y saliera por aquella puerta de la Policía Federa de Curitiba! ¡Esperando que él saliera para que venga a abrazar a todas y todos los que, en la vigilia, lo aguardaron 540 días y noches! ¡Esperando que el volviera al Sindicato de los Metalúrgicos para volver a hablar para todos!
De terminar con el virus. Emir Sader, Alainet
¡Cuántas veces miramos a Lula con esperanza! ¡Esperando que aquella huelga heroica tumbara a la dictadura! ¡Esperando que la transición realmente llevara a Brasil a una democracia! ¡Esperando que él derrotara a Collor! ¡Esperando que llevara a Brasil a librarse del gobierno de Cardoso y su modelo neoliberal!
Esperando que su gobierno fuera realmente para todos, pero sobre todo para los más necesitados! ¡Esperando que disminuyeran las desigualdades en el país más desigual del continente más desigual del mundo ¡Esperando que él rescatara el imagen de Brasil en el mundo! ¡Esperando que él rescatara el crecimiento de la economía y generara los empleos que tanto necesitan de los brasileños! ¡Esperando que los brasileños volvieran a tener orgullo de ser brasileños!
¡Esperando que su prisión sirviera para probar su inocencia! ¡Esperando que él fuera liberado y saliera por aquella puerta de la Policía Federa de Curitiba! ¡Esperando que él saliera para que venga a abrazar a todas y todos los que, en la vigilia, lo aguardaron 540 días y noches! ¡Esperando que el volviera al Sindicato de los Metalúrgicos para volver a hablar para todos!
miércoles, 21 de abril de 2021
La ocultada causa del fracaso de la Unión Europea en la provisión de las vacunas anti covid-19
Vicenç Navarro, Público
Una de las características de las principales instituciones de la Unión Europea (desde la Comisión Europea al Parlamento Europeo) es que han estado gobernadas durante la mayor parte de su existencia por una mayoría conservadora-liberal ferviente creyente del dogma neoliberal, plenamente comprometida con la existencia y extensión de la globalización mundial de la actividad económica e impulsora de políticas de equilibrio presupuestario a nivel nacional (mediante austeridad de gasto público) sujeto a las reglas del capital financiero dictadas por el Banco Central Europeo. Estas políticas -como las de austeridad de gasto público- debilitaron los servicios públicos del Estado del Bienestar (como los sanitarios, los de salud pública y los sociales, entre otros) de gran parte de los países de la UE (y, muy en especial, de los del sur de Europa), disminuyendo su capacidad de responder a la pandemia y proteger a la población frente a sus estragos. La privatización de la sanidad pública, estimulada por sus políticas neoliberales, ha causado un enorme daño a la población, puesto que –predeciblemente- los servicios privados han tenido una eficacia limitada frente a la pandemia.
Una de las características de las principales instituciones de la Unión Europea (desde la Comisión Europea al Parlamento Europeo) es que han estado gobernadas durante la mayor parte de su existencia por una mayoría conservadora-liberal ferviente creyente del dogma neoliberal, plenamente comprometida con la existencia y extensión de la globalización mundial de la actividad económica e impulsora de políticas de equilibrio presupuestario a nivel nacional (mediante austeridad de gasto público) sujeto a las reglas del capital financiero dictadas por el Banco Central Europeo. Estas políticas -como las de austeridad de gasto público- debilitaron los servicios públicos del Estado del Bienestar (como los sanitarios, los de salud pública y los sociales, entre otros) de gran parte de los países de la UE (y, muy en especial, de los del sur de Europa), disminuyendo su capacidad de responder a la pandemia y proteger a la población frente a sus estragos. La privatización de la sanidad pública, estimulada por sus políticas neoliberales, ha causado un enorme daño a la población, puesto que –predeciblemente- los servicios privados han tenido una eficacia limitada frente a la pandemia.
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