En este texto escrito en 2008, Éric Toussaint denunciaba las respuestas dadas por los gobiernos a la crisis bancaria internacional y anticipaba lo que efectivamente llegó en los años siguientes: un aumento muy importante de la deuda pública y una aceleración en las políticas de austeridad. Explicaba también que todo eso era evitable ya que se podían tomar medidas radicales para evitarlo. En ese momento, Éric Toussaint abogaba por la estatización de los bancos. Pero su posición ha evolucionado y ahora es la de socializar los bancos y las compañías de seguros bajo control ciudadano.
Eric Toussaint, CADTM
El rescate de los bancos y aseguradoras privadas realizado en septiembre-octubre de 2008 constituye una elección política fuerte que no tenía nada de ineludible y que ancla al futuro en varios niveles decisivos.
En primer lugar, el costo de la operación es asumido enteramente por los poderes públicos, lo que implicará un aumento muy importante de la deuda pública [1]. La crisis capitalista actual, que durará al menos varios años, incluso una década, [2] implicará una reducción de los ingresos del Estado mientras que aumentarán sus gastos vinculados al reembolso de la deuda. En consecuencia, las presiones para reducir los gastos sociales serán muy fuertes.
Los gobiernos de Estados Unidos y Europa sustituyeron un tambaleante andamiaje de deudas privadas por una aplastante acumulación de deudas públicas. Según el banco Barclays, los gobiernos europeos de la zona euro emitirán, en 2009, nuevos títulos de deuda pública por un importe que debería alcanzar los 925.000 millones de euros [3]. Se trata de una suma colosal, sin contar las nuevas emisiones de bonos del Tesoro por Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, Canadá, etc. Sin embargo, hasta hace poco tiempo, había un consenso de los mismos gobiernos para reducir la deuda pública.