Vicenç Navarro, Público
El pasado domingo 8 de mayo, día lluvioso, fuimos mi esposa y yo al cine a ver la película Trumbo, que es la historia de la caza de brujas en Hollywood (centro de la industria cinematográfica de EEUU), centrándose en la figura de unos de los afectados más directamente por aquella página oscura de la historia de EEUU, cuando, bajo la dirección del comité del Congreso llamado House Un-American Activities Committee y del Permanent Subcommittee on Investigations del Government Operations Committee del Senado presidido por el tristemente famoso Joseph McCarthy, se intentó exitosamente suprimir las voces críticas con el capitalismo estadounidense, presentándolas como agentes de la Unión Soviética, país que había pasado de ser aliado de EEUU en la lucha contra el nazismo a ser su enemigo número 1 con la aparición de la Guerra Fría a mediados de los años cuarenta. En todo el país, incluyendo en Hollywood, personas de militancia o simpatías comunistas (como fueron la mayoría de voluntarios en las Brigadas Internacionales que lucharon en España defendiendo la democracia española frente al fascismo) fueron encarceladas y expulsadas de su trabajo, pasando a ser brutalmente silenciadas y marginadas en su propia sociedad.
La película narra la vida de una de ellas, el guionista Dalton Trumbo, que de ser uno de los guionistas más conocidos y mejor pagados en Hollywood, pasó a perderlo todo, a ser encarcelado y a tener que trabajar de manera clandestina, bajo otro nombre. Es probable que al espectador español la película basada en este personaje le diga poco. Pero es importante que se sepa lo que fue el macartismo y lo que supuso la Guerra Fría, que algunos están intentando reavivar ahora, tanto en EEUU como en España.