Según Bloomberg, varias compañías procedentes de los países mencionados tienen previsto gastar 100.000 millones de dólares en la próxima década. Esta inversión de un tamaño tan considerable es consecuencia de las grandes expectativas que se tiene sobre los recursos del Ártico.
Algunos estudios revelan que esta zona del Polo Norte podría albergar alrededor del 25% de todas las reservas mundiales de petróleo y gas no descubiertas. Además, se cree que también pueden encontrarse grandes cantidades de oro, plata, cobre y diamantes.
Otro tesoro de la zona llega por su situación geográfica: la Ruta del Mar del Norte es un 40% más corta para los viajes desde los países nórdicos hasta China, que la ruta que transcurre a través del Canal de Suez, una vía de navegación artificial situada en Egipto, muy apartada de los Estados situados al norte de Europa.
Putin y Rusia ya se 'adueñaron' de esta ruta tras inaugurarla en 2011: "Vemos el futuro de la ruta marítima ártica como una arteria de transporte internacional capaz de competir con las rutas tradicionales en coste de servicios, seguridad y calidad", indicó. Putin resaltó que esta ruta "es el camino más corto entre los mercados de Europa y el región Asia-Pacífico", es decir, China, Japón, Estados Unidos y América Latina.
Dudas en el Ártico
La inestabilidad en la región por las dudas legales sobre la pertenencia del Ártico han impedido que hasta el momento se hayan realizado inversiones de calado y prolongadas en el tiempo. Pero ahora, los gobiernos han comenzado a cooperar a través del Consejo Ártico, creado en 1996. Los países que comparten este territorio, excepto Rusia, han desarrollado recientemente planes y sistemas jurídicos estables, que podrían incentivar la inversión. A pesar del menor clima de inestabilidad, aún existen muchas reclamaciones territoriales que dejan en el aire la soberanía de la zona. Además de estas trabas, los externalidades negativas (penalizadas con impuestos) producto de la minería y la perforación son otra barrera que ha frenado y frenan las inversiones de las empresas dedicadas a la explotación de materias primas. También puede que tengan que decir algo los 4 millones de habitantes que ocupan la zona, muchos de ellos pertenecientes a tribus que llevan establecidos en el Ártico durante miles de años.Hasta ahora, las grandes compañías petroleras se han topado con contratiempos y unos costes muy superiores a los calculados en un principio. Un buen ejemplo es el de la petrolera noruega Statoil, que según declara Bloomberg decidió posponer sus inversiones en el Ártico por los elevados costes, impuestos y la incertidumbre. La caída del precio del petróleo tampoco ayuda al desarrollo de las inversiones en la zona, mientras que el crudo sea barato y abundante los incentivos para encontrar nuevas reservas caen drásticamente.
Pasos hacia la cooperación
A pesar de todo, algunas empresas prosiguen con las perforaciones y las investigaciones en el Ártico. Un buen ejemplo es la compañía ExxonMobil o Rosneft, que prosiguen perforando el Ártico en busca de petróleo y gas. Si las previsiones se cumplen, las reservas probadas de gas y petróleo aumentarán considerablemente, retrasando aún más el temido 'pico del petróleo'.El gigante petrolero estadounidense comenzó a perforar a finales de 2014 el ártico de Rusia, a pesar de las sanciones occidentales impuestas contra su par ruso Rosneft. La operación fue elogiada por el presidente ruso como un modelo de "cooperación".
Aunque las sanciones de EEUU por la crisis en Ucrania no están diseñadas para detener los proyectos conjuntos de compañías rusas y estadounidenses, sí apuntan a privar a Rosneft de financiamiento en dólares y a prohibirle el acceso a tecnología moderna, por el momento.
La reclamación de Dinamarca
El Gobierno danés reveló una iniciativa para reclamar como propios 895.541 kilómetros cuadrados en el océano Ártico, incluido el Polo Norte, ante la Comisión sobre las Fronteras y las Plataformas Continentales (CLCS, por sus siglas en inglés), un organismo de la ONU. La zona podría albergar importantes reservas de hidrocarburos a las que también aspiran Rusia y Canadá.El Ministerio de Asuntos Exteriores explicó que se trata de una propuesta conjunta que plantearán Groenlandia y Dinamarca y que presenta el argumento de que la plataforma continental de Groenlandia, país bajo soberanía del Reino de Dinamarca, se extiende hacia el norte y le permitiría ampliar sus fronteras hasta casi la Siberia rusa.
Los tesoros que esconde el Ártico son muchos. La duda es a quién pertenece y si tiene derecho a la explotarlos. De este modo, el conflicto está servido para los próximos años, una 'guerra' económica por los recursos que se desarrollará durante los próximos años.
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Tomado de El Economista
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