El Banco Central Europeo advirtió que un resurgimiento de los desequilibrios comerciales y la creciente deuda del gobierno, está creando una mezcla explosiva que puede recrudecer la actual crisis financiera. De acuerdo a Jurgen Stark, ejecutivo del BCE, estamos entrado en una nueva fase que es la crisis de la deuda soberana.
Los comentarios de Jurgen Stark son coincidentes a los planteamientos que he realizado en varios artículos: mientras China y Alemania acumlan grandes superávit, Estados Unidos y el resto de Europa acumulan enormes déficit. Esto comienza a generar tensiones comerciales que de no aliviarse implicarán un severo estancamiento. Y si a esto agregamos el acoso a la banca que comienza a ejercer Estados Unidos, tenemos todos los insumos para una explosión perfecta.
Los desequilibrios se ven potenciados con el alza sostenida que ha mantenido el petróleo, un insumo del cual China ha pasado a ser un importante demandante. El añopasado Estados Unidos disminuyó su consumo en 990.000 barriles diarios (360 millones de barriles e el año), pero está diferencia no se notó porque China aumentó su consumo en más de un millón de barriles diarios.
El BCE basa su advertencia en el fuerte aumento de los déficit comerciales de los países del G-20, que pese a manifestarse a favor de abordar el tema de los desequilibrios no han sido capaces de resolverlo. Esto demuestra que el problema deficitario es más estructural que coyuntural lo que implica que primero se debe generar un cambio de mentalidad para abordar el problema.
Parte del mejoramiento del déficit pasa por el aumento real del consumo de aquellos países que hoy son suoperavitarios, como China y Alemania. La manera concreta en que el impulso puede realizarse es mejorando sustancialmente los salarios tanto de chinos como alemanes para generar un cambio en los salarios relativos. Esto mejorará el poder de compra y permitirá suplir los déficit. Por cierto, la pregunta es ¿estarán dispuestos a dar este salto?
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