Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
martes, 29 de septiembre de 2009
Mercado laboral en relación 6 a 1
Pese a las erráticas señales de que la economía reanuda el crecimiento, el mercado laboral se enfrenta a un escenario sombrío cuyas perspectivas siguen empeorando. El hecho da cuenta de la poca importancia que tiene para los medios y los líderes de opinión el tema del empleo, que siguen con mucha más atención los vaivenes de la bolsa, aunque tanto el Ibex como el Dow Jones se encuentran un 30% por debajo de las cotas alcanzadas el 2007.
En Estados Unidos, donde la actividad ha tocado fondo, la oferta de empleo es 6 veces superior a la demanda. Es decir, hay seis trabajadores disponibles para cada oferta de trabajo, en la peor relación de empleo en décadas. Y aunque el ritmo de despidos ha disminuído, muchas empresas siguen preocupadas por las perspectivas de crecimiento para los próximos meses. Esto demuestra que lejos del crecimiento, lo que se vive es un auténtico estancamiento, con 14,5 millones de desempleados oficiales en Estados Unidos, y más de 60 millones de personas sin empleo en el mundo.
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El nivel de empleo de Estados Unidos sigue siendo un dato relevante para la economía mundial. Más aún para los países exportadores. Con un 5% de la población del planeta, Estados Unidos llegó a consumir el 50% de la producción mundial, el doble de lo que producía. El consumo doméstico en Estados Unidos alcanzó en el período 2007-2008 el 80% del PIB, desde el 66% que tenía en el período 1985-1990.
Estados Unidos jugó y abusó de su condición de "consumidor de última instancia", al ser el fabricante de la moneda con la cual se transaba todo el comercio mundial, y al dejarse llevar por peligrosas políticas económicas desde Reagan en adelante. La decadencia que espera a Estados Unidos será larga y tediosa, como señala hoy el ex presidente de la Fed, Paul Volcker.
Me he referido a Paul Volcker en otros momentos y hay que decir que no tiene nada que ver con su sucesor en la Fed, Alan Greenspan. Reagan sacó a Volcker y puso a Greenspan en la Fed, porque el primero se negó a aplicar las finanzas de casino que a la larga hicieron sucumbir a Estados Unidos.
Para Volcker, la actual crisis "ha puesto de manifiesto la pérdida de liderazgo económico e intelectual de Estados Unidos". Más aún cuando aquellos países a los que EE.UU. debe cuatro billones de dólares "serán observadores pasivos de lo que se haga".
El asesor económico de Obama tiene la franqueza para afirmar que "la recuperación será más lenta de lo que se piensa", dado que costará mucho "bombear el consumo al nivel previo a la crisis". De ahí que mientras el empleo de Estados Unidos no comience un sólido despegue, no se puede hablar de recuperación. El resto es solo un espejismo.
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