Una mirada no convencional al modelo económico neoliberal, las fallas del mercado y la geopolítica de la globalización
lunes, 27 de enero de 2025
Todos los imperios caen
Antonio Gershenson*, La Jornada
Todos los imperios caen. Y el que están pretendiendo construir Donald Trump y Elon Musk juntos también caerá. Nuevamente necesitamos revisar la historia y constataremos que no hay nada nuevo en el frente. La historia se repite y las leyes sociales se manifiestan de nuevo.
Los negocios inmobiliarios del presidente Trump y la invasión de empresas y otros negocios del sudafricano Musk aparentemente tienen una fuerza invencible.
Un ejemplo de ese tipo de imperios todopoderosos por lo avasallador fue el imperio romano. Recordemos que, en Europa occidental, se manifestó como un superestado centralizado cuya duración alcanzó los 500 años. Y finalmente se derrumbó.
Su fuerza, como ya dijimos, fue invencible para cualquiera de los países que existían en ese momento. La presencia de los militares romanos fue desvaneciéndose, debilitando su fuerza en forma gradual, casi imperceptible, pero después de cientos de años, diversos motivos provocaron su derrumbe final.
Algo similar está sucediendo con la fuerza y presencia indudables del país que ha sido el más agresivo en el siglo XX, por su tipo de economía, por las ventajas que siempre obtiene de los países con los que entabla algún tipo de relación o bajo su dominio.
Diversas opiniones forman un panorama de la situación actual que vivimos no sólo en América Latina, sino en todo el mundo, de lo que serán estos próximos cuatro años del gobierno de Trump.
Sin embargo, un punto importante que no tuvo en su primera estadía en la Casa Blanca es la presencia de un personaje ambicioso, siniestro y sumamente ignorante, como lo es Elon Musk.
Uno de los objetivos oscuros de este millonario con varias nacionalidades adquiridas es llegar al poder, pero ahora con un territorio tangible. Ya llegó al gobierno republicano por invitación del mismo Trump.
Lo que no sabe el presidente es que, además de consejero empresarial, Musk lo está utilizando como salvoconducto para llegar a la Casa Blanca en el menor tiempo posible. Cuatro años de espera no son nada para Musk.
El club de millonarios exclusivos es liderado, sin duda, por el sudafricano. Ahora buscará eliminar o, por lo menos, mantener al margen a todos aquellos millonarios del mundo que le puedan estorbar en un futuro próximo.
Así ha iniciado un conflicto con otro de su especie. Nos referimos a Carlos Slim, millonario mexicano que ha venido reinventándose ante el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Lo repitió en varias ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador, cuando se refería a que no siempre la gente que ha logrado millones en su haber es necesariamente negativa. Sin embargo, y como ya lo han descrito infinidad de analistas en economía y en política, los millonarios lograron tal cantidad impresionante de dinero por acciones de abuso sobre el trabajo de millones de personas o por la apropiación ilegal de bienes públicos, o particulares.
En resumen, los millonarios no son blancas palomas. Casi nunca han sido ejemplo de honestidad absoluta, o de gran bondad con sus empleados. La corrupción y la explotación, en muchas ocasiones imperceptibles, son características del método que han seguido los millonarios estadunidenses y de todo el mundo: explotación y más explotación.
Dicho actuar lo tenemos muy presente el pueblo mexicano. Pero, ¿qué dicen los trabajadores en Estados Unidos? Las protestas de la clase trabajadora estadunidense están presentes en cada gobierno republicano o demócrata. Lo que pasa es que esa parte de la vida laboral de ese país no es negocio para las grandes empresas noticiosas. De hecho, no les interesa.
En una encuesta reciente, la opinión generalizada es que el gobierno anterior de Trump es una muestra de corrupción, de ineficiencia y, sobre todo, de burocracia.
Elon Musk no mejorará en nada el estilo de gobernar del presidente. La presencia del millonario dueño de la plataforma X no va a mejorar al gobierno republicano.
Lo que sí podemos intuir es que el principal objetivo de Elon es llegar, a como dé lugar, a la presidencia de Estados Unidos y, si es necesario, derrumbar a su actual amigo Donald Trump; sin duda y sin el menor recato, lo llevará a cabo.
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*Colaboró Ruxi Mendieta
antonio.gershenson@gmail.com
Publicado por
mamvas
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12:01 a.m.
Tags:
Decadencia Occidental,
Estados Unidos,
Imperialismo,
imperios
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