Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
martes, 10 de junio de 2008
Banco Central sube la tasa a 6,75% y condena a Chile a un magro crecimiento
Una vez más el Banco Central condena al 80% de los chilenos al hambre. Con el drástico aumento de la tasa de interés en 50 puntos, para dejarla en 6,75%, el Banco Central comete los mismos errores de hace diez años cuando la dupla de Carlos Massad y Felipe Morandé arrastraron a miles de pequeñas empresas a la quiebra y a cientos de miles de deudores a la miseria. Diez años después la historia se repite y en el Banco Central no aprenden. Claro, ellos no tendrán problemas.
El objetivo es absurdo desde todo punto de vista. El incremento en la tasa crea un diferencial de casi 5 puntos con la Fed y casi 3 puntos con el Banco Europeo, lo que facilitará el ingreso de los capitales golondrina y la baja en el precio del dólar, a $460?, a $450?. ¿Se justifica comprar 50 millones de dólares diarios, con la depreciación mundial de esa moneda? ¿Qué piensa hacer el señor De Gregorio el día de mañana, comprar cien millones? ¿Y para qué? ¿Por qué no comprar rublos, euros, yenes o reales, que valen más? ¿Quién pone Orden y un mínimo de sentido común? ¿No debería existir una superintendiencia económica que vele por la estabilidad de otras variables, al margen de los precios?
El Banco Central actúa para llevar la inflación al 3%, cosa que no logrará, ni éste ni el próximo año. De Gregorio y sus socios piensan que con esto detendrán el alza del petróleo, del arroz y el azúcar. Y lo que detendrán en verdad será el consumo, las inversiones, parando en seco la producción económica y aumentando a dos dígitos el desempleo.
Si el Banco Central tuviera -además de su rol de alguacil de precios- la misión de cuidar la estabilidad del empleo y la estabilidad de la producción económica -objetivos que garantizan la estabilidad de un país-, sus decisiones apelarían más a la razón y al bien sentido económico. Ahí se justificaría la millonaria suma que recibe cada consejero por su decisión mensual. Con su mano en alto deciden el hambre y la miseria de la mayoría.
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