Olavo Passos de Souza, Observatorio de la crisis
La victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales argentinas ha dejado a muchos preguntándose qué lugar ocupa todavía la política reaccionaria de derecha en América Latina.
Menos de un año después de la derrota de Jair Bolsonaro en Brasil y el regreso del líder progresista Luis Inácio Lula da Silva a la presidencia del país, la aplastante victoria de Milei en la segunda economía más grande de América Latina parece indicar una disonancia dentro del panorama político de la región.
Sin estar ligados por el neoliberalismo de los años 1990 ni por la “marea rosa” de las socialdemocracias durante los años 2000, los líderes latinoamericanos parecen carecer de un objetivo o una visión compartidos.
Si uno sigue las elecciones argentinas de 2023, no es difícil detectar muchas similitudes con Brasil en 2018. Y, sin embargo, las principales cuestiones destacadas por Milei y Bolsonaro fueron, en su mayor parte, radicalmente diferentes. Aunque ambos lograron resultados similares, los problemas (o problemas aparentes) en los que decidieron centrarse variaron dramáticamente.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
jueves, 14 de diciembre de 2023
Kissinger, Nixon y el Doctor Victor Frankenstein
Augusto Zamora Rodríguez, Riadi Noureddine
Mary Shelley, nacida Mary Godwin, en Londres, en 1797, publicó, con veinte años, su obra más famosa (de hecho, la única famosa), que tituló Frankenstein o el moderno Prometeo. Fue un éxito inmediato en Gran Bretaña y es, sin género de duda, una de las novelas de terror más famosas jamás escrita, no tanto por la calidad de su prosa, como por el tema que aborda: la creación, por el doctor Victor Frankenstein, de un ser vivo con los restos de humanos muertos. La posibilidad de ser Dios, dando vida a lo inerte. La fama de la criatura devorará al padre, al menos nominalmente. Se olvida el nombre del creador y pasa a conocerse al monstruo como Frankenstein, siendo ése el apellido de su ¿padre?, que queda, así, subsumido por su criatura. Con la popularidad y el tiempo, la criatura se incorpora al imaginario colectivo para denominar como Frankenstein a las obras que terminan convertidas en algo monstruoso, indeseable, inesperado, antinatural.
Prometeo, hijo de Jápeto y de la ninfa Clímene, era hermano de Epimeteo y, ambos, tenían el trabajo de crear a la Humanidad y de dotarla de todo lo necesario para vivir. Fue Prometeo quien hizo a los humanos bípedos y, en la satisfacción de su obra, decidió entregarles el fuego. Zeus se enfureció, porque el fuego era un don divino reservado a los dioses. Para castigarlo, ordenó a Hefestos que encadenara a Prometeo en una cueva, donde, por 30.000 años, un águila le devoraría las entrañas, que se regeneraban cada día. Hércules, camino de Hespérides, encuentra a Prometeo, mata al águila y lo libera. Mary Shelley quiso vincular su novela con el mito de Prometeo porque ambos, Victor Frankenstein y Prometeo, hicieron algo prohibido. Uno, dar vida a la muerte, que es atributo de Dios. El otro, robar el fuego sagrado, que era atributo de los dioses.
Mary Shelley, nacida Mary Godwin, en Londres, en 1797, publicó, con veinte años, su obra más famosa (de hecho, la única famosa), que tituló Frankenstein o el moderno Prometeo. Fue un éxito inmediato en Gran Bretaña y es, sin género de duda, una de las novelas de terror más famosas jamás escrita, no tanto por la calidad de su prosa, como por el tema que aborda: la creación, por el doctor Victor Frankenstein, de un ser vivo con los restos de humanos muertos. La posibilidad de ser Dios, dando vida a lo inerte. La fama de la criatura devorará al padre, al menos nominalmente. Se olvida el nombre del creador y pasa a conocerse al monstruo como Frankenstein, siendo ése el apellido de su ¿padre?, que queda, así, subsumido por su criatura. Con la popularidad y el tiempo, la criatura se incorpora al imaginario colectivo para denominar como Frankenstein a las obras que terminan convertidas en algo monstruoso, indeseable, inesperado, antinatural.
Prometeo, hijo de Jápeto y de la ninfa Clímene, era hermano de Epimeteo y, ambos, tenían el trabajo de crear a la Humanidad y de dotarla de todo lo necesario para vivir. Fue Prometeo quien hizo a los humanos bípedos y, en la satisfacción de su obra, decidió entregarles el fuego. Zeus se enfureció, porque el fuego era un don divino reservado a los dioses. Para castigarlo, ordenó a Hefestos que encadenara a Prometeo en una cueva, donde, por 30.000 años, un águila le devoraría las entrañas, que se regeneraban cada día. Hércules, camino de Hespérides, encuentra a Prometeo, mata al águila y lo libera. Mary Shelley quiso vincular su novela con el mito de Prometeo porque ambos, Victor Frankenstein y Prometeo, hicieron algo prohibido. Uno, dar vida a la muerte, que es atributo de Dios. El otro, robar el fuego sagrado, que era atributo de los dioses.
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miércoles, 13 de diciembre de 2023
La Justicia ucraniana dictamina que la masacre que desencadenó el Euromaidán fue un montaje
Durante la masacre del Euromaidán más de 100 personas fueron asesinadas, lo cual desencadenó una avalancha de condena internacional que llevó al derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich, elegido democráticamente, y al consecuente golpe de Estado que impuso un gobierno en Ucrania elegido por Washington. Sin embargo, la corte concluyó que los manifestantes pro-Maidán murieron en un ataque de falsa bandera.
En el juicio numerosos videos probaron que, durante y después de aquella masacre, el Hotel Ukraina estaba controlado por neonazis del partido Svoboda, partidarios del Maidán. Al menos 28 de los 108 tiros provenían de este y otros edificios controlados por opositores al por entonces Gobierno de Ucrania.
De hecho, un centenar de testigos y hasta 51 activistas pro-Maidán que fueron heridos ese día reconocieron que los disparos provenían de estos lugares, o admitieron haber visto a francotiradores apostados ahí.
Los jueces descartaron cualquier involucración de los servicios de Inteligencia y seguridad de Rusia en la masacre, una teoría de la conspiración ampliamente promovida por los partidarios del Euromaidán.
La supercrisis mundial llegará como se predijo
Andrei Fursov, Euro-Synergies
La aplicación de medidas antisociales fuera del corazón del sistema capitalista ha permitido durante mucho tiempo a los gobernantes capitalistas mitigar el conflicto social dentro del corazón del sistema y ralentizar y modificar la lucha de clases. Como dijo Cecil Rhodes a finales del siglo XIX, «o te conviertes en imperialista o tienes una guerra civil». Y, efectivamente, la fase imperialista del capitalismo fue un intento de evitar la guerra civil en su propia sociedad recurriendo a la expansión exterior. Pero el hecho es que el imperialismo estaba limitado desde el principio por el tamaño del planeta, y a finales de los siglos XIX y XX, las zonas exteriores, a expensas de las cuales se podían limar los conflictos sociales en el centro, estaban agotadas, y para evitar la guerra civil, se necesitaban guerras no coloniales, sino imperialistas, es decir, entre las propias potencias imperialistas.
Esto coincidió, entre otras cosas, con el desarrollo de la segunda revolución industrial (1870-1910). La segunda revolución industrial significó la electricidad, el motor de combustión interna y, en la vida cotidiana, el teléfono, el telégrafo, el cine, el suministro de agua y los ascensores. Hay que señalar que la segunda revolución industrial duró menos que la primera. La primera revolución industrial fue la máquina de vapor y los ferrocarriles entre 1750 y 1830. La línea descendente de la dinámica económica industrial del capitalismo se demuestra de forma aún más llamativa con la tercera revolución industrial: 1970-2000. Hablamos del ordenador, el teléfono móvil, Internet y los robots.
La aplicación de medidas antisociales fuera del corazón del sistema capitalista ha permitido durante mucho tiempo a los gobernantes capitalistas mitigar el conflicto social dentro del corazón del sistema y ralentizar y modificar la lucha de clases. Como dijo Cecil Rhodes a finales del siglo XIX, «o te conviertes en imperialista o tienes una guerra civil». Y, efectivamente, la fase imperialista del capitalismo fue un intento de evitar la guerra civil en su propia sociedad recurriendo a la expansión exterior. Pero el hecho es que el imperialismo estaba limitado desde el principio por el tamaño del planeta, y a finales de los siglos XIX y XX, las zonas exteriores, a expensas de las cuales se podían limar los conflictos sociales en el centro, estaban agotadas, y para evitar la guerra civil, se necesitaban guerras no coloniales, sino imperialistas, es decir, entre las propias potencias imperialistas.
Esto coincidió, entre otras cosas, con el desarrollo de la segunda revolución industrial (1870-1910). La segunda revolución industrial significó la electricidad, el motor de combustión interna y, en la vida cotidiana, el teléfono, el telégrafo, el cine, el suministro de agua y los ascensores. Hay que señalar que la segunda revolución industrial duró menos que la primera. La primera revolución industrial fue la máquina de vapor y los ferrocarriles entre 1750 y 1830. La línea descendente de la dinámica económica industrial del capitalismo se demuestra de forma aún más llamativa con la tercera revolución industrial: 1970-2000. Hablamos del ordenador, el teléfono móvil, Internet y los robots.
Argentina, al precipicio
La Jornada
Javier Milei hizo algo inédito en la historia de las democracias formales: durante su primer discurso como presidente anunció a sus simpatizantes que serán ellos quienes paguen la terapia de shock en que consiste su plan económico, mientras los beneficios irán para la iniciativa privada. El mandatario ultraderechista recurrió a la infame frase de la destructora del Estado de bienestar británico, Margaret Thatcher: no hay alternativa (“there is no alternative”), dijo, para confirmar que llevará a cabo un ajuste fiscal de 5 por ciento del producto interno bruto, todo el cual será absorbido por el Estado a través de recortes brutales a los programas sociales y en multitud de ramas del gobierno. El monto equivale al gasto gubernamental de cinco meses, lo cual significa que de un día para el otro desaparecerán cuatro de cada 10 pesos del presupuesto.
Este economista pertenece a la corriente ideológica denominada posfascismo, porque retoma el agresivo conservadurismo social de los fascismos del siglo XX (con misoginia disfrazada de defensa de la familia, racismo abierto, xeno, aporo y homofobia); pero sin las garantías de empleo y mínimos de bienestar que aquellos ofrecían a las clases trabajadoras, políticas que son remplazadas por el neoliberalismo más ortodoxo y plutocrático.
Como todos los neoliberales, Milei impondrá supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios al pueblo, mientras la cúpula mantiene todos sus privilegios: no sólo no ha hablado de disminuir su propio sueldo, sino que ya dio rienda suelta a sus desplantes de exhibicionismo (pidió ser trasladado en un auto descapotable en su primer trayecto oficial) y a su intención de llevar una vida faraónica a expensas del erario. Por ejemplo, emprenderá una millonaria remodelación de la Casa Rosada a fin de instalar allí a sus cuatro perros.
Javier Milei hizo algo inédito en la historia de las democracias formales: durante su primer discurso como presidente anunció a sus simpatizantes que serán ellos quienes paguen la terapia de shock en que consiste su plan económico, mientras los beneficios irán para la iniciativa privada. El mandatario ultraderechista recurrió a la infame frase de la destructora del Estado de bienestar británico, Margaret Thatcher: no hay alternativa (“there is no alternative”), dijo, para confirmar que llevará a cabo un ajuste fiscal de 5 por ciento del producto interno bruto, todo el cual será absorbido por el Estado a través de recortes brutales a los programas sociales y en multitud de ramas del gobierno. El monto equivale al gasto gubernamental de cinco meses, lo cual significa que de un día para el otro desaparecerán cuatro de cada 10 pesos del presupuesto.
Este economista pertenece a la corriente ideológica denominada posfascismo, porque retoma el agresivo conservadurismo social de los fascismos del siglo XX (con misoginia disfrazada de defensa de la familia, racismo abierto, xeno, aporo y homofobia); pero sin las garantías de empleo y mínimos de bienestar que aquellos ofrecían a las clases trabajadoras, políticas que son remplazadas por el neoliberalismo más ortodoxo y plutocrático.
Como todos los neoliberales, Milei impondrá supremos esfuerzos y dolorosos sacrificios al pueblo, mientras la cúpula mantiene todos sus privilegios: no sólo no ha hablado de disminuir su propio sueldo, sino que ya dio rienda suelta a sus desplantes de exhibicionismo (pidió ser trasladado en un auto descapotable en su primer trayecto oficial) y a su intención de llevar una vida faraónica a expensas del erario. Por ejemplo, emprenderá una millonaria remodelación de la Casa Rosada a fin de instalar allí a sus cuatro perros.
martes, 12 de diciembre de 2023
Israel ha cruzado su Rubicón
Ted Rall, unz.com
Hace unas semanas, desde cualquier reunión internacional y nacional estadounidense -desde el punto de vista de las relaciones públicas-, Israel podría haber sido capaz de llevar su guerra en Gaza a un aterrizaje forzoso. Ahora se ha arrinconado.
Gaza ha sido destruida. El año que viene a estas alturas, también lo hará Israel: no su planta física, sino su estatus actual como Estado-nación privilegiado, financiado y protegido.
Los daños infligidos hasta ahora son tan graves y profundos que la Franja de Gaza será inhabitable en el futuro previsible, al menos durante varios años. Todos o la mayoría de sus 2,3 millones de residentes, transformados en refugiados, serán desplazados permanentemente.
Nada puede cambiar eso. Si un gobierno israelí de izquierda llegara al poder, pusiera fin unilateralmente a la guerra y ofreciera a los palestinos su propia república soberana e independiente al lado de Israel, sería necesario reconstruir Gaza a un costo de decenas, si no cientos de miles de millones. de dólares. Mientras tanto, el Estado judío tendría que proporcionar vivienda a largo plazo y asistencia pública a más de 2 millones de palestinos durante los años de reconstrucción. “Terminaremos teniendo personas desplazadas viviendo en tiendas de campaña durante mucho tiempo”, dijo a Associated Press Raphael Cohen, politólogo senior de RAND Corporation. ¿Pero donde?
Hace unas semanas, desde cualquier reunión internacional y nacional estadounidense -desde el punto de vista de las relaciones públicas-, Israel podría haber sido capaz de llevar su guerra en Gaza a un aterrizaje forzoso. Ahora se ha arrinconado.
Gaza ha sido destruida. El año que viene a estas alturas, también lo hará Israel: no su planta física, sino su estatus actual como Estado-nación privilegiado, financiado y protegido.
Los daños infligidos hasta ahora son tan graves y profundos que la Franja de Gaza será inhabitable en el futuro previsible, al menos durante varios años. Todos o la mayoría de sus 2,3 millones de residentes, transformados en refugiados, serán desplazados permanentemente.
Nada puede cambiar eso. Si un gobierno israelí de izquierda llegara al poder, pusiera fin unilateralmente a la guerra y ofreciera a los palestinos su propia república soberana e independiente al lado de Israel, sería necesario reconstruir Gaza a un costo de decenas, si no cientos de miles de millones. de dólares. Mientras tanto, el Estado judío tendría que proporcionar vivienda a largo plazo y asistencia pública a más de 2 millones de palestinos durante los años de reconstrucción. “Terminaremos teniendo personas desplazadas viviendo en tiendas de campaña durante mucho tiempo”, dijo a Associated Press Raphael Cohen, politólogo senior de RAND Corporation. ¿Pero donde?
Los intereses económicos detrás del conflicto en Ucrania
Roger Keeran, Adáraga
Cualquiera que preste la más mínima atención al conflicto en Ucrania puede ver la completa falsedad de la narrativa estadounidense sobre su causa: que fue el dictador Vladimir Putin quien se embarcó en una guerra «no provocada» en un esfuerzo sangriento por restaurar el imperio zarista de Rusia. Desafortunadamente, la mayoría de los estadounidenses no prestan atención a ésto, por lo que esta narrativa circula descaradamente, como un emperador sin ropa.
Afortunadamente, académicos como John Mearsheimer y Jeffrey Sachs y The Nation explicaron que este conflicto en realidad fue provocado. Y provocado por Estados Unidos que, desde el colapso de la Unión Soviética, extendió imprudentemente la OTAN a toda la frontera occidental de Rusia, una amenaza evidente para la seguridad nacional rusa. Estados Unidos tiene la intención de incluir a Ucrania en el círculo de la OTAN y desde 1991 ha interferido descaradamente en la política interna de Ucrania para apoyar a las fuerzas pro occidentales. Esto incluyó el apoyo a un golpe de estado contra el presidente debidamente electo Víctor Yanoukovitch en 2004, el apoyo a la llamada rebelión de Maidan de 2014, el socavamiento de los llamados Acuerdos de Minsk (I y II de 2014 y 2015), y el apoyo al actual presidente corrupto Volodymyr Zelensky.
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Capitalismo Salvaje,
Hegemonía y Dominación,
Ucrania
lunes, 11 de diciembre de 2023
¿Que dirá la Corte Penal Internacional del genocidio de Netanyahu?
El año pasado, y con gran celeridad, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra Vladímir Putin por, supuestamente, secuestrar niños y privarlos de su libertad junto a su familia. Y aunque las acusaciones nunca han sido confirmadas, siguen ahí. Sin embargo, la Corte Penal Internacional no ha hecho absolutamente nada contra Netanyahu por la matanza de más de 6 mil niños en la Franja de Gaza en los últimos dos meses.
Turquía presentó en noviembre una demanda contra Netanyahu en la CPI, y otras naciones se han sumado a ella como Irán, Sudáfrica, Argelia y Colombia. Sin embargo, el tema aún no recibe la importancia correspondiente en la Corte mostrando el insano doble rasero de Occidente. ¿Será que EEUU ha presionado para que no se avance con el tema? ¿O simplemente no le dan importancia porque no es un caso impulsado por países occidentales y no responde a sus intereses?
Turquía presentó en noviembre una demanda contra Netanyahu en la CPI, y otras naciones se han sumado a ella como Irán, Sudáfrica, Argelia y Colombia. Sin embargo, el tema aún no recibe la importancia correspondiente en la Corte mostrando el insano doble rasero de Occidente. ¿Será que EEUU ha presionado para que no se avance con el tema? ¿O simplemente no le dan importancia porque no es un caso impulsado por países occidentales y no responde a sus intereses?
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