viernes, 3 de abril de 2020

Se rompió la cadena económica mundial


Hedelberto López Blanch, Rebelión
Viñeta: MALAGÓN

La economía mundial, que ya presentaba grandes lagunas en 2019, acabó de estremecerse violentamente al romperse el eslabón que la sostenía debido a la aparición y propagación del nuevo coronavirus Covid 19 el cual ha puesto en vilo a toda la humanidad.

Varios indicadores macroeconómicos auguraban que desde hacía un tiempo, la economía global estaba al borde de una nueva crisis parecida o superior a la de 2008 cuando comenzó por Estados Unidos con la quiebra del banco de inversiones Lehman Brothers.

La políticas de “sanciones” o mejor dicho, extorsiones aplicadas por Washington contra numerosas naciones del mundo, comenzaron a provocar una disminución del comercio mundial.

jueves, 2 de abril de 2020

La pandemia y el fin de la era neoliberal

La pandemia ha movido las placas tectónicas del capitalismo global y ya nada podrá volver a ser como antes. Es un tremendo desafío para quienes queremos construir un mundo post-capitalista porque, sin duda, la pandemia y sus devastadores efectos ofrecen una oportunidad única, inesperada, que sería imperdonable desaprovechar.


Atilio Borón

El coronavirus ha desatado un torrente de reflexiones y análisis que tienen como común denominador la intención de dibujar los (difusos) contornos del tipo de sociedad y economía que resurgirán una vez que el flagelo haya sido controlado. Sobran las razones para incursionar en esa clase de especulaciones, ojalá que bien informadas y controladas, porque si de algo estamos completamente seguros es que la primera víctima fatal que se cobró la pandemia fue la versión neoliberal del capitalismo. Y digo la “versión” porque tengo serias dudas acerca de que el virus en cuestión haya obrado el milagro de acabar no sólo con el neoliberalismo sino también como la estructura que lo sustenta: el capitalismo como modo de producción y como sistema internacional. Pero la era neoliberal es un cadáver aún insepulto pero imposible de resucitar. ¿Qué ocurrirá con el capitalismo? Bien, de eso trata esta columna.

Simpatizo mucho con la obra y la persona de Slavoj Zizek pero esto no me alcanza para otorgarle la razón cuando sentencia que la pandemia le propinó “un golpe a lo Kill Bill al sistema capitalista” luego de lo cual, siguiendo la metáfora cinematográfica, éste debería caer muerto a los cinco segundos. No ha ocurrido y no ocurrirá porque, como lo recordara Lenin en más de una ocasión, “el capitalismo no caerá si no existen las fuerzas sociales y políticas que lo hagan caer.” El capitalismo sobrevivió a la mal llamada “gripe española”, que ahora sabemos vio la luz en Kansas, en marzo de 1918, en la base militar Fort Riley, y que luego las tropas estadounidenses que marcharon a combatir en la Primera Guerra Mundial diseminaron el virus de forma incontrolada.

miércoles, 1 de abril de 2020

El neoliberalismo en crisis mundial por el covid-19


Hedelberto López Blanch, Rebelión

Una de las grandes verdades que ha demostrado la enorme pandemia de coronavirus que recorre ya todos los continentes, es que el neoliberalismo ha llevado a los países que adoptaron ese sistema a una crisis social de incalculables dimensiones.

El corolario que se desprende de esa realidad es que el neoliberalismo ha entrado en crisis mundial al ser incapaz de resolver los problemas socio-económicos de las grandes mayorías pues sus beneficiarios son una pequeña capa de la sociedad y las multimillonarias compañías transnacionales.

El caso más significativo resulta el de Estados Unidos, país impulsor del neoliberalismo donde más de 30 millones de personas no cuentan con seguro médico y otros 40 millones solo acceden a planes deficientes, con copagos y seguros de costos tan elevados que solo les sirve para pequeñas atenciones por los enormes costos de los servicios de salud.

El negocio de las privatizaciones ha dejado desamparadas a millones de personas en el gigante del norte pues la premisa en las clínicas y hospitales resulta completamente discriminatoria: Si no tiene dinero no lo atienden, si cuenta con un buen seguro las puertas se abren.

martes, 31 de marzo de 2020

Coronavirus y crisis sistémica del capitalismo


Wim Dierckxsens y Walter Formento, Alai

Con el gobierno de Trump no solo se manifiesta claramente la crisis agónica, turbulenta y conflictiva del capitalismo, sino que se evidencia con la actual Gran Depresión la imposibilidad de salir de la misma. Expresando un nacionalismo industrialista, anti-oligarquía financiera, Trump está en una confrontación total con las fuerzas del esquema de poder globalista (representadas en EEUU por el establishment financiero-político globalista en la cúpula del Partido Demócrata). En forma secundaria se enfrenta con el esquema continentalista (el establishment financiero-político del Partido Republicano, específicamente el Tea Party con el que no tiene su enfrentamiento principal y pudo acordar una coalición de gobierno para garantizar un mínimo de estabilidad).

Las empresas estrellas del globalismo en inteligencia artificial, informática, internet, robótica, supercomputadoras, telecomunicación, etc. (Facebook sino también a Twitter, Netflix, Alphabet, Google, Apple, Instagram, Amazon y Microsoft), muy a menudo con fuertes inversiones en China (Hong Kong, Shanghái, Taiwán), son atacadas a su vez por Trump, quien ha comenzado una guerra económica no tanto contra China como país, sino en primer lugar contra dichas empresas trasnacionales angloamericanas con fuertes inversiones fuera de EEUU, con la finalidad de que se “relocalicen” nuevamente en territorio estadounidense.

El coronavirus como analizador: autopsia de la vulnerabilidad sistémica de la globalización capitalista


Said Bouamama, Bouamamas

Existen los avatares y existe la vulnerabilidad que lleva a las catástrofes. La confusión entre ambas cuestiones es una de las características esenciales del discurso oficial del gobierno francés (y de otros muchos gobiernos). No es de extrañar esta confusión voluntaria cuya función es ocultar y hacer desaparecer la segunda que, en efecto, cumple la función de analizadora de las contradicciones de un sistema social, de reveladora de la realidad que la ideología dominante oculta o deforma habitualmente y de espejo de aumento de unas desigualdades y dominaciones que la caracterizan. Efectivamente, el hecho de centrarse voluntariamente en la dimensión de “catástrofe” difumina unas imágenes de imprevisibilidad, de incertidumbre, de ausencia de responsabilidad humana, etc. El hecho de centrarse en la vulnerabilidad cuestiona las causas económicas y sociales de una situación, las verdaderas razones del conjunto de las consecuencias de una catástrofe y los intereses económicos que han provocado esta vulnerabilidad. ¿Qué nos revela la pandemia sobre la vulnerabilidad de nuestro mundo dominado por una globalización capitalista?

Precisiones conceptuales


La comparación entre los efectos del huracán Iván que azotó a Cuba en septiembre de 2004 y los del ciclón Katrina que se abatió sobre Florida, Luisiana y Misisipi un año después permite aportar algunas precisiones conceptuales sobre las nociones de riesgo, avatar, catástrofe y vulnerabilidad. Sin embargo, ambos ciclones, que eran de la categoría 5, es decir, la velocidad del viento superaba los 249 kilómetros por hora, tuvieron unos balances humanos absolutamente dispares: ninguna persona muerta en Cuba y 1.836 personas muertas y 135 desaparecidas en Estados Unidos. Así, avatares similares provocan consecuencias diametralmente opuestas. El vocabulario elaborado para describir estos fenómenos naturales excepcionales y sus consecuencias igual de excepcionales puede ayudar a comprender lo que está en juego en estos momentos ante la pandemia que estamos viviendo.

lunes, 30 de marzo de 2020

Carta desde New York


Roberto Brodsky, Rialta

Se viene la noche en Nueva York. Hoy es día 26 de marzo. Ayer, en un solo día, el Elmhurst Hospital, ubicado en Queens, reportó la muerte de 81 personas afectadas por el coronavirus. Algunos fallecieron en las salas de emergencia, otros en los pasillos esperando ser atendidos. Un médico del hospital describió la situación como apocalíptica: no había respiradores, faltaban camas, las enfermeras se preguntaban cuál de ellas moriría esa noche o la siguiente. En Elmhurts y en el Bellevue Hospital de Manhattan, también de la red pública, se improvisaron morgues de campaña para dejar los cuerpos y liberar rápido las camas de los fallecidos. La situación se repite hoy en el Brooklyn Hospital.

La primera economía del planeta cruje como una galleta vieja y se derrumba a los pies de un virus de un tamaño no superior a unas diez milésimas de diámetro. El sueño americano hace agua con la crisis sanitaria. O acaso es el perverso sueño latinoamericano de ver al Imperio padecer por una vez el mismo tipo de carencia y vulnerabilidad que, de forma por demás rutinaria, golpea a los países del sur. Lo que sea, el evento en los hospitales de Nueva York grita a los cuatro vientos su condición de acontecimiento. La situación es impresionante.

“No se puede creer lo que está pasando en NY en estos momentos”, escribí esa tarde-noche en un tweet, apenas supe lo que estaba ocurriendo en Queens, el foco más agresivo de los cinco condados en que se divide Nueva York. Era un mensaje bastante hermético, y de inmediato se produjo la duda: qué está pasando, cuenta, de qué hablas. Pero el tweet no permite explicar nada, ni siquiera dialogar: es una máquina de pensamiento hablado y de mentiras echadas al vuelo, no de hechos. Twitter es a las ideas lo mismo que las encuestas son al voto: una propaganda disfrazada, dice Jill Lepore. Y tiene razón, de modo que voy a resumir aquí lo que está pasando en NY en estos momentos y que apenas se puede creer.

El Covid-19 y la muerte de la conectividad


Walden Bello, Sin Permiso

La pandemia del COVID-19 es la segunda mayor crisis de la globalización en una década. La primera fue la crisis financiera global de 2008-2009; la economía global necesitó años para llegar a una recuperación aparente. No aprendimos la lección de la primera y puede que por esto el impacto de la segunda sea incluso más grande.

Billones de dólares de riqueza efectiva se esfumaron durante la crisis de 2008, pero pocos gritaron por los actores financieros que provocaron la crisis. Los impactos en la economía real fueron más serios.

Decenas de millones perdieron sus empleos; solo en China 25 millones de personas en la segunda mitad de 2008. El transporte aéreo cayó un 20% en un año. Las cadenas globales de suministros, muchas de ellas conectadas con China, se interrumpieron gravemente.

The Economist lamentó que la “integración de la economía mundial se encuentra en retroceso prácticamente en todos los frentes”, añadiendo que “a algunos críticos del capitalismo esto parece alegrarles, como a Walden Bello, un economista filipino que quizá pueda reivindicar haber acuñado el término [desglobalización] en su libro Deglobalization: Ideas for a New World Economy.”

Trump recurre a China para su guerra contra el Covid-19


Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Más que las vacunas para el Covid-19, lo importante son las llamadas geoestratégicas, como la de Donald Trump a su homólogo chino Xi Jinping, el pasado viernes 27 de marzo –menos de 20 horas después de la cumbre virtual del G-20–.

Trump y el mandatario chino entablaron una llamada, poco publicitada por los encubridores multimedia de EEUU, pero puesta en relieve por el portavoz oficioso chino Global Times que destaca su cambio de actitud (https://bit.ly/2QPAmiz), y que el mismo Trump colocó en su Twitter: Acabo de concluir una muy buena conversación con el presidente Xi de China. Discutimos sobre esta pandemia que destroza extensas partes de nuestro planeta. China ha pasado por esta etapa y ha desarrollado una poderosa comprensión del virus. Estamos trabajando juntos en forma estrecha. ¡Mi más profundo respeto! (sic) (https://bit.ly/2QUpFLN).

Para Global Times la llamada de Trump y Xi es la mejor prueba de que el sistema de salud de EEUU necesita la ayuda urgente de China: "La gravedad de la situación en EEUU obligó a Trump a expresar su deseo de pedir ayuda de China".

domingo, 29 de marzo de 2020

Estados Unidos supera los 123 mil casos de coronavirus



El número de casos de coronavirus confirmados oficialmente en los Estados Unidos alcanzó ayer los 123.313, mientras que el número de muertes causadas por la enfermedad ha superado las 2.000 personas. Esto incluye más de 20.000 nuevos casos este sábado, junto a 500 nuevas muertes. Estados Unidos representa ahora una quinta parte de todos los casos de coronavirus a nivel internacional. Este número continúa aumentando exponencialmente y tarda solo tres días en duplicarse, mucho más rápido que en Wuhan o Lombardía, como indica The New York Times es decir, es la tasa más rápida (30%) de propagación del virus. A nivel mundial, el número de casos supera los 600.000 y el número de muertos los 30.000.

Pero estos números son una subestimación de la verdadera magnitud de la pandemia. Un estudio reciente realizado sobre el brote de coronavirus a bordo del crucero Diamond Princess señala que entre uno de cada seis y uno de cada cinco casos de COVID-19 son infecciosos pero no presentan ningún síntoma, lo que significa que una persona puede propagar de manera fácil -y sin saber - la enfermedad.

Estos y otros informes médicos explican por qué la Organización Mundial de la Salud ha enfatizado la necesidad de investigar a fondo el coronavirus, así como rastrear los contactos de quienes tienen un caso confirmado. Si bien se han tomado medidas agresivas en lugares como China, Corea del Sur, Singapur y Japón, a la administración Trump le tomó casi dos meses desde que se detectó el primer caso de coronavirus en EEUU para implementar pruebas masivas.

sábado, 28 de marzo de 2020

En plena pandemia, Brasil está en manos de un psicópata

A contramano del mundo, Bolsonaro permite las misas, exige a los gobernadores brasileños que reabran las escuelas, acusa a la prensa de “generar histeria” y asegura que no hay motivo para quedarse en casa


Bruno Bimbi, ctxt

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, es un psicópata. No es hora de eufemismos ni medias palabras. No solo es fascista, nepotista, ignorante, incapaz, misógino, xenófobo, homofóbico, admirador de dictadores y torturadores, está rodeado por un gabinete de lunáticos, terraplanistas y fundamentalistas religiosos, y vinculado personalmente con bandas de milicianos y asesinos a sueldo. Además, es un psicópata.

Algunos lo advertimos años antes de que llegara al poder y nos dijeron alarmistas. Ahora, este tipo está al frente de una nación de 210 millones de habitantes durante una pandemia mundial que costará demasiadas vidas, en un país con gravísimos problemas sanitarios y sociales, por lo que arriesga mucho más que Italia o España. La irresponsabilidad criminal de Bolsonaro frente al coronavirus –les miente día y noche a los brasileños, niega el conocimiento científico, difunde información falsa, boicotea el trabajo de gobernadores, alcaldes y de su propio ministro de Salud y desoye las recomendaciones de la OMS y los especialistas– está transformando su incapacidad manifiesta para ser presidente, que no es novedad, en un problema de salud pública.

Mientras escribo, jueves 26 de marzo por la mañana, ya hay 2.989 casos confirmados de coronavirus en Brasil, 194 pacientes en UTI, 205 en hospitales y 77 fallecidos, de los cuales 20 murieron en las últimas 24 horas. No se sabe cuántas personas se han contagiado realmente, porque se hacen pocos tests, pero, según datos de la prestigiosa fundación Fiocruz, en la semana del 15 al 21 de marzo hubo 2.250 ingresos por enfermedad respiratoria aguda, con síntomas como fiebre, tos, dolor de garganta y dificultad para respirar. Sin embargo, el presidente sigue negando el problema.

viernes, 27 de marzo de 2020

El Evento 201: del simulacro a la pandemia real



El 18 de octubre de 2019 se llevó a cabo un simulacro de pandemia en Nueva York, con el nombre clave de Evento 201. La reunión fue convocada por tres organizaciones neomalthusianas: la Universidad Johns Hopkins —a través del Centro para la Seguridad de la Salud, vinculado a los multimillonarios Bloomberg y Soros—, el Foro Económico Mundial y la Fundación Bill y Melinda Gates, y patrocinada por la CIA y el FMI. Ese mismo día comenzaron en Wuhan los Military World Games, el evento deportivo-militar más grande que se haya celebrado en China, con participación de casi 10 mil atletas-militares de más de 100 países.

Respecto al "Evento 201", la Universidad Johns Hopkins dijo que sirvió para ilustrar las áreas «en las que serán necesarias alianzas público/privadas durante la respuesta a una pandemia severa para disminuir las consecuencias económicas y sociales a gran escala». Llama la atención que el principal interés del Evento 201 fuera el de proyectar las «necesarias alianzas público/privadas» para “disminuir las consecuencias económicas y sociales a gran escala». Primero el dinero, después lo demás.

Los organizadores del Evento 201 trataron de encubrir sus intereses económicos y financieros con una declaración aparentemente científica:
En los últimos años, el mundo ha visto un número creciente de eventos epidémicos, que asciende a aproximadamente 200 eventos anualmente. Estos eventos están aumentando y son perjudiciales para la salud, las economías y la sociedad. La gestión de estos eventos ya agota la capacidad global, incluso en ausencia de una pandemia de amenaza. Los expertos coinciden en que es solo cuestión de tiempo que una de estas epidemias se vuelva global, una pandemia con consecuencias potencialmente catastróficas. Una pandemia severa, que se convierte en el “Evento 201”, requeriría una cooperación confiable entre varias industrias, gobiernos nacionales e instituciones internacionales clave.
Un mes después del Evento 201 y del comienzo de los Military World Games, las autoridades chinas dieron a conocer al mundo que se había detectado un nuevo tipo de coronavirus: el Covid-19, variante de otra cepa mortal, la del SARS.

Lo que se está ocultando en el debate sobre la pandemia


Vicenç Navarro, Público

Hace unos días hubo una reunión telemática de varios expertos, miembros de la International Association of Health Policy, procedentes de varios países y continentes para analizar la respuesta de los países en diferentes continentes a la pandemia actual de coronavirus. Eran profesionales procedentes de varias disciplinas, desde epidemiólogos y otros expertos en salud pública a economistas, politólogos y profesionales de otras ciencias sociales. La reunión, organizada por la revista International Journal of Health Services, tenía como propósito compartir información y conocimientos con un objetivo común: ayudar a las organizaciones internacionales y nacionales a resolver la enorme crisis social creada por la pandemia. De la reunión se extrajeron varias conclusiones que detallo a continuación.

La expansión de la pandemia era predecible y así se había alertado


En primer lugar, se repasaron varios estudios realizados durante los últimos años (el último en 2018) que habían predicho que tal pandemia ocurriría, habiéndose alertado que el mundo no estaba preparado para ello a no ser que se tomaran medidas urgentes para paliar sus efectos negativos. Tales alertas no solo no se atendieron e ignoraron, sino que muchos Estados a los dos lados del Atlántico Norte aplicaron políticas públicas que han deteriorado la infraestructura de servicios (a base de recortes de gasto público y privatizaciones), así como otras políticas públicas desreguladoras de mercados laborales que han disminuido la protección social de amplios sectores de la población, afectando primordialmente a las clases populares de tales países. La evidencia científica, ampliamente publicada en revistas académicas, ha puesto de manifiesto el enorme impacto negativo que tales políticas han tenido en la disponibilidad y calidad de los servicios sanitarios y sociales (con notables reducciones del número de camas hospitalarias y del número de médicos -por ejemplo, en Italia y España desde 2008-).

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