domingo, 17 de enero de 2016

La guerra de los 25 años

Manlio Dinucci, Red Voltaire

Hace 25 años, en las primeras horas del 17 de enero de 1991, comienza en el Golfo Pérsico la operación «Tormenta del Desierto», la guerra contra Irak que abre la fase histórica que hoy estamos viviendo. Esta guerra se inicia en el preciso momento en que, después de la caída del muro de Berlín, van a disolverse el Pacto de Varsovia y la propia Unión Soviética. Esos acontecimientos crean, en la región europea y centroasiática, una situación totalmente nueva. En el plano mundial, desaparece la superpotencia capaz de hacer frente a Estados Unidos.

«El presidente Bush [padre] aprovecha ese histórico cambio», cuenta Colin Powell. Washington traza de inmediato «una nueva estrategia de seguridad nacional y una estrategia militar para respaldarla». La agresión iraquí contra Kuwait, ordenada por Sadam Husein en agosto de 1990, «proporciona a Estados Unidos la oportunidad de poner en práctica la nueva estrategia exactamente en el momento en que comienza a hacerla pública».

Sadam Husein, quien se convierte entonces en el «enemigo número 1», es el mismo personaje a quien Estados Unidos había respaldado en los años 1980 durante la guerra contra el Irán de Khomeiny, el «enemigo número 1» de aquel momento, para favorecer los intereses estadounidenses en el Medio Oriente.

El retorno de la inversión pública

Dani Rodrik, Project Syndicate

La idea de que la inversión pública en infraestructura (calles, represas, centrales de energía, etc.) es un motor indispensable del crecimiento económico siempre ejerció una poderosa influencia en los funcionarios de países pobres. También estuvo detrás de los primeros programas de ayuda al desarrollo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando el Banco Mundial y diversas instituciones bilaterales comenzaron a canalizar recursos a países recientemente independizados, para la financiación de proyectos de gran escala. Y es la motivación del nuevo Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) liderado por China, que busca cubrir el presunto faltante de infraestructuras de la región, por un valor estimado en 8 billones de dólares.

Pero hace mucho que este tipo de modelo de crecimiento impulsado por la inversión pública (a menudo denominado despectivamente “fundamentalismo del capital”) perdió el favor de los expertos en desarrollo. Desde los años setenta, los economistas han recomendado a los funcionarios restar énfasis al sector público, el capital físico y la infraestructura, y priorizar en cambio los mercados privados, el capital humano (habilidades y capacitación) y las reformas administrativas e institucionales. El resultado, según todas las apariencias, fue una total transformación de las estrategias de desarrollo.

Pero tal vez sea hora de reconsiderar ese cambio. Si uno observa los países que, a pesar del empeoramiento de la situación económica global, todavía crecen rápidamente, verá que en gran medida se debe a la inversión pública.

sábado, 16 de enero de 2016

Futuro y fuga del dinero

Miguel Iradier, Rebelion

Los que acostumbran a leer noticas alternativas en inglés, norteamericanas sobre todo, habrán reparado en la frecuencia con que últimamente aparecen admoniciones, a menudo alarmistas, sobre la guerra contra el dinero en efectivo (the war on cash). El capitalismo norteamericano está enamorado del apocalipsis, seguramente porque, como ya se ha notado, el mismo fin del mundo se concibe como un espectáculo o mercancía producido en el interior del sistema y no como el fin del sistema. Se hacen lúgubres prospectos del “campo de concentración financiero” que se avecina y uno se pondría a temblar de inmediato si no fuera porque eso, poco más o menos, es lo que ya parece que tenemos. Además, muchos de los que ponen aquí su indignado grito en el cielo (¡no nos van a dejar ya ni tener billetes!) son el mismo tipo de gente obsesionada con atesorar oro y que sólo concibe la libertad en términos de poder adquisitivo. Otra especie de “indignados”, genuimente conservadora y americana, que nos viene a recordar las profundas diferencias de mentalidad que todavía persisten entre Europa y América.

A pesar de todo, conviene no olvidar que la guerra al dinero en efectivo no es un mero culebrón para catastrofistas, sino una persistente y poderosa tendencia actual que aún está adquiriendo impulso -está acelerándose- y que determinará en gran medida el escenario de los próximos años y décadas. Los medios alternativos de aquí, que tal vez temen mezclarse con cualquier chisme con tintes reaccionarios, ignoran el tema con esa especial habilidad que tienen para eludir ciertos temas importantes. Uno tal vez no sabe muy bien qué pueda significar hoy ser reaccionario -puesto que a casi todos, y no menos los que se autodenominan “izquierda”, apenas nos es dada otra cosa que reaccionar; pero justamente este tema del destino del dinero, si conseguimos confrontarnos con él, podría ser una oportuna piedra de toque y un excelente revelador de cómo andan las cosas.

viernes, 15 de enero de 2016

Star Wars, el capitalismo y la ideología

Maciek Wisniewski, La Jornada

Según la clásica fórmula de Fredric Jameson, Star Wars –lejos de ser algo sobre nuestro pasado intergaláctico– es un "filme de nostalgia", una narrativa creada a fin de satisfacer el profundo (¿reprimido?) deseo de revivir la principal experiencia cultural de estadunidenses nacidos entre los años 30 y 50 –las series sobre villanos extraterrestres y héroes americanos–, un filme que los jóvenes tomaban directamente, pero los adultos gozaban más despertando, gracias a la conocida estética, la sensación del pasado (Posmodernism and consumer society, en: The cultural turn, 1998, p. 8).

Esta tesis es globalizada y llevada a un meta-nivel por la parte VII de la saga: El despertar de la fuerza (2015) –¿el despertar de la nostalgia?–, llena de autorreferencias, reciclajes de la parte I (1977), hecha para "sentir", no "pensar" (las inconsistencias en el guión...), dirigida a los adultos que crecieron con ella y que quieren “revisitar su infancia” y a sus niños, que también la harán parte de sus vidas, una muy eficiente estrategia de marketing y/o consumo.

Retorno a escenarios de recesión en el 2016

Germán Gorraiz López, Alainet

La entrada en escenarios de recesión de países como Noruega, Canadá, Brasil, Rusia y Finlandia debido al desplome de las commodities y ciertos indicadores macroeconómicos recientes de países como China o EEUU han alertado del riesgo de que el estancamiento económico se adueñe de la economía mundial en el 2016, lo que, aunado con la reciente subida de tipos de interés del dólar, hará que los inversionistas se distancien de los activos de renta variable y que los bajistas se alcen con el timón de la nave bursátil mundial, derivando en una psicosis vendedora que terminará por desencadenar el estallido de la actual burbuja bursátil.

Dicha burbuja sería hija de la euforia de Wall Street (y por extrapolación del resto de bolsas mundiales) tras las políticas monetarias de los grandes bancos centrales mundiales que han inundado los mercados con centenares de miles de millones de dólares y euros con la esperanza de relanzar la economía, más aún cuando las colocaciones sin riesgo ( deuda de EEUU o de Alemania), no retribuyen nada a los inversionistas lo que aunado con un posible repunte del precio del crudo debido a factores geopolíticos desestabilizadores (Ucrania, Libia, Siria e Irak), podría producir un nuevo crash bursátil.

jueves, 14 de enero de 2016

¿Qué contribuciones ha hecho la derecha en América Latina?

Emir Sader, La Jornada

La derecha no es nueva en América Latina. Fue la responsable de presidir nuestros países la mayor parte del tiempo, siendo la principal responsable de que seamos el continente más desigual del mundo. Pero cuando intenta aparecer como una solución nueva en algunos países, es bueno recordar las contribuciones que la derecha ha hecho y sigue haciendo en América Latina.

No vamos a mencionar las dictaduras militares y otros dictaduras, a las cuales ahora parece que nadie de la derecha apoyó. Basta analizar los gobiernos recientes y los actuales para hacer un balance del desempeño de la derecha en nuestro continente.

En la actualidad, varios gobiernos insisten en mantener el modelo neoliberal, que caracteriza a la derecha. ¿Qué resultados han traído? Basta constatar el triste balance de los 20 años del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), cuyos resultados para México han sido muy negativos. Es prácticamente el único país del continente que no ha disminuido la pobreza y la miseria en esas dos décadas. El libre comercio dentro y hacia afuera ha acentuado la decadencia de la economía mexicana, reflejándose en la incapacidad del sistema político del país de proyectar liderazgos con prestigio. Al contrario, cada gobierno empieza ya con desgastes, de los cuales no se logra recuperar, enfrentando con fraudes las elecciones siguientes. Sin mencionar los otros elementos que el estrecho intercambio con Estados Unidos trae al país, como la violencia y el narcotráfico, vinculados al más grande mercado consumidor de drogas del mundo en su frontera norte.

En China, lo que hay tras la crisis bursátil es un sistema que se agrieta

Charles-André Udry y Vittorio De Filippis, Al'Encontre

Según las autoridades chinas, el 13º plan quinquenal -discutido “públicamente” en octubre de 2015 con ocasión de la 5ª sesión del 18º Comité Central del Partido Comunista Chino (PCC)- debía asegurar un crecimiento de al menos el 6,5% para el período 2016-2020. Oficialmente -si las cifras publicadas no han sido elaboradas a ojo de buen cubero-, el crecimiento se sitúa por debajo del 7% (6,9% según el People´s Bank of China) en 2015, la tasa más baja desde hace más de 25 años. Los expertos no chinos estiman que el 4% es un máximo para 2015. Así pues, el mal llamado PCC registraba y certificaba el retroceso del crecimiento en su 13º Plan quinquenal.

Las estadísticas “autorizadas” por la dirección del PCC indican un crecimiento de los servicios en el PIB. Pero sobre este tema hay una interrogante: el sector de los servicios es arrastrado, entre otros, por el sector inmobiliario. Ahora bien, en este sector se manifiesta una gigantesca crisis de sobreproducción, que lógicamente va acompañada de un endeudamiento local, provincial y central íntimamente conectado a la “industria” de la corrupción. Los datos sobre la importancia creciente de los servicios son también el producto de una actividad bursátil y financiera desenfrenada que ha recibido un primer frenazo en el tercer trimestre de 2015 al estallar la burbuja bursátil.

¿Se van a mantener las inversiones en los transportes, la educación, la salud el llamado reequilibrio entre industria y “servicios” -en la medida en que esta categoría tenga un sentido-? Ya veremos, pues se trata de inversión en una gran parte en capital fijo.

miércoles, 13 de enero de 2016

China podría desencadenar la próxima Gran Recesión económica

China es la segunda economía más importante del mundo. El Producto Interior Bruto del gigante asiático representa casi el 17% de la economía mundial. Hace años se decía que cuando EEUU estornudaba el resto del mundo se resfriaba, ahora quizá sea momento de vigilar también los estornudos que vienen de Oriente. Algunos de los economistas y expertos más influyentes están apostando a que China será la protagonista de la próxima recesión económica.

Martin Wolf, economista y uno de los periodistas financieros más influyentes del mundo, señala en su último artículo publicado por el Financial Times, que "China es la economía emergente más importante. La agitación que viven sus mercados están reduciendo la confianza en su liderazgo, hay que entender que sus problemas no se pueden solucionar de forma rápida. China tiene una economía muy desequilibrada, con elevadas tasas de ahorro, un elevado gasto en inversión y un alto endeudamiento".

Wolf cree que la situación que vive China y los flujos de capital que están saliendo de su economía están fortaleciendo el dólar y desequilibrando otros países. Además. la Reserva Federal de EEUU podría estar amplificando esta situación endureciendo la política monetaria y haciendo más atractivo el dólar. Y es que, "lo que está ocurriendo en los países emergentes afecta directamente a la vida de miles de millones de persones, y por supuesto, tiene una importancia global. Otro conjunto de burbujas de crédito en las economías emergentes pueden desencadenar un fuerte estallido", asegura el periodista británico.

Bancarrota del proyecto histórico capitalista

Alejandro Nadal, La Jornada

Uno de los mitos más populares sobre el capitalismo gira alrededor de su capacidad para generar crecimiento económico de manera continua. De aquí se derivan consecuencias importantes en materia de niveles de vida y bienestar, por no mencionar la leyenda de que el capitalismo es el mejor amigo de la democracia y la libertad. Pero, ¿es cierto que el capitalismo está asociado al crecimiento sin fin?

Se ha sugerido que la economía mundial está adentrándose en una fase de estancamiento que podría prolongarse varios años. La combinación de fuerzas que conspira para que este letargo económico se profundice y se extienda en el tiempo son poderosas y afectan a todos los grandes centros de dinamismo económico. Además son de muy variada índole y eso hace difícil encontrar un remedio que las pueda contrarrestar.

Entre estas fuerzas se pueden enumerar las siguientes tres. Primero, el proceso deflacionario que hoy afecta a los centros económicos más importantes del mundo (Estados Unidos, Europa y China). Segundo, la expansión del sector financiero y su hegemonía sobre la economía mundial. Y, tercero, la profunda desigualdad económica que hoy sigue intensificándose. Estas tres fuerzas se encuentran íntimamente vinculadas, aunque no son los únicos factores capaces de contrarrestar las fuerzas endógenas que favorecen el crecimiento.

martes, 12 de enero de 2016

Los BRICS: una fábula de nuestro tiempo

Immanuel Wallerstein, La Jornada

La historia de los BRICS es extraña. Comienza cuando Jim O’Neill, en ese momento coordinador de la gestión de activos en Goldman Sachs, la gigante casa de inversiones, escribió un artículo ampliamente comentado acerca de lo que hemos venido a llamar economías emergentes. O’Neill destacó a cuatro países –Brasil, Rusia, India y China–, todos los cuales son lo suficientemente grandes en tamaño y territorio como para tener un peso notorio en el mercado mundial. Los llamó los BRICs.

O’Neill argumentó que sus activos crecían a un ritmo tal, que llegarían a controlar colectivamente el valor de los activos mantenidos por los países del G-7, durante mucho tiempo considerados los países más ricos del sistema-mundo. O’Neill no dijo con exactitud cuándo habría de ocurrir esto –a más tardar hacia 2050. Pero ubicó el surgimiento de los BRICs como más o menos inevitable. Dada la posición de Goldman Sachs, en esencia le estaba diciendo a los clientes de dicha firma que ubicaran partes significativas de sus inversiones en estos cuatro países mientras sus activos siguieran vendiéndose baratos.

El índice Big Mac y la contradicción de las devaluaciones competitivas

Este fin de semana la revista The Economist publicó su habitual Índice Big Mac, un indicador que se ha convertido en un oráculo para algunos economistas dado que permite comparar en términos simples el poder adquisitivo en diferentes países. Este indicador fue desarrollado por primera vez en 1986 y utiliza el precio de un Big Mac de McDonald (expresado en dólares estadounidenses) en diferentes países del mundo para medir el poder adquisitivo de los consumidores y hacer la teoría del tipo de cambio un poco más digerible.
El Índice Big Mac se basa en la teoría de la paridad del poder adquisitivo, según la cual el tipo de cambio debe igualar el precio de una canasta de bienes en diferentes países. Este índice, en vez de canastas de alimentos, toma la hamburguesa estándar que produce McDonalds en todas partes. Según la medición de enero de este año, Suiza tiene el Big Mac más caro del mundo, con 6,44 dólares, mientras Venezuela tiene el más barato con 0,66 dólares.

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lunes, 11 de enero de 2016

Los bancos centrales no tienen armas efectivas para luchar contra el mercado

Los últimos acontecimientos en los mercados mundiales están mostrando la dificultad que entraña para países pequeños intentar controlar su tipo de cambio. Ejemplos como México, Suecia, Suiza o Brasil muestran que en un entorno de creciente guerra de divisas, los daños colaterales son muy difíciles de evitar.

China y su devaluación del yuan ha sido la última medida que está generando quebraderos de cabeza a banqueros centrales de todo el mundo que tampoco pueden adaptarse a las subidas de tipos de interés de EEUU. En un entorno hostil, el tamaño importa. El caso de Suiza el año pasado, cuando aceptó su derrota poco después de que el BCE lanzará su estímulo-bomba y abandonó el techo que había establecido contra el euro, parece esperar también a otros países, tanto si lo que quieren es devaluar su moneda como si por el contrario quieren apreciarla para amoldarse, por ejemplo, al desplome de los precios del crudo.

Tanto los países como los inversores están reconociendo esta realidad. La firma Cantor Fitzgerald aseguraba que los esfuerzos de México para fortalecer el peso eran "fútiles", mientras que Citigroup apostaba por la corona sueca como oportunidad de inversión pese a los intentos de devaluación por parte del Riksbank. Mientras, funcionarios del banco central de Brasil reconocían que no había pruebas de que su programa de intervención estuviera afectando a la volatilidad del real.

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