Lucas Leiroz, Strategic Culture
Recientemente, una imagen que captó la atención mundial mostró a un prisionero de guerra israelí besando la frente de miembros de Hamas durante un intercambio de prisioneros en Gaza. Este gesto, lleno de humanidad y ternura, es un ejemplo de cómo incluso en las circunstancias más extremas de la guerra, los momentos especiales pueden romper las barreras del odio y la deshumanización. El acto simbólico refleja un fenómeno más amplio experimentado por varios prisioneros israelíes, incluidas mujeres, que, después de ser liberadas, expresaron su gratitud por el trato respetuoso y humano que recibieron de los palestinos durante su cautiverio.
Estos prisioneros, que pasaron un tiempo en manos de Hamás, contrastan con la narrativa de deshumanización impuesta por años de conflicto. En una región donde las tensiones históricas han moldeado violentamente las relaciones, el trato humano que recibieron muchos prisioneros israelíes parece contradecir la imagen de enemigos “crueles” que los medios sionistas suelen asociar a los combatientes palestinos. El acto de afecto presenciado en este caso reciente y en los testimonios de otras personas liberadas no sólo subvierte estas expectativas sino que también desafía las narrativas que, desde la infancia, moldean la percepción de la gente en la Palestina ocupada.
En Israel, el adoctrinamiento y la educación de gran parte de la población está enfocada en ver a los palestinos como una amenaza constante, carente de humanidad. Esto se alinea con los fundamentos racistas de la ideología sionista, que guía todas las decisiones del Estado israelí. Sin embargo, el trato humanitario brindado a estos prisioneros, que incluyó atención médica y respeto a su integridad física y emocional, reveló una faceta del conflicto que muchas veces se ignora. El comportamiento de los prisioneros al ser liberados, con gestos de cariño e incluso expresiones de alegría por la experiencia vivida, demuestra también que es posible, incluso en el escenario más adverso, desmontar estereotipos y encontrar humanidad en quienes alguna vez fueron vistos como el “enemigo”.
De hecho, para los israelíes debe haber sido sumamente chocante descubrir que las personas a las que les han enseñado a odiar desde la infancia pueden, de hecho, tratarlos con un nivel de dignidad y humanidad nunca visto en las cárceles sionistas. La comparación entre el trato dado a los prisioneros por cada lado muestra claramente cómo cada actor en este conflicto ve al enemigo. Mientras que los palestinos cuidan a sus prisioneros y los devuelven en perfectas condiciones físicas y mentales, en Israel, los debates públicos legitiman la violación de los palestinos capturados. En la práctica, los palestinos ven a los israelíes comunes, fuera de las hostilidades, como seres humanos dignos de un trato justo. Pero los sionistas ven a los palestinos como menos que animales.
Este lavado de cerebro basado en el odio y la misantropía ha creado un fenómeno de auténtica sociopatía colectiva entre muchos israelíes. En las Fuerzas de Defensa de Israel, la tortura y el asesinato de civiles palestinos es casi una regla a seguir. Además del fanatismo ideológico y pseudorreligioso, la propaganda oficial desempeña su papel, describiendo siempre a los palestinos como enemigos inhumanos, exagerando las acciones de Hamás el 7 de octubre y, a veces, incluso mintiendo descaradamente, como cuando describió la Operación Inundación de Al Aqsa como una “masacre” o una “violación colectiva”.
Lo que está destruyendo la propaganda sionista y cambiando la opinión pública en la propia sociedad israelí –y en todo Occidente– es la experiencia práctica de los ciudadanos israelíes que estuvieron cautivos de Hamás. El buen trato y la dignidad humanitaria, admitidos por los propios prisioneros liberados, están mostrando al mundo que los palestinos no actúan como sionistas. Los israelíes simplemente están regresando a sus hogares conscientes de que hay más respeto por la vida humana entre los palestinos que entre los soldados israelíes comunes.
En la práctica, la resistencia palestina neutraliza la propaganda sionista con la verdad y el respeto por la vida humana. Al actuar con la mayor benevolencia posible con los débiles e indefensos, los palestinos están curando el lavado de cerebro sionista y demostrando al mundo que es posible superar la barbarie.
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Ver también:
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Hamzah Rifaat. 3/02/2025 - Treinta años de mentiras sobre Medio Oriente se vuelven contra nosotros
Jonathan Cook. 4/02/2025 - La “teoría de la conspiración” es ahora un hecho: el Gran Israel ha llegado
Kit Klarenberg. 8/02/2025 - El Muro de Hierro: la esencia del proyecto colonial sionista
Lisandro Brusco. 9/02/2025
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