Costas Douzinas, Sin Permiso
En el verano de 1918, Constantinos Kavafis se reunió con E.M. Forster en Alejandría. Kavafis comparó los griegos con los ingleses. Ambos pueblos se parecen, son listos, ingeniosos y atrevidos. “Sin embargo, hay una diferencia. Los griegos estamos en la quiebra más absoluta. Rece, mi querido Fortster, rece para que jamás se encuentre usted en el trance de perder su patrimonio”. Giorgio Agamben, al comentar la misteriosa afirmación de Kavafis, escribió: “Lo único cierto es que desde [1918] todos los pueblos de Europa, y acaso del mundo entero, estaban en bancarrota”. Grecia se declaró en quiebra en el año 2010, aunque de un “modo ordenado” y sólo temporalmente. Una quiebra temporal se parece a una muerte temporal. Es para siempre.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
jueves, 10 de enero de 2013
Grecia y el futuro de Europa
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mamvas
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miércoles, 9 de enero de 2013
¿Puede la moneda del billón de dólares cambiar el curso de la crisis?
La idea de acuñar una moneda de platino y darle el valor facial de un billón de dólares ha despertado bastantes suspicacias que, sin ninguna sorpresa, dejan al descubierto el desconocimiento que existe frente a la creación de dinero. Diariamente, los bancos privados crean una gran cantidad de dinero de la nada que ni siquiera los más avezados agentes reguladores alcanzan a detectar o tener noción de su volumen. A esto se suma también la cantidad de dinero que la Reserva Federal de Estados Unidos, como institución privada que es, imprime para inyectar y rescatar a los bancos de sus dueños. Ahora, toda la alarma es porque el Tesoro de Estados Unidos, esta vez una institución abiertamente pública, puede acuñar una de las habituales monedas que hace con motivos conmemorativos o de encargo (ver imagen), y darle el valor de un billón de dólares.
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Tres mitos comunes sobre los bancos
Alejandro Nadal, La Jornada
Existen tres fábulas sobre los bancos y su papel en la economía. La gran mayoría de la gente (y de los economistas) abraza con fervor estos tres mitos que están íntimamente relacionados. El análisis de la economía política del capitalismo exige disipar esta mitología.
El primer mito dice que los bancos son unos simples intermediarios entre los ahorradores y los agentes que necesitan recursos adicionales, ya sean inversionistas o consumidores. Según esta idea los bancos reciben en depósito los fondos de los ahorradores para proceder a prestarlos. A los ahorradores les pagan una tasa de interés inferior a la que cobran a los prestatarios y la diferencia constituye la ganancia de los bancos.
Existen tres fábulas sobre los bancos y su papel en la economía. La gran mayoría de la gente (y de los economistas) abraza con fervor estos tres mitos que están íntimamente relacionados. El análisis de la economía política del capitalismo exige disipar esta mitología.
El primer mito dice que los bancos son unos simples intermediarios entre los ahorradores y los agentes que necesitan recursos adicionales, ya sean inversionistas o consumidores. Según esta idea los bancos reciben en depósito los fondos de los ahorradores para proceder a prestarlos. A los ahorradores les pagan una tasa de interés inferior a la que cobran a los prestatarios y la diferencia constituye la ganancia de los bancos.
martes, 8 de enero de 2013
Los “milagros económicos” de la Guerra Fría
José Luis Fiori, Sin Permiso
La lógica de la Guerra Fría pesó decisivamente en el origen de los “milagros económicos” de Alemania, Japón, Italia y Corea, y en la transformación posterior de esos países en piezas centrales del engranaje económico del poder global de los Estados Unidos, por lo menos hasta la década de los 70.
Salvo error, fue el diario The Times que habló por primera vez – en 1950 – de “milagros económicos”, refiriéndose a países con prolongados períodos de altas tasas de crecimiento económico sostenido. Después, esta expresión fue utilizada para caracterizar el crecimiento de Alemania, Italia, Japón, Corea y Brasil, entre las décadas de 1950 a 1980, período de oro de la Guerra Fría. Entre 1950 y 1973, el producto nacional de la República Federal de Alemania creció a una tasa media anual del 5,05 por ciento; en el mismo período Italia creció al 5,68 por ciento, Japón al 9,29 por ciento y Corea del Sur al 9,85 por ciento. En Brasil las tasas fueron más altas y discontinuas, con una media del 8 por ciento, entre 1955 y 1960, 11 por ciento, entre 1967 y 1973 y 6,4 por ciento entre 1974 y 1980, pero con una caída significativa en el período 1961-1967. Asimismo, después de 1980, la tasa de crecimiento de todos estos países cayó de forma desigual pero permanente.
La lógica de la Guerra Fría pesó decisivamente en el origen de los “milagros económicos” de Alemania, Japón, Italia y Corea, y en la transformación posterior de esos países en piezas centrales del engranaje económico del poder global de los Estados Unidos, por lo menos hasta la década de los 70.
Salvo error, fue el diario The Times que habló por primera vez – en 1950 – de “milagros económicos”, refiriéndose a países con prolongados períodos de altas tasas de crecimiento económico sostenido. Después, esta expresión fue utilizada para caracterizar el crecimiento de Alemania, Italia, Japón, Corea y Brasil, entre las décadas de 1950 a 1980, período de oro de la Guerra Fría. Entre 1950 y 1973, el producto nacional de la República Federal de Alemania creció a una tasa media anual del 5,05 por ciento; en el mismo período Italia creció al 5,68 por ciento, Japón al 9,29 por ciento y Corea del Sur al 9,85 por ciento. En Brasil las tasas fueron más altas y discontinuas, con una media del 8 por ciento, entre 1955 y 1960, 11 por ciento, entre 1967 y 1973 y 6,4 por ciento entre 1974 y 1980, pero con una caída significativa en el período 1961-1967. Asimismo, después de 1980, la tasa de crecimiento de todos estos países cayó de forma desigual pero permanente.
lunes, 7 de enero de 2013
Joseph Stiglitz: las crisis posteriores a la crisis
Joseph Stiglitz, Project Syndicate
A la sombra de la crisis del euro y del precipicio fiscal en los Estados Unidos, resulta fácil pasar por alto los problemas a largo plazo de la economía mundial, pero, mientras nos centramos en las preocupaciones inmediatas, siguen agravándose y no por no tenerlos en cuenta dejarán de afectarnos.
El problema más grave es el calentamiento planetario. Si bien los débiles resultados de la economía mundial han propiciado una desaceleración correspondiente del aumento de las emisiones de carbono, representa tan sólo un corto respiro. Y estamos muy retrasados: como la reacción ante el cambio climático ha sido tan lenta, lograr el objetivo de limitar a dos grados (centígrados) el aumento de la temperatura mundial requiere reducciones pronunciadas de las emisiones en el futuro.
A la sombra de la crisis del euro y del precipicio fiscal en los Estados Unidos, resulta fácil pasar por alto los problemas a largo plazo de la economía mundial, pero, mientras nos centramos en las preocupaciones inmediatas, siguen agravándose y no por no tenerlos en cuenta dejarán de afectarnos.
El problema más grave es el calentamiento planetario. Si bien los débiles resultados de la economía mundial han propiciado una desaceleración correspondiente del aumento de las emisiones de carbono, representa tan sólo un corto respiro. Y estamos muy retrasados: como la reacción ante el cambio climático ha sido tan lenta, lograr el objetivo de limitar a dos grados (centígrados) el aumento de la temperatura mundial requiere reducciones pronunciadas de las emisiones en el futuro.
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mamvas
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La moneda del billón de dólares que puede cambiar el curso de la crisis
Hay voces que están presionando con insistencia al presidente de Estados Unidos para que cree un arma especial que evite otra crisis de deuda: la acuñación de una moneda de platino por un billón de dólares, que permita al Gobierno conseguir un aumento del techo de endeudamiento, sin pasar por el Congreso. Se trata de una triquiñuela inédita, que apela a un vacío legal que permite al Tesoro acuñar monedas de platino, pero que cada vez más expertos en ese país consideran viable. Hasta Paul Krugman, en su post de hoy, plantea esta solución aparentemente ridícula, como una alternativa real en momentos de gran oscuridad.
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Naomi Klein: La doctrina del Shock
Augusto Klappenbach, Attac
Naomi Klein ha desarrollado lo que ella llama “la doctrina del shock”: la historia muestra muchos ejemplos de países en los cuales las políticas neoliberales de la escuela de Chicago dirigida entonces por Milton Friedman, que no hubieran sido aceptadas en tiempos normales, se impusieron aprovechando la confusión y el desconcierto que provocaron en la población acontecimientos traumáticos o catástrofes naturales. Friedman propone claramente esta estrategia en su libro Capitalism and freedom: “solo una crisis —real o percibida— da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”. Traducido: es necesario aprovechar las crisis para imponer nuestras ideas —las que “flotan en el ambiente”— que no serían aceptadas democráticamente en tiempos normales.
Naomi Klein ha desarrollado lo que ella llama “la doctrina del shock”: la historia muestra muchos ejemplos de países en los cuales las políticas neoliberales de la escuela de Chicago dirigida entonces por Milton Friedman, que no hubieran sido aceptadas en tiempos normales, se impusieron aprovechando la confusión y el desconcierto que provocaron en la población acontecimientos traumáticos o catástrofes naturales. Friedman propone claramente esta estrategia en su libro Capitalism and freedom: “solo una crisis —real o percibida— da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que esa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable”. Traducido: es necesario aprovechar las crisis para imponer nuestras ideas —las que “flotan en el ambiente”— que no serían aceptadas democráticamente en tiempos normales.
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domingo, 6 de enero de 2013
EE UU: Dos notas sobre antes y después del “abismo fiscal”
Dean Baker, Sin Permiso
El umbral de la franquicia impositiva de Obama no augura nada bueno en las conversaciones sobre el techo de la deuda. El presidente consiguió ser reelegido con la promesa de aumentar los impuestos a quienes ganan más de 250.000 dólares. Está ya capitulando.
Hay tres aspectos de los que tendría la gente que darse cuenta respecto al acuerdo sobre el abismo fiscal alcanzado por el presidente Obama y los republicanos en el Congreso. El primero es la observación simple y evidente de que hemos pasado el abismo fiscal. No hubo acuerdo aprobado por el Congreso y firmado por el presidente Obama antes de la fecha límite del 1 de enero.
1 de enero: El umbral no augura nada bueno
El umbral de la franquicia impositiva de Obama no augura nada bueno en las conversaciones sobre el techo de la deuda. El presidente consiguió ser reelegido con la promesa de aumentar los impuestos a quienes ganan más de 250.000 dólares. Está ya capitulando.
Hay tres aspectos de los que tendría la gente que darse cuenta respecto al acuerdo sobre el abismo fiscal alcanzado por el presidente Obama y los republicanos en el Congreso. El primero es la observación simple y evidente de que hemos pasado el abismo fiscal. No hubo acuerdo aprobado por el Congreso y firmado por el presidente Obama antes de la fecha límite del 1 de enero.
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