Por Michael Moore
Escribo esto en la mañana del fin de la otrora poderosa General Motors. Al mediodía, el presidente de Estados Unidos lo hará oficial: General Motors, como la conocemos, ha terminado. Sentado aquí en la ciudad natal de GM, Flint, Michigan, estoy rodeado de amigos y familiares llenos de ansiedad por lo que pasará con ellos y con la ciudad.
Cuarenta por ciento de los hogares y negocios de la localidad han sido abandonados. Imagine el lector lo que sería vivir en una ciudad donde casi todas las demás casas estuvieran vacías. ¿Cuál sería su estado de ánimo?
Es una triste ironía que la compañía que inventó la obsolescencia planeada –la decisión de construir automóviles que se cayeran en pedazos en unos cuantos años para que el cliente tuviera que comprar otro coche– ahora se haya vuelto obsoleta. Se negó a fabricar los automóviles que el público quería, que tuvieran gran rendimiento de gasolina, que fueran lo más seguros posible y extremadamente cómodos de manejar. Ah, y que no comenzaran a desmoronarse en unos años.
GM se empeñó en combatir las reglamentaciones ambientales y de seguridad. Sus ejecutivos desdeñaban con arrogancia los inferiores autos japoneses y alemanes, los cuales llegarían a ser el patrón oro de los compradores de coches. Y estaba empecinada en castigar a su fuerza de trabajo sindicalizada, despidiendo a miles de trabajadores por ninguna otra razón que mejorar el estado de resultados a corto plazo de la corporación. De 1980 en adelante, cuando reportaba utilidades sin precedente, trasladó incontables puestos de trabajo a México y otros lugares, con lo que destruyó la vida de decenas de miles de esforzados estadunidenses. La patente estupidez de esta política radicaba en que, al eliminar el ingreso de tantas familias de clase media, ¿quién creían que iba a poder comprar sus automóviles? La historia registrará este yerro en la misma forma en que hoy recuerda a los franceses que construyeron la Línea Maginot o a los romanos que envenenaron inadvertidamente su sistema de agua al incorporar plomo letal a sus tuberías.
Aquí estamos, pues, en el lecho de muerte de General Motors. El cuerpo de la empresa aún no está frío y descubro que me siento rebosante de –me atrevo a decir– júbilo. No es el júbilo de la venganza contra una corporación que arruinó mi ciudad natal, que dejó sin hogar a la gente con la que crecí y le trajo miseria, divorcios, alcoholismo, desamparo, debilidad física y mental y drogadicción. Tampoco, obviamente, me alegra saber que otros 21 mil trabajadores de GM recibirán la noticia de que también ellos se han quedado sin empleo. Pero ustedes y nosotros y el resto de los estadunidenses ¡ahora somos dueños de una empresa automotriz!
Lo sé, lo sé... ¿quién diablos quiere manejar una fábrica de autos? ¿Quién de nosotros quiere que 50 mil millones de dólares de nuestros impuestos se arrojen al agujero de ratas que será este nuevo intento de rescate de GM? Digámoslo con claridad: la única forma de salvar a la empresa es darle muerte.
Sin embargo, salvar nuestra preciosa infraestructura industrial es otra cosa, y debemos darle máxima prioridad. Si dejamos que cierren y desmantelen nuestras plantas, lamentaremos amargamente su desaparición cuando caigamos en cuenta de que esas fábricas podrían haber construido los sistemas de energía alternativa que necesitamos con desesperación. Y cuando reparemos en que la mejor forma de transportarnos es con ferrovías ligeras, trenes balas y autobuses más limpios, ¿cómo podremos construirlos si permitimos que desaparezca nuestra capacidad industrial y su fuerza de trabajo capacitada?
Así pues, ahora que el gobierno federal y el tribunal de quiebras reorganizan a General Motors, he aquí el plan que pido al presidente Barack Obama que ponga en práctica para bien de los trabajadores, de las comunidades de GM y de la nación en su conjunto. Hace 20 años, cuando hice Roger & Me, traté de advertir a la gente sobre lo que le esperaba a General Motors. Si la estructura del poder y la tecnocracia hubiera escuchado, tal vez mucho de esto se habría podido evitar. Con base en mi trayectoria, solicito que se preste honrada y sincera consideración a las sugerencias siguientes:
1. Así como hizo el presidente Roosevelt después del ataque a Pearl Harbor, Obama debe decir a la nación que estamos en guerra y que debemos convertir de inmediato nuestras fábricas de automóviles en instalaciones que construyan vehículos de transporte en masa y dispositivos de energía alternativa. En 1942, en Flint, en cuestión de meses GM detuvo toda la producción de autos y de inmediato usó las líneas de producción para construir aviones, tanques y ametralladoras. La conversión se realizó en un abrir y cerrar de ojos. Todo el mundo participó. Los fascistas fueron derrotados.
Ahora estamos en una guerra diferente, la que hemos emprendido contra el ecosistema, guiados por nuestros líderes. Esta guerra tiene dos frentes. Uno tiene su cuartel general en Detroit. Los productos construidos en las fábricas de GM, Ford y Chrysler son algunas de las mayores armas de destrucción en masa, causantes del calentamiento global y del derretimiento de nuestros casquetes polares. Puede que esos objetos que llamamos carros sean divertidos de manejar, pero son como un millón de dagas en el corazón de la madre naturaleza. Continuar construyéndolos sólo conducirá a la ruina de nuestra especie y de gran parte del planeta.
El otro frente en esta guerra ha sido abierto por las compañías petroleras contra ustedes y yo. Están dedicadas a esquilmarnos todo lo que pueden, y han sido irrefrenables vendedoras de la finita cantidad de petróleo que se ubica bajo la superficie de la tierra. Saben que la están chupando hasta dejarla seca. Y como los magnates madereros de principios del siglo XX, a quienes les importaban un cacahuate las generaciones futuras y arrasaban con cuanto bosque cayera en sus manos, estos barones del petróleo no dirán al público lo que saben que es verdad: que queda sólo crudo utilizable para unas cuantas décadas más en el planeta. Y conforme los días finales del petróleo se acercan, prepárense para ver a algunas personas muy desesperadas, dispuestas a matar o morir por un litro de gasolina.
El presidente Obama, ahora que ha asumido el control de GM, necesita convertir de inmediato las fábricas a los nuevos usos necesarios.
2. No pongan otros 30 mil millones de dólares en las arcas de GM para fabricar automóviles. Usen ese dinero para mantener empleada a la actual fuerza de trabajo –y a la mayoría de los que han sido despedidos– para que pueda construir los nuevos modos de transporte del siglo XXI. Que el trabajo de conversión empiece ahora mismo.
3. Anuncien que en los próximos cinco años tendremos trenes balas cruzando el país. Japón celebra este año el aniversario 45 de su primer tren bala; ahora tiene docenas. Velocidad promedio: 265 kilómetros por hora. Tiempo de demora promedio: 30 segundos. Ellos llevan ya casi cinco décadas con esos trenes de alta velocidad... ¡y nosotros no tenemos uno solo! Es criminal que ya exista la tecnología para ir de Nueva York a Los Ángeles en 17 horas, y que no la hayamos usado. Contratemos a los desempleados para que construyan las nuevas vías de alta velocidad por todo el país. De Chicago a Detroit en menos de dos horas. De Miami a Washington en menos de siete. De Denver a Dallas en cinco y media. Se puede hacer, y hacerse ya.
4. Emprendan un programa para poner líneas de tren ligero masivo en todas nuestras ciudades grandes y medianas. Construyan esos trenes en las fábricas de GM. Y contraten pobladores locales en todas partes para instalar y operar este sistema.
5. Para los habitantes de zonas rurales que no sean atendidos por los trenes, que las plantas de GM produzcan autobuses limpios y eficientes en el uso de energía.
6. Por el momento, que algunas fábricas construyan vehículos híbridos o eléctricos (y baterías). Llevará algunos años que la gente se acostumbre a las nuevas formas de transporte, así que si vamos a tener automóviles, que sean más amables. Podemos construirlos el mes próximo (no le crean a quien les diga que llevaría años reacondicionar esas fábricas: no es cierto).
7. Transformen algunas de las fábricas vacías de GM en instalaciones que construyan molinos de viento, paneles solares y otros medios de energía alternativa. Ahora mismo necesitamos decenas de millones de paneles. Y existe una fuerza de trabajo capacitada y dispuesta que puede construirlos.
8. Concedan incentivos fiscales a quienes se transporten en automóvil híbrido o en autobús o tren. También, créditos para quienes conviertan su hogar a energía alternativa.
9. Para contribuir a sufragar esto, impongan un gravamen de dos dólares por cada litro de gasolina. Esto impulsará a las personas a cambiar hacia autos ahorradores de energía o a utilizar las nuevas líneas de tren que las antiguas empresas automotrices han construido para ellas.
Bueno, es un principio. Por favor, por favor, no salven a GM para que una versión más pequeña de ella no haga otra cosa que construir Chevys o Cadillacs. Eso no es solución a largo plazo. No tiren dinero bueno en una compañía cuyo tubo de escape funciona mal y llena el auto de un olor extraño. Este año se cumple un siglo de que los fundadores de General Motors convencieron al mundo de renunciar a sus caballos, sus sillas y sus carruajes para probar un nuevo modo de transporte. Ahora es tiempo de que digamos adiós al motor de combustión interna. Parece habernos servido bien durante largo rato. Disfrutamos los restaurantes de servicio en el auto. Nos divertimos en el asiento delantero y también en el trasero. Vimos películas en grandes pantallas al aire libre, fuimos a las carreras en pistas de todo el país, y echamos nuestra primera ojeada al Pacífico desde la ventanilla por la autopista costera. Y ahora, ya acabó. Es un nuevo día y un nuevo siglo. El presidente –y el sindicato de trabajadores automotrices– deben aprovechar el momento y crear una gran jarra de limonada con este limón* tan amargo y triste.
Ayer, la última persona sobreviviente del desastre del Titanic pasó a mejor vida. Escapó a una muerte segura esa noche y vivió otros 97 años. Del mismo modo, podemos sobrevivir a nuestro Titanic en todos los Flints, Michigan, de este país. Sesenta por ciento de GM es nuestro. Creo que podemos darle un mejor empleo.
* En lenguaje informal, los estadunidenses llaman lemon a cualquier objeto inservible, por ejemplo un automóvil (T.)
Traducción: Jorge Anaya
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
miércoles, 3 de junio de 2009
Michael Moore: Adiós General Motors
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3:09 p.m.
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Los chinos se quedan con el Hummer
El consorcio automovilístico estadounidense General Motors ha alcanzado un principio de acuerdo con la empresa de maquinaria china Sichuan Tengzhong Heavy Industrial Machinery Company para la venta de su filial de todoterrenos Hummer, según informa The New York Times. Sin embargo, esta operación, a pesar de que Sichuan Tengzhong es una empresa privada, requiere la aprobación por parte del Gobierno de China, que mantiene el derecho de veto ante cualquier intención de compra fuera del país por parte de una empresa china.
El anuncio del comprador de Hummer se produce después de que se diera a conocer un acuerdo para la venta de esta firma de todoterrenos, aunque no se especificaron los detalles del nuevo inversor ni del montante de la operación. No obstante, diferentes analistas estiman que la venta de Hummer podría cerrarse por algo menos de 500 millones de dólares (352 millones de euros al cambio actual).
Sichuan Tengzhong se dedica a la producción de maquinaria para la construcción de carreteras, puentes y de mantenimiento, entre otros aspectos. Sin embargo, la compra de Hummer podría servir para introducirse en el negocio de camiones pesados.
El consorcio automovilístico que preside Fritz Henderson señaló que la venta de Hummer permitirá mantener 3.000 puestos de trabajo en Estados Unidos y la continuidad de 153 concesionarios. Asimismo, esta operación servirá para mantener la sede central de la compañía en este país. La venta de Hummer, que General Motors espera cerrar a finales del tercer trimestre del año, se enmarca en el plan de reestructuración de la empresa, que ayer presentó la solicitud de suspensión de pagos ante el Tribunal de Quiebras de Nueva York.
martes, 2 de junio de 2009
Desempleo sigue afectando a economías europeas
El desempleo continúa extendiéndose en la zona euro, donde ya afecta al 9,2% de la población activa. Según información facilitada por la oficina estadística comunitaria (Eurostat), en abril la tasa de desempleo aumentó tres décimas en los países de la moneda única (1,9 puntos si se compara con abril de 2008) y dos en el conjunto de los Veintisiete (1,8 puntos más que un año antes).
En el último año, 4,653 millones de personas han perdido su empleo en la UE (556.000 sólo en abril), de los que 3,1 millones están en el área del euro (donde el paro subió en abril en 396.000 personas). De esta manera, el desempleo afecta ya a 21 millones de personas en los veintisiete países y, de ellos, 14,6 millones corresponden a los países de la moneda única.
España, con una tasa de paro del 18,1%, volvió a ser, un mes más, el Estado miembro con más desempleo. Le siguen Letonia (17,4%), Lituania (16,8%) y Estonia (13,9%). Estos tres países bálticos son donde más rápidamente está aumentando el desempleo, tanto en términos mensuales como interanuales. Por el contrario, los países que, a pesar de la crisis, siguen teniendo un paro más reducido son Holanda (3%), Austria (4,2%) y Chipre (5,4%).
De las grandes economías para las que hay información actualizada, en Francia la desocupación se situó en abril en 8,9% y en Alemania en 7,7%. En ambos casos una décima más que en marzo.
En el último año, 4,653 millones de personas han perdido su empleo en la UE (556.000 sólo en abril), de los que 3,1 millones están en el área del euro (donde el paro subió en abril en 396.000 personas). De esta manera, el desempleo afecta ya a 21 millones de personas en los veintisiete países y, de ellos, 14,6 millones corresponden a los países de la moneda única.
España, con una tasa de paro del 18,1%, volvió a ser, un mes más, el Estado miembro con más desempleo. Le siguen Letonia (17,4%), Lituania (16,8%) y Estonia (13,9%). Estos tres países bálticos son donde más rápidamente está aumentando el desempleo, tanto en términos mensuales como interanuales. Por el contrario, los países que, a pesar de la crisis, siguen teniendo un paro más reducido son Holanda (3%), Austria (4,2%) y Chipre (5,4%).
De las grandes economías para las que hay información actualizada, en Francia la desocupación se situó en abril en 8,9% y en Alemania en 7,7%. En ambos casos una décima más que en marzo.
Casi, casi como el Imperio Romano
En un artículo que escribí en marzo del año pasado hablaba de Harold Bloom y cómo este intelectual y gran crítico literario comparaba la crisis que se nos venía encima con la caída del Imperio Romano.
Era una época en que aún la prensa, los gobiernos y muchos economistas la negaban, pese a que ya llevábamos ocho meses anunciándola. A la luz de las imágenes de este clip, entendemos claramente a que se refería Harold Bloom. Un país que no sólo se enfermó y endeudó por salir a matar iraquíes, sino por un nivel de descomunal derroche digno de una película de Cecil B. DeMille. Las imágenes, forman parte de la serie pueblos fantasmas.
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¿El Dow Jones a 1.000?
En Broad Market, página especializada en materia financiera encuentro una interesante reflexión de Robert Prechter sobre el posible futuro del Dow Jones. ¿Será para tanto? Léalo a continuación:
La hipótesis es que el futuro está totalmente hipotecado. Y con el tema del fuerte endeudamiento del cual Ronald Reagan fue el inventor como nos cuenta Paul Krugman, nos aguarda un período de gran frugalidad. Al parecer, la fiesta se acabó, y los períodos de derroche con champaña y caviar que Wall Street intentó clonar en varios lugares del mundo, han terminado. La hipótesis de las vacas flacas, cobra cada día más fuerza.
Acceso el artículo El futuro ha sido totalmente hipotecado en Broad Market.
"Los lectores a veces me preguntan si en serio el Dow va a caer por debajo del 1000. La gente puede entender que el Dow puede caer medido en términos de oro, pero están tan convencidos de que va a venir la hiperinflación que consideran esta idea como algo fuera de la realidad. La razón principal por la que creo que el Dow va a caer a esos niveles de 1000 es la estructura que presenta. Pero también puedo ver una razón monetaria para que esto ocurra y es que la enorme inflación de los últimos 76 años se ha producido principalmente por medio de emisión de instrumentos de crédito, no por los billetes. El crédito puede colapsarse.
El único resultado monetario que tiene sentido para la Onda de Elliott es la estructura del valor de mercado de los créditos denominados en dólares, va a reducirse en más del 90 por ciento. Habida cuenta de la erosión del Estado de bienes de capital en los EE.UU. y el agotamiento de la capacidad de fabricación, no es difícil ver por qué todos estos pagarés tienen un deterioro en la base de reembolso. El futuro ya ha sido totalmente hipotecado; es el momento de pagar. Pero no hay dinero para pagar, sólo más pagarés que no pueden ser pagados. Por lo tanto, la oferta de crédito (después de un breve respiro) tenderá a disminuir, lo que significa que la riqueza y, por tanto, el poder adquisitivo, van a desaparecer junto con él. En el sentido más amplio, este cambio supondrá un colapso en la oferta de dinero. Este enfoque monetario si es coherente con que el Dow caiga por debajo de 1000 en términos nominales. Es una de las razones por las que convence.
El crash se subtitula ¿cómo sobrevivir y prosperar en una depresión deflacionaria? Desde luego, la FED tiene la capacidad de imprimir billetes. Sin embargo espero que al final el desplome del valor de los créditos sea tan rápido que las autoridades no van a actuar a tiempo para contrarrestarlo. Se seguirá tratando de mantener la ficción de que los pagarés conservan todo el valor nominal para mantener la espectacular estafa. Después si lo hará, pero será demasiado tarde."
La hipótesis es que el futuro está totalmente hipotecado. Y con el tema del fuerte endeudamiento del cual Ronald Reagan fue el inventor como nos cuenta Paul Krugman, nos aguarda un período de gran frugalidad. Al parecer, la fiesta se acabó, y los períodos de derroche con champaña y caviar que Wall Street intentó clonar en varios lugares del mundo, han terminado. La hipótesis de las vacas flacas, cobra cada día más fuerza.
Acceso el artículo El futuro ha sido totalmente hipotecado en Broad Market.
lunes, 1 de junio de 2009
Paul Krugman: "Reagan lo hizo"
"Este proyecto de ley es la legislación más importante para las instituciones financieras en los últimos 50 años. Proporciona una solución de largo plazo para el ahorro de las instituciones con problemas", señaló Ronald Reagan en 1982, al firmar la Ley de las Instituciones Depositarias Saint-Germain.
De esta forma comienza el último comentario de Paul Krugman en The New York Times, aportando valiosos elementos que atribuyen a los republicanos y al gobierno de Ronald Reagan, el descalabro de la situación económica actual.
Krugman recuerda que la deuda federal como porcentaje del PIB cayó de manera constante desde el fin de la segunda guerra mundial hasta 1980. Sin embargo, con Reagan comenzó el rápido aumento de la deuda pública, que fue, curiosamente, eclipsada por el aún más rápido endeudamiento de la deuda privada que hizo posible la desregulación financiera que patrocinó Reagan.
"Este fue el gran legado de la América de Reagan, un legado que aún tiene consecuencias", agrega Krugman.
La desregulación financiera de los oscuros años de Regan tuvo además otras perlas: quitó los requerimientos de un pie a adelanto para la compra de viviendas, por lo que ya las familias no requerían de un ahorro previo.
Las restricciones puestas en marcha en los años 30 por los líderes políticos que experimentaron una terrible crisis financiera se hicieron pensando en impedir una repetición de ese grave momento. Pero en 1980 la memoria de la depresión se había desvanecido.
"Es el gobierno el problema, señaló Reagan, no la solución. La magia del mercado debe ser puesta en libertad".
Krugman señala que Estados Unidos no siempre fue una nación de grandes deudas y nulo ahorro, como ahora: "Para los años 70 el endeudamiento era normal y los estadounidenses ahorraban casi el 10% de sus ingresos. Fue con Reagan que los ahorros desaparecieron... Y los estadounidenses comenzaron a acumular deudas gigantescas"
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Krugman no dice (esto lo digo yo) que la idea del endeudamiento fue formulada por Milton Friedman en su Teoría del ingreso permanente, que suponía flujos constantes y sin pérdida de valor a lo largo de toda la vida laboral. Con esta tesis, una persona que ganaba 100 mil dólares anuales podía aspirar a ganar 40 millones de dólares en poco más de 30 años de vida laboral lo que le permitía comprar hoy los bienes que demandaría en el mediano y largo como la vivienda o el automovil.
Todo esto, por cierto, es muy bueno para la economía (trasladar todos los consumos futuros al presente) porque le da gran vitalidad. Pero nadie se puso en el caso de un paro generalizado con una masiva pérdida de empleos que cortara todo el suministro de pagos.
Eso es lo que ha ocurrido con la crisis actual y es lo que nos tiene en una situación tan delicada: los impagos se ha multiplicado por millones. Todas las cañerías se han secado y las inyecciones de liquidez son insuficientes. Más aún cuando las cifras de desempleo se elevan a niveles inéditos en todo el mundo. Pronto se llegará al 10% de desempleo mundial, una situación nunca vista en la historia. Sólo cuando comencemos a ver señales de vida en el empleo, podremos hablar de recuperación. Por ahora, nos mantendremos en esta senda moribunda y arrastrándonos con cuidado para no caer en las mortales arenas movedizas que nos rodean.
Lea el artículo de Paul Krugman en The New York Times
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Actualización: Este artículo apareció en el diario El País de España con el título Paul Krugman: La culpa la tiene Reagan, el 28 de junio.
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Geithner: La recesión es aún "potente y peligrosa"
El secretario del Tesoro estadounidense, Timothy Geithner, reconoció que la recesión es aún "potente y peligrosa" en gran parte del mundo y recordó que, a pesar de los últimos síntomas positivos, el FMI considera que en 2009 el PIB global será negativo por primera vez en 60 años, lo que indica que el crédito se resentirá durante un tiempo.
Sin embargo, afirmó que "la recesión global parece estar perdiendo fuerza" y destacó que el sistema financiero estadounidense se está saneando y que ahora parece que el mundo podrá evitar el colapso financiero y la deflación. Geithner intervino hoy en un acto público en la Universidad de Pekín, en la que él mismo estudió en la década de 1980.
Con respecto a la maltrecha industria automovilística estadounidense, Geithner manifestó su esperanza en que tanto General Motors como Chrysler puedan mantenerse por sí mismas una vez superado el proceso de quiebra.
"Queremos una salida rápida y limpia, que se produzca tan pronto como las condiciones la permitan", indicó. "Somos muy optimistas y creemos que estas firmas emergerán (de la reestructuración) sin más ayudas del Gobierno", dijo.
Sin embargo, afirmó que "la recesión global parece estar perdiendo fuerza" y destacó que el sistema financiero estadounidense se está saneando y que ahora parece que el mundo podrá evitar el colapso financiero y la deflación. Geithner intervino hoy en un acto público en la Universidad de Pekín, en la que él mismo estudió en la década de 1980.
Con respecto a la maltrecha industria automovilística estadounidense, Geithner manifestó su esperanza en que tanto General Motors como Chrysler puedan mantenerse por sí mismas una vez superado el proceso de quiebra.
"Queremos una salida rápida y limpia, que se produzca tan pronto como las condiciones la permitan", indicó. "Somos muy optimistas y creemos que estas firmas emergerán (de la reestructuración) sin más ayudas del Gobierno", dijo.
Desendeudamiento, Desglobalización, Re-Regulación
La vida después de la crisis, dice Bill Gross de Pimco, se caracterizará por DDR: desendeudamiento, desglobalización y re-regulación. Hay evidencia abundante de lo primero y último. Y de lo segundo, poco lo ilustra mejor que el mercado asiático de préstamos.
En los años antes del colapso del crédito, los prestamistas occidentales bullían en Asia. Jefes de banca corporativa y de inversión tocaban la puerta de cualquier gerente de finanzas que quisiera escuchar. Puede que hayan sabido poco del negocio, pero los banqueros sabían que su propuesta de ventas tenía el respaldo de un balance amplio y de financiamiento barato.
Ahora están en retirada. Hace tres años, entre los 20 principales organizadores de créditos sindicados en Asia, excluyendo Japón y Australia, los bancos no asiáticos tenían una participación de 29%. En lo que va de este año, su participación es de 7%. Había cinco bancos no asiáticos en los diez primeros en 2006, ahora hay dos. En términos de posiciones en un ranking, BNP Paribas, Citigroup y HSBC han caído más.
Puede que los bancos occidentales quieran volver, algún día. Fuera de Japón y Australia, los mercados asiáticos de préstamos han tendido a guiarse por las transacciones y no las relaciones. Se podría perdonar a un banco ahora por quedarse al margen si vuelve en un par de años ofreciendo los mismos dólares a mejores precios.
Pero mientras los bancos foráneos guardan el capital para prestar a sus mejores clientes domésticos, pueden descubrir que los motores de crecimiento del mundo funcionan bien sin ellos. Los bancos asiáticos representan casi 3% de los US$ 1,47 trillones amortizados globalmente hasta ahora. Por cada dólar perdido, los bancos estadounidenses y europeos han, entre tanto, levantado 80 centavos; en Asia, han levantado US$ 1,68. Las instituciones domésticas sanas capaces de desplegar sus balances ahora pueden captar negocios anexos (canjes cambiarios, emisiones de capital, mandatos de compras y fusiones) que no entregarán fácilmente. Para los que hagan la pausa, la participación de mercado que ganaron con facilidad, se perderá con la misma facilidad.
En los años antes del colapso del crédito, los prestamistas occidentales bullían en Asia. Jefes de banca corporativa y de inversión tocaban la puerta de cualquier gerente de finanzas que quisiera escuchar. Puede que hayan sabido poco del negocio, pero los banqueros sabían que su propuesta de ventas tenía el respaldo de un balance amplio y de financiamiento barato.
Ahora están en retirada. Hace tres años, entre los 20 principales organizadores de créditos sindicados en Asia, excluyendo Japón y Australia, los bancos no asiáticos tenían una participación de 29%. En lo que va de este año, su participación es de 7%. Había cinco bancos no asiáticos en los diez primeros en 2006, ahora hay dos. En términos de posiciones en un ranking, BNP Paribas, Citigroup y HSBC han caído más.
Puede que los bancos occidentales quieran volver, algún día. Fuera de Japón y Australia, los mercados asiáticos de préstamos han tendido a guiarse por las transacciones y no las relaciones. Se podría perdonar a un banco ahora por quedarse al margen si vuelve en un par de años ofreciendo los mismos dólares a mejores precios.
Pero mientras los bancos foráneos guardan el capital para prestar a sus mejores clientes domésticos, pueden descubrir que los motores de crecimiento del mundo funcionan bien sin ellos. Los bancos asiáticos representan casi 3% de los US$ 1,47 trillones amortizados globalmente hasta ahora. Por cada dólar perdido, los bancos estadounidenses y europeos han, entre tanto, levantado 80 centavos; en Asia, han levantado US$ 1,68. Las instituciones domésticas sanas capaces de desplegar sus balances ahora pueden captar negocios anexos (canjes cambiarios, emisiones de capital, mandatos de compras y fusiones) que no entregarán fácilmente. Para los que hagan la pausa, la participación de mercado que ganaron con facilidad, se perderá con la misma facilidad.
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General Motors se declara hoy en quiebra
La gigante automotriz General Motors (GM) se declarará hoy en quiebra antes de la apertura de los mercados, según confirmó la noche del domingo un alto funcionario de la Casa Blanca. El gigante industrial estadounidense fue incapaz de reestructurar su deuda no asegurada, cifrada en US$ 27.200 millones, uno de los requisitos impuestos por el Gobierno estadounidense para seguir financiando al fabricante de automóviles.
Desde diciembre, Washington ha proporcionado a GM casi US$ 20.000 millones para mantener sus factorías en operación. Ahora, el Gobierno estadounidense proporcionará otros US$ 30.000 millones para que el fabricante complete su reestructuración. El presidente Barack Obama, explicará las razones que han llevado al colapso del gigante del automóvil y los motivos de la asistencia gubernamental.
Tras Obama, el presidente de General Motors, Fritz Henderson, celebrará una rueda de prensa para detallar los pasos que dará la empresa mientras se encuentre sometida a las leyes de quiebra estadounidenses y bajo supervisión judicial. Henderson anunciará la clausura de 11 factorías y el cierre temporal de otras tres como parte del proceso de reorganización, lo que supondrá la eliminación de 21.000 puestos de trabajo.
Obama tiene previsto poner como ejemplo de lo que le espera a General Motors el caso de Crhysler, que se declaró en bancarrota el pasado 30 de abril por razones similares a las de GM. En un mes, Chrysler ha conseguido solucionar gran parte de sus problemas legales y The Wall Street Journal dijo incluso que la empresa podría salir de la quiebra hoy mismo si el juez que supervisa sus actividades aprueba la venta de activos a Fiat. Sin embargo, un alto funcionario de la administración Obama reconoció que la situación de General Motors es "más compleja" que la de Chrysler y que el proceso será más lento pero anticipó que la nueva GM podría estar funcionando en 60 o 90 días.
Costes sociales de la crisis
Editorial de El País
Desde principios de la década de los noventa, la sociedad española viene conformándose como la resultante de un mercado de trabajo dual. En ese mercado se distingue cada vez con mayor nitidez un conjunto de trabajadores y asalariados que disponen de contratos fijos, protegidos por normas estrictas de indemnización y derechos legales adquiridos frente a un universo laboral cada vez más amplio de trabajadores a tiempo parcial, frecuentemente precario, que impide por su propia naturaleza fragmentaria el aprendizaje del oficio o profesión, con niveles muy bajos de retribución -los mileuristas- y sin derechos acumulados. En este mercado dual, el volumen de trabajadores con contratos permanentes tiende a disminuir en beneficio de la contratación temporal o parcial. Este fenómeno, agudizado por la presión competitiva de países con mercados de trabajo sin derechos y con salarios próximos a la miseria, ha exacerbado las hipótesis sociológicas de que a medio plazo la contratación fija en los mercados occidentales quedará reducida a un grupo exiguo de privilegiados, atareados en labores de cierta complejidad, mientras que el volumen mayor de trabajo, de menor calificación, es servido por la mayor parte de la población asalariada a través de contratos irrisorios y sin derechos.
La recesión económica agudiza estos temores. El desempleo de larga duración, el número creciente de parados y la creciente resistencia que muestran las empresas a la contratación fija o temporal parecen reforzar la tesis de que la clase media, formada en estructuras laborales de estabilidad, tenderá a desaparecer o a reducir su tamaño. Pero no es seguro que la estructura laboral vigente o las consecuencias de esta recesión destructiva empujen hacia un mundo dividido en unos pocos privilegiados y una mayoría de mileuristas. En primer lugar, porque algunas sociedades han conseguido conjurar parcialmente esa fatal división y son las que con mayor tenacidad han apostado por invertir en educación de calidad y han desarrollado economías con más valor añadido. Y después, porque es inevitable una reforma del mercado de trabajo. Esa reforma debería reforzar la estabilidad del empleo y los derechos de los trabajadores y descartar una precarización del empleo para competir con los mercados asiáticos; sencillamente, porque no es posible competir en una carrera cuya meta final es la eliminación de cualquier compromiso legal o retributivo. Así no se sostiene una economía desarrollada.
Mientras llega el cambio laboral, que bien podría empezar a debatirse sobre el modelo de contrato único y estable con costes de indemnización y despido proporcionales a los años trabajados, la sociedad española está pagando de forma muy desigual las facturas de la recesión. La base social que soporta el paro y las reducciones de renta se limita a los trabajadores de empresas privadas de sectores que no están protegidos por la regulación. Ni las actividades reguladas -el ejemplo más conocido es la electricidad- ni el funcionariado parecen afectados por esta crisis. Tampoco se tiene constancia de que las comunidades autónomas, con gastos de estructura muy altos, o los ayuntamientos se apliquen con fervor a elaborar planes de reducción de costes. Si la austeridad no se aplica sobre bases sociales más amplias, el ajuste va a durar más de lo que suponen el Gobierno y los agentes sociales.
El País
Desde principios de la década de los noventa, la sociedad española viene conformándose como la resultante de un mercado de trabajo dual. En ese mercado se distingue cada vez con mayor nitidez un conjunto de trabajadores y asalariados que disponen de contratos fijos, protegidos por normas estrictas de indemnización y derechos legales adquiridos frente a un universo laboral cada vez más amplio de trabajadores a tiempo parcial, frecuentemente precario, que impide por su propia naturaleza fragmentaria el aprendizaje del oficio o profesión, con niveles muy bajos de retribución -los mileuristas- y sin derechos acumulados. En este mercado dual, el volumen de trabajadores con contratos permanentes tiende a disminuir en beneficio de la contratación temporal o parcial. Este fenómeno, agudizado por la presión competitiva de países con mercados de trabajo sin derechos y con salarios próximos a la miseria, ha exacerbado las hipótesis sociológicas de que a medio plazo la contratación fija en los mercados occidentales quedará reducida a un grupo exiguo de privilegiados, atareados en labores de cierta complejidad, mientras que el volumen mayor de trabajo, de menor calificación, es servido por la mayor parte de la población asalariada a través de contratos irrisorios y sin derechos.
La recesión económica agudiza estos temores. El desempleo de larga duración, el número creciente de parados y la creciente resistencia que muestran las empresas a la contratación fija o temporal parecen reforzar la tesis de que la clase media, formada en estructuras laborales de estabilidad, tenderá a desaparecer o a reducir su tamaño. Pero no es seguro que la estructura laboral vigente o las consecuencias de esta recesión destructiva empujen hacia un mundo dividido en unos pocos privilegiados y una mayoría de mileuristas. En primer lugar, porque algunas sociedades han conseguido conjurar parcialmente esa fatal división y son las que con mayor tenacidad han apostado por invertir en educación de calidad y han desarrollado economías con más valor añadido. Y después, porque es inevitable una reforma del mercado de trabajo. Esa reforma debería reforzar la estabilidad del empleo y los derechos de los trabajadores y descartar una precarización del empleo para competir con los mercados asiáticos; sencillamente, porque no es posible competir en una carrera cuya meta final es la eliminación de cualquier compromiso legal o retributivo. Así no se sostiene una economía desarrollada.
Mientras llega el cambio laboral, que bien podría empezar a debatirse sobre el modelo de contrato único y estable con costes de indemnización y despido proporcionales a los años trabajados, la sociedad española está pagando de forma muy desigual las facturas de la recesión. La base social que soporta el paro y las reducciones de renta se limita a los trabajadores de empresas privadas de sectores que no están protegidos por la regulación. Ni las actividades reguladas -el ejemplo más conocido es la electricidad- ni el funcionariado parecen afectados por esta crisis. Tampoco se tiene constancia de que las comunidades autónomas, con gastos de estructura muy altos, o los ayuntamientos se apliquen con fervor a elaborar planes de reducción de costes. Si la austeridad no se aplica sobre bases sociales más amplias, el ajuste va a durar más de lo que suponen el Gobierno y los agentes sociales.
El País
La clase media en peligro
Adiós, clase media, adiós
La recesión golpea con dureza al principal sustento del Estado de bienestar
RAMÓN MUÑOZ, El País
Ridiculizada por poetas y libertinos; idolatrada por moralistas; destinataria de los discursos de políticos, papas, popes y cuantos se suben alguna vez a un púlpito en busca de votantes o de adeptos; adulada por anunciantes; recelosa de heterodoxias y huidiza de revoluciones; pilar de familias y comunidades; principal sustento de las Haciendas públicas y garante del Estado de bienestar. La clase media es el verdadero rostro de la sociedad occidental. En un mundo globalizado, en el que hasta en el más mísero país siempre se puede encontrar a alguien con suficientes medios para darse un paseo espacial, sólo la preeminencia de la clase media distingue los Estados llamados desarrollados del resto. Los países dejan de ser pobres no por el puesto que ocupan sus millonarios en el ranking de los más ricos -de ser así, México o la India estarían a la cabeza del mundo dada la fortuna de sus potentados-, sino por la extensión de su clase media.
Pero parece que la clase media está en peligro o, al menos, en franca decadencia. Eso piensan muchos sociólogos, economistas, periodistas y, lo que es más grave, cada vez más estadísticos. Como los dinosaurios, esta "clase social de tenderos" -como la calificaban despectivamente los aristócratas de principios de siglo XX- aún domina la sociedad, pero la actual recesión puede ser el meteorito que la borre de la faz de la Tierra. Siguiendo con la metáfora, el proceso no será instantáneo sino prolongado en el tiempo, pero inevitable. La nueva clase dominante que la sustituya bien pudieran ser los pujantes mileuristas, los que ganan mil euros al mes. Tal y como sucedió cuando los mamíferos sustituyeron a sus gigantes antecesores, los mileuristas tienen una mayor capacidad de adaptación a circunstancias difíciles. También se adaptan los pobres, pero no dejan de ser excluidos, mientras que los mileuristas son integradores de la masa social. Por eso se están extendiendo por todas las sociedades desarrolladas.
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La recesión golpea con dureza al principal sustento del Estado de bienestar
RAMÓN MUÑOZ, El País
Ridiculizada por poetas y libertinos; idolatrada por moralistas; destinataria de los discursos de políticos, papas, popes y cuantos se suben alguna vez a un púlpito en busca de votantes o de adeptos; adulada por anunciantes; recelosa de heterodoxias y huidiza de revoluciones; pilar de familias y comunidades; principal sustento de las Haciendas públicas y garante del Estado de bienestar. La clase media es el verdadero rostro de la sociedad occidental. En un mundo globalizado, en el que hasta en el más mísero país siempre se puede encontrar a alguien con suficientes medios para darse un paseo espacial, sólo la preeminencia de la clase media distingue los Estados llamados desarrollados del resto. Los países dejan de ser pobres no por el puesto que ocupan sus millonarios en el ranking de los más ricos -de ser así, México o la India estarían a la cabeza del mundo dada la fortuna de sus potentados-, sino por la extensión de su clase media.
Pero parece que la clase media está en peligro o, al menos, en franca decadencia. Eso piensan muchos sociólogos, economistas, periodistas y, lo que es más grave, cada vez más estadísticos. Como los dinosaurios, esta "clase social de tenderos" -como la calificaban despectivamente los aristócratas de principios de siglo XX- aún domina la sociedad, pero la actual recesión puede ser el meteorito que la borre de la faz de la Tierra. Siguiendo con la metáfora, el proceso no será instantáneo sino prolongado en el tiempo, pero inevitable. La nueva clase dominante que la sustituya bien pudieran ser los pujantes mileuristas, los que ganan mil euros al mes. Tal y como sucedió cuando los mamíferos sustituyeron a sus gigantes antecesores, los mileuristas tienen una mayor capacidad de adaptación a circunstancias difíciles. También se adaptan los pobres, pero no dejan de ser excluidos, mientras que los mileuristas son integradores de la masa social. Por eso se están extendiendo por todas las sociedades desarrolladas.
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Paul Krugman: Estado de parálisis
Siempre se ha dicho que California es el lugar al que primero llega el futuro. ¿Pero sigue eso siendo cierto? Si es así, que Dios ampare a Estados Unidos.
La recesión ha golpeado con fuerza al Estado Dorado. La burbuja inmobiliaria era allí mayor que en casi cualquier otro lugar, y el desastre también ha sido mayor. La tasa de paro de California, del 11%, es la quinta más alta del país. Y por consiguiente, los ingresos del Estado se han resentido.
Sin embargo, lo que es realmente preocupante acerca de California es la incapacidad del sistema político para hacer frente a la situación.
A pesar de la depresión económica, a pesar de las políticas irresponsables que han duplicado la carga de la deuda del Estado desde que Arnold Schwarzenegger se convirtió en gobernador, California tiene unos recursos humanos y financieros inmensos. No debería tener una crisis fiscal; no debería estar a punto de recortar servicios públicos esenciales y de negar la cobertura sanitaria a casi un millón de niños. Pero así es, y uno tiene que preguntarse si la parálisis política de California es un presagio del futuro que le espera a todo el país.
Las semillas de la actual crisis de California se plantaron hace más de treinta años, cuando la inmensa mayoría de los votantes aprobó la Propuesta 13, una medida electoral que colocó una camisa de fuerza al presupuesto del Estado. Se limitaron los tipos de interés sobre la propiedad, y los propietarios de viviendas se vieron protegidos de los aumentos en sus bases imponibles aunque el valor de sus casas estuviera subiendo.
La consecuencia fue un sistema de impuestos que es tan injusto como inestable. Es injusto porque los propietarios de vivienda más mayores suelen pagar muchos menos impuestos sobre la propiedad que sus vecinos más jóvenes. Es inestable porque la limitación de los impuestos sobre el patrimonio ha obligado a California a ser mucho más dependiente que otros Estados de los impuestos sobre la renta, que caen en picado durante las recesiones.
Sin embargo, es más grave aún el hecho de que la Propuesta 13 ha hecho que sea extremadamente difícil subir los impuestos, incluso en momentos de emergencia: no se puede subir ningún impuesto estatal sin una mayoría de dos tercios en las dos cámaras legislativas del Estado. Y la reacción recíproca entre esta disposición y las tendencias políticas del Estado ha sido desastrosa.
Porque California, donde los republicanos iniciaron la transformación mediante la que dejaron de ser el partido de Eisenhower y se convirtieron en el partido de Reagan, es también el lugar en el que iniciaron su siguiente transformación, la que les convirtió en el partido de Rush Limbaugh. A medida que la marea política se ha ido volviendo en contra de los republicanos de California, los miembros restantes del partido se han vuelto cada vez más radicales, cada vez menos interesados en la labor de gobernar.
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La recesión ha golpeado con fuerza al Estado Dorado. La burbuja inmobiliaria era allí mayor que en casi cualquier otro lugar, y el desastre también ha sido mayor. La tasa de paro de California, del 11%, es la quinta más alta del país. Y por consiguiente, los ingresos del Estado se han resentido.
Sin embargo, lo que es realmente preocupante acerca de California es la incapacidad del sistema político para hacer frente a la situación.
A pesar de la depresión económica, a pesar de las políticas irresponsables que han duplicado la carga de la deuda del Estado desde que Arnold Schwarzenegger se convirtió en gobernador, California tiene unos recursos humanos y financieros inmensos. No debería tener una crisis fiscal; no debería estar a punto de recortar servicios públicos esenciales y de negar la cobertura sanitaria a casi un millón de niños. Pero así es, y uno tiene que preguntarse si la parálisis política de California es un presagio del futuro que le espera a todo el país.
Las semillas de la actual crisis de California se plantaron hace más de treinta años, cuando la inmensa mayoría de los votantes aprobó la Propuesta 13, una medida electoral que colocó una camisa de fuerza al presupuesto del Estado. Se limitaron los tipos de interés sobre la propiedad, y los propietarios de viviendas se vieron protegidos de los aumentos en sus bases imponibles aunque el valor de sus casas estuviera subiendo.
La consecuencia fue un sistema de impuestos que es tan injusto como inestable. Es injusto porque los propietarios de vivienda más mayores suelen pagar muchos menos impuestos sobre la propiedad que sus vecinos más jóvenes. Es inestable porque la limitación de los impuestos sobre el patrimonio ha obligado a California a ser mucho más dependiente que otros Estados de los impuestos sobre la renta, que caen en picado durante las recesiones.
Sin embargo, es más grave aún el hecho de que la Propuesta 13 ha hecho que sea extremadamente difícil subir los impuestos, incluso en momentos de emergencia: no se puede subir ningún impuesto estatal sin una mayoría de dos tercios en las dos cámaras legislativas del Estado. Y la reacción recíproca entre esta disposición y las tendencias políticas del Estado ha sido desastrosa.
Porque California, donde los republicanos iniciaron la transformación mediante la que dejaron de ser el partido de Eisenhower y se convirtieron en el partido de Reagan, es también el lugar en el que iniciaron su siguiente transformación, la que les convirtió en el partido de Rush Limbaugh. A medida que la marea política se ha ido volviendo en contra de los republicanos de California, los miembros restantes del partido se han vuelto cada vez más radicales, cada vez menos interesados en la labor de gobernar.
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domingo, 31 de mayo de 2009
El neoliberalismo, base teórica del mensaje presidencial
Por Orlando Caputo y Graciela Galarce
En el reciente Mensaje Presidencial de la Presidenta Michelle Bachelet, del 21 de mayo recién pasado, era previsible la ausencia de una estrategia de desarrollo de largo plazo. Esto refleja el predominio del neoliberalismo en los gobiernos de la Concertación y la confianza de que el libre mercado se encargará de definir las características estructurales de la economía chilena en el largo plazo.
Michelle Bachelet y Andrés Velasco han acentuado el convencimiento de que Chile pasará a ser un país desarrollado. Desde la Dictadura se viene señalando que en los próximos años Chile llegará a ser un país desarrollado.
A inicios de la Concertacion se señalaba que el desarrollo se alcanzaría en el año 2000. El ex Presidente Ricardo Lagos, aplazó esta meta para el Bicentenario. El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, con el extraordinario aumento del precio del cobre, propagandizaba el crecimiento del PIB per cápita, y señalaba que se aproximaba al de algunos países desarrollados. Con la crisis, el PIB per cápita, en términos de dólares ha caído drásticamente en Chile. Ahora no se ha hablado más del PIB per cápita ni se menciona la principal meta del Bicentenario, que Chile lograría transformarse en un país desarrollado en 2010. Tampoco se plantean nuevas fechas para el ansiado desarrollo. La principal preocupación actual es cuándo se saldrá de la crisis y evitar el crecimiento de la desocupación, sin embargo, la desocupación sigue creciendo, a pesar de los subsidios a las empresas.
En Dictadura no sólo se abandonó una estrategia de desarrollo, sino que se señalaba que eran planteamientos añejos. Que el libre mercado generaría por sí solo un crecimiento elevado y permanente en el tiempo. Posteriormente, la estrategia de desarrollo de diversificación productiva que estaba en el Programa Fundacional de la Concertacion, fue abandonada. Este abandono fue paralelo a la transformación o transformismo en neoliberales de la mayoría de los economistas de la Concertación, que eran economistas críticos del neoliberalismo en Dictadura. A mediados de los años noventa, previo a la crisis asiática, la superación del subdesarrollo, recibió un fuerte apoyo teórico en documentos que afirmaban que Chile superaría la teoría de la Maldición de los Recursos Naturales, que ya la economía chilena era una reconocida excepción de la teoría de la Maldición. Se postulaba que Chile pasaría a ser un país desarrollado sobre la base, fundamentalmente, de recursos naturales.
Un número reducido de economistas siguió planteando la necesidad de una estrategia de desarrollo de diversificación productiva, la que fue tomando cierta fuerza con el agotamiento relativo del modelo, incluso, al interior de la propia Concertacion.
Ahora, que la crisis mundial transforma el agotamiento relativo en una crisis del capitalismo primario-exportador chileno, retomamos otro aspecto de la Conferencia de Robert Solow en la Universidad de Chile en 1992, referido al uso de la renta de los recursos naturales.
Recordamos de nuevo, que Robert Solow es un destacado economista neoliberal, que obtuvo el Premio Nóbel de Economía por sus aportes teóricos de Modelos de Crecimiento Económico. También ha desarrollado estudios y modelos de Crecimiento Económico en condiciones de países con recursos naturales no renovables.
En su Conferencia en la Universidad de Chile en 1992, con la presencia de muchos economistas chilenos que fueron sus alumnos en Estados Unidos, -que han ocupado importantes cargos en los gobiernos de la Concertación, en el Banco Central y en las Universidades-, como planteamiento central, Solow señaló:
“El problema de largo plazo para Chile consiste en utilizar su base de recursos de modo inteligente en tanto se transforma en una economía más versátil y diversificada”.
Al final de la Conferencia reafirmó:
“Una fórmula de este tipo puede ser el mejor camino para que Chile pase de ser principalmente un productor y exportador de materias primas a un país de alta productividad industrial o al menos en una economía basada fuertemente en la industria, exitosa en cuanto a competitividad y exitosa como sociedad”.
Orlando Caputo y Graciela Galarce
Mayo de 2009
En el reciente Mensaje Presidencial de la Presidenta Michelle Bachelet, del 21 de mayo recién pasado, era previsible la ausencia de una estrategia de desarrollo de largo plazo. Esto refleja el predominio del neoliberalismo en los gobiernos de la Concertación y la confianza de que el libre mercado se encargará de definir las características estructurales de la economía chilena en el largo plazo.
Michelle Bachelet y Andrés Velasco han acentuado el convencimiento de que Chile pasará a ser un país desarrollado. Desde la Dictadura se viene señalando que en los próximos años Chile llegará a ser un país desarrollado.
A inicios de la Concertacion se señalaba que el desarrollo se alcanzaría en el año 2000. El ex Presidente Ricardo Lagos, aplazó esta meta para el Bicentenario. El ministro de Hacienda, Andrés Velasco, con el extraordinario aumento del precio del cobre, propagandizaba el crecimiento del PIB per cápita, y señalaba que se aproximaba al de algunos países desarrollados. Con la crisis, el PIB per cápita, en términos de dólares ha caído drásticamente en Chile. Ahora no se ha hablado más del PIB per cápita ni se menciona la principal meta del Bicentenario, que Chile lograría transformarse en un país desarrollado en 2010. Tampoco se plantean nuevas fechas para el ansiado desarrollo. La principal preocupación actual es cuándo se saldrá de la crisis y evitar el crecimiento de la desocupación, sin embargo, la desocupación sigue creciendo, a pesar de los subsidios a las empresas.
En Dictadura no sólo se abandonó una estrategia de desarrollo, sino que se señalaba que eran planteamientos añejos. Que el libre mercado generaría por sí solo un crecimiento elevado y permanente en el tiempo. Posteriormente, la estrategia de desarrollo de diversificación productiva que estaba en el Programa Fundacional de la Concertacion, fue abandonada. Este abandono fue paralelo a la transformación o transformismo en neoliberales de la mayoría de los economistas de la Concertación, que eran economistas críticos del neoliberalismo en Dictadura. A mediados de los años noventa, previo a la crisis asiática, la superación del subdesarrollo, recibió un fuerte apoyo teórico en documentos que afirmaban que Chile superaría la teoría de la Maldición de los Recursos Naturales, que ya la economía chilena era una reconocida excepción de la teoría de la Maldición. Se postulaba que Chile pasaría a ser un país desarrollado sobre la base, fundamentalmente, de recursos naturales.
Un número reducido de economistas siguió planteando la necesidad de una estrategia de desarrollo de diversificación productiva, la que fue tomando cierta fuerza con el agotamiento relativo del modelo, incluso, al interior de la propia Concertacion.
Ahora, que la crisis mundial transforma el agotamiento relativo en una crisis del capitalismo primario-exportador chileno, retomamos otro aspecto de la Conferencia de Robert Solow en la Universidad de Chile en 1992, referido al uso de la renta de los recursos naturales.
Recordamos de nuevo, que Robert Solow es un destacado economista neoliberal, que obtuvo el Premio Nóbel de Economía por sus aportes teóricos de Modelos de Crecimiento Económico. También ha desarrollado estudios y modelos de Crecimiento Económico en condiciones de países con recursos naturales no renovables.
En su Conferencia en la Universidad de Chile en 1992, con la presencia de muchos economistas chilenos que fueron sus alumnos en Estados Unidos, -que han ocupado importantes cargos en los gobiernos de la Concertación, en el Banco Central y en las Universidades-, como planteamiento central, Solow señaló:
“El problema de largo plazo para Chile consiste en utilizar su base de recursos de modo inteligente en tanto se transforma en una economía más versátil y diversificada”.
Al final de la Conferencia reafirmó:
“Una fórmula de este tipo puede ser el mejor camino para que Chile pase de ser principalmente un productor y exportador de materias primas a un país de alta productividad industrial o al menos en una economía basada fuertemente en la industria, exitosa en cuanto a competitividad y exitosa como sociedad”.
Orlando Caputo y Graciela Galarce
Mayo de 2009
sábado, 30 de mayo de 2009
Cuando los barcos no dejan ver el horizonte
Salir en un pequeño bote por la costa de Singapur es para sentirse como un ratón a través de una interminable manada de elefantes. Así de gráfica es la situación que se vive en el sudeste asiático, donde el estrecho que une Malasia con Indonesia se encuetra atestato de gigantescos buques de carga a la espera de algún trabajo.
La grave crisis económica ha desplomado el comercio internacional y aquí la gran víctima ha sido el trasporte marítimo. Más de 730 barcos se hallan a la gira en Singapur, sin movimiento, producto de este declive.
Y a la espera que las soñadas medidas reactivadoras de China comiencen a surtir efecto, la economía vive un momento pleno de incertidumbre y suspenso.
Lea en El Blog Salmón: Sudeste asiático resiste históricas caídas
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viernes, 29 de mayo de 2009
La hiperinflación de Weimar, ¿podría volver a ocurrir?
A propósito del post Inflación cero en Europa: ¿qué es ésto?, publico este artículo de Ellen Brown sobre la hiperinflación en la República de Weimar:
Por Ellen Brown
Por Ellen Brown
“Fue horrible. ¡Horrible! Como si hubiera caído un relámpago. Nadie estaba preparado. Las estanterías de los negocios vacías. No se podía comprar nada con el papel moneda.”Algunos comentaristas preocupados predicen una masiva hiperinflación como la sufrida por la Alemania de Weimar en 1923, cuando una carretilla llena de papel moneda apenas alcanzaba para comprar un pedazo de pan. En un editorial del 29 de abril del San Francisco Examiner advirtió:
– Profesor de derecho de la Universidad Harvard, Friedrich Kessler, sobre la hiperinflación de Weimar (entrevista en 1993).
“Con un déficit sin precedente que se acerca a 2 billones de dólares, el presupuesto [del presidente para 2010] es una receta infalible para la hiperinflación. De modo que cada senador y representante que vote por ese monstruoso presupuesto de 3,6 billones de dólares estará aprobando un derroche de dinero que podría convertir a EE.UU. en la próxima República de Weimar.” [1]
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Dólar cae $ 80 en lo que va del año
El dólar ha caído 80 pesos en lo que va del año en una clara tendencia a la baja a nivel mundial. En la bolsa chilena se ubicó en puntas de $ 561,00 comprador y $ 561,50 vendedor, lo que implica un descenso de $ 20,5 en el mes de mayo.
A nivel internacional la divisa también continúó debilitandose, cayendo a mínimos de los últimos cinco meses en torno al -1,3%, principalmente, por la fuerte revalorización de las materias primas como el petróleo y el cobre. El dólar ha entrado en una tendencia bajista de corto plazo con soportes en torno a los $556, un nivel que será quebrado si el cobre continúa fortaleciéndose y supera los US$2,2, situación que podría arrastrar al billete verde a los $540.
La buena noticia para Chile es que el precio del cobre anotó un alza de 3%, llegando a US$ 2,16 la libra, un nuevo máximo en siete meses.
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5:26 p.m.
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Inflación cero en zona euro
La inflación en la zona euro fue del cero por ciento en los últimos doce meses, algo que nunca había ocurrido antes en la historia del indicador. Según el primer cálculo difundido por Eurostat, la oficina estadística comunitaria, el índice de inflación interanual en los países que comparten la moneda única se situó en mayo en 0,0%, frente al 0,6% de abril. La inflación también entró el mes pasado en terreno negativo en Alemania, la primera economía de la moneda única, con una caída el último año del 0,1%, el primer registro negativo desde que hay datos comparables.
Eurostat publicará el dato definitivo de la evolución de los precios europeos el 16 de junio. El primer cálculo se efectúa a partir de los datos adelantados en algunos países del área, así como de información preliminar sobre la evolución del precio de la energía. La oficina estadística resalta que este método de cálculo es fiable, ya que, en los últimos dos años, ha coincidido en 18 ocasiones con el dato definitivo y en seis la desviación ha sido de una décima.
En los últimos dos años, la estimación preliminar de Eurostat, elaborada con los datos provisionales de los países miembros y con las previsiones sobre la evolución de los precios de la energía, coincidió en 18 veces con el dato final de inflación, mientras que difirió en una décima en seis ocasiones.
Lea mi artículo en El Blog Salmón: Inflación cero en Europa. ¿qué es ésto?
Eurostat publicará el dato definitivo de la evolución de los precios europeos el 16 de junio. El primer cálculo se efectúa a partir de los datos adelantados en algunos países del área, así como de información preliminar sobre la evolución del precio de la energía. La oficina estadística resalta que este método de cálculo es fiable, ya que, en los últimos dos años, ha coincidido en 18 ocasiones con el dato definitivo y en seis la desviación ha sido de una décima.
En los últimos dos años, la estimación preliminar de Eurostat, elaborada con los datos provisionales de los países miembros y con las previsiones sobre la evolución de los precios de la energía, coincidió en 18 veces con el dato final de inflación, mientras que difirió en una décima en seis ocasiones.
Lea mi artículo en El Blog Salmón: Inflación cero en Europa. ¿qué es ésto?
El fin del dios Mercado
Otro dios ideológico ha caído. Las premisas que dominaban la política internacional y las políticas públicas parecen hoy tan anticuadas como antes se decía del socialismo revolucionario.
“Las palabras más aterradoras del idioma inglés son: ‘vengo del gobierno para ayudar’”, dijo en su momento Ronald Reagan, héroe del conservadurismo estadounidense. Parece historia antigua hoy, cuando los gobiernos inyectan miles de millones de dólares, euros y libras en los sistemas financieros.
"Los gobiernos son malos; los mercados desregulados son buenos": ¿cómo puede esta doctrina seguir ilesa luego que Alan Greenspan, pupilo de Ayn Rand y banquero central dominante de la era, dijo en su testimonio ante el Congreso de EU, el pasado octubre, que la ineptitud de las instituciones crediticias para proteger el capital de sus accionistas lo había dejado perplejo?
En Occidente, la ideología pro mercado de las tres décadas pasadas fue una reacción a lo que se percibió como el fracaso de la economía mixta, el modelo keynesiano de las décadas de los 50, 60 y 70. El avance hacia el mercado se asocia con el triunfo electoral de Reagan en EU, en 1980, y la asunción de Margaret Thatcher como premier de Gran Bretaña, un año antes. Importancia casi similar tuvo el papel de Paul Volcker, entonces presidente de la Reserva Federal, en el combate a la inflación.
Otros hechos conformaron la época: el viraje chino de la economía planificada al mercado, en el gobierno de Deng Xiaoping, y el colapso de la Unión Soviética entre 1989 y 1991. El fin de la guerra fría y, sobre todo, el ingreso de miles de millones de participantes en una economía mundial que se globalizaba con rapidez fueron los puntos destacados de esta era.
Hoy, ante una crisis financiera global y una disminución de la actividad económica, el mundo vuelve a cambiar. El sistema financiero es el cerebro de la economía de mercado. Si hace falta un rescate tan costoso, ¿qué queda del rechazo de Reagan a los gobiernos? Si el sistema financiero fracasó, ¿hay aún confianza en los mercados?
Es imposible, en un momento decisivo como éste, saber hacia dónde vamos. Durante los años 70, pocos imaginaron que en la época siguiente se dominaría la inflación y declinaría la Unión Soviética. Lo que ocurra depende de decisiones aún no tomadas y de conmociones desconocidas. Sin embargo, la combinación de un colapso financiero con una enorme recesión, si no empeora, seguramente cambiará el mundo. La legitimidad del mercado se debilitará; se dañará la credibilidad de EU, la autoridad de China crecerá; la globalización podría irse a pique. Es un momento de gran agitación.
¿Cómo llegó el mundo a esto? Parte esencial de la respuesta radica en que la era de la liberalización contenía las semillas de su propia destrucción: ha sido un periodo de enorme crecimiento en la dimensión y rentabilidad del sector financiero; de frenética innovación financiera; de crecientes desequilibrios macroeconómicos; de gigantescos niveles de endeudamiento en los hogares, y de grandes burbujas en los precios de los activos.
En EU, corazón de la economía de mercado y centro de la tormenta actual, la deuda agregada del sector financiero trepó del equivalente a 22% del producto interno bruto (PIB) en 1981 a 117% del PIB en el tercer trimestre de 2008. En Inglaterra, que depende aún más de su actividad financiera, la deuda bruta del sector financiero ha llegado a casi 250% del PIB (ver gráficas).
Carmen Reinhart, de la Universidad de Maryland, y Kenneth Rogoff, de Harvard, sostienen que la era de la liberalización fue un tiempo de crisis financieras muy frecuentes, sólo superadas, desde 1900, por la de los años 1930, y una era de enormes burbujas de precios. Al intervenir para mantener sus tipos de cambio y al acumular reservas de divisas, los gobiernos de las economías emergentes generaron enormes superávit de cuenta corriente que reciclaron, junto con flujos de capital privado, en flujos de salida de capital oficial: entre fines de los años 1990 y el pico de julio de 2008, sus reservas monetarias se elevaron 5 mil 300 mdd.
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Elocuente mensaje durante la manifestación del sábado pasado en el centro de Madrid para exigir viviendas asequiblesFoto Reuters
Estos enormes flujos de capital, además de los acostumbrados superávit de países de altos ingresos y los boyantes superávit de los exportadores de petróleo, terminaron en su mayoría en un pequeño número de países de altos ingresos, en particular EU. Durante el pico, EU absorbió casi 70% del resto de los excedentes de ahorro del planeta.
Mientras, en el mismo EU, la proporción de la deuda doméstica respecto del PIB se elevó de 66% en 1997 a 100% una década después. En Reino Unido se presentaron incluso saltos mayores en el endeudamiento interno. Estos incrementos de la deuda doméstica se vieron fomentados, a su vez, por sistemas financieros elásticos e innovadores en exceso y, en EU, por programas gubernamentales.
A la vez, el sector se innovaba sin cesar. Warren Buffett, el multimillonario inversionista estadounidense, describió los derivados como "armas financieras de destrucción masiva". Al menos en parte, tenía razón. En esta década emergió un "sistema financiero en la sombra" y la banca tradicional fue remplazada por un modelo de documentación de activos "originar y distribuir", como la deuda colateralizada. Este modelo estalló en 2007.
Somos testigos de la crisis más profunda, amplia y peligrosa desde los años 30. Como señalan en otro texto Reinhart y Rogoff, las "crisis bancarias están asociadas a profundos declives en producción y empleo". Esto se debe, en parte, a que los balances han estado bajo enorme presión: en EU, la deuda total llegó a un pico histórico apenas por debajo de 350% del PIB; 85% de esa deuda es privada. En 1980, era de poco más de 160%.
Entre las posibles consecuencias de este shock figuran: enormes déficit fiscales en países con déficit externos, conforme traten de mantener su demanda; prolongada recesión mundial; brutal ajuste de la balanza de pagos global; colapso del dólar; inflación al alza y vuelta al proteccionismo. Con toda seguridad, la transformación será mayor en el sector financiero. Ha fracasado la idea de que las finanzas modernas podían transferir el riesgo a quienes estaban en mejores condiciones para manejarlo. En cambio, el paradigma es que el riesgo ha sido transferido hacia los que tenían menos capacidad de comprenderlo. Como señaló Volcker el pasado abril: "el flamante sistema financiero fracasó en la prueba del mercado".
En un artículo reciente Andrés Haldane, director ejecutivo de estabilidad financiera del Banco de Inglaterra, muestra lo poco que los bancos sabían sobre los riesgos que supuestamente podían manejar. Haldane atribuye estos fracasos a una "miopía de desastre" (tendencia a subestimar riesgos), falta de conciencia sobre las "externalidades de red" (excedentes que van de una institución a otra) e "incentivos inequitativos" (mayores para empleados y menores para accionistas y contribuyentes).
Sin embargo, si el sistema financiero ha sido disfuncional, ¿hasta qué punto podemos confiar en la maximización del valor para el accionista como guía de los negocios? Después de todo, la mayor parte de las participaciones está bajo el control de instituciones financieras. Los acontecimientos de los 18 meses pasados deberían confirmar la locura de esta idea. Es mejor, muchos concluirán, que los administradores determinen la dirección de sus empresas a dejar que otros participantes o los mercados financieros lo hagan.
Antes de esta crisis, el "nuevo capitalismo" aún no había sido puesto a prueba. La prueba llegó y el "nuevo capitalismo" fracasó. La era de la liberalización financiera ha terminado. Pero, a diferencia de de los años 30, no hay una alternativa a la economía de mercado que tenga credibilidad, y los hábitos de la cooperación internacional son arraigados.
"Tengo la sensación de que ya no estoy en Kansas", dijo Dorothy después que un tornado la arrojó, junto con su casa y su perro, en la tierra de Oz. El mundo de las tres últimas décadas ha desaparecido. Ahora nos corresponde descubrir dónde terminaremos después de este tornado financiero.
Via Economist Intelligence Unit
Desempleo puede llegar a 239 millones este año
El número de personas desempleadas en el mundo podría llegar a 239 millones este año, ya que el panorama económico continúa empeorando, señaló ayer la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Con 45 millones de nuevos trabajadores que ingresan en el mercado laboral cada año, 2009 marcará el peor desempeño global en la historia en términos de creación de empleo, dijo la agencia de Naciones Unidas. El desempleo global subió a 189 millones en 2008 desde 180 millones en 2007, según cifras de la OIT.
Dependiendo de diferentes escenarios, eso significaría que entre 39 y 59 millones de personas más quedarán sin trabajo. El escenario más favorable que proyectaba un incremento de sólo 29 millones de personas ahora parece improbable.
La estimación más reciente está basada en la contracción de 1,3 por ciento de la economía mundial que prevé el Fondo Monetario Internacional para este año.
Somavía señaló que algunos países han aplicado paquetes de estímulo para mitigar el impacto de la crisis, mientras que muchos expertos pronostican una recuperación en 2010. Sin embargo, es importante para las políticas gubernamentales asegurar que el rezago entre la creación de empleos y el retorno al crecimiento no sea demasiado amplio.
El pronóstico fue divulgado en antelación a la conferencia internacional de trabajo de la OIT que será celebrada entre el 3 y el 19 de junio, en la que representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores examinarán las tendencias laborales. Entre los que asistirán este año están los presidentes brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y francés, Nicolas Sarkozy.
Somavía dijo que la conferencia consideraría un "pacto de empleos global" que coloque la creación de empleos y la protección social en el corazón de las políticas de recuperación. La productividad, un determinante a largo plazo de los estándares de vida, está también sufriendo en la crisis, con un pronóstico de la producción por trabajador en declive este año en 1,3-2,3 por ciento a nivel global.
El crecimiento negativo está proyectado en todos los escenarios en todas las regiones, excepto el este de Asia, el sur Asia, Oriente Medio y el norte de Africa. Las economías desarrolladas, incluida la Unión Europea, podrían sufrir un 35-40 por ciento del incremento mundial total en el desempleo este año, pese a contar con menos del 16 por ciento de la fuerza laboral global. El este de Europa, excluyendo los miembros de la UE, y la ex Unión Soviética, experimentaron las mayores revisiones a la baja del crecimiento económico y podrían ver un incremento del 35 por ciento en el desempleo este año.
Los incrementos en el desempleo serán menos marcados en el este y el sur de Asia, donde muchas personas, sin embargo, están en riesgo de un "desempleo vulnerable": trabajando en empleos con bajos salarios.
Dependiendo de diferentes escenarios, eso significaría que entre 39 y 59 millones de personas más quedarán sin trabajo. El escenario más favorable que proyectaba un incremento de sólo 29 millones de personas ahora parece improbable.
"Estamos viendo un incremento sin precedentes en el desempleo y el número de trabajadores en riesgo de caer en la pobreza ha aumentado fuertemente este año", dijo el director general de la OIT, Juan Somavía. "Esto es causa de grave preocupación".
La estimación más reciente está basada en la contracción de 1,3 por ciento de la economía mundial que prevé el Fondo Monetario Internacional para este año.
Somavía señaló que algunos países han aplicado paquetes de estímulo para mitigar el impacto de la crisis, mientras que muchos expertos pronostican una recuperación en 2010. Sin embargo, es importante para las políticas gubernamentales asegurar que el rezago entre la creación de empleos y el retorno al crecimiento no sea demasiado amplio.
"Basado en la experiencia de crisis previas, sabemos que el desempleo retorna a los niveles previos a la crisis a un ritmo lento y desigual, y en promedio puede tomar 4 a 5 años después de que la recuperación económica comience", expresó.
El pronóstico fue divulgado en antelación a la conferencia internacional de trabajo de la OIT que será celebrada entre el 3 y el 19 de junio, en la que representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores examinarán las tendencias laborales. Entre los que asistirán este año están los presidentes brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y francés, Nicolas Sarkozy.
Somavía dijo que la conferencia consideraría un "pacto de empleos global" que coloque la creación de empleos y la protección social en el corazón de las políticas de recuperación. La productividad, un determinante a largo plazo de los estándares de vida, está también sufriendo en la crisis, con un pronóstico de la producción por trabajador en declive este año en 1,3-2,3 por ciento a nivel global.
El crecimiento negativo está proyectado en todos los escenarios en todas las regiones, excepto el este de Asia, el sur Asia, Oriente Medio y el norte de Africa. Las economías desarrolladas, incluida la Unión Europea, podrían sufrir un 35-40 por ciento del incremento mundial total en el desempleo este año, pese a contar con menos del 16 por ciento de la fuerza laboral global. El este de Europa, excluyendo los miembros de la UE, y la ex Unión Soviética, experimentaron las mayores revisiones a la baja del crecimiento económico y podrían ver un incremento del 35 por ciento en el desempleo este año.
Los incrementos en el desempleo serán menos marcados en el este y el sur de Asia, donde muchas personas, sin embargo, están en riesgo de un "desempleo vulnerable": trabajando en empleos con bajos salarios.
jueves, 28 de mayo de 2009
Desempleo llegó a 9,8% en trimestre febrero-abril
La tasa de desempleo en el trimestre móvil febrero-abril resultó ser más alta que la anotada durante el trimestre inmediatamente anterior. Según informó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), la tasa de desocupación subió a 9,8% en el periodo, lo que representa un aumento de 2,2 puntos porcentuales en doce meses y de 0,6 punto porcentual respecto del trimestre enero-marzo.
El INE advirtió que por segundo mes consecutivo, la ocupación presentó una variación negativa de 0,5% en doce meses, mientras que la fuerza de trabajo consignó un aumento de 1,9%, reflejando una mayor presión por parte de mujeres y personas que buscan trabajo por primera vez; categoría que mostró variaciones negativas la mayor parte del año 2008.
El INE señaló que el empleo Asalariado bajó 0,9% en doce meses, "coherente con el comportamiento negativo de la actividad y en paralelo con un repunte de la categoría Cuenta Propia (2,0%), generándose una recomposición del empleo que típicamente se produce en esta fase del ciclo económico".
La disminución del empleo Asalariado se acentuó en hombres, en tanto que el aumento del trabajo por Cuenta Propia se registró en las mujeres, lo que amortiguó la caída de la ocupación total. Mientras las tasas de ocupación y participación masculina disminuyeron, aumentaron en las mujeres 0,1 y 0,6 puntos porcentuales respecto del mismo trimestre del año anterior.
Como en las últimas mediciones, en las ramas de Agricultura, Construcción, Industria y Comercio se registraron disminuciones del empleo. Transporte y Comunicaciones consignó la primera variación negativa de la ocupación en doce meses. En tanto que, Minería, Servicios Financieros y Servicios Comunales, Sociales y Personales mostraron variaciones positivas en el mismo lapso.
Acceso a Informe del INE
Informe de Empleo Mayo 2009
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