sábado, 6 de agosto de 2011

Eric Toussaint: "Hay que anular las deudas ilegítimas"

El economista Eric Toussaint critica los planes de austeridad impuestos en Europa, que aumentarán la deuda impidiendo, al mismo tiempo, la recuperación económica y nos explica su análisis de la crisis que afecta actualmente a varios países europeos. Esta entrevista fue realizada por Sebastien Brulez para el diario Le Courrier de Ginebra, y ha sido publicada en Viento Sur

-Sebastien Brulez: Grecia, Portugal, España e Italia, y ahora Estados Unidos: la crisis de la deuda continúa golpeando a países industrializados. ¿Asistimos a un retorno del rescate de bancos por los Estados, como ocurrió durante la crisis de las subprimes de 2008?

-Eric Toussaint: Sí y no. Por supuesto, las deudas públicas en algunos países (Estados Unidos, Irlanda, Gran Bretaña, Bélgica, Portugal) aumentaron fuertemente después del rescate de bancos privados. Eso costó mucho dinero y, para financiar estos planes de rescate masivos, los correspondientes Estados se endeudaron con los mercados y por lo tanto sus deudas aumentaron. Pero no es la única causa. La otra es la recesión económica que disminuye la recaudación de los Estados y que, por consiguiente, los obliga a multiplicar el recurso a los préstamos.

Standard & Poors se lava las manos y castiga al Tesoro y a Estados Unidos



Después de meses avisando de que podría rebajar los bonos del Tesoro de Estados Unidos de la condición triple AAA, Standard & Poors lo hizo y rebajó la calidad de los bonos a AA+, un escalón más abajo. Con esto, el bono del Tesoro de Estados Unidos, el activo seguro por excelencia, ha dejado de ser sólido como una roca por primera vez en 70 años. La calificación AA+, aunque es bastante segura, deja a Estados Unidos un escalón por debajo de Liechtenstein. Lo que puede venir ahora es un aumento en las tasas de interés para el Tesoro, los hogares y las empresas, lo que podría devastar aún más a la débil economía estadounidense. Esta rebaja podría provocar una crisis financiera similar o peor a la que hundió a la economía mundial en 2008.

viernes, 5 de agosto de 2011

Joseph Stiglitz, Un contagio de malas ideas

Joseph Stiglitz, Project Syndicate

La Gran Recesión de 2008 se ha transformado en la Recesión del Atlántico Norte: son principalmente Europa y los Estados Unidos, no los mercados emergentes más importantes, los que se han visto afectados por el lento crecimiento y alto desempleo. Y son Europa y los Estados Unidos los que marchan, juntos o separados, hacia el desenlace de una gran debacle. La explosión de una burbuja condujo a un estímulo keynesiano masivo que evitó una recesión mucho más profunda, pero también impulsó déficits presupuestarios importantes. La respuesta –recortes masivos del gasto– garantiza que niveles de desempleo inaceptablemente altos (un vasto desperdicio de recursos y un exceso de oferta de sufrimiento) continúen durante años.

La Unión Europea finalmente se ha comprometido a ayudar a sus miembros en dificultades financieras. No tenía opción: la agitación financiera amenazaba con difundirse desde países pequeños como Grecia e Irlanda a otros grandes como Italia y España, y la propia supervivencia del euro enfrentaba peligros crecientes. Los líderes europeos reconocieron que las deudas de los países en problemas serían inmanejables a menos que sus economías pudiesen crecer, y que el crecimiento no se lograría sin ayuda.

La espiral sin fin de la crisis tiene al mundo atrapado entre la espada y la pared

Los mercados financieros se desploman por un abismo que parece no tener fin y tienen al mundo atrapado entre la espada y la pared. Pese a que gobiernos e instituciones han puesto sobre la mesa todo el arsenal monetario disponible, los mercados siguen insatisfechos y no darán tregua hasta terminar con todo. Las caídas de las bolsas a nivel global en el día de ayer (ver gráficas) puede que marque un hito en esta inconmensurabilidad de la crisis. A la bajas en el Ibex por 3,89% (que lo llevan a acumular una caída anual de 19,9%) se suma la caída de Wall Street en todos su indicadores: 4,71% el Dow Jones y 4,78% el S&P. Todas las bolsas se van a pique este verano porque esta crisis no respeta las vacaciones de nadie.

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¿Ya logró el euro un bote salvavidas?

Immanuel Wallerstein, La Jornada

La línea oficial en casi todas partes es que la economía-mundo pronto se pondrá bien si tan sólo hacemos esto o aquello. El hecho es que nadie –ni los gobiernos ni los megabancos, ni siquiera los economistas obtusos– realmente lo cree.

El mundo se encuentra en una depresión, tambaleándose al borde de un colapso realmente importante. Nadie en ningún lado estará exento de los efectos negativos de este colapso, aun si algunos cuantos afortunados se las arreglan para hacer dinero con éste. La primera preocupación de todo gobierno no es cómo desempeñarse bien, sino cómo podemos desempeñarnos menos mal que otros estados.

La atención de la prensa mundial se ha enfocado en los meros debates públicos en Estados Unidos, en la zona del euro, y sí, en China. Pero esto no significa que otros estados –grandes o pequeños, que parezcan crecer o sea obvio que están estancados– no estén igualmente preocupados, aunque con frecuencia sean menos capaces de maniobrar que los jugadores más grandes.

La política perversa de las crisis financieras

Luigi Zingales, Project Syndicate

Si tratamos de entender el patrón de las intervenciones gubernamentales y sus tiempos durante una crisis financiera, probablemente llegaremos a la conclusión de que, parafraseando al filósofo francés Blaise Pascal, la política tiene incentivos que la economía no es capaz de entender.

Desde un punto de vista económico, el problema es simple. Cuando la solvencia de un deudor soberano se ha deteriorado lo suficiente, su supervivencia depende de las expectativas de mercado. Si todos esperan que Italia sea solvente, le prestarán a tipos de interés bajos. Roma podrá cumplir con sus obligaciones actuales y, muy probablemente, también con sus obligaciones futuras.

jueves, 4 de agosto de 2011

Fuego cruzado financiero invade a la zona euro y los líderes siguen atónitos el curso de los hechos


La actual volatilidad de los mercados tiene un objetivo común: la destrucción del euro. La tensión que existe entre el núcleo y la periferia ejemplifica (como lo demuestra la gráfica) la forma en que Europa se está haciendo pedazos. Por un lado bonos italianos y españoles que alcanzan nuevas alturas, y por otro lado los bonos del “núcleo duro”, como Alemania-Austria-Holanda que, por ahora, se llevan toda la confianza del mercado.

La gráfica es bastante elocuente porque hasta comienzos de 2008 todos los países parecían compartir un destino común, casi casi como Estados Unidos, que pese a las múltiples diferencias entre California, Wisconsin o Florida, mantienen el mismo diferencial de deuda soberana. Aunque Estados Unidos en estos momentos es un país que está al borde del precipicio y con al menos una larga década de decadencia por delante, basa su integridad en su sentido de “Unión”, algo que Europa no alcanzó a consolidar porque primaron siempre los mezquinos intereses monetarios, como si el fetiche de la moneda consiguiera por sí solo el resto de la “unidad”.

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El Imperio en rojo, por qué EEUU y el dólar no se pueden caer

En la trama del sistema capitalista globalizado la moneda estadounidense cumple las funciones de reserva mundial, sirve de respaldo para la mayoría de las monedas, interviene en la mayoría de las transacciones comerciales y operaciones financieras, y hace de medio internacional de pago. En este escenario, su caída significaría el fin del patrón dólar, y generaría una mundialización de la crisis en la que ningún Estado capitalista podría sobrevivir. Si se cayeran EEUU y el dólar, sería como si una bomba nuclear estallase en la economía y en el sistema capitalista y nadie podría escapar con vida de la radiación que se desataría a escala planetaria.

Manuel Freytas, IAR Noticias

El reinado del dólar


Con la divisa estadounidense en declive y con EEUU con sus finanzas en rojo y al borde de un default (cesación de pagos) reaparecen nuevamente las míticas (y siempre fallidas) teorías del "fin de la era del dólar" y de la supremacía imperial norteamericana.

Hay ocho razones principales por las cuales ninguna potencia (central o emergente) podría "desacoplarse" del actual modelo funcional del sistema capitalista estructurado alrededor del dólar como moneda patrón y de la hegemonía de EEUU como primera potencia imperial:

La linea de falla: cómo el 1% más rico se apodera del mundo



Como señalé en el post Esta crisis ha beneficiado al 1% más rico y ha hundido a la clase media, en Estados Unidos el 1% más rico controla el 40% de la riqueza de todo el país. Este documental de Al Jazeera nos muestra que la desigualdad que se ha producido en Estados Unidos es la mayor en un siglo y la ampliación de la brecha entre los super ricos y la clase media es la más acentuada en treinta años.

Mientras tanto, en Washington, con la billetera atorada y debiendo dinero a medio mundo, el Congreso estuvo 24 horas maquinando los planes de austeridad que tienen a la economía al borde de una nueva crisis mundial. El papelón ha resultado vergonzoso no sólo en Estados Unidos: al otro lado del Atlántico la ausencia de un liderazgo real tiene a Europa haciéndose pedazos.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Washington declara la guerra a su pueblo

Alejandro Nadal, La Jornada

En 1961 el presidente saliente Dwight Eisenhower pronunció un discurso de despedida y una famosa advertencia. En aquella ocasión previno sobre el poder desmedido del complejo militar-industrial. Según uno de sus más importantes biógrafos, Geoffrey Perret, el borrador del discurso preparado por Eisenhower contenía la frase complejo militar-industrial-congresional para marcar el papel negativo que desempeñaba el Congreso como correa de transmisión del poder de la industria militar. En el último momento, el presidente prefirió eliminar la referencia al Poder Legislativo para no irritar demasiado.

Hoy Eisenhower habría dejado la referencia al Congreso en su discurso. Y es que por fin el Congreso estadounidense ha declarado abiertamente una guerra contra el pueblo de ese país, obedeciendo los designios del 5 por ciento más rico de su población. Aunque, pensándolo bien, la guerra comenzó hace mucho.

Cuáles son las verdaderas causas de la deuda y del déficit de EE.UU.

Ismael Hossein-Zadeh, Asia Times

Es obvio que ninguna enfermedad puede curarse con éxito sin un diagnóstico apropiado de su origen. En sus frenéticos esfuerzos por remediar la plaga de la deuda nacional y del déficit, sin embargo, los responsables políticos de EE.UU. tienden a rehuir las causas de la raíz del problema y concentrarse, en su lugar, en chivos expiatorios.
¿Cuáles son las causas en la raíz de la deuda nacional y del déficit? Son, antes que nada, los paquetes de rescate de multi-billones [millones de millones] de dólares que fueron se otorgaron a Wall Street a fin de rescatar a los jugadores financieros, la constante escalada de los costes de la guerra y el militarismo, los inmensos regalos tributarios a los acaudalados y el vertiginoso aumento de los costes de la atención sanitaria, incrementados sistemáticamente por las compañías aseguradoras y farmacéuticas.

¿Cuáles son los chivos expiatorios? Son los derechos de la red social (seguridad social, Medicare y Medicaid) y los gastos discrecionales no militares: salud, educación, vivienda, transporte, el medio ambiente, el desarrollo comunitario, ciencia y energía, servicios humanos, etc. Los califico de chivos expiatorios porque no constituyen las fuentes de la continua escalada de deuda y déficit.

La gran recompensa de Obama a Wall Street

Mike Whitney, CounterPunch

¿Es el acuerdo de Obama por el techo de la deuda el peor trato de la historia de EE.UU.?

Probablemente, pero no por los motivos que se discuten actualmente en los medios. Lo que hace que el trato sea un desastre total es que despoja al Congreso de su autoridad constitucional para controlar el portamonedas de la nación. Esa autoridad se entregará a un comité bipartidista que decidirá cómo recortar 1,5 billones [millones de millones] de dólares del presupuesto a fin de reducir los déficit. Pero, ya que el comité estará formado por partes iguales por republicanos y demócratas, es probable que haya desacuerdo sobre qué programas deben recortarse. Todo esto es intencional, porque si el comité no logra decidir dónde deben tener lugar los recortes, la decisión la tomará un “mecanismo de ejecución” que requerirá recortes generalizados.

Bastante siniestro ¿verdad? Es una manera subrepticia de abolir la autoridad primordial del Congreso mientras se convierte la austeridad en la posición por defecto del gobierno de EE.UU. Cada vez que haya dudas: “¡Recortad los gastos!”. Naturalmente, el Partido Republicano rechazó todo acuerdo que involucre nuevos impuestos.

Lo siguiente proviene del sitio en la web de la Casa Blanca:

La gran estafa de 16 billones de dólares realizada en Estados Unidos

Atilio Borón, AlaiNet.org

La atención de la opinión pública internacional está centrada en el acuerdo pírrico firmado entre Barack Obama y el Congreso mediante el cual el presidente se compromete a aplicar un duro programa de ajuste fiscal, centrado en el recorte de gastos sociales (salud, educación, alimentación) e infraestructura por 2.5 billones de dólares (2.500.000 millones de dólares) pero preservando, como lo exige el Tea Party, el nivel actual del gasto militar y su eventual expansión. A cambio de esto, la Casa Blanca recibió la autorización para elevar el endeudamiento de Estados Unidos hasta 16.4 billones de dólares (es decir, 16.400.000 millones de dólares), cifra superior en unos dos billones al PIB de ese país. Con esto se espera –confiando en la “magia de los mercados”- superar la crisis de la deuda pública y reactivar la languideciente economía norteamericana. Esta receta ya fue implementada a sangre y fuego en América Latina y no funcionó; y tampoco lo hizo en la convulsionada Europa de estos días. Con este acuerdo lo único seguro será el agravamiento de la crisis y, de su mano, la acentuación de la belicosidad norteamericana en el escenario mundial.

Para volver a leer a Keynes, una entrevista a Robert Skidelsky

Marcelo Justo, Página 12

La “insensatez” de los países dominantes, criticada por la Unasur el pasado viernes, se da en el marco de un “gran experimento” en política económica del mundo desarrollado. Si la primera reacción al estallido financiero de 2008 fue un acuerdo “keynesiano” del G-20 para evitar una recesión como la del ’30, una vez neutralizado el pánico, los gobiernos centrales se inclinaron con alguna que otra excepción por atacar el déficit con la tradicional receta de recorte del gasto público y aumentos impositivos para aplacar a los mercados financieros (a los que acaban de rescatar). Eminente autoridad en John Maynard Keynes, Lord Robert Skidelsky, profesor enemérito de la Universidad de Warwick y autor de Keynes: The return of the master, cree que los países centrales han hecho un gran laboratorio de ensayo con sus propias economías. “Están poniendo a prueba la teoría keynesiana que sirvió para salir de la debacle de los años ’30. Si la consolidación fiscal es la ruta de la recuperación, deberíamos enterrar a Keynes. Si por el contrario, los mercados financieros y los políticos que los obedecen son los “asnos” de los que hablaba Keynes, tendremos que pensar qué hacemos con los mercados para poder volver a gobernar”, señaló Lord Skidelsky a Página/12.

–El experimento del que usted habla ya lleva más de un año. ¿Cuál es a su juicio el veredicto hasta el momento?

A propósito de la crisis del euro, ¿Qué es la prima de riesgo y cómo funciona?

Alvaro Romero, El País

La presión a la que se está viendo sometida España en los mercados secundarios de deuda por la desconfianza sobre su solvencia ha disparado la prima de riesgo del país. Pero ¿qué es y qué significa para las finanzas de un Estado que suba la prima o que aumente la rentabilidad de sus bonos? Este último capítulo de la crisis del euro ha puesto en el primer plano de la actualidad algunos términos económicos a los que los ciudadanos no estaban acostumbrados o no conocían. Aquí puedes consultar qué son y sus consecuencias.

¿Qué es la prima de riesgo?: Es el sobreprecio que exigen los inversores por comprar la deuda de un país frente a la alemana, cuyo precio es el que se utiliza como base o referencia ya que está considerada como la más segura y es menos propensa a sufrir bandazos en función de factores coyunturales o puntuales -crecimiento, déficit...-. En términos generales se puede traducir por cuánto dinero es necesario para que los compradores dejen de lado sus temores y olviden el riesgo que conlleva entrar en la deuda de los países señalados por los problemas arriba mencionados de déficit o escaso crecimiento. La razón de este rechazo es que si el inversor sospecha que no entra dinero en las arcas del Estado o no el suficiente, tampoco habrá fondos para pagar a quienes adquirieron su deuda.

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