miércoles, 26 de junio de 2019

Multimillonarios de Estados Unidos quieren, por ética, pagar más impuestos

George Soros dispuesto a pagar más impuestos

¡Cóbrennos más impuestos! Este es el mensaje de un grupo de multimillonarios estadounidenses, entre los cuales figuran el empresario George Soros, el cofundador de Facebook Chris Hughes y los herederos de los imperios Hyatt y Disney, a los candidatos presidenciales a la Casa Blanca en 2020. En una carta publicada este lunes, este club de super millonarios otorga su apoyo a la idea de un impuesto a las grandes fortunas.
"Escribimos a todos los candidatos a la presidencia, republicanos y demócratas, para que apoyen un impuesto moderado a las fortunas del 0,1 por ciento más rico de los estadounidenses. La riqueza de este 0.1 por ciento de la población es casi igual a la de 90 por ciento de la población de este país. El próximo dólar de nuevos ingresos impositivos debe provenir de los más adinerados, no de los estadounidenses de medianos o bajos ingresos", afirman los 18 firmantes, quienes pertenecen a 11 familias.
Varios candidatos a las primarias demócratas, entre ellos Pete Buttigieg; el alcalde de South Bend, Indiana, o el texano Beto O’Rourke, ex miembro de la Cámara de Representantes, ya han expresado su apoyo a esa medida. Pero la misiva destaca la propuesta específica de la senadora demócrata y presidenciable Elizabeth Warren, legisladora por Massachusetts, que prevé tasar los hogares que tengan más de 50 millones de dólares de activos, unas 75 mil familias.
Estados Unidos tiene la responsabilidad moral, ética y económica de tasar más fuertemente nuestra fortuna, escriben los firmantes

martes, 25 de junio de 2019

Se avecina la guerra con Irán, no caigamos en la trampa de justificarla

Como hicieron con Irak, los aliados de Trump tratarán de pintar a Irán como una amenaza para fundamentar una decisión tomada mucho antes. Con un detalle infinito, se da a conocer la interminable letanía de abusos contra los derechos humanos, son los mismos abusos que nuestras élites ignoran cuando quien los comete es un aliado, como la dictadura saudí.


Owen Jones, eldiario.es

Ya sabemos cómo funciona esto. La decisión de guerra se toma con mucha antelación. Es el punto final al que hay que llegar y para el que se van acumulando las pruebas. De repente, un régimen que gobierna desde hace años se convierte en una amenaza inminente. Aparecen los exiliados que hablan con solemnidad sobre la necesidad de guerra en su patria. Ya casi no les quedan conexiones con el país de origen pero tienen grandes cuentas bancarias y muchas relaciones con thinks tanks de derecha, multinacionales y servicios de seguridad occidentales.

Con un detalle infinito, se da a conocer la interminable letanía de abusos contra los derechos humanos. Son los mismos abusos que nuestras élites ignoran cuando quien los comete es un aliado, como la dictadura saudí, que ha sumido a Yemen en la peor crisis humanitaria del mundo. Los críticos de la guerra son caracterizados como lunáticos, como gente que no quiere a su país o como idiotas útiles del enemigo que está poniendo en peligro la seguridad nacional y amenazando a su propio pueblo. Así ocurrió en Irak y también en Libia, dos países que se sumieron a toda velocidad en un caótico baño de sangre.

En un mundo justo, se desacreditaría y expulsaría de la vida pública a los incitadores de estas catástrofes que han provocado la muerte de cientos de miles de personas, la mutilación y el trauma de otras tantas, la aparición de millones de refugiados y desplazados, y la transformación de los dos países en zonas liberadas para el extremismo violento. En vez de eso, estos instigadores conservan su poder dentro del gobierno de Estados Unidos (el caso más evidente es John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump), dentro de la dirigencia del Partido Republicano y dentro del grupo de formadores de opinión. Sin vergüenza pero con una sed de sangre gigantesca, son los que ahora están construyendo la justificación de la guerra con Irán.

lunes, 24 de junio de 2019

Los incendiarios del Estrecho de Ormuz


Guillermo Almeyra y Nahúm Monroy, La Jornada

El ataque a dos petroleras –una noruega, la otra japonesa– en el Estrecho de Ormuz hizo resurgir el peligro de una guerra en Medio Oriente. Estados Unidos presentó de inmediato un video que no permite ninguna conclusión y acusó a Irán de colocar minas magnéticas en las naves agredidas, pero el comandante de la nave japonesa atacada, Yukata Katada, declaró que: nuestra tripulación dijo que vio un objeto volador (https://nyti.ms/2MNzZ8F).

Además, la nave nipona fue incendiada el mismo día de la visita del primer ministro japonés Shenzo Abe, tras 41 años de congelamiento de las relaciones entre Irán y Japón, y éste es gran comprador de petróleo iraní, que necesita para seguir siendo potencia frente a China. Esa coincidencia excluiría por sí sola a Irán que no cometería una provocación tan grosera y tan lesiva para sus intereses.

El principal sospechoso es Estados Unidos, pues en 2015 Trump desconoció el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC) que permitía a Irán desarrollar su industria nuclear con fines pacíficos bajo control internacional, cosa que hasta hoy ha continuado haciendo, a pesar del bloqueo unilateral de Estados Unidos que muchas compañías europeas, como la francesa Total, acatan.

sábado, 22 de junio de 2019

Tierras raras, carta de China contra Trump


Hedelberto López Blanch, Rebelión

Tras lanzar una estruendosa guerra económica contra varios países del mundo y fundamentalmente contra China para tratar de mantener su ya debilitada hegemonía mundial, a la Administración estadounidense de Donald Trump ahora le preocupa que la política de sanciones se le convierta en un bumerán.

Ya le empiezan a salir obstáculos hasta en su propio país pues recientemente la Cámara de Comercio norteamericana expresó a la cadena CNBC que “la utilización de aranceles, con el aumento de amenazas a nuestra economía, va a perjudicar al país y también crea incertidumbre con nuestros socios”.

Hace pocos días, más de 600 importantes compañías estadounidense, entre estas Walmart, Costco, Target, Levy Strauss, Get y FootLocker, en una carta enviada a Trump, lo instaron a eliminar los gravámenes actuales y cesar la guerra comercial con el gigante asiático.

En la misiva se expresa que las tarifas adicionales (con las que amenazó el mandatario) tendrán un impacto negativo para todos los ciudadanos estadounidenses. Se calcula que otra subida de aranceles supondrá la pérdida de más de 2.000.000 de puestos de trabajo y recortaría el Producto Interno Bruto (PIB) del país en un 1 %, además de costar cerca de 2.000 dólares a cada familia estadounidense.

viernes, 21 de junio de 2019

PMI manufacturero de EEUU se hunde a minimos de 10 años


Las expectativas de estabilización se frustraron después del dato flash del PMI de fabricación estadounidense para junio que bajó a 50,1 (desde 50,5 en mayo). Este es el menor registro de este indicador en 117 meses, es decir desde 2009. La desaceleración liderada por la industria manufacturera está infectando cada vez más al sector de servicios, que ha registrado descensos significativos desde principios de año acercándose a los meses más débiles desde la crisis financiera mundial. La actividad comercial también se acercó al estancamiento en junio, acercándose a su tasa más lenta desde febrero de 2016 y redondeando un segundo trimestre en el que los datos de la encuesta muestran que el ritmo de la expansión económica se está deslizando a 1.4%.

El optimismo empresarial también se ha vuelto más moderado, con la sensación de que el año se acerca a una nueva serie baja en medio de la creciente preocupación por los aranceles, el riesgo geopolítico y el crecimiento económico más lento en los próximos meses. El mercado laboral de Estados Unidos también está mostrando signos de debilitamiento. Los datos de la encuesta de junio indican un crecimiento no agrícola de 140k, con un promedio de 150k en el segundo trimestre después de una señal de 200k durante los primeros tres meses del año.

Los precios de bienes y servicios, mientras tanto, aumentaron a una tasa ligeramente mayor en junio, principalmente debido a los aranceles. Para ilustrar, unos dos tercios de todos los fabricantes atribuyeron algunos o todos los aumentos de costos de sus materias primas a los aranceles durante el mes. El impacto inflacionario de los aranceles fue compensado por una fuerte caída de la demanda, que redujo el poder de fijación de precios de los proveedores. La tasa general de inflación de los costos de los insumos en la manufactura bajó a un mínimo de dos años, mientras que los precios de venta promedio de bienes y servicios mostraron uno de los aumentos más pequeños registrados desde finales de 2016.

La Doctrina Monroe y las guerras regionales de Bolton


Marco A. Gandásegui, Alai

La Doctrina Monroe fue preparada en 1823 por el entonces secretario de Estado norteamericano, John Quincy Adams, dirigido a las potencias imperiales europeas. Expresaba en forma explícita que cualquier intervención de ellas en el hemisferio occidental sería considerada una ofensa a la integridad y soberanía de EEUU. En otras palabras, y para ser más claro, EEUU se reservaba lo que después se llamaría América Latina como territorio propio. Todos los gobiernos norteamericanos en el siglo XX aclaraban que el contenido de esa llamada Doctrina no tiene vigencia y es cosa del pasado. Hasta ahora.

Los gobiernos panameños quizás han sido los más afectados por las pretensiones territoriales norteamericanas. El siglo XX fue una lucha permanente por ejercer la soberanía sobre la totalidad de su territorio a pesar del poderío norteamericano que ocupaba una franja de 1,000 kilómetros cuadrados que atravesaba el istmo de Panamá. La Doctrina Monroe fue complementada por el corolario de Teodoro Roosevelt que se sintetiza en su famoso grito: ‘Me tomé Panamá, mientras el Congreso de EEUU dormía’. El presidente electo, Laurentino Cortizo, tiene que tener estos antecedentes históricos muy presentes cuando asume el poder en unos 10 días.

miércoles, 19 de junio de 2019

Teoría monetaria: la moderna controversia


Alejandro Nadal, La Jornada

En los últimos años ha surgido una importante polémica sobre lo que se conoce como la teoría monetaria moderna (TMM). Se trata de una visión macroeconómica sobre la creación monetaria por parte del Estado y su funcionamiento en una economía desarrollada. La TMM estuvo relegada hasta hace poco a seminarios académicos en pocas universidades estadounidenses, pero desde que la recogieron Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez se ha convertido en un tema de gran popularidad en el debate político.

Uno de los más importantes méritos de la TMM es que rompe de golpe con el dogma central de la macroeconomía clásica sobre el financiamiento del Estado. Ese dogma dice que cuando el gobierno quiere financiar un programa debe hacer una de dos cosas: incrementar los impuestos o endeudarse. La TMM dice que existe una tercera opción: el Estado puede crear dinero y utilizarlo para financiar cualquier proyecto que desee, incluyendo erigir nuevos hospitales y universidades. Por supuesto, todo esto suena muy atractivo para una política de izquierda que quiere romper con los dogmas neoliberales.

Encuesta considera que el apoyo a Maduro se fortaleció después del intento de golpe y las presiones de EEUU


Una nueva encuesta ha encontrado que después de salir victorioso en el reciente intento de golpe de Estado respaldado por Estados Unidos y apoyado por el líder de la oposición Juan Guaido, el líder socialista Nicolás Maduro en considerado por la mayoría popular de los venezolanos como el presidente constitucional del país, incluso después que más de 50 países, rechazó su reelección de enero al considerarla inválida.

El estancamiento político de cinco meses parece estar "ayudando sutilmente" a Maduro, según un informe del Miami Herald sobre una nueva encuesta realizada por Datincorp durante el fin de semana, incluso después de que decenas de países hayan seguido el ejemplo de Estados Unidos de reconocer que solo Juan Guaido es el "presente interino". La encuesta encontró que la mayoría del 41% de los venezolanos consideran a Nicolás Maduro como el "presidente constitucional" del país, en comparación con el 36% que reconoce a Guaido .

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