Joseph Stiglitz: Sin Permiso
Toda crisis tiene un final, y aunque hoy por hoy las cosas pintan negras, también esta crisis económica pasará. Lo cierto, en todo caso, es que ninguna crisis, y mucho menos una tan grave como la actual, remite sin dejar un legado. Uno de los legados de esta crisis será una batalla de alcance global en torno a ideas. O mejor, en torno a qué tipo de sistema económico será capaz de traer el máximo beneficio para la mayor cantidad de gente. En ningún sitio esa batalla es más enconada que en el Tercer Mundo. Alrededor del 80 por ciento de la población mundial vive en Asia, América Latina y África. De entre ellos, unos 1.400 millones subsisten con menos de 1.25 dólares diarios. En los Estados Unidos, llamar a alguien socialista puede no ser más que una descalificación exagerada. En buena parte del mundo, sin embargo, la batalla entre capitalismo y socialismo –o al menos entre lo que muchos estadounidenses considerarían socialismo- sigue estando en el orden del día. Es posible que la crisis actual no depare ganadores. Pero sin duda ha producido perdedores, y entre éstos ocupan un lugar destacado los defensores del tipo de capitalismo practicado en los Estados Unidos. En el futuro, de hecho, viviremos las consecuencias de esta constatación.
La caída del Muro de Berlín, en 1989, marcó el fin del comunismo como una idea viable. Ciertamente, el comunismo arrastraba problemas manifiestos desde hace décadas. Pero tras 1989 se volvió muy difícil salir en su defensa de manera convincente. Durante un tiempo, pareció que la derrota del comunismo suponía la victoria segura del capitalismo, particularmente del capitalismo de tipo estadounidense. Francis Fukuyama llegó a proclamar “el fin de la historia”, definió al capitalismo de mercado democrático como el último escalón del desarrollo social y declaró que la humanidad toda avanzaría en esa dirección. En rigor, los historiadores señalarán los 20 años siguientes a 1989 como el breve período del triunfalismo estadounidense. El colapso de los grandes bancos y de las entidades financieras, el subsiguiente descontrol económico y los caóticos intentos de rescate han dado al traste con ese período. Y también con el debate acerca del “fundamentalismo de mercado”, con la idea de que los mercados, sin control ni restricción alguna, pueden por sí solos asegurar prosperidad económica y crecimiento. Hoy, sólo el autoengaño podría llevar a alguien a afirmar que los mercados pueden auto-regularse o que basta confiar en el auto-interés de los participantes en el mercado para garantizar que las cosas funcionen correctamente y de forma honesta.
El debate económico es especialmente intenso en el mundo en vías de desarrollo. Aunque aquí en occidente tendemos a olvidarlo, hace 190 años una tercera parte del producto bruto mundial se generaba en China. Luego, y de una manera un tanto repentina, la explotación colonial y los injustos acuerdos comerciales, combinados con una revolución tecnológica en Estados Unidos y Europa, condenaron al rezago a los países en desarrollo. A resultas de ello, hacia 1950 la economía china representaba menos del 5 por ciento del producto bruto mundial. A mediados del siglo XIX, en realidad, el Reino Unido y Francia tuvieron que emprender una guerra para abrir China al comercio global. Esta fue la “segunda guerra del opio”, llamada así porque los países occidentales tenían muy poco que vender a China a excepción de estas drogas, que pronto invadieron sus mercados y generaron una amplia adicción entre la población. Con esta guerra, occidente ensayaba una vía temprana de corrección de la balanza de pagos.
El colonialismo dejó una herencia compleja en el mundo en desarrollo. Entre la mayoría de la población, sin embargo, la visión dominante era que habían sido cruelmente explotados. Para muchos nuevos líderes, la teoría marxista ofrecía una interpretación sugerente de esta experiencia, puesto que sostenía que la explotación era en realidad el motor del sistema capitalista. Por eso, la independencia política que las colonias conquistaron tras la segunda guerra mundial no supuso el fin del colonialismo económico. En algunas regiones, como África, la explotación –la extracción de recursos naturales y la devastación del ambiente a cambio de migajas- era evidente. En otros sitios fue más sutil. En diferentes regiones del mundo, instituciones internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial pasaron a ser vistas como instrumentos de control pos-colonial. Estas instituciones propiciaron el fundamentalismo de mercado (o “neoliberalismo”, como fue a menudo llamado) una categoría idealizada por los estadounidenses como “mercados libres e irrestrictos”. Asimismo, presionaron a favor de la desregulación del sector financiero, de las privatizaciones y de la liberalización del comercio.
El Banco Mundial y el FMI aseguraban que todo lo hacían por el bien de los países en desarrollo. Su actuación estaba respaldada por equipos de economistas partidarios del libre mercado, muchos de ellos provenientes de la catedral de la economía de libre mercado, la Universidad de Chicago. Al final, los programas de los ‘Chicago boys’ no trajeron los resultados prometidos. Los ingresos se estancaron. Allí donde hubo crecimiento, la riqueza fue a parar a los estratos más altos. Las crisis económicas en países concretos se volvieron cada vez más frecuentes. Sólo en los últimos 30 años, de hecho, se produjeron más de cien de considerable gravedad.
En este contexto, no sorprende que las poblaciones de los países en desarrollo creyeran cada vez menos en las motivaciones altruistas de Occidente. Sospechaban que la retórica de la economía libre de mercado –lo que pronto se conoció como “el Consenso de Washington”- era sólo la cobertura de los intereses comerciales de siempre. Estas sospechas se vieron reforzadas por la propia hipocresía de los países occidentales. Europa y Estados Unidos no abrieron sus propios mercados a la agricultura producida en el Tercer Mundo, que con frecuencia era todo lo que estos países podían ofrecer. Por el contrario, los forzaron a eliminar subsidios necesarios para la creación de nuevas industrias, a pesar de que ellos otorgaban subsidios a sus propios agricultores.
La ideología del libre mercado resultó ser una excusa para acometer nuevas formas de explotación. “Privatizar” quería decir que los extranjeros podían comprar minas y campos petrolíferos a bajo precio en los países en desarrollo. Suponía que podían extraer considerables beneficios de actividades monopólicas y semi-monopólicas como las telecomunicaciones. “Liberalizar”, por su parte, quería decir que podían obtener créditos con facilidad. Y si las cosas iban mal, el FMI forzaba la socialización de las pérdidas, con lo que el esfuerzo de pagar a los bancos recaía sobre la población en su conjunto. También comportaba que las empresas extranjeras pudieran arrasar con las industrias emergentes, bloqueando el despliegue del talento empresarial local. El capital fluía libremente, pero el trabajo no, salvo en el caso de los individuos mejor dotados, que podían encontrar un empleo en el mercado global.
Obviamente, éstos no son más que brochazos de un cuadro más complejo. En Asia, por ejemplo, siempre hubieron resistencias al Consenso de Washington e incluso restricciones a la libre circulación de capital. Los gigantes asiáticos –China e India- condujeron la economía a su manera y obtuvieron inéditos índices de crecimiento. Pero en general, y sobre todo en aquellos países en los que el Banco Mundial y el FMI controlaron las riendas, las cosas no fueron demasiado bien.
Para los críticos del capitalismo estadounidense en el Tercer Mundo, la manera en que los Estados Unidos han respondido a la crisis constituye la gota que colma el vaso. Durante la crisis del sudeste asiático, hace apenas una década, los Estados Unidos y el FMI exigieron que los países afectados redujeran el déficit a través de recortes en el gasto social. Poco importó que en países como Tailandia estas medidas contribuyeran a un resurgimiento de la epidemia del SIDA, o que en otros como Indonesia comportara el recorte de subsidios para la alimentación de los hambrientos. Estados Unidos y el FMI forzaron a estos países a aumentar los tipos de interés, en algunos casos en más de un 50 por ciento. Urgieron a Indonesia que fuera dura con los bancos y al gobierno que no acudiera en su rescate ¡Qué peligroso precedente! –dijeron- ¡qué tremenda intervención en el delicado mecanismo de relojería del libre mercado!
El contraste entre la reacción exhibida ante las crisis asiática y estadounidense es notorio y no ha pasado inadvertido. Para sacar a Estados Unidos del pozo, somos testigos de incrementos masivos del gasto y del déficit, así como de tasas de interés que prácticamente han sido reducidas a cero. Las ayudas a los bancos fluyen a diestra y siniestra. Algunos de los funcionarios de Washington que tuvieron que lidiar con la crisis asiática son ahora los encargados de dar respuestas a la crisis estadounidense ¿Por qué los Estados Unidos –se pregunta la gente del Tercer Mundo- prescriben una medicina diferente cuando se trata de sí mismos?
En los países en desarrollo, son muchos los que aún padecen los efectos del sermoneo recibido en los últimos años: adoptad instituciones como las de los Estados Unidos; seguid nuestras políticas; comprometeos con la desregulación; abrid vuestros mercados a los bancos norteamericanos si queréis aprender “buenas” prácticas bancarias; y vended (no por casualidad) vuestras empresas y bancos a los Estados Unidos, especialmente si es a precio de ganga durante las épocas de crisis. Sí, reconocía Washington, puede ser doloroso, pero al final estaréis mejor. Los Estados Unidos enviaron a sus Secretarios del Tesoro (de ambos partidos) alrededor del mundo a predicar la buena nueva. A ojos de muchos, la puerta giratoria que permite a los líderes financieros norteamericanos pasar cómodamente de Wall Street a Washington y otra vez a Wall Street, les otorgaba todavía más credibilidad: parecían combinar a la perfección el poder del dinero y el poder de la política. Los líderes financieros norteamericanos tenían razón en pensar que lo que era bueno para los Estados Unidos o el mundo era bueno para los mercados financieros. Pero lo contrario no era cierto: no todo lo que era bueno para Wall Street era bueno para los Estados Unidos y el mundo.
No es un simple gesto de Schadenfreude, de alegría por la desgracia ajena, lo que motiva el severo juicio que los países en vías desarrollo realizan del fracaso económico de Estados Unidos. También está en juego la necesidad de discernir cuál es el sistema económico que mejor puede funcionar en el futuro. Indudablemente, estos países tienen todo el interés del mundo en que ver una pronta recuperación de los Estados Unidos. Saben que por sí solos no podrían afrontar lo que los Estados Unidos han hecho para intentar revivir su economía. Saben que ni siquiera el elevado nivel de gasto realizado está funcionando demasiado rápido. Saben que a resultas del colapso económico norteamericano, 200 millones de personas más han caído en la pobreza en el curso de los últimos años. Pero están convencidos, cada vez más, de que cualquier ideal económico propugnado por los Estados Unidos es un ideal del que seguramente habría que huir.
¿Por qué debería preocuparnos la desilusión del mundo con el modelo estadounidense de capitalismo? La ideología que promovimos todos estos años ha dejado de funcionar, pero tal vez esté bien que no pueda repararse ¿Podríamos acaso sobrevivir –incluso tan bien como hasta ahora- si nadie se adhiere al modo de vida norteamericano?
Seguramente, nuestra influencia disminuirá, ya que es poco probable que se nos considere un modelo a seguir. En cualquier caso, es lo que ya estaba ocurriendo de hecho. Los Estados Unidos solían desempeñar un papel crucial en el capital global, ya que otros pensaban que teníamos un especial talento para lidiar con el riesgo y para asignar recursos financieros. Hoy nadie piensa algo así, y Asia – de donde proceden buena parte de los ahorros del mundo - ya está desarrollando sus propios centros financieros. Hemos dejado de ser la fuente central del capital. Los tres bancos más importantes del mundo son ahora chinos. El principal banco norteamericano ha caído al quinto puesto.
El dólar ha sido durante mucho tiempo la moneda de reserva. Los países tenían al dólar como referencia para determinar la confianza en sus propias monedas y gobiernos. Sin embargo, progresivamente se ha ido imponiendo en los bancos centrales de diferentes partes del mundo la idea de que el dólar puede no ser un referente de valor. Su valor, de hecho, ha oscilado y ha ido cayendo. El enorme incremento de la deuda norteamericana durante la presente crisis, combinado con los préstamos indiscriminados de la Reserva Federal, han disparado las especulaciones en torno al futuro del dólar. Los chinos han sugerido de manera abierta la posibilidad de inventar algún tipo nuevo de moneda para reemplazarlo.
Mientras tanto, el coste de lidiar con la crisis está desbordando nuestras necesidades. Nunca hemos sido generosos en nuestra ayuda a los países pobres. Pero las cosas están empeorando. En los últimos años, la las inversiones chinas en África han sido superiores a las del Banco Mundial y el Banco Africano de Desarrollo juntos, muy lejos de las realizadas por Estados Unidos. Para afrontar la crisis, los países africanos corren a Beijing en busca de ayuda, no a Washington.
Mi preocupación aquí, en todo caso, tiene que ver con el ámbito de las ideas. Me preocupa que, a medida que se vean con mayor nitidez las fallas del sistema económico y social norteamericano, las personas de los países en desarrollo vayan a extraer conclusiones erróneas. Sólo unos pocos países -y acaso los propios Estados Unidos- aprenderán correctamente la lección. Se darán cuenta de que para salir adelante es necesario un régimen en el que el reparto de papeles entre mercado y gobierno sea equilibrado y en el que haya un estado fuerte capaz de administrar formas efectivas de regulación. Se darán cuenta de que el poder de los intereses privados debe limitarse.
Otros países, empero, sacarán conclusiones más confusas y profundamente trágicas. Tras el fracaso de sus sistemas de posguerra, la mayoría de países ex comunistas retornaron al capitalismo de mercado y encumbraron a Milton Friedman en lugar de a Karl Marx como nuevo dios. Con la nueva religión, sin embargo, no les ha ido bien. Muchos países pueden pensar, en consecuencia, que no sólo el capitalismo ilimitado, de tipo estadounidense, ha fracasado, sino que es el propio concepto de economía de mercado el que ha fallado y ha quedado inutilizado para cualquier circunstancia. El viejo comunismo no regresará, pero sí diversas formas excesivas de intervenir en el mercado. Y fracasarán. Los pobres sufren con el fundamentalismo de mercado, que genera un efecto derrame, pero de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo. Pero los pobres seguirán sufriendo con este tipo de regímenes, puesto que no generarán crecimiento. Sin crecimiento no puede haber reducción sostenible de la pobreza. No ha habido nunca una economía exitosa que no haya descansado fuertemente en los mercados. La pobreza estimula la desafección. Los inevitables fracasos conducirán a mayor pobreza aún y serán difíciles de gestionar, sobre todo por parte de gobiernos llegados al poder con el propósito de combatir el capitalismo de tipo norteamericano. Las consecuencias para la estabilidad global y para la propia seguridad de los Estados Unidos son evidentes.
Hasta ahora, solía existir una sensación de valores compartidos entre los Estados Unidos y las élites educadas en Estados Unidos alrededor del mundo. La crisis económica ha erosionado la credibilidad de dichas élites. Hemos suministrado a los críticos con la disoluta forma de capitalismo practicada en Estados Unidos, poderosa munición para contraatacar con la prédica de una más amplia filosofía anti-mercado. Y seguimos proporcionándoles más y más munición. Mientras en la reciente cumbre del G-20 nos comprometíamos a no impulsar el proteccionismo, colocábamos una previsión de “compre norteamericano” en nuestro propio paquete de estímulos. Luego, para ablandar la oposición de nuestros aliados europeos, modificábamos dicha norma, de todo punto discriminatoria en relación con los países pobres. La globalización nos ha hecho más interdependientes; lo que ocurre en una parte del mundo afecta a la otra, un hecho probado por el contagio a otros de nuestras dificultades económicas. Para resolver problemas globales, es menester que exista un sentido de cooperación y confianza, así como un cierto sentido de valores compartidos. Esta confianza nunca fue sólida, y no ha hecho sino debilitarse en los últimos tiempos.
La fe en la democracia es otra de las víctimas. En el mundo en desarrollo, la gente mira hacia Washington y ve al sistema de gobierno que permitió a Wall Street prescribir una serie de reglas que pusieron en riesgo la economía global y que, cuando toca asumir las consecuencias, vuelve a recurrir a Wall Street para gestionar la recuperación. Ve permanentes redistribuciones de riqueza hacia la cúspide de la pirámide, claramente a expensas de los ciudadanos comunes y corrientes. Ve, en suma, un problema básico de falta de controles en el sistema democrático estadounidense. Y después que se ha visto todo esto, sólo es necesario dar un pequeño paso para concluir que hay algo que funciona inevitablemente mal con la propia democracia.
Eventualmente, la economía estadounidense se recuperará y, hasta cierto punto, nuestro prestigio en el extranjero. Durante mucho tiempo, los Estados Unidos fueron el país más admirado del mundo, y todavía es el más rico. Guste o no, nuestras acciones están sujetas a permanente examen. Nuestros éxitos son emulados. Pero nuestras fracasos son criticados con escarnio. Todo esto me devuelve a Francis Fukuyama. Fukuyama estaba equivocado al pensar que las fuerzas de la democracia liberal y de la economía de mercado triunfarían de modo inevitable y que no habría vuelta atrás. Pero no estaba equivocado al creer que la democracia y las fuerzas de mercado son esenciales para tener un mundo justo y próspero. La crisis económica, en buena medida desencadenada por el comportamiento de los Estados Unidos, ha hecho más daño a estos valores fundamentales que cualquier régimen totalitario en los tiempos recientes. Tal vez sea verdad que el mundo se encamina al fin de la historia, pero de lo que se trata, ahora, es de navegar contra el viento y de ser capaces de definir el curso de las cosas.
____________________________
Joseph Stiglitz es profesor de teoría económica en la Universidad de Columbia, fue presidente del Council of Economic Advisers entre 1995 y 1997, y ganó el Premio Nobel de Economía en 2001. Actualmente, preside la Comisión de Expertos nombrada por el Presidente de la Asamblea General de Naciones Unidas para el estudio de reformas en el sistema monetario y financiero internacional.
Enlace a Sin Permiso
Traducción para www.sinpermiso.info: Xavier Layret
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
lunes, 15 de junio de 2009
domingo, 14 de junio de 2009
Paul Krugman: el temor de una década perdida
Mientras algunos celebran la aparición de "brotes verdes" y la relativa estabilidad de las bolsas, Paul Krugman obliga a un aterrizaje forzoso para advertir que aún no se sale de la crisis y que occidente puede revivir la experiencia de Japón en los años 90 con una "década perdida".
En una entrevista realizada por Will Hutton para The Guardian y publicada hoy, Krugman señala que el riesgo de un colapso total ha disminuido pero que el riesgo de un largo estancamiento es muy elevado.
Acceso a la entrevista de The Guardian
Quiebras bancarias: suma y sigue
Las quiebras bancarias en Estados Unidos están a la orden del día. En lo que va de 2009 ya van 37 quiebras de bancos con un promedio de 1,6 quiebras por semana.
Este gráfico muestra las quiebras semanales hasta la primera semana de junio. Durante estas primeras 23 semanas, hay 6 en las que no ha habido quiebras, y dos con cuatro quiebras.
A partir de mañana es muy probable que la cifra se intensifique dado que los reguladores interbacarios han dado plazo a algunos bancos hasta el 18 de junio para declarar su insolvencia, reunir capital o encontrar comprador, como es el caso de Corus Bankshares Inc.
Vía | Calculated Risk
Banco suizo UBS al borde de la quiebra
La falta de lubricante se está haciendo cada vez más ostensible y está paralizando el motor económico de varios países. Ahora es nada menos que Suiza la que atraviesa dificultades y el debate en torno a si se rescata o no el banco UBS convulsiona por si solo a toda la economía del país helvético. ¿Se imagina a Suiza con cientos de miles de cajeros automáticos apagados?. Las consecuencias para la economía resultarían ser catastróficas. Pero es el actual estado de cosas que ya hemos descrito en El corte en el suministro de dinero con la deflación ganando terreno, pese al alza imparable en el precio del petróleo.
Siga leyendo este artículo en El Blog Salmon: Banco UBS, la muerte de un elefante blanco
sábado, 13 de junio de 2009
Adam Smith está más cerca de Karl Marx que de quienes lo ensalzan actualmente
Eric Toussaint Argenpress
En las siguientes citas descubrimos que lo que escribió Adam Smith en los años de 1770 no está tan alejado de lo que escribieron Karl Marx y Friedrich Engels setenta años después, en el famoso Manifiesto comunista.
Según Adam Smith:
"Por lo general, el trabajador de la manufactura añade, al valor de los materiales sobre los que trabaja, el de su propio mantenimiento y el beneficio de su patrono."Traducido en términos marxistas, eso significa que el obrero reproduce en el transcurso de su trabajo el valor de una parte del capital constante (es decir, los medios de producción —la cantidad de materias primas, de energía, la fracción del valor del equipo técnico utilizado, etc.— que entran en la producción de una mercadería determinada) al que se agrega el capital variable correspondiente a su salario y el beneficio de su patrono, que Marx denominó la plusvalía. Karl Marx y Adam Smith, en épocas diferentes, consideraron que el patrono no produce valor, cuando, por el contrario, es el obrero el que lo produce.
Según Adam Smith, el obrero crea valor... sin ningún coste para el capitalista:
"Aunque el patrono adelante los salarios a los trabajadores, en realidad éstos no le cuestan nada, ya que el valor de tales salarios se repone junto con el beneficio en el mayor valor del objeto trabajado."En el siguiente pasaje, Adam Smith analizó los conflictos de interés y la lucha de clases entre capitalistas y obreros
"Los salarios corrientes del trabajo dependen del contrato establecido entre dos partes cuyos intereses no son, en modo alguno, idénticos. Los trabajadores desean obtener lo máximo posible, los patronos dar lo mínimo. Los primeros se unen para elevarlos, los segundos para rebajarlos.Lo que motiva al capitalista según Adam Smith:
"No es difícil, sin embargo, prever cuál de las partes vencerá en la disputa y forzará a la otra a aceptar sus condiciones. Los patronos, al ser menos en número, pueden unirse fácilmente; y además la ley lo autoriza, o al menos no lo prohíbe, mientras que prohíbe las uniones de los trabajadores. No tenemos leyes parlamentarias contra la asociación para rebajar los salarios; pero tenemos muchas contra las uniones tendentes a aumentarlos. Además, en tales confrontaciones los patronos pueden resistir durante mucho más tiempo. Un terrateniente, un colono, un comerciante o un fabricante pueden, normalmente, vivir un año o dos con los capitales que ya han adquirido, y sin tener que emplear a ningún trabajador. En cambio, muchos trabajadores no podrían subsistir una semana, unos pocos podrían hacerlo durante un mes, y un número escaso de ellos podría vivir durante un año sin empleo. A largo plazo, el trabajador es tan necesario para el patrono como éste lo es para él, pero la necesidad del patrono no es tan inmediata.
"Se suele decir que la unión de los patronos es muy rara y que la de los trabajadores es muy frecuente. Pero los que, de acuerdo con estos dichos, piensen que los patronos raramente se unen, son tan ignorantes de lo que pasa en el mundo como de este asunto. Los patronos están siempre y en todas partes en una especie de acuerdo tácito, pero constante y uniforme, para no elevar los salarios por encima de su nivel actual. La violación de dicho acuerdo es, en todas partes, impopular, y somete a quien así procede al reproche de sus vecinos e iguales. De hecho, oímos poco de estas uniones porque es lo normal, incluso se puede decir que es el estado natural de cosas de las que nunca se oye hablar. Los patronos constituyen, a veces, incluso uniones específicas para reducir los salarios por debajo de aquel nivel. Estos acuerdos se llevan a cabo siempre con el más absoluto silencio y secreto hasta que se ejecutan, y nunca se hacen públicos cuando los trabajadores se someten, como a veces ocurre, sin resistencia. No obstante, estas uniones se encuentran a menudo frente a uniones defensivas de los trabajadores, quienes en ocasiones, sin existir siquiera una provocación de este tipo, se unen para elevar los salarios. Las razones que esgrimen estriban a veces en el alto precio de los bienes de subsistencia y, a veces, en los grandes beneficios que los patronos sacan de su trabajo. Ahora bien, sean sus uniones defensivas u ofensivas, se suele hablar mucho de ellas. Para precipitar una solución recurren siempre a grandes alborotos y a veces a la violencia y a los atropellos más sorprendentes. Están desesperados y proceden con el frenesí propio del hombre en ese estado, cuya alternativa es morirse de hambre o forzar a sus patronos a que, por miedo, cumplan sus exigencias. En estas ocasiones los patronos reclamen tanto como ellos y exigen la ayuda de los magistrados civiles y el cumplimiento riguroso de las leyes establecidas con tanta severidad contra la asociación de sirvientes, trabajadores y jornaleros."
"El único motivo que mueve al poseedor de cualquier capital a emplearlo en la agricultura, en la manufactura, o en alguna rama del comercio mayorista o detallista, es la consideración a su propio beneficio particular. Las diferentes cantidades de trabajo productivo que puede poner en movimiento y los diferentes valores que puede añadir al producto anual de la tierra y trabajo de la sociedad, según se emplee de una u otra forma, nunca entran en sus pensamientos.»
Adam Smith considera que hay tres clases sociales fundamentales: 1º. La clase de los terratenientes que vive de la renta; 2º. La que vive de los salarios y 3º. La clase capitalista que vive de los beneficios. Adam Smith identifica a su manera la conciencia y los intereses de estas tres clases sociales.
"Todo el producto anual de la tierra y el trabajo de cualquier país o, lo que viene a ser lo mismo, el precio conjunto de dicho producto anual, se divide de un modo natural, como ya se ha dicho, en tres partes: la renta de la tierra, los salarios del trabajo y los beneficios del capital, constituyendo, por tanto, la renta de tres clases de la sociedad: la que vive de la renta, la que vive de los salarios y la que vive de los beneficios. Estas son las tres grandes clases originarias y principales de toda sociedad civilizada, de cuyas rentas se deriva, en última instancia, la de cualquier otra clase. [...]"
Hablando de la clase de los rentistas, o sea, de los terratenientes, Adam Smith afirmaba:"Es la única de las tres clases, que percibe su renta sin que le cueste trabajo ni desvelos, sino que la percibe de una manera en cierto modo espontánea, independientemente de cualquier plan o proyecto propio para adquirirla. Esa indolencia, consecuencia natural de una situación tan cómoda y segura, no sólo convierte [a los miembros de esta clase] a menudo en ignorantes, si no en incapaces para la meditación necesaria para prever y comprender los efectos de cualquier reglamentación pública"El interés de la segunda clase, la que vive de los salarios, está tan vinculado con el interés general de la sociedad como el de la primera. [...] Sin embargo, aun cuando el interés del trabajador está íntimamente vinculado al de la sociedad, es incapaz de comprender ese interés o de relacionarlo con el propio. Su condición no le deja tiempo suficiente para recibir la información necesaria, y su educación y sus hábitos son tales que le incapacitan para opinar, aun en el caso de estar totalmente informado. Por ello, en las cuestiones públicas su opinión no se escucha ni considera, excepto en las ocasiones en que los patronos fomentan, apoyan o promueven sus reclamaciones, no por defender los intereses del trabajador, sino los suyos propios".
La tercera clase la constituyen los patronos, o sea, los que viven de beneficios. El capital empleado con intención de obtener beneficios pone en movimiento la mayor parte del trabajo útil en cualquier sociedad. Los planes y proyectos de aquellos que emplean el capital regulan y dirigen las operaciones más importantes del trabajo, siendo el beneficio el fin perseguido con todos aquellos planes y proyectos. [...] Dentro de esta clase, los comerciantes y fabricantes son las dos categorías de personas que habitualmente emplean los mayores capitales, y que con su riqueza atraen la mayor parte de la consideración de los poderes públicos hacia sí. Como durante toda su vida están ocupados en hacer planes y proyectos, frecuentemente tienen mayor agudeza y talento que la mayor parte de los terratenientes. [...] Los intereses de los comerciantes que trafican en ciertos ramos del comercio o de las manufacturas siempre son distintos de los generales, y muchas veces totalmente opuestos. El interés del comerciante consiste siempre en ampliar el mercado y reducir la competencia. La ampliación del mercado suele coincidir con el interés público, pero la reducción de la competencia siempre está en contra de dicho interés, y sólo sirve para que los comerciantes, al elevar los beneficios por encima de su nivel natural, impongan, en beneficio propio, una contribución absurda sobre el resto de los ciudadanos. Cualquier propuesta de una nueva ley o reglamentación del comercio que provenga de esta clase deberá analizarse siempre con gran precaución, y nunca deberá adoptarse sino después de un largo y cuidadoso examen, efectuado no sólo con la atención más escrupulosa sino con total desconfianza, pues viene de una clase de gente cuyos intereses no suelen coincidir exactamente con los de la comunidad y que tienden a defraudarla y a oprimirla, como ha demostrado la experiencia en muchas ocasiones"
También encontramos en Adam Smith otros juicios que producen urticaria a los gobernantes y a los ideólogos que reivindican su herencia:
"Nuestros comerciantes se quejan con frecuencia de los altos salarios del trabajo británico como la causa de que sus manufacturas no se vendan tan baratas en los mercados foráneos, pero no dicen nada de los altos beneficios del capital. Se quejan de las generosas ganancias de otra gente, pero no dicen nada de las propias. No obstante, los altos beneficios del capital británico pueden contribuir a elevar el precio de las manufacturas británicas, tanto, y en algunos casos quizá más, que los altos salarios del trabajo"
Esta declaración es una verdadera herejía para los patronos que adjudican a los costes salariales —siempre demasiados altos para su gusto— la responsabilidad de la inflación y de la falta de competitividad.
Estos elementos, tan esenciales en el pensamiento de Adam Smith (o incluso más) que la famosa mano invisible (que sólo menciona tres veces en su obra), son sistemáticamente pasados por alto por el pensamiento económico dominante.
Una de las diferencias fundamentales entre Adam Smith y Karl Marx es que el primero, si bien era conciente de la explotación del obrero por el patrono, apoyaba a los patronos mientras que el segundo estaba por la emancipación de los obreros.
El preámbulo de los estatutos de la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) redactado por Karl Marx expresa el meollo de su posición:
«Considerando:Y declara:
"Que la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos; que la lucha por la emancipación no ha de tender a constituir nuevos privilegios y monopolios, sino a establecer para todos los mismos derechos y los mismos deberes; y a la abolición de todos los regímenes de clase;
"Que el sometimiento del trabajador a los que monopolizan los medios de trabajo —o sea, la fuente de la vida— es la causa fundamental de la servidumbre en todas sus formas: miseria social, degradación intelectual y dependencia política;
"Que por lo mismo la emancipación económica de los trabajadores es el gran objetivo al que debe subordinarse todo movimiento político;
"Que todos los esfuerzos hechos hasta ahora han fracasado por falta de solidaridad entre los obreros de las diferentes profesiones en cada país, y por la ausencia de una unión fraternal entre los trabajadores de diversas regiones;
"Que la emancipación de los trabajadores no es un problema local o nacional, sino que, al contrario, es un problema social, que afecta a todos los países donde exista una sociedad moderna; estando necesariamente subordinada su solución al concurso teórico y práctico de los países más avanzados;
"Que el movimiento que resurge entre los obreros de los países más industriosos de Europa, al engendrar nuevas esperanzas, advierte solemnemente que no se incurra de nuevo en antiguos errores, y llama a la coordinación de todos los movimientos hasta ahora aislados;
"Por estas razones, se funda la Asociación Internacional de Trabajadores.
»Que todas las sociedades y todos los individuos que se adhieran a ella reconocerán como la base de su conducta hacia todos los hombres, sin distinción de color, creencia o nacionalidad, la Verdad, la Justicia y la Moral,.Vía Argenpress
"Y por lo tanto, ningún derecho sin deberes, ningún deber sin derechos».
Publicado por
mamvas
en
7:20 p.m.
0
comments
Tags:
Hegemonía y Dominación,
Historia,
Marxismo,
Política Económica
Crisis revierte el crecimiento económico latinoamericano
Roberto Salomón El Clarin
Tras disfrutar de crecimiento económico durante seis años consecutivos, América Latina experimentará en 2009 su primera contracción, la cual será del 1,7 por ciento, según proyecciones de la CEPAL. La región, que cerró 2008 con un aumento del 4,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), observa que ese ciclo llegó a su fin como consecuencia del impacto sobre ella de la crisis global originada hace más de un año en Estados Unidos.
En efecto, la estimación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) representa un desplome más profundo que el 0,3 por ciento calculado a fines de marzo por este organismo de Naciones Unidas.
El golpe que inflige la actual debacle mundial sobre esta área geográfica, el más profundo en al menos dos décadas, se expresa en una dramática disminución de su comercio y de las remesas.
La severa disminución de la demanda, tanto interna como externa, en el cuarto trimestre de 2008 y en el primer trimestre de 2009, constituyó una señal inequívoca de una mayor repercusión negativa de la crisis sobre la región, que la vislumbrada inicialmente.
Esta se traduce en una significativa disminución de los flujos de comercio internacional, deterioro de los términos de intercambio y retroceso de las remesas, elementos que estimularon el crecimiento de la zona en los últimos años.
Las naciones de esta última han resentido además una elevada incertidumbre sobre el desarrollo de la crisis y el deterioro en las expectativas sobre la recuperación, aún cuando están mejor preparadas relativamente que otras áreas para encarar el fenómeno.
Al respecto, el chileno Guillermo García Huidobro, asesor de CEPAL en temas de Estadísticas Laborales y Proyección Económica, aseguró a la prensa que afortunadamente algunas economías latinoamericanas han tenido una maduración institucional bastante positiva.
Hay en ese sentido una mejor institucionalidad, mayores experiencias y se está dando un esfuerzo grande en políticas públicas anticrisis, centradas en el mercado de trabajo, sostuvo.
Se considera que a diferencia de crisis anteriores, las economías latinoamericanas están menos endeudadas y tienen más reservas internacionales, al tiempo que los sistemas financieros regionales presentan un grado de exposición externa relativamente bajo.
"En esta oportunidad no son problemas financieros los que han afectado a la región más rápidamente y con mayor profundidad", señaló el organismo de las Naciones Unidas en su más reciente proyección sobre las consecuencias de la crisis.
El área, por otra parte, no pudo substraerse a los efectos negativos de la propagación del virus de la influenza humana, que ha impactado especialmente en el desempeño de sectores como el turismo, afectado ya por la disminución del flujo de viajeros provenientes de países desarrollados.
Organismos internacionales y regionales, entre estos el Banco Interamericano de Desarrollo, estiman a la luz de esos y otros factores que tal vez esta sea la primera región en salir de la crisis.
En este sentido, la CEPAL se mostró optimista esta semana al considerar que la recuperación de las economías en la región podría comenzar en el segundo semestre de 2009, aunque partiendo de niveles muy inferiores a los registrados en el primer semestre de 2008.
Enlace a El Clarin
Tras disfrutar de crecimiento económico durante seis años consecutivos, América Latina experimentará en 2009 su primera contracción, la cual será del 1,7 por ciento, según proyecciones de la CEPAL. La región, que cerró 2008 con un aumento del 4,6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), observa que ese ciclo llegó a su fin como consecuencia del impacto sobre ella de la crisis global originada hace más de un año en Estados Unidos.
En efecto, la estimación de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) representa un desplome más profundo que el 0,3 por ciento calculado a fines de marzo por este organismo de Naciones Unidas.
El golpe que inflige la actual debacle mundial sobre esta área geográfica, el más profundo en al menos dos décadas, se expresa en una dramática disminución de su comercio y de las remesas.
La severa disminución de la demanda, tanto interna como externa, en el cuarto trimestre de 2008 y en el primer trimestre de 2009, constituyó una señal inequívoca de una mayor repercusión negativa de la crisis sobre la región, que la vislumbrada inicialmente.
Esta se traduce en una significativa disminución de los flujos de comercio internacional, deterioro de los términos de intercambio y retroceso de las remesas, elementos que estimularon el crecimiento de la zona en los últimos años.
Las naciones de esta última han resentido además una elevada incertidumbre sobre el desarrollo de la crisis y el deterioro en las expectativas sobre la recuperación, aún cuando están mejor preparadas relativamente que otras áreas para encarar el fenómeno.
Al respecto, el chileno Guillermo García Huidobro, asesor de CEPAL en temas de Estadísticas Laborales y Proyección Económica, aseguró a la prensa que afortunadamente algunas economías latinoamericanas han tenido una maduración institucional bastante positiva.
Hay en ese sentido una mejor institucionalidad, mayores experiencias y se está dando un esfuerzo grande en políticas públicas anticrisis, centradas en el mercado de trabajo, sostuvo.
Se considera que a diferencia de crisis anteriores, las economías latinoamericanas están menos endeudadas y tienen más reservas internacionales, al tiempo que los sistemas financieros regionales presentan un grado de exposición externa relativamente bajo.
"En esta oportunidad no son problemas financieros los que han afectado a la región más rápidamente y con mayor profundidad", señaló el organismo de las Naciones Unidas en su más reciente proyección sobre las consecuencias de la crisis.
El área, por otra parte, no pudo substraerse a los efectos negativos de la propagación del virus de la influenza humana, que ha impactado especialmente en el desempeño de sectores como el turismo, afectado ya por la disminución del flujo de viajeros provenientes de países desarrollados.
Organismos internacionales y regionales, entre estos el Banco Interamericano de Desarrollo, estiman a la luz de esos y otros factores que tal vez esta sea la primera región en salir de la crisis.
En este sentido, la CEPAL se mostró optimista esta semana al considerar que la recuperación de las economías en la región podría comenzar en el segundo semestre de 2009, aunque partiendo de niveles muy inferiores a los registrados en el primer semestre de 2008.
Enlace a El Clarin
Publicado por
mamvas
en
5:36 p.m.
0
comments
Tags:
América Latina,
Crisis Mundial,
Economía Chilena,
Recesión
viernes, 12 de junio de 2009
Caída de ingresos fiscales tiene a la California de Schwarzenegger en el colapso financiero
El gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, conocido por sus roles en Terminator y Depredador arriesga la quiebra del estado de California dentro de los próximos 50 días a la luz de los cada vez más débiles ingresos que han elevado el déficit presupuestario a 24.300 millones de dólares.
Ante la severidad de la crisis de liquidez que vive California, el interventor John Chiang, quien había advertido previamente al gobernador que ese Estado arriesgaba quedarse sin efectivo si no lograba un acuerdo presupuestario, señaló que los ingresos cayeron en mayo en US$ 1.140 millones, o 17,7%, respecto de un año antes.
Los ingresos del gobierno del estado más poblado de Estados Unidos no alcanzaron las estimaciones del plan de presupuesto de Schwarzenegger de US$ 827 millones, aseguró Chiang. Además, advirtió que ese Estado avanza hacia un desastre financiero a menos que las autoridades actúen de forma urgente para balancear los libros. “Sin soluciones inmediatas del gobernador y la legislatura, estamos a menos de 50 días de una crisis del gobierno estatal”, afirmó Chiang en un comunicado. Los ingresos de California han caído de modo dramático como resultado de la fuerte recesión que afecta a Estados Unidos desde diciembre de 2007, que ha tenido un gran impacto en el empleo.
California tiene una población de 38 millones de habitantes y una superficie de 410.000 km2, y su gran historia de potencia económica le ha llevado a tener un PIB superior al de muchos paìses europeos. Esta auténtica potencia económica vive la peor crisis de efectivo desde los años de la Gran Depresión. Schwarzenegger ha propuesto revertir el déficit presupuestario con más recortes de gastos, préstamos de gobiernos locales y el abandono de importantes programas sociales relacionados con la salud y la educación. Estos recortes nos muestran el derrotero que comienza a tomar la crisis en una de las ciudades con el màs alto pib percápita del mundo.
Más información | Arnold Schwarzenegger en su rol más ingrato
Enlace para recordar: La larga cabalgata por el desierto, al atardecer
In English: A long rider through the desert, at sunset
Producción industrial china subió 8,9% en mayo
Mientras la producción industrial en la zona euro sufrió en abril una caìda mensual del 1,9% y de 21,6% en 12 meses, la producción industrial de China durante el mes de mayo aumentó un 8,9% con respecto al mismo mes del pasado año. Asimismo, las ventas al por menor aumentaron un 15,2%, según informó la Oficina Nacional de Estadísticas.
En China, el aumento de la producción industrial fue 1,6 puntos porcentuales mayor que en abril, y superó las previsiones de los analistas, que esperaban una subida menor al 8%, apuntó la agencia oficial Xinhua. La Oficina Nacional de Estadísticas destacó el aumento en la producción de automóviles (29%), acero (7,4%) y carbón (9,6%), aunque se registraron descensos en la generación de electricidad (-2,7%) y petróleo (-1,1%).
Las ventas al por menor en el quinto mes del año totalizaron un billón de yuanes (US$146.800 millones), y su crecimiento fue cuatro décimas mayor que el registrado en abril. El consumo urbano aumentó ligeramente menos (15%) que el rural (15,6%), pero los urbanitas chinos (600 millones de personas) siguen consumiendo cerca del doble de sus compatriotas en el campo (unos 700 millones).
El total acumulado entre enero y mayo de 2009 asciende a 4,88 billones de yuanes (US$714.000 millones), un 15% más que en el mismo periodo de 2008. Estas cifras muestran indicios positivos en la economía china pese a que esta semana el Gobierno hizo pública la peor caída mensual de las exportaciones en una década (26,4% en mayo) y una bajada del Índice de Precios al Consumo por cuarto mes consecutivo, del 1,4%.
El país asiático intenta que la crisis sirva de catalizador para que la economía nacional dependa menos de la exportación y más del consumo interno para mantener su rápido crecimiento. Louis Kuijs, economista del Banco Mundial citado hoy por Xinhua, estimó que en los próximos 10 años el crecimiento de las exportaciones chinas equivaldrá sólo a la mitad del registrado en la década anterior.
Ver en El Blog Salmón Europa sigue en el pantano, y China despega
La CEPAL califica de inaceptable la desigualdad de ingresos en Chile
Aunque en Chile el ingreso per cápita se duplicó entre 1990 y 2007, el ingreso autónomo del 20% más rico de la población supera en más de 13 veces al del 20% más pobre. Además, la tasa de desocupación se mantuvo elevada al igual que la informalidad de los ocupados y han aumentado los contratos de corto plazo y la rotación de los puestos de trabajo, o sea, la precariedad laboral. Persiste en Chile una inaceptable desigualdad de ingresos y de calidad de vida que no se solucionará solamente con mayores tasas de crecimiento y mejor utilización del gasto social.
De acuerdo al informe de la Cepal, lo que se requiere es un cambio de enfoque en las políticas públicas, que permita superar la heterogeneidad de la estructura productiva y social del país, puesto que ésta constituye el principal obstáculo para lograr el crecimiento con equidad.
En el artículo "Chile: hacia un desarrollo inclusivo" de la Revista CEPAL Nº 97, Ricardo Infante y Osvaldo Sunkel expresan que la economía chilena y su sociedad, se dividen en tres mundos escasamente articulados.
Uno es de alta productividad, que impulsa a la economía y paga buenos salarios. Los otros dos son de mediana y baja productividad, ofrecen bajas remuneraciones y concentran la mayor parte del empleo pero no influyen mayormente en el crecimiento. Por tanto, la heterogeneidad se reproduce aún en condiciones de crecimiento económico acelerado.
Infante y Sunkel proponen introducir en el diseño de políticas públicas el concepto de pobreza relativa, que afecta a casi cuatro millones y medio de chilenos. Esta se define como el grupo de personas o familias cuyo nivel de ingreso es inferior a 0,6 veces el ingreso mediano, constituyéndose en el sector relativamente excluido de la sociedad.
En el artículo se postula una estrategia de desarrollo diferente que incluya a los sectores de menor productividad. Así, se atenuaría la heterogeneidad productiva y se reducirían las diferencias según el tamaño de las empresas, los sectores productivos y las regiones.
Señalan que se requiere un ambicioso programa de transformación estructural a largo plazo (15 a 20 años) que permita a los sectores menos avanzados aumentar gradualmente la productividad y los ingresos de los trabajadores, y así mejorar la calidad de vida de las familias excluidas.
Este programa debiera sostenerse en cuatro pilares: convergencia productiva, protección social garantizada, crecimiento económico con equidad y cohesión social.
La convergencia productiva permitiría crear un ambiente de mayor competitividad para la expansión de las pequeñas empresas; programas de inversión que generen empleo entre trabajadores informales; y aglomeraciones productivas (clusters) regionales con sólida institucionalidad y capacidad innovadora.
En esta estrategia le cabría al Estado y la sociedad constituir un nuevo diálogo social para forjar un pacto donde las decisiones sobre el monto y aplicación de los recursos se adopten entre trabajadores, empresarios, gobierno y representantes de la sociedad civil.
Publicado por
mamvas
en
3:21 a.m.
1 comments
Tags:
Cepal,
Crisis Mundial,
Economía Chilena,
Recesión
Economía mundial se contraerá 3% en 2009
La economía mundial se contraerá un -3% este año, según alertó el Banco Mundial (BM), que había estimado hace tan sólo dos meses una caída de -1,75%. El organismo señaló que pese a la estabilización de los mercados financieros en muchos países desarrollados, el desempleo y la capacidad infrautilizada siguen aumentando, lo que ejerce una presión a la baja sobre la economía global.
Según el Banco Mundial, la mayoría de las economías en desarrollo se contraerán este año y afrontarán perspectivas cada vez peores a menos que la caída en las exportaciones, la inversión directa y las remesas se detenga en el 2010.
"Aunque se espera que el crecimiento repunte en 2010, el ritmo de la recuperación es incierto y los pobres en muchos países seguirán viéndose afectados por las consecuencias de la crisis", afirmó Robert Zoellick, presidente del BM.
Las nuevas previsiones del organismo llegan en vísperas de la reunión de ministros de Finanzas del Grupo de los Ocho (G-8), integrado por EE.UU., Canadá, Japón, Alemania, Reino Unido, Italia, Francia y Rusia, que se celebrará entre hoy y mañana en Italia.
Zoellick insistió en que será necesario movilizar recursos adicionales en los próximos meses para asegurar que los pobres no sigan pagando por una crisis que ellos no originaron. El responsable del BM indicó que los países en desarrollo afrontan un déficit de financiamiento de entre US$ 350.000 y US$ 635.000 millones este año.
jueves, 11 de junio de 2009
PIB de Rusia cae 9,8% el primer trimestre
La economía de Rusia ha sufrido su mayor contracción en 15 años, tras la caida en el primer trimestre de este año en un 9,8%, lo que ha obligado al gobierno a inyectar un plan de estímulo por 3 billones de rublos ($ 97 mil millones de dólares) para impulsar a las empresas y los bancos. El producto interno bruto cayó un 9,8 por ciento. La estimación preliminar del 15 de mayo era una contracción de 9,5 por ciento.
"El gobierno puede devaluar el rublo para fortalecer más las exportacionaes y hacer su paquete de estímulo más agresivo", señaló Danila Levchenko, economista jefe de la Corporación financiera Otkritie Corp. "Los resultados son peores a todas las previsiones y la economía se está bloqueado por una fuerte caída en la fabricación y exportación".
De esta manera, el mayor proveedor de energía cae en su primera recesión tras una década después de que la desaceleración mundial ha desplomado la demanda de productos básicos y las empresas luchar para encontrar financiamiento. El paquete de estímulo del gobierno no ha logrado impulsar los préstamos bancarios, a pesar de que el banco central redujo su tasa de interés principal en tres ocasiones desde el mes de abril.
Analistas ya advierten que la economía mundial se desplomará un 3% este año y que la economía no comenzará a vivir un rebote hasta el segundo semestre del próximo año.
El sector industrial descendió 23,5 por ciento en el primer trimestre, en comparación con una versión revisada del 6,6 por ciento de expansión en el mismo período del año pasado, pese a que el Presidente Dmitry Medvedev señaló el 6 de junio que la economía rusa se recuperaría "más rápido que tal vez había sido esperado".
Sin embargo, el Primer Ministro Vladimir Putin confía en que el aumento de los precios del petróleo ayudarán al país reducir su déficit presupuestario y reducir el uso del Fondo de Reserva, una de sus dos fondos de riqueza soberana. El déficit de la Federación Rusa puede ser el mayor en una década y alcanzar el 10 por ciento del PIB este año, según el Ministerio de Hacienda.
Vía | Bloomberg
Publicado por
mamvas
en
8:17 p.m.
0
comments
Tags:
Crisis Mundial,
Economía Mundial,
Recesión,
Rusia
Desempleo en América Latina subió a 8,5% en primer trimestre
La tasa de desempleo urbano en América Latina y el Caribe subió en 0,6 puntos porcentuales en el primer trimestre de 2009 respecto al mismo período del año 2008, situándose en un nivel de 8,5%, informó hoy la Cepal y la OIT en su primer boletín conjunto sobre Coyuntura laboral en América Latina y el Caribe: crisis y mercado del trabajo.
Según el informe, el hecho de que más de un millón de personas quedaran desempleadas en los tres primeros meses del año, refleja el impacto de la crisis internacional sobre los mercados laborales de la región.
En vista de los pronósticos sobre el crecimiento económico de 2009, las entidades estimaron que la tasa media anual de desempleo urbano aumentará a un rango que va de un 8,7% a un 9,1%, un aumento importante frente al 7,5% registrado para 2008, cuando según las dos organizaciones la crisis le puso fin a un "ciclo positivo" de cinco años en la región.
Esto significaría que entre 2,8 y 3,9 millones de personas podrían sumarse a los 15,9 millones de personas desempleadas que había en 2008 en las zonas urbanas.
En la publicación se indica que si bien el desempleo sigue afectando de manera más intensa a las mujeres, la desaceleración económica ha impactado más a los hombres a comienzos de 2009, particularmente en las economías más grandes de la región. Se plantea, además, la posibilidad de que frente a la dificultad de encontrar empleo asalariado, segmentos de la población en edad activa se incorporen a realizar actividades informales en los hogares o en trabajos por cuenta propia de escasa productividad e ingresos, con la lógica fundamental de sobrevivir.
Igualmente, en el mercado formal de trabajo se esperaría una tendencia creciente a informalizar los contratos, con la idea de reducir costos laborales. Esto traería como consecuencia una mayor precarización del empleo y desprotección social. Es probable que en muchos hogares de menores ingresos la crisis impulse a miembros no activos a la búsqueda de empleo o a incorporarse a alguna actividad laboral, incluyendo a niños, jóvenes, mujeres o grupos de mayor edad.
Entre los hogares de ingresos medios-altos la crisis podría alentar el retiro de algunas personas del mercado laboral, hasta cuando las condiciones cambien. Durante el primer trimestre de 2009, en varios países se registra una caída de la tasa de participación, la cual limita el aumento de la tasa de desempleo abierto.
De acentuarse la crisis se espera un mayor déficit de trabajo decente con consecuencias adversas sobre los ingresos y las condiciones de vida de la población, dice el boletín.
Acceso al boletìn América Latina y el Caribe: crisis y mercado del trabajo.
CEPAL-OIT-LATAM
OMS eleva gripe a nivel de pandemia
La Organización Mundial de la Salud elevó a 6 (máximo en la escala) el nivel de alerta por la gripe A, aunque precisó que se trata de "una pandemia moderada".
"Pandemia significa extensión (del virus). Pero un mayor nivel de alerta pandémico no significa necesariamente que vayamos a ver un virus más peligroso o que mucha gente vaya a caer gravemente enferma", dijo en una conferencia de prensa la directora general de la OMS, Margaret Chan.
Tras señalar que se trata de "la primera pandemia del siglo XXI" -desde 1968- y remarcar que el mundo está bien preparado para afrontarla, afirmó que "moderada" es la calificación "global" de la pandemia, pero que cada gobierno tendrá que calibrar su respuesta de salud pública según su situación concreta.
En esa línea, argumentó que se debe tener en cuenta la vulnerabilidad de la población en un país específico, así como su sistema de salud. La directora general de la OMS reconoció que el hecho de que la mayoría de los casos de gripe A en el mundo sean leves puede llevar a mucha gente a preguntarse "por qué se declara una pandemia", pero advirtió que no hay que dejarse llevar por la complacencia y bajar la guardia.
"El balance entre una reacción extrema y la complacencia es uno de los asuntos que preocupan a la OMS", señaló Chan, tras reconocer que algunos gobiernos estaban preocupados por posibles reacciones negativas tras la declaración de la alerta máxima. La responsable de la OMS subrayó que se ha decidido declarar la fase 6 después de recibir del comité de expertos toda la información y pruebas de que existe una transmisión estable del virus en comunidades de algunos países fuera de la primera región afectada, Norteamérica.
miércoles, 10 de junio de 2009
Déficit fiscal de Estados Unidos fue de US$189.000 millones en mayo
El déficit en el presupuesto del Gobierno de Estados Unidos creció en mayo en US$189.700 millones, debido a la caída en las recaudaciones y a los enormes gastos en programas de estímulo económico y socorro financiero. Con esta cifra, en los ocho primeros meses del año fiscal 2009 el déficit del presupuesto asciende a US$991.900 millones, tres veces más de los US$319.400 millones en igual período para el año 2008.
El informe mostró que en mayo los gastos sumaron US$306.900 millones, un 6% más que en mayo de 2008, entre los que se incluyen US$18.000 millones del programa de socorro para los bancos, las instituciones financieras y las empresas fabricantes de vehículos automotores. Las recaudaciones gubernamentales en mayo fueron de US$117.200 millones, una disminución de 6% en relación a mayo de 2008.
En comparación con los ocho primeros meses del período fiscal 2008, las recaudaciones cayeron 18% y sumaron US$1,37 billones, las más bajas en cuatro años. Los gastos subieron 19% y completaron US$2,37 billones. Para todo el año fiscal, que concluye el 30 de septiembre, el Gobierno del presidente Barack Obama, que heredó la peor recesión económica en siete décadas, calculó que el déficit ascenderá a US$1,84 billones.
Precio del petróleo nuevamente al acecho
La demanda de petróleo cayó el año pasado por primera vez desde 1982 y alcanzó los niveles de 1974 de acuerdo al gigante energético BP. Esta reducción mundial en la demanda llegó al 0,6% el año pasado, tras la prolongada caída de Estados Unidos, donde la demanda se redujo en 5,4%.
El consumo mundial de petróleo experimentó un fuerte desplome producto de la desaceleración de la economía mundial, que fue agravada a mediados del año pasado precisamente por la exhorbitante alza en el precio del crudo. En pleno desarrollo de la crisis el barril de petróleo llegó a los 147 dólares en julio del año pasado, su máximo histórico.
Por eso que el año 2008 quedará marcado por el fuerte impacto petrolero que tras varios años de alzas ininterrumpidas tocó su techo en julio para caer en apenas cinco meses a menos de un cuarto de su valor al pasar de 147 dólares a 34 dólares el barril a fines de diciembre. No obstante, el precio del petróleo ha comenzado a recuperar terreno nuevamente y hoy alcanzò los 71 dólares el barril en un alza que supera el 100% en menos de seis meses.
Ahora que la demanda de los países en desarrollo como India y China comienza a ser más estable dado su desacople de las economìas occidentales, el peligro de un nuevo repunte del precio del petróleo a los exhorbitantes niveles del año pasado vuelve a estar latente. Si es así, muchas economìas verán sepultados sus intentos de recuperación y sufrirán un alargue de la crisis.
Publicado por
mamvas
en
3:35 p.m.
0
comments
Tags:
Crisis Mundial,
Economía Mundial,
Petroleo,
Recesión
Chile se queda sin traje de baño
La contracción del comercio internacional ha resultado mayor a lo previsto. En Chile, el derrumbe de las exportaciones durante mayo alcanzó el 32,9 por ciento, un tercio menos que en mayo del año pasado. Pese a esto, Chile tuvo un superávit comercial de 956,4 millones de dólares en mayo, un 30,7 por ciento más que en el mismo mes del año pasado, lo que demuestra que la caída de la importaciones siguió la misma tendencia. Este superávit comercial estuvo por sobre lo anticipado por los analistas, que esperaban un saldo positivo promedio de 620 millones de dólares.
El Banco Central de Chile aseveró que las exportaciones sumaron 3.895 millones en mayo, con una caída de 32,9 por ciento frente al mismo mes de año pasado, lo que demuestra los fuertes efectos que está alcanzando la crisis financiera en la economía chilena pese a que tanto el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, como el presidente del Banco Central, José de Gregorio, minimizaran el año pasado los efectos de la crisis y aseguraran que Chile estaba "blindado" y tenía "el traje de baño bien puesto".
Las importaciones también tuvieron una baja interanual de un 42 por ciento, a 2 mil 938,8 millones de dólares en mayo, dando cuenta de la fuerte contracción de la demanda interna. En lo que va corrido del año la balanza comercial ha acumulado un superávit de 4.082,5 millones de dólares, menos de la mitad de los 8 mil 547,5 millones de dólares de igual período del año pasado.
Algo para recordar: Andrés Velasco: "Chile tiene el traje de baño muy bien puesto"
El Banco Central de Chile aseveró que las exportaciones sumaron 3.895 millones en mayo, con una caída de 32,9 por ciento frente al mismo mes de año pasado, lo que demuestra los fuertes efectos que está alcanzando la crisis financiera en la economía chilena pese a que tanto el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, como el presidente del Banco Central, José de Gregorio, minimizaran el año pasado los efectos de la crisis y aseguraran que Chile estaba "blindado" y tenía "el traje de baño bien puesto".
Las importaciones también tuvieron una baja interanual de un 42 por ciento, a 2 mil 938,8 millones de dólares en mayo, dando cuenta de la fuerte contracción de la demanda interna. En lo que va corrido del año la balanza comercial ha acumulado un superávit de 4.082,5 millones de dólares, menos de la mitad de los 8 mil 547,5 millones de dólares de igual período del año pasado.
Algo para recordar: Andrés Velasco: "Chile tiene el traje de baño muy bien puesto"
Publicado por
mamvas
en
5:30 a.m.
0
comments
Tags:
Banco Central,
Economía Chilena,
Exportaciones,
Recesión
martes, 9 de junio de 2009
Llegan los números rojos a la novena potencia mundial
Brasil, la novena economía del planeta, ha entrado oficialmente en recesión tras una caída el primer trimestre de -0,8%, sumando su segundo trimestre a la baja tras el -3,6% de finales del año pasado.
Según ha hecho público el Ministerio de Hacienda brasileño, el deterioro de la industria, que ha caído un 3,1% en este periodo, y el descenso en un 0,5% de la agricultura han llevado a la novena potencia mundial en poder de paridad de compra a números rojos. Frente a estos descensos, el sector servicio logra revertir la tendencia y crece un 0,8%, aunque es incapaz de cambiar el signo negativo del conjunto del país.
La economía brasileña comenzó a retroceder en octubre del año pasado como consecuencia de la crisis económica global, que causó una fuerte bajada de la demanda internacional por materias primas, de las que Brasil es uno de los mayores exportadores mundiales.
El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Strauss-Kahn, advirtió ayer que muchas de las cifras de los países emergentes "realmente dan miedo", y reflejan "que el drama es mucho mayor que en los países desarrollados". En su opinión, la crisis financiera ha provocado que muchos de estos países encaren problemas "de vida o muerte" y advirtió del grave peligro de inestabilidad civil en esos países.
Según ha hecho público el Ministerio de Hacienda brasileño, el deterioro de la industria, que ha caído un 3,1% en este periodo, y el descenso en un 0,5% de la agricultura han llevado a la novena potencia mundial en poder de paridad de compra a números rojos. Frente a estos descensos, el sector servicio logra revertir la tendencia y crece un 0,8%, aunque es incapaz de cambiar el signo negativo del conjunto del país.
La economía brasileña comenzó a retroceder en octubre del año pasado como consecuencia de la crisis económica global, que causó una fuerte bajada de la demanda internacional por materias primas, de las que Brasil es uno de los mayores exportadores mundiales.
El director gerente del Fondo Monetario Internacional, Strauss-Kahn, advirtió ayer que muchas de las cifras de los países emergentes "realmente dan miedo", y reflejan "que el drama es mucho mayor que en los países desarrollados". En su opinión, la crisis financiera ha provocado que muchos de estos países encaren problemas "de vida o muerte" y advirtió del grave peligro de inestabilidad civil en esos países.
Las raíces profundas de la crisis económica
El crash bursátil y la quiebra de importantes bancos han sido el preámbulo del cierre de empresas y del aumento del desempleo. Esto es debido al hecho de que las finanzas ya no son un aspecto parasitario de la actividad económica, sino un componente central de la misma. Se ha desvanecido pues la contraposición entre economía real y finanzas que marcó el análisis histórico del capitalismo.
Christian Marazzi, Il Manifesto
La economía financiera abarca hoy todo; es decir, se extiende a lo largo de todo el ciclo económico, lo acompaña, digamos, de comienzo a fin. Hoy estamos metidos en los asuntos financieros –para utilizar una imagen– cuando vamos de compras al supermercado, desde el momento en que pagamos con una tarjeta de crédito. La industria automovilística, por poner un ejemplo, funciona enteramente con mecanismos crediticios (ventas a plazos, leasing), por lo que los problemas de una General Motors tienen tanto que ver con la producción de automóviles como, si no sobre todo, con la debilidad de la Gmac, su filial especializada en crédito al consumo, indispensable para vender sus productos a los consumidores. Estamos pues en un momento histórico en el que las finanzas son consustanciales a toda la producción misma de bienes y servicios.
Además de los beneficios industriales no reinvertidos en bienes de capital y salarios, las fuentes que alimentan la financiación, hoy día, se han multiplicado: hay los beneficios derivados de la repatriación de dividendos y royalties provenientes de las inversiones directas en el extranjero; los flujos de intereses derivados de los préstamos al Tercer Mundo, a los que se añaden los flujos de intereses sobre los préstamos bancarios internacionales a los países emergentes; las plusvalías derivadas de las materias primas; las sumas acumulada por familias y particulares ricos invertidas en los mercados bursátiles y los fondos de pensiones y de inversión. La multiplicación y la extensión de las fuentes y los agentes del capital poseedor de intereses es sin duda uno de los rasgos distintivos, inéditos y problemáticos del nuevo capitalismo financiero, en particular si reflexionamos sobre la posibilidad de modificar este sistema, de desfinanciarizarlo, restableciendo así una relación más equilibrada entre economía real y economía financiera.
Acumulación monetaria
Como las precedentes, esta financiarización parte también de un bloque de acumulación entendida no como reinversión de los beneficios en los procesos directamente productivos (capital constante, es decir, bienes materiales; y capital variable, es decir, salarios). De hecho, se inicia con la crisis de crecimiento del capitalismo fordista a partir de los años setenta. Estaban presentes, en aquellos años, todas las premisas para una reedición de la clásica financiarización basada en la dicotomía entre economía real (industrial) y economía monetaria, con la consiguiente desviación de la tasa de beneficio en favor de los mercados financieros para asegurar un crecimiento de los beneficios sin acumulación. Desde comienzos de los años 80 “la fuente principal de las burbujas financieras es el crecimiento tendencial del beneficio no acumulado, crecimiento resultante de un doble movimiento: por una parte, la reducción generalizada de los salarios; y, por otra, el estancamiento –incluso la reducción– de la tasa de acumulación, a pesar del restablecimiento de la tasa de beneficio” (Michel Husson Les enjeux de la crise, La Brèche). Por tasa de acumulación se entiende la tasa de crecimiento del volumen de capital neto, mientras que por tasa de beneficio se entiende la relación entre beneficio y capital: la divergencia entre las dos tasas, a partir de 1980, representa un indicador cierto, aunque no el único, de la financiarización. Pero, como hemos dicho, a los beneficios industriales no reinvertidos se han añadido, poco a poco, otras fuentes de acumulación de capital financiero, un dato que habremos de tener presente para comprender las transformaciones del modelo de desarrollo: la crisis post fordista. En particular, la financiarización ha implicado un proceso de desintermediación bancaria, en lo relativo a la financiación del crecimiento económico (preponderancia del modelo anglosajón sobre el renano), pero también ha conocido un proceso de multiplicación de los intermediarios financieros, como resultado de la desregulación y liberación de la economía.
El consumo del rentista
La transición del modo de producción fordista al capitalismo accionarial de los gestores, que está en la base del capitalismo financiero de hoy, se explica de hecho a la luz de la caída de los beneficios industriales (en torno al 50%) entre los años sesenta y setenta, debido al agotamiento de las bases tecnológicas y económicas del fordismo, en particular la saturación de los mercados de bienes de consumo de masas, la rigidez de los procesos productivos, del capital constante y del salario obrero, políticamente rígido y descendente. En el momento álgido de su desarrollo, a partir de una determinada composición orgánica del capital (es decir, de la relación entre capital constante y capital variable), el capitalismo fordista ya no fue capaz de chupar plusvalía del trabajo obrero vivo. “Por consiguiente, desde los años 70, la principal fuerza propulsora de la economía mundial ha sido la incesante tentativa de las empresas capitalistas –a instancias de sus propietarios e inversores– de llevar, por diferentes caminos, la tasa de beneficio a los niveles más altos de veinte años antes” (Luciano Gallino: L'impresa irresponsabile, Einaudi). Ya sabemos lo que sucedió: reducción del coste del trabajo, ataques a los sindicatos, automatización y robotización de procesos productivos enteros, deslocalización a países de bajos salarios, precarización del trabajo y diversificación de los modelos de consumo. Y, efectivamente, financiarización, es decir aumento de los beneficios no como excedentes de los ingresos (es decir, no según la lógica manufacturera-fordista), sino como excedente del valor en Bolsa.
No cabe duda de que en la configuración post fordista del capitalismo financiero en la que la parte de los salarios se reduce y se precariza y las inversiones de capital se estancan, el problema de la realización de los beneficios (es decir, la venta de la plusvalía producida) remite al papel de consumo por medio de rentas no salariales. Bajo este perfil distributivo, la reproducción del capital (con la polarización de la riqueza extremadamente elevada que lo caracteriza) se efectúa en parte gracias al aumento del consumo de los rentistas y en parte gracias al consumo endeudado de los asalariados. La financiarización ha redistribuido, aunque de un modo fuertemente desigual y precario (pensemos en las rentas de pensiones derivadas de la pensión integradora según el primado de las contribuciones), rentas financieras también a los trabajadores asalariados en la doble forma de rentas muebles e inmuebles (en EE UU, respectivamente del 20% y del 80%). Hay pues una suerte de transformación de la renta salarial, además de la del beneficio.
El endeudamiento de las economías domésticas, al que corresponde una reducción más o menos pronunciada del ahorro, según nos situemos en EE UU o en Europa, es lo que ha permitido al capitalismo financiero reproducirse a escala ampliada y global. Se puede afirmar que, paralelamente a la reducción de la función redistributiva del Estado social, en este periodo se ha asistido a una especie de privatización del deficit spending, de keynesiana memoria, es decir, la creación de una demanda acumulada por medio de la deuda privada (con un relativo desplazamiento del riesgo hacia las economías domésticas privadas).
La explosión de la deuda privada se ha visto facilitada, sobre todo tras el hundimiento del Nasdaq de 2000-2002, por una política monetaria muy expansiva y por la desregulación bancaria, una política que ha favorecido la titularización de los títulos de respaldo de la deuda (Collaterized Debt Obligation y Collaterized Loans Obligations), a los que se unen los Credit Default Swaps (permutas de cobertura por incumplimiento crediticio), los títulos de seguro derivados que se intercambian (de hecho, por medio del trueque) entre los operadores para protegerse contra los riesgos de inversión. El conjunto de todos estos derivados del crédito asciende ya a una cifra en torno a los 62.000 millones de dólares.
A partir de la crisis de la new economy de 2000-2002, el mercado inmobiliario estadounidense conoce una aceleración espectacular, en particular si se recuerda que ya en 2001 los precios de los bienes inmuebles eran ya muy elevados, tanto que los analistas consideraban que en 2002 existía ya una burbuja del sector. Gracias a la titularización de las hipotecas subprime, en cambio, ha sido posible impulsar la inflación del sector inmobiliario hasta el estallido de la burbuja en 2007.
La pobreza cotiza en bolsa
La expansión de las hipotecas subprime demuestra que para crecer y obtener beneficios el capital financiero requiere la participación, además de la franja media, también a los pobres. Para funcionar, este capitalismo debe invertir en la vida desnuda de personas que no pueden proporcionar ninguna garantía, que no ofrecen nada salvo a sí mismos. Es un capitalismo que hace de la vida desnuda una fuente directa de beneficio. Lo hace basándose en un cálculo de probabilidades según el cual el reembolso fallido de un préstamo se considera gestionable –es decir, secundario–, si se considera a escala de toda una población. La lógica financiera que subyace al cálculo de probabilidades es particularmente cínica: los títulos emitidos a partir del pool de créditos hipotecarios reagrupados de los bancos de negocios se construyen según el principio de la subordinación, es decir, de una jerarquía de riesgo interna de los títulos emitidos. El primer lote, el inferior, tendrá un riesgo elevado. El intermedio presentará un riesgo reducido, y el más elevado (super senior y senior), constituido de los mejores títulos, se considerará particularmente seguro. De este modo, el lote superior queda protegido de los inferiores, en el sentido de que será la parte de los títulos de mayor riesgo la primera que saltará en caso de pérdidas para los inversores. El acceso al bien-vivienda se construye basándose en modelos matemáticos de riesgo en los que la vida de las personas no cuenta en absoluto, en los que los pobres se enfrentan a los menos pobres, y en los que el derecho social al alojamiento está artificialmente subordinado al derecho privado de realización del beneficio. Con el visto bueno de los economistas académicos que en todos estos años han puesto sus competencias científicas y su dignidad a disposición de la industria financiera (1)
El límite de la propiedad social
El umbral de este proceso inclusivo lo marca la contradicción entre el derecho de propiedad social de un bien (por ejemplo, la vivienda) y el derecho de propiedad privada, entre la expansión de las necesidades sociales y la lógica privada de las finanzas de mercado. En este límite se juega el futuro del conflicto social, y también la capacidad o incapacidad del capital de salir de su propia crisis. Se trata de un umbral temporal, si sólo se piensa, por ejemplo, en la arquitectura de los contratos hipotecarios típicos de las hipotecas subprime. La fórmula del 2+28, en la que en los primeros dos años los intereses hipotecarios son fijos y bajos, precisamente para cooptar cada vez más a los propietarios, y los otros 28 a tipos variables, y por consiguiente sujetos a la marcha general de la coyuntura y de la política monetaria, representa un ejemplo de contradicción entre el derecho de propiedad social y el derecho de propiedad privada. Tras dos años de relativo predominio del valor de uso (derecho de acceso al alojamiento), se pasa a 28 años de predominio del valor de cambio, con efectos de expulsión/exclusión extremadamente violentos. De este modo, la lógica financiera produce un (bien) común, que más tarde divide y privatiza con la expulsión de los habitantes del bien común mediante la creación artificial de escaseces de todo tipo: escasez de medios financieros, liquidez, derechos, deseos y poder. Un proceso que recuerda la época de los cercamientos del siglo XVII (enclosures), en la que los ciudadanos que vivían en y de la tierra concebida como bien común fueron expulsados mediante procesos de privatización y división de la tierra comunal, procesos que dieron origen al proletariado moderno y a su vida desnuda.
1. Sobre el modo cómo la crisis financiera actual revela también la crisis de la ciencia económica académica, véase: David Colander et al., The Financial Crisis and the Systemic Failure of Academic Economics, en Economists View
___________________________
Christian Marazzi es economista, profesor universitario y director de investigación socioeconómica en la Scuola Universitaria della Svizzera Italiana (Suiza). Ha trabajado para el Departamento de Asuntos Sociales del cantón de Ticino (Suiza) y ha enseñado en la Universidad del Estado de Nueva York, y en las universidades de Padova, Lausana y Ginebra. Es autor de numerosas publicaciones sobre la transformación del trabajo y la economía del post fordismo. Ha publicado, entre otros, Il posto dei calzini: la svolta linguistica dell'economia e i suoi effetti sulla politica (Bollati Boringhieri, 1999) , E il denaro va: esodo e rivoluzione dei mercati finanziari (Bollati Boringhieri, 1998), y Capitale & linguaggio: dalla new economy all'economia di guerra (DeriveApprodi, 2002)
___________________________
Traducido para Rebelión por S. Segui.
Il Manifesto
Enlace a texto en Rebelión
Christian Marazzi, Il Manifesto
La economía financiera abarca hoy todo; es decir, se extiende a lo largo de todo el ciclo económico, lo acompaña, digamos, de comienzo a fin. Hoy estamos metidos en los asuntos financieros –para utilizar una imagen– cuando vamos de compras al supermercado, desde el momento en que pagamos con una tarjeta de crédito. La industria automovilística, por poner un ejemplo, funciona enteramente con mecanismos crediticios (ventas a plazos, leasing), por lo que los problemas de una General Motors tienen tanto que ver con la producción de automóviles como, si no sobre todo, con la debilidad de la Gmac, su filial especializada en crédito al consumo, indispensable para vender sus productos a los consumidores. Estamos pues en un momento histórico en el que las finanzas son consustanciales a toda la producción misma de bienes y servicios.
Además de los beneficios industriales no reinvertidos en bienes de capital y salarios, las fuentes que alimentan la financiación, hoy día, se han multiplicado: hay los beneficios derivados de la repatriación de dividendos y royalties provenientes de las inversiones directas en el extranjero; los flujos de intereses derivados de los préstamos al Tercer Mundo, a los que se añaden los flujos de intereses sobre los préstamos bancarios internacionales a los países emergentes; las plusvalías derivadas de las materias primas; las sumas acumulada por familias y particulares ricos invertidas en los mercados bursátiles y los fondos de pensiones y de inversión. La multiplicación y la extensión de las fuentes y los agentes del capital poseedor de intereses es sin duda uno de los rasgos distintivos, inéditos y problemáticos del nuevo capitalismo financiero, en particular si reflexionamos sobre la posibilidad de modificar este sistema, de desfinanciarizarlo, restableciendo así una relación más equilibrada entre economía real y economía financiera.
Acumulación monetaria
Como las precedentes, esta financiarización parte también de un bloque de acumulación entendida no como reinversión de los beneficios en los procesos directamente productivos (capital constante, es decir, bienes materiales; y capital variable, es decir, salarios). De hecho, se inicia con la crisis de crecimiento del capitalismo fordista a partir de los años setenta. Estaban presentes, en aquellos años, todas las premisas para una reedición de la clásica financiarización basada en la dicotomía entre economía real (industrial) y economía monetaria, con la consiguiente desviación de la tasa de beneficio en favor de los mercados financieros para asegurar un crecimiento de los beneficios sin acumulación. Desde comienzos de los años 80 “la fuente principal de las burbujas financieras es el crecimiento tendencial del beneficio no acumulado, crecimiento resultante de un doble movimiento: por una parte, la reducción generalizada de los salarios; y, por otra, el estancamiento –incluso la reducción– de la tasa de acumulación, a pesar del restablecimiento de la tasa de beneficio” (Michel Husson Les enjeux de la crise, La Brèche). Por tasa de acumulación se entiende la tasa de crecimiento del volumen de capital neto, mientras que por tasa de beneficio se entiende la relación entre beneficio y capital: la divergencia entre las dos tasas, a partir de 1980, representa un indicador cierto, aunque no el único, de la financiarización. Pero, como hemos dicho, a los beneficios industriales no reinvertidos se han añadido, poco a poco, otras fuentes de acumulación de capital financiero, un dato que habremos de tener presente para comprender las transformaciones del modelo de desarrollo: la crisis post fordista. En particular, la financiarización ha implicado un proceso de desintermediación bancaria, en lo relativo a la financiación del crecimiento económico (preponderancia del modelo anglosajón sobre el renano), pero también ha conocido un proceso de multiplicación de los intermediarios financieros, como resultado de la desregulación y liberación de la economía.
El consumo del rentista
La transición del modo de producción fordista al capitalismo accionarial de los gestores, que está en la base del capitalismo financiero de hoy, se explica de hecho a la luz de la caída de los beneficios industriales (en torno al 50%) entre los años sesenta y setenta, debido al agotamiento de las bases tecnológicas y económicas del fordismo, en particular la saturación de los mercados de bienes de consumo de masas, la rigidez de los procesos productivos, del capital constante y del salario obrero, políticamente rígido y descendente. En el momento álgido de su desarrollo, a partir de una determinada composición orgánica del capital (es decir, de la relación entre capital constante y capital variable), el capitalismo fordista ya no fue capaz de chupar plusvalía del trabajo obrero vivo. “Por consiguiente, desde los años 70, la principal fuerza propulsora de la economía mundial ha sido la incesante tentativa de las empresas capitalistas –a instancias de sus propietarios e inversores– de llevar, por diferentes caminos, la tasa de beneficio a los niveles más altos de veinte años antes” (Luciano Gallino: L'impresa irresponsabile, Einaudi). Ya sabemos lo que sucedió: reducción del coste del trabajo, ataques a los sindicatos, automatización y robotización de procesos productivos enteros, deslocalización a países de bajos salarios, precarización del trabajo y diversificación de los modelos de consumo. Y, efectivamente, financiarización, es decir aumento de los beneficios no como excedentes de los ingresos (es decir, no según la lógica manufacturera-fordista), sino como excedente del valor en Bolsa.
No cabe duda de que en la configuración post fordista del capitalismo financiero en la que la parte de los salarios se reduce y se precariza y las inversiones de capital se estancan, el problema de la realización de los beneficios (es decir, la venta de la plusvalía producida) remite al papel de consumo por medio de rentas no salariales. Bajo este perfil distributivo, la reproducción del capital (con la polarización de la riqueza extremadamente elevada que lo caracteriza) se efectúa en parte gracias al aumento del consumo de los rentistas y en parte gracias al consumo endeudado de los asalariados. La financiarización ha redistribuido, aunque de un modo fuertemente desigual y precario (pensemos en las rentas de pensiones derivadas de la pensión integradora según el primado de las contribuciones), rentas financieras también a los trabajadores asalariados en la doble forma de rentas muebles e inmuebles (en EE UU, respectivamente del 20% y del 80%). Hay pues una suerte de transformación de la renta salarial, además de la del beneficio.
El endeudamiento de las economías domésticas, al que corresponde una reducción más o menos pronunciada del ahorro, según nos situemos en EE UU o en Europa, es lo que ha permitido al capitalismo financiero reproducirse a escala ampliada y global. Se puede afirmar que, paralelamente a la reducción de la función redistributiva del Estado social, en este periodo se ha asistido a una especie de privatización del deficit spending, de keynesiana memoria, es decir, la creación de una demanda acumulada por medio de la deuda privada (con un relativo desplazamiento del riesgo hacia las economías domésticas privadas).
La explosión de la deuda privada se ha visto facilitada, sobre todo tras el hundimiento del Nasdaq de 2000-2002, por una política monetaria muy expansiva y por la desregulación bancaria, una política que ha favorecido la titularización de los títulos de respaldo de la deuda (Collaterized Debt Obligation y Collaterized Loans Obligations), a los que se unen los Credit Default Swaps (permutas de cobertura por incumplimiento crediticio), los títulos de seguro derivados que se intercambian (de hecho, por medio del trueque) entre los operadores para protegerse contra los riesgos de inversión. El conjunto de todos estos derivados del crédito asciende ya a una cifra en torno a los 62.000 millones de dólares.
A partir de la crisis de la new economy de 2000-2002, el mercado inmobiliario estadounidense conoce una aceleración espectacular, en particular si se recuerda que ya en 2001 los precios de los bienes inmuebles eran ya muy elevados, tanto que los analistas consideraban que en 2002 existía ya una burbuja del sector. Gracias a la titularización de las hipotecas subprime, en cambio, ha sido posible impulsar la inflación del sector inmobiliario hasta el estallido de la burbuja en 2007.
La pobreza cotiza en bolsa
La expansión de las hipotecas subprime demuestra que para crecer y obtener beneficios el capital financiero requiere la participación, además de la franja media, también a los pobres. Para funcionar, este capitalismo debe invertir en la vida desnuda de personas que no pueden proporcionar ninguna garantía, que no ofrecen nada salvo a sí mismos. Es un capitalismo que hace de la vida desnuda una fuente directa de beneficio. Lo hace basándose en un cálculo de probabilidades según el cual el reembolso fallido de un préstamo se considera gestionable –es decir, secundario–, si se considera a escala de toda una población. La lógica financiera que subyace al cálculo de probabilidades es particularmente cínica: los títulos emitidos a partir del pool de créditos hipotecarios reagrupados de los bancos de negocios se construyen según el principio de la subordinación, es decir, de una jerarquía de riesgo interna de los títulos emitidos. El primer lote, el inferior, tendrá un riesgo elevado. El intermedio presentará un riesgo reducido, y el más elevado (super senior y senior), constituido de los mejores títulos, se considerará particularmente seguro. De este modo, el lote superior queda protegido de los inferiores, en el sentido de que será la parte de los títulos de mayor riesgo la primera que saltará en caso de pérdidas para los inversores. El acceso al bien-vivienda se construye basándose en modelos matemáticos de riesgo en los que la vida de las personas no cuenta en absoluto, en los que los pobres se enfrentan a los menos pobres, y en los que el derecho social al alojamiento está artificialmente subordinado al derecho privado de realización del beneficio. Con el visto bueno de los economistas académicos que en todos estos años han puesto sus competencias científicas y su dignidad a disposición de la industria financiera (1)
El límite de la propiedad social
El umbral de este proceso inclusivo lo marca la contradicción entre el derecho de propiedad social de un bien (por ejemplo, la vivienda) y el derecho de propiedad privada, entre la expansión de las necesidades sociales y la lógica privada de las finanzas de mercado. En este límite se juega el futuro del conflicto social, y también la capacidad o incapacidad del capital de salir de su propia crisis. Se trata de un umbral temporal, si sólo se piensa, por ejemplo, en la arquitectura de los contratos hipotecarios típicos de las hipotecas subprime. La fórmula del 2+28, en la que en los primeros dos años los intereses hipotecarios son fijos y bajos, precisamente para cooptar cada vez más a los propietarios, y los otros 28 a tipos variables, y por consiguiente sujetos a la marcha general de la coyuntura y de la política monetaria, representa un ejemplo de contradicción entre el derecho de propiedad social y el derecho de propiedad privada. Tras dos años de relativo predominio del valor de uso (derecho de acceso al alojamiento), se pasa a 28 años de predominio del valor de cambio, con efectos de expulsión/exclusión extremadamente violentos. De este modo, la lógica financiera produce un (bien) común, que más tarde divide y privatiza con la expulsión de los habitantes del bien común mediante la creación artificial de escaseces de todo tipo: escasez de medios financieros, liquidez, derechos, deseos y poder. Un proceso que recuerda la época de los cercamientos del siglo XVII (enclosures), en la que los ciudadanos que vivían en y de la tierra concebida como bien común fueron expulsados mediante procesos de privatización y división de la tierra comunal, procesos que dieron origen al proletariado moderno y a su vida desnuda.
1. Sobre el modo cómo la crisis financiera actual revela también la crisis de la ciencia económica académica, véase: David Colander et al., The Financial Crisis and the Systemic Failure of Academic Economics, en Economists View
___________________________
Christian Marazzi es economista, profesor universitario y director de investigación socioeconómica en la Scuola Universitaria della Svizzera Italiana (Suiza). Ha trabajado para el Departamento de Asuntos Sociales del cantón de Ticino (Suiza) y ha enseñado en la Universidad del Estado de Nueva York, y en las universidades de Padova, Lausana y Ginebra. Es autor de numerosas publicaciones sobre la transformación del trabajo y la economía del post fordismo. Ha publicado, entre otros, Il posto dei calzini: la svolta linguistica dell'economia e i suoi effetti sulla politica (Bollati Boringhieri, 1999) , E il denaro va: esodo e rivoluzione dei mercati finanziari (Bollati Boringhieri, 1998), y Capitale & linguaggio: dalla new economy all'economia di guerra (DeriveApprodi, 2002)
___________________________
Traducido para Rebelión por S. Segui.
Il Manifesto
Enlace a texto en Rebelión
Publicado por
mamvas
en
2:12 p.m.
2
comments
Tags:
Crisis Financiera,
Crisis Mundial,
Hegemonía y Dominación
FMI advierte "potencial riesgo inflacionario"
El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, advirtió sobre el potencial riesgo inflacionario que puede vivir la economía mundial una vez que la recesión global termine.
El director del FMI reiteró su pronóstico de una recuperación global en la primera mitad de 2010, con el “punto de inflexión” probablemente entre septiembre y octubre de este año. En abril, el FMI aseguró que la economía mundial se contraerá 1,3% este año, seguido de una expansión de 1,9% en 2010. Sin embargo, Strauss-Kahn reiteró que la recuperación depende de “una limpieza de los balances del sector financiero”.
Más cauto fue el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien advirtió que aún existe un alto nivel de inseguridad con respecto al panorama de la economía global, aun cuando el crecimiento chino podría sorprender al alza.
Una encuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que su panorama económico decayó a un ritmo más lento en abril y mostró indicaciones más fuertes de que la crisis podría haber tocado fondo en Canadá, Francia, Italia y el Reino Unido.
“El riesgo de una rápida inflación al final de la recesión es un riesgo real”, dijo Strauss-Kahn ayer en una conferencia en Montreal. “No es muy temprano para pensar sobre cómo lucirá el mundo al final de la crisis”.
El director del FMI reiteró su pronóstico de una recuperación global en la primera mitad de 2010, con el “punto de inflexión” probablemente entre septiembre y octubre de este año. En abril, el FMI aseguró que la economía mundial se contraerá 1,3% este año, seguido de una expansión de 1,9% en 2010. Sin embargo, Strauss-Kahn reiteró que la recuperación depende de “una limpieza de los balances del sector financiero”.
Más cauto fue el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, quien advirtió que aún existe un alto nivel de inseguridad con respecto al panorama de la economía global, aun cuando el crecimiento chino podría sorprender al alza.
“China podría sorprender al alza. Actuó rápida y agresivamente para estimular la demanda. Ha revertido con éxito las cifras negativas y ha comenzado a tener buenas señales”, dijo Zoellick.
Una encuesta de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) reveló que su panorama económico decayó a un ritmo más lento en abril y mostró indicaciones más fuertes de que la crisis podría haber tocado fondo en Canadá, Francia, Italia y el Reino Unido.
México y Japón, los más afectados por la caída del comercio
México y Japón son los países más afectados por la crisis dada la fuerte contracción de su comercio hacia Estados Unidos. En el primer trimestre del año la economía mexicana se redujo un -8,2% respecto a igual período del año pasado, la peor contracción trimestral desde el tequilazo de 1995. México completó así dos trimestres consecutivos de fuerte caída en el PIB dado que el cuarto trimestre de 2008 el descenso fue de -1,65%.
Los datos del último trimestre reflejan una drástica caída en el sector secundario, que incluye minería, electricidad, agua, gas, construcción e industria manufacturera, que llegó a -9,9%. La industria manufacturera que en gran parte actúa como una maquiladora dependiente de su vecino del norte, sufrió un serio revés de -13,8%. En un desgloce del sector manufacturero, 19 de los 21 subsectores registraron caídas en el primer trimestre, destacando los de: Maquinaria y equipo (-21.5%), Metálicas básicas (-26.4), Equipos electrónicos (-29.0) y Equipo de transporte (-38.3%).
Siga leyendo este artículo en El Blog Salmón
Los datos del último trimestre reflejan una drástica caída en el sector secundario, que incluye minería, electricidad, agua, gas, construcción e industria manufacturera, que llegó a -9,9%. La industria manufacturera que en gran parte actúa como una maquiladora dependiente de su vecino del norte, sufrió un serio revés de -13,8%. En un desgloce del sector manufacturero, 19 de los 21 subsectores registraron caídas en el primer trimestre, destacando los de: Maquinaria y equipo (-21.5%), Metálicas básicas (-26.4), Equipos electrónicos (-29.0) y Equipo de transporte (-38.3%).
Siga leyendo este artículo en El Blog Salmón
Suscribirse a:
Entradas (Atom)