jueves, 10 de marzo de 2022

Las sanciones de Biden a Afganistán amenazan con matar a más civiles que dos décadas de guerra

Mark Weisbrot, USA Today

Cuando el presidente Joe Biden decidió retirar el ejército estadounidense de Afganistán el año pasado, gran parte de los medios de comunicación estadounidenses se le echaron encima como una tonelada de ladrillos. Los republicanos se sumaron y calificaron la retirada como un "desastre absoluto".

Pero salir fue el movimiento correcto.

De hecho, el verdadero error fue todo lo contrario: la administración Biden no puso fin a la guerra, sino que la continuó por otros medios, que están resultando más violentos y desestabilizadores. Las sanciones económicas impuestas por los Estados Unidos y sus aliados están provocando un hambre severa y generalizada en este país desesperadamente pobre.

A menos que esas sanciones se reviertan pronto, se estima que más personas morirán por el impacto económico de las sanciones durante el próximo año que el número de personas que murieron en 20 años de guerra.

Europa se descuelga por ahora de los vetos de EEUU y Reino Unido a las importaciones de petróleo ruso

Antonio M. Vélez, eldiario.es

Europa se descuelga por ahora de los vetos anunciados este martes por Estados Unidos y Reino Unido a las importaciones de petróleo ruso. La medida busca incrementar la presión sobre el presidente ruso, Vladímir Putin, como castigo por la invasión de Ucrania.

Este martes, en paralelo al anuncio del presidente estadounidense, Joe Biden, de prohibir la importación de petróleo, gas y carbón de Rusia para "infligir aún más daño a Putin", el Brent (de referencia para Europa) se disparaba cerca de un 7%, hasta llegar a superar los 130 dólares por barril. No alcanzó los niveles del lunes, cuando marcó su máximo desde 2008 en una jornada de pánico en los mercados energéticos.

Tras airearse durante el fin de semana un posible veto de Occidente a las importaciones a Rusia, el gas europeo (el denominado TTF del mercado holandés) pulverizó el lunes todos sus récords, lo que en España se tradujo en un nuevo récord del precio mayorista de la luz, en una escalada sin precedentes que ya está obligando a parar a industrias electrointensivas como la planta de Arcelor Mittal en Olaberria (Gipuzkoa).

martes, 8 de marzo de 2022

Cuatro lecciones desde Ucrania

Ilan Pappe, palestinechronicle.com

USA Today informó de que una foto que se había hecho viral de un edificio de muchas plantas en Ucrania que había sido bombardeado resultó ser un edificio de la Franja de Gaza que las Fuerzas Aéreas Israelíes habían demolido en mayo de 2021. Unos días antes el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano se quejaba al embajador israelí en Kiev de que “nos tratan como a Gaza”; estaba furioso porque Israel no condenaba la invasión rusa y lo único que le interesaba era sacar a los ciudadanos israelíes de este país (Haaretz, 17 de febrero de 2022). Se refería a la evacuación por parte de Ucrania de los cónyuges ucranianos de hombres palestinos de la Franja de Gaza en mayo de 2021 al tiempo que recordaba a Israel del pleno apoyo del presidente ucraniano al ataque de Israel a la Franja de Gaza aquel mes (al final de este artículo volveré a hablar de ese apoyo).

De hecho, los ataques de Israel a Gaza se deberían mencionar y considerar al valorar la actual crisis en Ucrania. No es casual que se confundan las fotos (en Ucrania no hay muchos edificios altos derribados, pero en la Franja de Gaza abundan los edificios altos en ruinas). Sin embargo, cuando consideramos la crisis de Ucrania en un contexto más amplio no solo sale a la luz la hipocresía respecto a Palestina; lo que se debería examinar a fondo es el generalizado doble rasero occidental sin que ni por un instante seamos indiferentes a las noticias e imágenes que nos llegan de la zona de guerra en Ucrania: niños traumatizados, oleadas de personas refugiadas, imágenes de edificios destruidos por los bombardeos y el amenazador peligro de que esto no es sino el principio de una catástrofe humana en plena Europa.

lunes, 7 de marzo de 2022

La nueva Tercera Roma

Pablo Batalla Cueto, Público

No hay texto de alguna extensión sobre la historia y la cultura rusas que no cite a Filoteo de Pskov. Hegúmeno del monasterio de Yelizárov en el tiempo axial de Iván IV el Terrible, Filoteo es el autor de una carta celebérrima de 1511 al gran duque Basilio III, hijo y sucesor del zar. En ella, el fraile enunciaba la siguiente profecía: «Escúchame, piadoso zar: todos los reinos cristianos han convergido en el tuyo solo. Dos Romas han caído, una tercera se mantiene, y no habrá una cuarta». El mito de la tercera Roma, heredera de Bizancio, heredero a su vez de la Roma primera, sustenta y atraviesa desde entonces, e ininterrumpidamente, la cosmovisión rusa; la autopercepción de este país —de su nacionalismo— obsesionado con hacerse cabeza espiritual del mundo; faro y meca de algún mensaje redentor para la humanidad toda.

Ex Oriente, lux. De Oriente, la luz. Alguna luz, la que sea. Será triple la luz civilizatoria de la cual los zares, a partir del Terrible, se imaginen y se proclamen alumbradores: la luz de la ortodoxia; la del Gosudarstvo, el principio de autoridad ruso, y la del ideal de comunidad; del descubrimiento —explicará Berdiáyev en 1946 en La idea rusa— «de que el hombre no está solo, de que su futuro no es esclavo de la muerte, de que forma parte única e irremplazable de una comunidad». Los eslavófilos del siglo XIX y los existencialistas del XX llamarán a esa comunidad sobornost’, «conciliaridad»: una hermandad eclesial de seres humanos ligados, no por la fraternidad tal y como esta se entendería en Occidente, consistente en un grupo construido a mayor beneficio de los individuos que lo integran, sino por la fe en un ideal divino que los trasciende; no por la adelfia, amor a los otros, sino por el ascetismo de la teofilia, el amor a Dios.

jueves, 3 de marzo de 2022

La muerte de Europa y el parto de un nuevo orden

Augusto Zamora, Público

Una suerte que no haya premio Nobel para la estupidez humana porque resultaría imposible adjudicarlo de tan abundantes candidatos que habría, empezando por los gobernantes europeos. La cuestión de Ucrania (rehusamos llamarla invasión o guerra, aunque técnicamente pueda ser ambas) no es nada de lo que dicen, hasta el espasmo, los medios de comunicación occidentales –más correcto sería calificarles de accidentales. Rusia no pretende anexionarse Ucrania; tampoco ha lanzado una guerra de conquista, ni, menos, es resultado de un delirio imperial por la grandeza perdida. Es un conflicto geopolítico en el más puro sentido del término. Geopolítico en términos decimonónicos, de lucha de poder y de intereses, pues no hay conflicto de ideologías, ni lucha entre sistemas, aunque los mercenarios y los bobos de siempre –que, tristemente, no son especie en peligro de extinción-, se desgañiten presentándolo de todos los olores con rebufo a retrete. No, no es nada de eso. Es la vieja lucha entre el mundo que quiere nacer y el mundo que se niega a morir (que dicen dijo el comunista Antonio Gramsci), provocada por la negativa de la OTAN a no continuar expandiéndose hacia Rusia. Porque esa, y no otra, es la causa de la acción militar. Ganar seguridad para Rusia, lo que la UE/OTAN negó, lo que indicaba que persistía en su política expansionista.

Recuento oficial de las invasiones estadounidenses

Atilio A. Boron, Rebelión

Un informe del 5 de febrero del 2002 producido por el Servicio de Investigaciones del Congreso (CRS, por su sigla en inglés), dependiente de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, compiló los “centenares de casos en los cuales Estados Unidos utilizó sus fuerzas armadas en el exterior en situaciones de conflicto militar (o de potencial conflicto) a los efectos de proteger a ciudadanos de Estados Unidos o promover los intereses de Estados Unidos.

miércoles, 2 de marzo de 2022

Sun Tzu (China) y la “operación militar” de Rusia en Ucrania

Público

"China está preparando una sorpresa estratégica" aprovechando la inacción de la OTAN ante la "agresión rusa a Ucrania" para ocupar la isla de Taiwán, asegura el coordinador del Consejo de Seguridad Nacional de EEUU para la región del Indo-Pacífico Kurt Campbell. La verdad es la primera víctima de las guerras, y China no necesita ocupar un territorio que la mayoría de los estados del mundo consideran suyo. Lo que no dice Cample es que en el mes de enero EEUU envió al poderoso submarino Nevada, equipado con misiles Trident de propulsión nuclear, a la base de Guam como parte de su estrategia de cercar y provocar a China. El 26 de febrero, en medio de la crisis de Ucrania, Pekín denunció a Washington por el paso del destructor de misiles guiados USS Ralph Johnson por el Estrecho de Taiwán, y eso sin olvidar que, en septiembre pasado, EEUU formó con el Reino Unido y Australia la alianza estratégica Aukus para instalar submarinos nucleares a la región Indo-Pacífico. ¿Y esperan que China no apoye a Rusia, estando amenazados ambos por la OTAN?

Desde el gobierno de Barak Obama la prioridad de EEUU ha sido la contención de su principal rival, China, que no de Rusia. La imposibilidad de emprender una batalla simultánea contra ambas potencias y la necesidad de tener a Europa Occidental de su lado (sobre todo a Alemania) ha sido uno de los motivos por los que Biden levantó su boicot sobre el gaseoducto Nord Stream 2. Que, de repente, la OTAN, o sea, el Pentágono, plantease la integración de Ucrania a la alianza militar provocando la ira de Rusia -asestando de paso un golpe al presidente de EEUU- demuestra el poder del lobby antirruso en EEUU y Europa obsesionado por el desmantelamiento de la Federación Rusa. Debilitar a Rusia y romper la asociación estratégica que tiene con China forman parte de la política contra el nuevo "eje del mal" inventado por EEUU, en cuyo centro ha colocado la figura demonizada del presidente Putin para que nadie se acuerde de sus crímenes (todos impunes) en Yugoslavia, Irak, Afganistán, Gaza, Yemen, Siria, Libia, Sudán, entre otros.

Noam Chomsky: La escalada militar estadounidense contra Rusia no tendría vencedores

La invasión rusa de Ucrania tomó por sorpresa a gran parte del mundo. Es un ataque no provocado e injustificado que pasará a la historia como uno de los principales crímenes de guerra del siglo XXI, argumenta Noam Chomsky en esta entrevista exclusiva para Truthout. Las consideraciones políticas, como las citadas por el presidente ruso Vladimir Putin, no pueden utilizarse como argumentos para justificar el lanzamiento de una invasión contra una nación soberana. Sin embargo, frente a esta horrible invasión, EEUU debe elegir la diplomacia urgente sobre la escalada militar, ya que esta última podría constituir una “sentencia de muerte para la especie, sin vencedores”, dice Chomsky
200 soldados estadounidenses llegan a Alemania para participar en la guerra
CJ Polychroniou, Truthout

Noam Chomsky es reconocido internacionalmente como uno de los intelectuales vivos más importantes. Su estatura intelectual ha sido comparada con la de Galileo, Newton y Descartes, ya que su trabajo ha tenido una gran influencia en una variedad de áreas de investigación académica y científica, que incluyen lingüística, lógica y matemáticas, informática, psicología, estudios de medios, filosofía, política y asuntos internacionales. Es autor de unos 150 libros y ha recibido decenas de premios de gran prestigio, incluidos el Premio de la Paz de Sydney y el Premio Kyoto (el equivalente japonés al Premio Nobel), y de docenas de doctorados honorarios de las universidades más renombradas del mundo. Chomsky es Profesor Emérito del Instituto en el MIT y actualmente Profesor Laureado en la Universidad de Arizona.

-CJ Polychroniou: Noam, la invasión rusa de Ucrania ha tomado por sorpresa a la mayoría de la gente, enviando ondas de choque en todo el mundo, aunque hubo muchos indicios de que Putin se había agitado bastante por la expansión de la OTAN hacia el este y la negativa de Washington a tomarse en serio su seguridad de "línea roja" con respecto a Ucrania. ¿Por qué crees que decidió lanzar una invasión en este momento?

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