jueves, 3 de agosto de 2017

Los ciudadanos griegos no ven la luz al final del túnel


Helena Smith, The Guardian /El Diario

"Ya hemos dejado atrás las peores etapas de la crisis". Panaghiota Mourtidou, la jovial fundadora de un grupo de voluntarios, le ha dado muchas vueltas a esta afirmación, pronunciada días atrás por el primer ministro griego. Aunque ya han pasado unos días desde que Alexis Tsipras considerara oportuno hacer estas declaraciones, la voluntaria sigue mostrando su desconcierto. "Es obvio que los políticos no conocen la realidad de la calle –afirma–, porque lo cierto es que la situación no podría ser peor".

Han pasado cuatro años desde que the Guardian habló por primera vez con Mourtidou. En esa ocasión, preparaba paquetes de comida en el Club Solidario donde ella y otros ciudadanos concienciados ayudaban como voluntarios. Se ponían delante de la sede local del Partido Syriza. Por aquel entonces, la voluntaria, votante de izquierdas, creía que Tsipras y Syriza, un partido que era considerado radical, eran los únicos que podían salvar Grecia y evitar el colapso económico.

Tsipras prometió poner fin a las medidas de austeridad. Su puño en alto y su discurso apasionado consiguieron conectar con el sentimiento de justicia de la mujer. En el verano de 2013, cuando faltaban casi 18 meses para que ganara las elecciones, el político era "la gran esperanza, la gran promesa de un futuro mejor".

Brexit y la rueda de la fortuna

Alejandro Nadal, La Jornada

Corre el rumor de que el único proyecto que nunca fue aprobado por la reina de Inglaterra fue la monumental rueda de la fortuna sobre el río Támesis, casi enfrente del parlamento. Para los puristas en arquitectura, el artefacto no es la mejor parte de la silueta de Londres, pero para las nuevas generaciones ya es tan parte del paisaje urbano como el Big Ben.

Pero así como la fortuna le sonríe a algunos y a otros les desfavorece, los funcionarios encargados de negociar la salida del Reino Unido de la Unión Europea están descubriendo lo complicado y costoso del proceso. El contraste entre la rueda de la fortuna en Londres y el Brexit es que a la reina no le ha quedado más remedio que dar el visto bueno para que la señora Teresa May formara un gobierno de minoría y comenzara las duras negociaciones para definir los términos de la salida de la Unión Europea (UE).

Esas negociaciones tienen varios senderos posibles. En uno de ellos, por ejemplo, el Reino Unido buscaría mantener una relación económica con la UE sin perder soberanía y sin estar sometida a la legislación de la unión. La pretensión sería conservar los privilegios de las relaciones comerciales actuales, pero sin tener que respetar la norma europea en materia de tránsito de personas, migración y sin someterse a la Corte europea de justicia. Claramente es la opción que prefieren la confederación de industrias y las cámaras de comercio del Reino Unido. Pero las negociaciones para un convenio comercial nuevo llevarían más de los dos años que contempla el artículo 50 del Tratado de Lisboa.

miércoles, 2 de agosto de 2017

Investigación revela que el parasitismo financiero está detrás del alto costo de medicinas

Nick Beams, wsws.org

El viernes 14 de julio el periódico neoyorquino New York Times publicó un artículo escrito por la editora Gretchen Morgenson sobre la industria farmacéutica y los precios de medicinas en Estados Unidos. Ese artículo, intitulado Big Pharma Spends on Share Buybacks, but R&D? Not So Much (“Las grandes farmacéuticas gastan más en recomprar sus acciones pero, ¿en investigación y desarrollo? muy poco”) pone el dedo en la herida de uno de los fenómenos actuales más significativos —la explosión de parasitismo financiero.

El artículo de Morgenson está basado en un ensayo del Instituto de Nuevo Pensamiento Económico (Institute for New Economic Thinking) intitulado US Pharma’s Financialized Business Model (“El modelo financiero de negocios de los farmacéuticos estadounidenses”) que revela que los exorbitantes precios de medicinas en Estados Unidos —los más altos del mundo— nada tienen que ver con lo que las empresas alegan, que altos precios son imprescindibles para estimular importantísimas investigaciones. Demuestra que en realidad el alto costo de medicinas es la consecuencia de maniobras financieras de las farmacéuticas para que más lucren sus accionistas, principalmente mediante ofertas públicas de recompra de acciones.

martes, 1 de agosto de 2017

Venezuela y la Asamblea Nacional Constituyente: ¿poco o mucho?

Atilio Boron

Pocas veces se celebraron elecciones en un contexto tan signado por la violencia como las de este domingo pasado en Venezuela. Hay pocas experiencias similares en el Líbano, Siria e Irak. Tal vez en los Balcanes durante la desintegración de la ex Yugoslavia. Dudo que en algún país europeo o mismo en Estados Unidos se hubiera celebrado elección alguna en un contexto similar al venezolano. Por eso que algo más de ocho millones de personas hayan desafiado a la derecha terrorista con sus sicarios, pirómanos, saqueadores y francotiradores y concurrido a emitir su voto demuestra el arraigo del chavismo en las clases populares y, además, un valor a toda prueba para luchar por la paz y repudiar la violencia. Y cuando el CNE dice que votaron 8.089.320 personas es así nomás, doblemente certificado por la cédula electoral y el control de las huellas dactilares de cada uno de los votantes. Ese material está allí, sujeto a verificación por parte de la oposición o de observadores independientes, contrariamente a lo ocurrido con la pantomima electoral de la MUD el 16 de Julio que en una hilarante innovación en el arte y la ciencia de la política procedió a admitir votantes con o sin documentos, sufragar cuantas veces lo quisiera para luego quemar todos los registros una vez terminado el relampagueante recuento de los 7 millones y medio de votos que mienten haber recibido.

lunes, 31 de julio de 2017

¿Mike Pence, presidente número 46 para sustituir a Trump?

Alfredo Jalife, La Jornada

Después de la humillante derrota de Trump y el Partido Republicano (PR) en el Senado para repeler el Obamacare, Rick Tyler –anterior jefe de prensa del senador Ted Cruz–sentenció, en el tóxico programa Morning Joe, que “la presidencia de Trump había terminado (https://goo.gl/WcZtfj)”.

El problema con estas perentorias exequias es que Rick Tyler carece de credibilidad al haber inventado una historia falsa sobre el senador Marco Rubio, por lo que fue fulminantemente despedido.

Si el medio es el mensaje, como sustentó el célebre comunicólogo Marshall McLuhan, tampoco los controvertidos conductores de Morning Joe –quienes padecen trumpofobia infinita– son muy creíbles.

Los múltiples intentos y fracasos de Trump y el Partido Republicano para repeler el Obamacare epitomizan su impericia política, que carcome la necesaria cohesión para la gobernabilidad, pero, como decía Yogi Berra –estrella beisbolista de los Yanquis de Nueva York–, el juego no se acaba, hasta que se acaba.

domingo, 30 de julio de 2017

El capitalismo de amiguetes: Coca-cola y el presidente Trump

Vicenç Navarro, Público

Una de las posturas ampliamente extendida entre economistas neoliberales (que goza de gran visibilidad mediática en los mayores medios de comunicación, tanto privados como públicos y tanto escritos como orales y televisivos) es que el mayor problema de la economía española es que el Estado ha sido gestionado y dirigido por gente muy poco competente, que no sobrevivirían en el sector privado. Según tales economistas, los gestores públicos no tienen ni idea de cómo debería gestionarse una empresa. Lo que se necesitaría, dicen tales autores, es permitir que sean grandes empresarios los que contribuyan con su experiencia a la eficiencia de la gestión pública. En Catalunya, el economista de mayor proyección mediática en la televisión pública TV3, de clara sensibilidad neoliberal, ha enfatizado en más de una ocasión que el problema del Estado español (y catalán) es que los que lo gestionan no tienen ninguna experiencia en la empresa privada, alentando que sean gestores de tales empresas los que gestionen también las públicas.

Trump como modelo de la gestión empresarial

Lo que hemos estado viendo en la Administración Trump es la toma del poder directo de los distintos aparatos del Estado por la clase empresarial del país, en un proceso en el que las mayores agencias del Estado pasan a ser dirigidas por grandes empresarios o gestores próximos a las grandes empresas del país sin ningún intermediario. Es la máxima expresión del “capitalismo de amiguetes” en el que todo el aparato del Estado está dirigido y gestionado por los amiguetes del presidente.

Grecia, el rechazo de las deudas ilegítimas, una lucha que une

Eric Toussaint, CADTM

Casi doscientas personas se reunieron en el cine al aire libre Dexameni, en el barrio Kolonaki de Atenas, el lunes 17 de julio para asistir a una conferencia y a la proyección de dos documentales realizados en colaboración con el CADTM. La actividad fue organizada conjuntamente por la Comisión para la Verdad sobre la Deuda Griega y la asociación Justicia para Todos. El vídeo de animación titulado «La dette grecque, une tragédie européenne» (La deuda griega, una tragedia europea) se proyectó al principio de la sesión. Este vídeo, realizado por el equipo de Lieja Productions du Pávet y el CADTM, recibió muchos aplausos.

Entre la militancia reunida esa tarde reconocimos a diversas figuras procedentes de un amplio abanico de la izquierda que resiste a los memorandos: Zoe Konstantopoulou (expresidenta del Parlamento griego y fundadora del partido político Rumbo de Libertad), tres exministros del primer Gobierno de Tsipras (Panagiotis Lafazani, Dimitri Stratoulis y Nadia Valavani, todos miembros de Unidad Popular), el jurista Nikos Konstantopoulos (expresidente de Syriza a principios de los años 2000), Aris Chatzistefanou (director de las películas Debtocracy, Catastroïka… y animador de la web Infowar) , Leonidas Vatikiotis (coguionista de Debtocracy y Catastroïka), Moisis Litsis del CADTM Grecia, Kostas Bitsani (compañero de la eurodiputada Sofia Sakorafa, de viaje en Bruselas esta tarde), Antonis Ntavanelos (exmiembro del buró político de Syriza) y Sotiris Martiris (ambos miembros de DEA y de Unidad Popular), Stathis Kouvelakis (exmiembro del Comité Central de Syriza y miembro de Unidad Popular), Diamantis Karanastasis, uno de los impulsores de Curso de Libertad, Marie Laure Coulmin, coordinadora del libro colectivo Les Grecs contre l’Austérité (Los griegos contra la austeridad); militantes sindicales y muchos ciudadanos y ciudadanas que no participan habitualmente en las reuniones de la izquierda radical. Una auténtica reunión en un contexto en el que la unidad de acción entre resistentes es más necesaria que nunca. Es raro ver semejante diversidad y es importante señalar que la lucha contra las deudas ilegítimas constituye una temática que puede reunir a todo el mundo, aunque no es fácil.

sábado, 29 de julio de 2017

La narratura​ ​del capitalismo

Jorge Majfud, Alai

¿Realmente le debemos la modernidad al capitalismo?

Una de las afirmaciones que los apologistas del capitalismo más repiten y menos se cuestiona es aquella que afirma que este ha sido el sistema que más riqueza y más progreso ha creado en la historia. Le debemos Internet, los aviones, YouTube, las computadoras desde la que escribimos y todo el adelanto médico y las libertades sociales e individuales que podemos encontrar hoy.

El capitalismo no es el peor ni el menos criminal de los sistemas que hayan existido, pero esta interpretación arrogante es, además, un secuestro que la ignorancia le hace a la historia.

En términos absolutos, el capitalismo es el período (no el sistema) que ha producido más riqueza en la historia. Esta verdad sería suficiente si no consideramos que es tan engañosa como cuando en los años 90 un ministro uruguayo se ufanaba de que en su gobierno se habían vendido más teléfonos móviles que en el resto de la historia del país.

La llegada del hombre a la Luna no fue simple consecuencia del capitalismo. Para empezar, ni las universidades públicas ni las privadas son, en sus fundamentos, empresas capitalistas (excepto algunos pocos ejemplos, como el fiasco de Trump University). La NASA tampoco fue nunca una empresa privada sino estatal y, además, se desarrolló gracias a la previa contratación de más de mil ingenieros alemanes, entre ellos Wernher von Braun, que habían experimentado y perfeccionado la tecnología de cohetes en los laboratorios de Hitler, quien invirtió fortunas (cierto, con alguna ayuda económica y moral de las grandes empresas norteamericanas). Todo, el dinero y la planificación, fueron estatales. La Unión Soviética, sobre todo bajo el mando de un dictador como Stalin, ganó la carrera espacial al poner por primera vez en la historia el primer satélite, la primera perra y hasta el primer hombre en órbita doce años antes del Apollo 11 y apenas cuarenta años después de la revolución que convirtió un país atrasado y rural, como Rusia, en una potencia militar e industrial en unas pocas décadas. Nada de eso se entiende como capitalista.

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