El virus de la crisis soberana europea ha terminado por contagiar a la economía mundial. A ambos lados del planeta, tanto el paciente estadounidense como el asiático no han podido evitar mostrar ya signos de agotamiento en áreas clave como la actividad manufacturera, que comienza a contraerse tras varios años de saludable crecimiento. Un estigma que en el caso de Estados Unidos podría provocar una muerte súbita si el Congreso y la Casa Blanca no resuelven la oleada de recortes fiscales automáticos que se avecinan a finales de este año. Un hecho que caería como una losa no sólo para el producto interior bruto del país sino también arrastraría consigo al resto del mundo.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
martes, 10 de julio de 2012
Roubini: "La tormenta perfecta que viene superará a la de 2008"
Nouriel Roubini, ha afirmado que la tormenta perfecta que predijo hace meses ha comenzado a tronar sobre la economía mundial. "Por un lado tenemos la crisis en la Eurozona, la economía china y estadounidense se desaceleran, los emergentes están estancados y Oriente Medio es una bomba de relojería".
Desde su punto de vista, si la situación continúa, el elemento que diferencia a esta "tormenta perfecta" con la crisis financiera de 2008 es que por entonces "teníamos todas las balas de política monetaria y ahora nos estamos quedando sin conejos que sacar de la chistera", ha explicado en una entrevista a Bloomberg.
Desde su punto de vista, si la situación continúa, el elemento que diferencia a esta "tormenta perfecta" con la crisis financiera de 2008 es que por entonces "teníamos todas las balas de política monetaria y ahora nos estamos quedando sin conejos que sacar de la chistera", ha explicado en una entrevista a Bloomberg.
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La crisis en Europa vuelve al punto de partida
A una semana del término de la 19a Cumbre Europea presentada como la gran solución para desactivar los problemas inmersos en la crisis financiera que sufre Europa, toda la euforia inicial se ha desvanecido indicando que en vez de avanzar se retrocede. Y que se retrocede en grande. Todo vuelve al principio pero en un nivel más paupérrimo que el de hace cinco años, lo que da cuenta que a este ritmo la crisis se puede prolongar por otros diez años más. Y no es broma.
Los vítores iniciales que impulsaron a las bolsas a subir hasta un 5% en una sola jornada, fueron barridos con caídas generalizadas en todas las bolsas europeas y, lo que es peor, con un incremento sostenido en el costo de la deuda soberana de España e Italia. A fines de la semana pasada el costo de la deuda pública española escaló al 7 por ciento (ver gráfica), mientras el de la deuda pública italiana lo hacía sobre el 6 por ciento. Cruel paradoja para dos países que hace solo una semana se presentaban como los grandes ganadores de la 19a cumbre. Una vez más, vemos que todo no ha sido más que una farsa, o sainete, en la larga comedia de equivocaciones de los líderes europeos.
Lea el artículo en El Blog Salmón
Los vítores iniciales que impulsaron a las bolsas a subir hasta un 5% en una sola jornada, fueron barridos con caídas generalizadas en todas las bolsas europeas y, lo que es peor, con un incremento sostenido en el costo de la deuda soberana de España e Italia. A fines de la semana pasada el costo de la deuda pública española escaló al 7 por ciento (ver gráfica), mientras el de la deuda pública italiana lo hacía sobre el 6 por ciento. Cruel paradoja para dos países que hace solo una semana se presentaban como los grandes ganadores de la 19a cumbre. Una vez más, vemos que todo no ha sido más que una farsa, o sainete, en la larga comedia de equivocaciones de los líderes europeos.
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lunes, 9 de julio de 2012
El estado de bienestar occidental: su aparición y la desaparición del bloque soviético
James Petras, Rebelión
Uno de los rasgos socioeconómicos más asombrosos de las dos últimas décadas es la inversión del signo de la legislación sobre bienestar de la segunda mitad del siglo pasado en Europa y Norteamérica. Los recortes sin precedentes en servicios sociales, indemnizaciones por despido, empleo público, pensiones, programas sanitarios, estipendios formativos, periodos vacacionales y seguridad laboral vienen acompañados por el incremento de los gastos de la educación, la fiscalidad regresiva y la edad de jubilación, así como por el aumento de las desigualdades, la inseguridad laboral y la aceleración del ritmo en los centros de trabajo.
La desaparición del «Estado de bienestar» echa por tierra la idea expuesta por los economistas ortodoxos, que sostenían que la «maduración» del capitalismo, su «estado de desarrollo avanzado», su alta tecnología y la sofisticación de sus servicios vendrían acompañadas de mayor bienestar y niveles de vida más altos. Aunque es cierto que «servicios y tecnología» se han multiplicado, el sector económico se ha polarizado aún más entre los empleados minoristas mal remunerados y los agentes de bolsa y financieros muy ricos. La informatización de la economía ha desembocado en la contabilidad electrónica, los controles de costes y los movimientos acelerados de fondos especulativos en busca del máximo beneficio, mientras que, al mismo tiempo, han sido preludio de reducciones presupuestarias brutales en los gastos sociales.
Uno de los rasgos socioeconómicos más asombrosos de las dos últimas décadas es la inversión del signo de la legislación sobre bienestar de la segunda mitad del siglo pasado en Europa y Norteamérica. Los recortes sin precedentes en servicios sociales, indemnizaciones por despido, empleo público, pensiones, programas sanitarios, estipendios formativos, periodos vacacionales y seguridad laboral vienen acompañados por el incremento de los gastos de la educación, la fiscalidad regresiva y la edad de jubilación, así como por el aumento de las desigualdades, la inseguridad laboral y la aceleración del ritmo en los centros de trabajo.
La desaparición del «Estado de bienestar» echa por tierra la idea expuesta por los economistas ortodoxos, que sostenían que la «maduración» del capitalismo, su «estado de desarrollo avanzado», su alta tecnología y la sofisticación de sus servicios vendrían acompañadas de mayor bienestar y niveles de vida más altos. Aunque es cierto que «servicios y tecnología» se han multiplicado, el sector económico se ha polarizado aún más entre los empleados minoristas mal remunerados y los agentes de bolsa y financieros muy ricos. La informatización de la economía ha desembocado en la contabilidad electrónica, los controles de costes y los movimientos acelerados de fondos especulativos en busca del máximo beneficio, mientras que, al mismo tiempo, han sido preludio de reducciones presupuestarias brutales en los gastos sociales.
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domingo, 8 de julio de 2012
La gran ilusión de Europa
Paul Krugman, El País
A lo largo de los últimos meses, he leído varias valoraciones optimistas sobre las perspectivas de Europa. Curiosamente, sin embargo, ninguna de estas valoraciones sostiene que la fórmula de redención a través del sufrimiento dictada por Alemania para Europa tenga alguna posibilidad de funcionar. En lugar de eso, el motivo del optimismo es que el fracaso —en concreto, la ruptura de la zona euro— sería un desastre para todos, incluidos los alemanes, y que al final esta perspectiva inducirá a los dirigentes europeos a hacer lo que haga falta para resolver la situación.
Espero que este argumento sea acertado. Pero cada vez que leo un artículo en línea con esto, me viene a la mente Norman Angell.
¿Quién? Allá por 1910, Angell publicó un famoso libro titulado The Great Illusion (La gran ilusión) que sostenía que la guerra se había quedado obsoleta. El comercio y la industria, señalaba, no la explotación de los pueblos sometidos, eran las claves de la riqueza nacional, de modo que los enormes costes de la conquista militar no podían reportar ningún beneficio.
A lo largo de los últimos meses, he leído varias valoraciones optimistas sobre las perspectivas de Europa. Curiosamente, sin embargo, ninguna de estas valoraciones sostiene que la fórmula de redención a través del sufrimiento dictada por Alemania para Europa tenga alguna posibilidad de funcionar. En lugar de eso, el motivo del optimismo es que el fracaso —en concreto, la ruptura de la zona euro— sería un desastre para todos, incluidos los alemanes, y que al final esta perspectiva inducirá a los dirigentes europeos a hacer lo que haga falta para resolver la situación.
Espero que este argumento sea acertado. Pero cada vez que leo un artículo en línea con esto, me viene a la mente Norman Angell.
¿Quién? Allá por 1910, Angell publicó un famoso libro titulado The Great Illusion (La gran ilusión) que sostenía que la guerra se había quedado obsoleta. El comercio y la industria, señalaba, no la explotación de los pueblos sometidos, eran las claves de la riqueza nacional, de modo que los enormes costes de la conquista militar no podían reportar ningún beneficio.
La lucha de clases en Europa y las raíces de la crisis económica mundial
François Chesnais, Sin Permiso
Después de haber sido presentada durante mucho tiempo como “deuda de los Estados”, la crisis de los bancos europeos y del euro se desarrolló con rapidez creciente a partir de octubre de 2011. Su marco es la crisis económica y financiera mundial en curso desde hace más de cuatro años y constituye un momento de la misma en el terreno específicamente financiero. En las primeras fases de la crisis, el epicentro de la misma estuvo en Wall Street y la City. La dimensión y alcance del shadow banking system y la debilidad de las medidas de seguridad introducidas después de las declaraciones del G20 de Londres en mayo 2009 hacen que estos dos centros neurálgicos de las finanzas, tarde o temprano, marcharán hacia nuevas convulsiones financieras. Por el momento, el escenario está en Europa y la zona del euro. Desde mediados de octubre, para seguir la crisis harían falta un artículo o más por semana. Lo impiden tanto la periodicidad de Carré rouge como los objetivos del colectivo que la edita. Este artículo toma distancia de la situación inmediata.
Después de haber sido presentada durante mucho tiempo como “deuda de los Estados”, la crisis de los bancos europeos y del euro se desarrolló con rapidez creciente a partir de octubre de 2011. Su marco es la crisis económica y financiera mundial en curso desde hace más de cuatro años y constituye un momento de la misma en el terreno específicamente financiero. En las primeras fases de la crisis, el epicentro de la misma estuvo en Wall Street y la City. La dimensión y alcance del shadow banking system y la debilidad de las medidas de seguridad introducidas después de las declaraciones del G20 de Londres en mayo 2009 hacen que estos dos centros neurálgicos de las finanzas, tarde o temprano, marcharán hacia nuevas convulsiones financieras. Por el momento, el escenario está en Europa y la zona del euro. Desde mediados de octubre, para seguir la crisis harían falta un artículo o más por semana. Lo impiden tanto la periodicidad de Carré rouge como los objetivos del colectivo que la edita. Este artículo toma distancia de la situación inmediata.
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sábado, 7 de julio de 2012
Paul Krugman: "Las probabilidades de derrumbe del euro aumentan día a día"
Para Paul Krugman, el BCE, "es la única institución que está en condiciones de hacer algo y no da signos de tomar medidas urgentes". Ante este panorama, Krugman dice que "las probabilidades de derrumbe del euro aumentan día a día". Como he apuntado en este post, España se encamina a un cierre de los mercados financieros. Por ello Krugman dedica su último artículo en el New York Times, a España y a la complicada situación que vive el país, con dificultades para colocar su deuda en el mercado que sigue en la frontera del 7 por ciento.
Incremento en el costo de la deuda indica que España se acerca a la exclusión financiera
La insolvencia de la banca y del gobierno español ha vuelto a disparar el costo de la deuda soberana demostrando que la actual crisis financiera está muy lejos de resolverse. De nada han servido los anuncios de rescate de la UE, las cumbres, cada vez más frecuentes para allanar vías de solución; las millonarias inyecciones a la banca o los recortes draconianos del gobierno de Rajoy. España camina rumbo al precipicio y la prueba fehaciente la da el incremento de la deuda soberana que no cede y ha vuelto a instalarse en la frontera mortal del 7 por ciento.
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