martes, 23 de febrero de 2010

"Invictus" y el liderazgo transformacional


La última película de Clint Eastwood tiene un claro mensaje frente a los tiempos que corren. Y si bien este mensaje puede tener un receptor directo en Barack Obama, la idea de un mensaje global donde lo que se requiere es justamente un liderazgo global y una visión global para enfrentar los problemas que aquejan a toda la humanidad, le hace adquirir una trascendencia clave.

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Que la crisis la paguen quienes las provocan

Esto esta tomado de la página de Attack

Bajo la dictadura de las finanzas y las políticas neoliberales, la mayoría de la población mundial ha sido y es víctima de la explotación económica y la marginación política, sobre todo en los países del Sur. Pero también en Europa y en el Estado Español la globalización capitalista afecta a todos los ámbitos de nuestra vida, sobre todo tras el estallido de la crisis, haciéndonos rehenes y cómplices de un sistema injusto y un modelo de desarrollo no sostenible que provoca deuda externa, saqueo de recursos naturales, cambio climático irreversible y exclusión, represión y xenofobia hacia los sectores sociales más frágiles o más críticos, que con frecuencia son criminalizados.

La propia construcción monetarista y neoliberal de la Unión Europea que ha favorecido la espiral financiera y especulativa, así como el incremento vertiginoso de la deuda pública y privada de los estados europeos, es puesta en tela de juicio con el desarrollo de la presente crisis financiera y económica. La “Estrategia de Lisboa”, programa de actuación neoliberal que tenía como objetivos el pleno empleo, el incremento de la cohesión social y la reducción drástica de la pobreza en 2010, a la vista de los resultados, ha sido un completo fracaso. Sin embargo, las tímidas críticas al neoliberalismo iniciadas tras el estallido de la crisis son abandonadas tan pronto afloran débiles signos de recuperación. Como demuestra la crisis económica griega, las promesas etéreas de ayuda de los organismos de la UE son condicionadas a la aplicación de un programa de ajuste neoliberal, draconiano, que prepara las condiciones de una tragedia social, económica y política en ese pais.

Naomi Klein: Haití es un país acreedor, no deudor


The Nation

Si creemos a los ministros de Finanzas del G-7, Haití está a punto de conseguir algo que se merecía desde mucho tiempo atrás: el "perdón" total de su deuda externa. En Puerto Príncipe, el economista haitiano Camille Chalmers ha estado siguiendo estos acontecimientos con un optimismo cauto. La cancelación de la deuda es un buen comienzo, dijo a Al Jazeera en su versión anglo, pero "es tiempo de ir más allá. Tenemos que hablar sobre reparaciones e indemnizaciones por las devastadoras consecuencias de la deuda". En su declaración, la idea de que Haití es un país deudor, necesita ser abandonada. Haití, argumenta, es un acreedor –y somos nosotros, en Occidente, quienes estamos demorados en el pago de nuestras obligaciones-.

Nuestra deuda con Haití proviene principalmente de cuatro fuentes: la esclavitud, la ocupación estadounidense, la dictadura y el cambio climático. Estos reclamos no son fantasiosos, ni puramente retóricos. Se basan en múltiples violaciones de normas y acuerdos legales. Aquí, aunque demasiado brevemente, se ofrecen algunos aspectos destacados del caso haitiano.

lunes, 22 de febrero de 2010

Alternativas para enfrentar el futuro

- Un modelo cuantificado para la creación de empleo. Ramón Morata nos presenta este libro realizado por el equipo Multidis que investiga las raíces de la crisis española y busca las alternativas para la creación de empleo. A través del análisis de tres desequilibrios axiológicos (Necesidades, Paro y Financiamiento), los autores sostienen que se requiere de un pacto nacional para lograr un consenso unificador de fuerzas. Quizá parte de esto comience esta semana con las reuniones entre el gobierno de Zapatero y la oposición encabezada por Rajoy para enfrentar el futuro de España.

- Barry Eichengreen señala que Europa debe crear un mecanismo de financiación de emergencia adecuado para rescatar a Grecia, dado que sólo esto dará credibilidad a la Unión Europea. Por eso que la crisis de Grecia puede ser El caballo de Troya de Europa que la lleve a una integración política más profunda.

- José Amorós en Retales de Economía pone nuevamente el dedo en la llaga al denunciar que de los 5.462 millones de euros en ayudas públicas a las empresas españolas durante el año pasado, apenas el 3,4% ha ido a parar a las pymes, llevándose las grandes empresas las sumas más importantes. Es el colmo.


- Wolfgan Münchau, director asociado de Financial Times y presidente de Eurointelligence ASBL: Por qué me preocupa más España que Grecia

Más Lecturas:
- El comienzo de la cesasión de pagos a nivel mundial
- Immanuel Wallerstein: El caos como cosa cotidiana
- Michael Hudson: El camino a la servidumbre de Letonia
- El “síndrome santander”: la pesca de incautos de londres
- Molk: Nada debemos a la Unión Europea

Repensando la política macroeconómica

En relación a la actual crisis, ha habido un profundo debate en torno a las políticas macroeconómicas que se daban como perfectas y que han terminado desplomando a la economía global. En artículos como El Consenso de Washington en crisis o Fundamentalismo y realismo en economía, he planteado que gran parte de este fenómeno recesivo responde a situaciones que se arrastran durante décadas, y cuya falla está mucho más allá de la crisis subprime o la caída de Lehman Brothers. Esta falla interna obligó a los gobiernos de todo el mundo a reaccionar al unísono para evitar un descalabro aún mayor.

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sábado, 20 de febrero de 2010

Economía mundial bajo la amenaza de la inflación

Durante el año pasado muchos advirtieron que los planes de estímulo constituían el germen de una inflación que tarde o temprano destruiría el valor del dinero que tanto nos costó ganar. Ahora estamos en ese momento. Los mercados de bonos soberanos, desde los mínimos de diciembre de 2%, han subido 170 puntos básicos en seis meses. Y aunque la inflación se ha mantenido a raya, la pregunta es: ¿estamos a las puertas de la inflación?.

En gran parte del mundo, los indicadores comenzaron a reflejar cifras superiores a las esperadas. Los precios al productor en Estados Unidos subieron 1,4%, 60 puntos básicos más que lo pronosticado. En Canadá, los precios al consumidor treparon a su mayor ritmo en más de un año. Mientras tanto, el comité de política monetaria británica escribió otra carta al Tesoro explicando por qué la inflación está en un punto porcentual superior a la meta. Los países, desde Israel hasta Indonesia, también están teniendo problemas para contener los precios.

Muchas de estas rachas se deben a que aumentaron los costos de la energía y de los alimentos. Las comparaciones directas interanuales siempre fueron poco favorecedoras, pero deberían moderarse con el correr de los meses. También hay señales de que los precios reciben presiones en algunas mediciones importantes, por ejemplo las de los medicamentos de venta bajo receta en Estados Unidos. Si bien es correcto observar tendencias que no incluyan energía y alimentos, sería incorrecto buscar seguridad en los números benignos. Después de todo, los valores del combustible y del arroz importan tanto a los europeos como a los vietnamitas. Y si esos productos se vuelven más caros, las expectativas inflacionarias pronto pueden irse para arriba.

Quizás ya esté sucediendo eso. La tasa de inflación de equilibrio para los bonos del Tesoro a 5 años subió aún más en las últimas semanas. Eso es preocupante. Pero eso no garantiza inflación -la tasa de 1,9% todavía es bastante inferior al nivel de comodidad de 2,5% de la Reserva Federal y a la norma anterior a la crisis-. Seguramente, si la Fed estuviera preocupada estaría preparando a los mercados para un incremento en la tasa de Fondos Federales. En cambio, los pequeños ajustes a la tasa de descuento -casi irrelevante hoy en día-, sugiere que la Fed está relajada en lo que respecta a la inflación. Nadie debería estarlo.

jueves, 18 de febrero de 2010

Robert Mundell afirma que la mayor amenaza para el euro es Italia

La italia de Berlusconi es la mayor amenaza para el euro, de acuerdo al economista Robert Mundell. De esta manera, la crisis de la moneda europea que se inició en Grecia, se trasladó a Portugal y después a España, llega ahora a Italia.

La península se ha convertido en el nuevo blanco de las especulaciones por sus cuentas públicas y por el uso de derivados por parte de sus ayuntamientos para "esconder" deudas. En palabras del Nobel de Economía, Robert Mundell, "Italia es la mayor amenaza para el euro". Grecia podría emitir bonos a 10 años la semana que viene por 5.000 millones.

Ayer, el Tribunal de Cuentas italiano (Corte dei Conti) advirtió de que los derivados que habían adquirido los municipios del país pondrían en peligro las finanzas públicas durante décadas. Y es que el uso de derivados no se limita a los gobiernos, como en el caso de Grecia o la propia Italia, que los utilizó para unirse al euro.

El problema no es pequeño, ya que el tribunal calcula que unos 500 municipios tienen contratos por valor de 35.000 millones de euros, cantidad equivalente a un tercio del total de la deuda conjunta de las regiones, provincias y ayuntamientos.

Este tipo de contratos estaban diseñados, entre otras cosas, para cubrir los riesgos que suponen las variaciones de los tipos de interés para las emisiones de bonos. Sin embargo, al igual que en Grecia, se utilizaron para obtener liquidez para el gasto corriente o incluso, según el tribunal, con "fines especulativos".

El Gobierno italiano permitió este tipo de maniobras en 2002, pero el año pasado las prohibió y obligó a que toda la liquidez obtenida por estos medios tuviera que ser contabilizada como deuda. Aún con todo, los municipios italianos se enfrentan a pérdidas potenciales enormes, que en 2008, según el Banco de Italia, ascendieron a casi 2.000 millones de euros. El único respiro es que al estar muchos de ellos ligados a los tipos de interés, la bajada de los mismos ha aliviado las pérdidas.

La batalla entre las instituciones y los bancos ya se ha trasladado a los tribunales. El año pasado, por ejemplo, fueron incautados 476 millones a JP Morgan, Deutsche Bank y UBS, entre otros, acusados de haber estafado al ayuntamiento de Milán con contratos de derivados. Por otro lado, Italia, cargada con la segunda deuda más onerosa de la Eurozona, es la "mayor amenaza" para la economía del bloque de 16 miembros, según el premio Nobel de Economía Robert Mundell.

"Italia tiene que preocuparse", dijo ayer Mundell, profesor en la Universidad de Columbia, en una entrevista a Bloomberg en Nueva York. "Sería muy difícil rescatar a Italia. Tenemos que asegurarnos de que lo que se haga con Grecia, y posiblemente con Portugal y quizá con Irlanda, salve a Italia de ese problema".

Las autoridades italianas han tratado de impedir que se meta a Italia en el mismo saco que a otras economías menores de la Eurozona, las cuales han creado preocupación respecto de su capacidad para controlar sus déficits y deudas. El primer ministro Silvio Berlusconi dijo el 10 de febrero que esos países estaban "mucho peor" que Italia y que "los mercados nos brindaron su confianza".

Mundel explicó que el alto nivel de deuda de Italia crearía problemas para toda la región del euro si los crecientes costes financieros dificultan el pago de intereses por los préstamos del país. Italia tiene una deuda de cerca de 1,8 billones de euros, más de cinco veces la de Grecia y el equivalente de alrededor de un cuarto de la deuda de la Eurozona. El déficit italiano es del 5,3% del PIB, mucho menos que los de España o Grecia. Sin embargo, los bonos italianos a 10 años cotizan con un diferencial respecto al bund alemán de 85 puntos básicos, en niveles muy similares a los de los bonos españoles.

El FMI defiende la credibilidad y la fortaleza de las instituciones españolas y portuguesas

En clara referencia a la situación de Grecia, un informante del FMI declaró que España y Portugal muestran diferencias estructurales respecto a otros países de la zona euro, destacando la gran fortaleza de sus instituciones y su credibilidad:
"No queremos especular sobre los últimos acontecimientos en los mercados, pero sí quiero señalar, sobre Portugal y España, que vemos diferencias entre sus circunstancias y las de otras áreas de la zona euro", declaró David Hawley, del FMI.


Entre esas diferencias está "la fortaleza de sus instituciones y estadísticas nacionales, su credibilidad y buen historial", añadió Hawley, en clara referencia a Grecia.

España, que cerró 2009 con una caída del 3,6% del PIB y que ostenta el peor índice de desempleo de la zona euro, tiene graves dificultades presupuestarias, que han llevado en los últimos tiempos a movimientos especulativos en los mercados internacionales.

La UE decidió esta semana poner bajo tutela presupuestaria casi total a Grecia, una acción sin precedentes desde la creación de la moneda única europea, para atajar su nivel de déficit público. Por otro lado, el FMI ha asegurado que su papel en Grecia se limita a aconsejar a las autoridades sobre las cuestiones de reforma presupuestaria, tal como solicitó el país.

La misión técnica del organismo en Atenas en enero se ocupó de "cuestiones de administración fiscal, de política fiscal, de gestión presupuestaria y de reforma de las pensiones", declaró David Hawley.

"Grecia no ha reclamado apoyo financiero del Fondo", recordó el portavoz, que destacó que los Estados miembros de la institución "piden en forma rutinaria el peritaje del Fondo en materia de asistencia técnica".

Así es como Goldman Sachs juega con el dinero de la gente



Hay algo escandaloso en la forma en que Wall Street estafa a los contribuyentes. Los préstamos de dinero de la Reserva Federal a Goldman Sachs tienen el 0,25% de interés anual. Es decir que Goldman Sachs toma prestado el dinero casi libre de interés de la Reserva Federal.

Pero en lugar de prestar ese dinero a las pequeñas empresas, Goldman Sachs lo apuesta en el mercado de valores. Es decir, sigue operando igual que antes de la crisis; cuando hizo esa apuesta perdedora que obligó el rescate del gobierno.

Los hechos demuestran que todo sigue igual que antes: si Goldman Sachs hace una apuesta ganadora, mantiene el 100% de las ganancias. Así lo hizo durante el año pasado, obteniendo las ganancias que comenzarán a repartirse la próxima semana entre los ejecutivos: 23.000 millones de dólares. A los contribuyentes no les toca nada. Pese a que sin ellos, Goldman Sachs no existiría.


La forma en que Goldman Sachs gana dinero es apostando miles de millones de dólares al día. Todo para Goldman es la apuesta rápida del día. No invierte en el largo plazo. Así es como Goldman Sachs gana, mientras los contribuyentes pierden. Esto es lo que quiere cambiar Paul Volcker.

Volcker está pidiendo una versión moderna de la Ley Glass-Steagall para separar los bancos comerciales de la banca de inversión. Esta separación prohibiría a los bancos comerciales participar en operaciones por cuenta propia con fondos de su división comercial. De acuerdo a la Ley Glass-Steagall de 1933, Goldman Sachs no podría utilizar el dinero de los depositante para comprar acciones, sacando el dinero de su cuenta de ahorros sin el conocimiento del propio depositante.

Este es un aspecto central de la reforma financiera que debe realizarse para detener el abuso y el descalabro global que está en el fondo de la actual crisis financiera que afecta a todo el mundo.

martes, 16 de febrero de 2010

Paul Krugman: Anatomía de un eurodesastre

Esta es una traducción al español del artículo de Paul Krugman publicado en The New York Times: Anatomía de un eurodesastre. Es una buena síntesis de los problemas que afectan a Europa y, sobretodo a España, donde la moneda única da cuenta de sus serias debilidades. ¿Hay que terminar con el euro?. No, por nada, solo complicaría más la crisis. Hay que completar aquello que no se hizo cuando se instaló el euro: integrar en forma más coherente el mercado laboral europeo y alinear las políticas públicas como si toda Europa fuera un solo país.
Este es el artículo de Krugman:


Buena parte de la cobertura mediática de los problemas de la eurozona se ha centrado en Grecia, lo que es comprensible: Grecia está contra las cuerdas, más que cualquier otro país. Pero la economía griega es muy pequeña. De hecho, en términos económicos, el corazón de la crisis está en España, que es un país mucho más grande. Y, tal como he tratado de señalar en numerosos posts, los problemas de España no son, pese a lo que podamos haber leído, el resultado de una irresponsabilidad fiscal. Bien al contrario, los problemas de España ponen de manifiesto los "shocks asimétricos" que tienen lugar dentro de la eurozona, shocks que siempre hemos sabido que constituían un problema, pero que han resultado ser un problema aun mayor que el que los euroescépticos temían.

Así que pensé que podría ser útil explicar, a partir de un puñado de gráficos, cómo se metió España en la situación actual (toda la información que manejo procede de la base de datos del FMI World Economic Outlook Database). En la historia que voy a contar hay cierta simplicidad clásica -prácticamente se trata de un ejemplo de manual-; desgraciadamente, millones de personas están sufriendo sus consecuencias.
La historia empieza con la burbuja inmobiliaria. En España, al igual que en otros varios países, incluido el nuestro, los precios de los bienes raíces se dispararon a partir del año 2000. Esto llevó a masivas entradas de capital. De este modo, en Europa, mientras que Alemania lograba un enorme superávit por cuenta corriente, España y otros países periféricos sufrían un déficit enorme. Presento a continuación la comparación del saldo por cuenta corriente como porcentaje del PIB de Alemania y de España entre 2000 y 2009:



Estas enormes entradas de capital produjeron el clásico problema de las transferencias: elevaron la demanda de bienes y servicios españoles, lo que llevó a España a una inflación substancialmente superior a la de Alemania y a la de otros países con superávit. A continuación se ofrece una comparación de los deflactores del PIB (recuérdese que ambos países se encuentran en el euro, de modo que la diferencia refleja un aumento de los precios relativos españoles):


Pero entonces la burbuja estalló, lo que dejó a España con una demanda interior muy reducida -y bien poco competitiva en el seno de la zona euro, como consecuencia del aumento de sus precios y costes laborales. Si España hubiese tenido su propia moneda, ésta se hubiese podido apreciar durante la burbuja inmobiliaria, para depreciarse tras el fin de la misma. Pero, habida cuenta de que ni la tenía ni la tiene, España parece hoy estar condenada a sufrir años de acusada deflación y de altos índices de paro.

¿Qué papel juegan los déficits presupuestarios en todo esto? La situación presupuestaria española gozaba de muy buen aspecto durante los años del boom. Ahora se enfrenta a enormes déficits, pero esto es una consecuencia, y no la causa, de la crisis: la renta ha caído en picado y el gobierno ha gastado mucho dinero tratando de paliar el paro. Veámoslo en este gráfico, en el que se muestra el saldo presupuestario como porcentaje del PIB de los dos países considerados:


Así pues, ¿de quién es la culpa de todo eso? De nadie, en un sentido. En otro sentido, la élite de la política europea debe cargar con la responsabilidad: ella empujó con firmeza hacia la moneda única, desatendiendo advertencias que señalaban que exactamente este tipo de cosas podían suceder (aunque, como decía, ni siquiera los euroescépticos imaginaron en algún momento que las cosas podrían ir tan mal).

¿Estoy haciendo, pues, un llamamiento al desmantelamiento del euro? No: los costes de deshacer el desaguisado serían inmensos y altamente perjudiciales. Creo que Europa se encuentra ahora atrapada en su propia creación -el euro-, y necesita avanzar tan rápido como sea posible hacia el tipo de integración fiscal y de los mercados laborales que haría de tal creación una opción algo más factible.

Pero ¡ay! ¡Menudo desastre!


Traducción de Sin Permiso

lunes, 15 de febrero de 2010

Para Krugman, el eurodesastre lo explica la arrogancia del euro

Para el economista Paul Krugman, si España fuera un Estado norteamericano en vez de un país europeo, su situación económica no sería "tan mala". La culpa de los problemas por los que atraviesa Europa fue "la arrogante creencia" de que el continente podría trabajar con una moneda única.

En un artículo publicado por Krugman en The New York Times, The Making of a Euromess, Krugman establece similitudes entre la situación de Florida y España y cree que, si el país fuera un Estado norteamericano, los costos y los precios no se habrían disparado tanto.
"Florida, que entre otras cosas fue capaz de atraer libremente trabajadores de otros estados y mantener los costos laborales bajos, nunca padeció nada parecido a la inflación española. España hubiera recibido más apoyo automático en la crisis", explica.

En este sentido, recalca que España, antes de la crisis, aparecía como un modelo fiscal, con una deuda por debajo del 43% del PIB en 2007, comparada con el 66% de Alemania, una regulación bancaria ejemplar y superávits presupuestarios. "Pero con sus buenas temperaturas y sus playas, España era la Florida de Europa y, tal como Florida, experimentó un gran 'boom' inmobiliario".

La verdadera historia del 'eurodesastre' no radica en el libertinaje de los políticos, sino en la arrogancia de las élites, especialmente las élites políticas que empujaron a Europa a adoptar la moneda única antes de que el continente estuviera preparado para este experimento".

Ha sido la inflexibilidad del euro, y no el déficit, lo que ha agravado la crisis en España y otros países europeos. Más aún cuando hubo gobiernos irresponsables que se dejaron seducir por la tentación de la moneda única, y políticos que actuaron con arrogancia al pensar que Europa estaba preparada para ello.

La Breve Historia de "Casi Todo"



Este es un sorprendente trabajo de animación hecho a mano que en apenas tres minutos resume determinados hitos trágicos y cómicos de la historia. Las relaciones con Mel Brooks (La loca historia del mundo) o Monthy Python, saltan a la vista. Y aunque la idea de la evolución inicial no es del todo correcta, la idea de un mundo salvaje donde el pez grande se come al pez chico, está en la base de la codicia que originó la actual crisis global. Merece verse.

No tengo claro al autor, pero al parecer se trata de Esquimal desplazado: http://www.youtube.com/watch?v=gNYZH9kuaYM


viernes, 12 de febrero de 2010

Cómo enfrentarse al desequilibrio económico global

Las propuestas de Barack Obama están destinadas a limitar el tamaño de los bancos de Wall Street, pero el gobernador del Banco de Inglaterra afirma que es necesario tomar medidas audaces para impedir otra crisis financiera.
Este artículo lo escribio Larry Elliot para The Guardian, y fue publicado en español en Sin Permiso


El mundo de postguerra se edificó sobre tres principios esenciales. El primero es que los gobiernos debían mostrarse activos en su economía nacional a fin de promover el crecimiento. El segundo era que debían cooperar internacionalmente para garantizar que fuera compatible la estrategia de cada uno de ellos. El tercero, que a menos que el capital en general y el sector financiero en particular estuvieran controlados, se demostraría casi imposible alcanzar los dos primeros objetivos.

Poco a poco estamos volviendo a algo parecido a la visión mundial de la Edad de Oro. Ya no hay un Telón de Acero que deje fuera del mercado a miles de millones de personas. Y se reconoce, de un modo que en absoluto podían percibir los planificadores de la política de las décadas de 1950 o 60, que se produce una inherente tensión entre el crecimiento y el medio ambiente. La oportunidad perdida en Copenhague en diciembre pasado constituye un saludable aviso contrario a dar por hecho que los gobiernos "lo captan". Lo captan poco a poco, pero todavía tienen que llegar a ver la foto completa.

El anuncio hecho la semana pasada por Barack Obama fue una indicación más del rumbo que lleva el viaje. Dicho con sencillez, la Casa Blanca quiere limitar tanto el alcance como el volumen de la banca de Wall Street. El momento escogido se vio condicionado por la victoria republicana en Massachusetts, pero las reformas, propuestas por Paul Volcker, están destinadas a retrasar el reloj a aquellos días en que los bancos veían como tarea esencial por su parte canalizar el ahorro a la inversión, en lugar de jugar en los mercados con el dinero de sus clientes.

Pero hay cosas a las que objetar en las propuestas de Obama. La administración tiene que dar cuerpo a lo que intenta hacer para limitar las reestructuraciones en el seno de la industria de servicios financieros y, en potencia, hay una laguna importante en la buena disposición de permitir que los bancos continúen con el comercio de propiedad si beneficia a sus clientes. A diferencia de la Ley Glass-Steagall de 1933, la norma de Volcker no establece una rápida y tajante división entre las operaciones comerciales de la banca y sus actividades más especulativas, ni parece garantizar tampoco que los bancos no utilicen la fortaleza de la banca comercial para asegurarse una posición dominante en los mercados de capital. Hay un amplio margen para que Wall Street despliegue su considerable poder como grupo de presión a fin de aguar –y quizás incluso de hacer descarrillar– el paquete de reformas.

Pero quienes se oponen a las propuestas de la Casa Blanca deben andarse con cuidado, porque las justificaciones de las reformas no se basan sólo en lo que sería bueno para la economía sino en lo que es correcto. Al asumir que podía enriquecerse a costa del contribuyente, Wall Street ha perdido la poca autoridad moral que alguna vez haya podido tener. Las primas extra [“bonuses”] en un momento en el que el desempleo norteamericano se cifra en un 10% lo han convertido en una cuestión moral, que es la razón por la cual Roosevelt tuvo pocas dificultades a la hora de leerle la cartilla a los bancos en la década de 1930. Les resultará muy difícil a la banca mantener que sus actividades benefician a todo el mundo y no sólo a ellos mismos. La gente ya no se lo traga, y por una buena razón: que es falso.

Dicho esto, la reforma de los bancos es sólo la mitad del cuento, puesto que, como hizo notar Mervyn King [gobernador del Banco de Inglaterra] la semana pasada, todavía queda por resolver la cuestión de qué hacer con los desequilibrios de la economía global. Durante un cierto periodo, la conmoción causada por el derrumbe financiero de 2007 y 2008 condujo a superávits más reducidos para las grandes naciones exportadoras y déficits menores en el caso de las naciones importadoras. En los últimos meses, sin embargo, los desequilibrios han vuelto a empeorar una vez más.

El gobernador del Banco de Inglaterra tiene sin duda razón cuando afirma que la acción urgente adoptada por los bancos centrales y ministros de economía –tasas de interés más bajas, ajustes cuantitativos [imprimir moneda y ponerla en circulación]– son el equivalente tan solo de poner "una enorme tirita encima de las heridas". Tiene también razón al afirmar que harán falta acciones igualmente audaces para impedir la reaparición de la crisis, puesto que en la década de los 90 y los primeros años posteriores al 2000, se vio la incapacidad para enfrentarse a las consecuencias de la globalización.

Esto se convertirá, en realidad, en algo más apremiante, antes que menos, en el caso de que se abra paso la reforma radical de las finanzas globales. En los días anteriores al crac, la banca internacional actuaba como elemento de absorción de las conmociones producidas por los desequilibrios globales, tomando los excedentes de las grandes naciones exportadoras, como China y Japón, y reciclándolos en las economías de las naciones deficitarias, como los Estados Unidos y Gran Bretaña. Las finanzas suministraron el cableado –si bien un cableado defectuoso– del sistema económico global.

King lo expresa del siguiente modo: "El modelo de países pobres que ahorran mucho y países ricos que piden prestado no era sostenible...los flujos masivos de capital de los recién llegados a los mercados financieros internacionales impulsaron a la baja los tipos de interés y animaron a correr riesgos a una escala extraordinaria. Los bancos aumentaron sus balances y se crearon nuevos instrumentos para satisfacer la búsqueda de rendimientos”.

"En los cinco años anteriores a 2007, casi se triplicaron los balances de los mayores bancos del Reino Unido. La acumulación de riesgos llegó a amenazar la estabilidad del conjunto del sistema financiero. Los flujos de capital proporcionaron el combustible al que el sistema financiero inadecuadamente diseñado y regulado del mundo desarrollado prendió después fuego causando tormentoso incendio del que fuimos todos pasto".

Todo lo cual suscita dos preguntas. ¿Por qué los responsables de los bancos centrales, King incluido, no hicieron algo en ese momento, elevando los intereses a un nivel que podría haber impedido la creación de las burbujas de activos. Albert Edwards, analista de la Société Générale, se muestra mordaz respecto a la laxa política monetaria de la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra durante los años de la burbuja. Haciendo uso de la llamada regla de Taylor, modelo que estima el nivel adecuado de las tasas de interés dependiendo del margen que hay entre la inflación real y el objetivo de inflación, y el del producto interior bruto real comparado con el PIB potencial, tasas que estaban demasiado bajas en los EE.UU. entre 2002 y 2006, creando condiciones fértiles para el auge inmobiliario.

Los bancos centrales, tal como lo ve Edwards, son en buena medida responsables de la crisis y han sido cómplices en la redistribución de la renta de las clases medias a los muy ricos. Sea esto verdad o no, desde luego la crisis ha puesto punto final a la idea de que entregar la política monetaria a los bancos independientes garantiza necesariamente un mejor resultado. Puestos a ello, los tecnócratas son tan capaces de pifiarla como los políticos.

La segunda cuestión es aún más importante, y vuelve a la inacabada labor de la conferencia de Bretton Woods en 1944, a saber, cómo alcanzar un acuerdo a escala global que se enfrente a los desequilibrios. Una debilidad fundamental de Bretton Woods consistía en que todo el peso del ajuste recaía enteramente sobre las naciones deudoras; esos países que mantienen déficits comerciales tenían que tomar medidas para frenar las importaciones, pero no había exigencia a las naciones acreedoras de que estimularan las exportaciones. El problema es aún más difícil de resolver hoy en día, no sólo porque ningún arreglo internacional entrañaría un acuerdo con bastantes más países sino porque no hay forma evidente de ejercer presión sobre la principal nación acreedora –China– para que tome medidas políticas.

En teoría, la solución es sencilla. China debería aceptar una revalorización significativa al alza del renminbi, que hiciera sus exportaciones significativamente más caras. Debería instalar un sistema de seguridad social más generoso de manera que los consumidores tengan que ahorrar menos en atención sanitaria y educación.

Acaso el nuevo foro de gestión económica global –el G-20– pueda encontrar una solución al problema que dejó perplejo a Keynes en 1944. Si no puede, las naciones deudoras se verán forzadas a enfrentarse a un descarnado dilema: o sacudidas financieras con carácter semipermanente o proteccionismo, tal y como admiten ya muchos analistas de la City con visión de futuro.

_______________
NOTA T.: John B. Taylor, de la Universidad de Stanford, propuso a las autoridades monetarias en 1993 una regla de política que les ayudaría a estabilizar la producción real alrededor de una meta y a controlar la inflación. Su regla de política se apoya en una tasa de interés nominal que, cuando el PIB real y la tasa de inflación exceden su objetivo, se incrementa para generar un aumento de la tasa de interés real y así reducir la demanda agregada. Al revés, si la inflación y el PIB real caen por debajo del objetivo, recomienda recortar la tasa de interés nominal para aumentar la demanda agregada por la vía de un aumento de la tasa de interés real. Así, según Taylor, la tasa de interés nominal de corto plazo debería ser una función creciente de la tasa de inflación y de la producción real para objetivos dados en ambas variables. La experiencia previa de Taylor como analista en la consultora neoyorquina Townsend-Greenspan, entonces presidida por Alan Greenspan, le permitió conocer a fondo los mercados monetarios.

Traducción para www.sinpermiso.info: Lucas Antón
__________
Aquí JaN: Es interesante constatar que la regla de Taylor no dice nada sobre el tema del empleo. Esto es así, porque todos los modelos de espíritu neoclásico asumen la existencia perenne del pleno empleo. Para los modelos que se basan en la esencia neoclásica no existe esa cosa llamada desempleo pues solo hay desempleo voluntario. Por eso discrepo de la regla de Taylor, así como de gran parte de los dogmas de la política monetaria. Para más información sugiero revisar artículos como ¿Quien ganó con el control de la inflación?, o El adiós a la contrarrevolución monetarista, entre otros.

jueves, 11 de febrero de 2010

Ultraviolencia a vista de todos


Este video muestra la brutal pelea entre dos jóvenes de 15 años en una parada de autobús en Seattle, Estados Unidos. La pelea es a combos y patadas y una de las jóvenes propina seis patadas en la cabeza a la otra que yace en el suelo. La noticia ha impactado tanto por la brutalidad de la violencia juvenil, como por el hecho de que los guardias de seguridad permanecieron impávidos sin detener la violencia. Como vemos, el mundo está cada día más enfermo y enajenado.


El peso de la deuda: 1999-2010

(clickad para ampliar)

Sin duda que el peso de la deuda pública se está convirtiendo en un cancer social que puede reducir los programas públicos de salud, educación y seguridad ciudadana. La gráfica para el período 1999-2010, muestra (en rojo) la deuda pública como porcentaje del PIB para algunos países de la Zona euro, como Alemania, Bélgica, Irlanda, España, Portugal y Grecia, así como para Estados Unidos, el Reino Unido y Japón, el país más complicado de todos al tener una deuda pública en torno a 200% del PIB.

El área azul para el mismo período (1999-2010) corresponde a los puntos porcentuales de no pago que han alcanzado los países, siendo el más alto el de Grecia, con 4%.

Vía | The Wall Street Journal

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