Edward Snowden, edwardsnowden.substack.com
El bulto que tienes en el dedo del pie probablemente sea cáncer; los niveles de hielo marino del Ártico están disminuyendo y aumentando; el mundo tiene 6.000 o 4.500 millones de años…
Como está online, ya lo sabe: Google (o Mad-Libs, su motor de búsqueda) es capaz de vomitar datos «científicos» para respaldar, incluso «confirmar», casi cualquier teoría privada que desee. Y sí, la verdad es que muchos de esos datos serán precisos, pero muchos no lo serán.
Probablemente no tenga cáncer de dedo del pie.
Se ha derramado mucha tinta sobre las noticias falsas y la pseudociencia que nos devuelven nuestras búsquedas: la información (llamémosla así) que responde a nuestras consultas lo hace de una manera alineada algorítmicamente con nuestras preferencias y las preferencias de nuestra comunidad. Aunque para la palabra «preferencias», también podría sustituir «sesgos»…
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
jueves, 9 de septiembre de 2021
Covid, clima y el nuevo negacionismo
Publicado por
mamvas
en
12:54 a.m.
1 comments
Tags:
Cambio Climático,
Covid,
Noticias falsas,
Pseudociencia
miércoles, 8 de septiembre de 2021
Ruleta del casino afgano: el general Mark Milley advierte la probabilidad de una guerra civil
Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada
Esquivo abordar ahora la impactante reseña del científico ruso Dimitry Orlov(https://bit.ly/3jM65QX), no se diga del francés Thierry Meyssan (https://bit.ly/3tjhivl), sobre la cadena de mentiras imbricadas al montaje hollywoodense del 11/9 al que sucumbió la mayoría del planeta debido al control de los multimedia/redes sociales y a su perenne guerra de propaganda: quizá la más eficiente arma del eje anglosajón de EEUU y Gran Bretaña, hoy resquebrajado.
Hasta The Washington Post expone “Los papeles de Afganistán: la guerra contra la verdad de EEUU (https://bit.ly/3BLtLuQ)”.
Desde que sigo la guerra de la CIA en Afganistán hace ya 40 años no pierdo de vista la indeleble entrevista a Le Nouvel Observateur de Zbigniew Brzezinski (ZB) –ex-asesor de Seguridad Nacional con Carter, íntimo de Obama y máximo geoestratega del Partido Demócrata–, quien confesó haberle tendido una trampa a la ex URSS, con su marioneta Osama Bin Laden –muy cercano al nepotismo dinástico de los Bush– para que Moscú se empantanara en Afganistán, lo cual contribuyó a la disolución del imperio soviético (https://bit.ly/3BBtH0C).
Esquivo abordar ahora la impactante reseña del científico ruso Dimitry Orlov(https://bit.ly/3jM65QX), no se diga del francés Thierry Meyssan (https://bit.ly/3tjhivl), sobre la cadena de mentiras imbricadas al montaje hollywoodense del 11/9 al que sucumbió la mayoría del planeta debido al control de los multimedia/redes sociales y a su perenne guerra de propaganda: quizá la más eficiente arma del eje anglosajón de EEUU y Gran Bretaña, hoy resquebrajado.
Hasta The Washington Post expone “Los papeles de Afganistán: la guerra contra la verdad de EEUU (https://bit.ly/3BLtLuQ)”.
Desde que sigo la guerra de la CIA en Afganistán hace ya 40 años no pierdo de vista la indeleble entrevista a Le Nouvel Observateur de Zbigniew Brzezinski (ZB) –ex-asesor de Seguridad Nacional con Carter, íntimo de Obama y máximo geoestratega del Partido Demócrata–, quien confesó haberle tendido una trampa a la ex URSS, con su marioneta Osama Bin Laden –muy cercano al nepotismo dinástico de los Bush– para que Moscú se empantanara en Afganistán, lo cual contribuyó a la disolución del imperio soviético (https://bit.ly/3BBtH0C).
martes, 7 de septiembre de 2021
Brasil sobrevivirá a Bolsonaro
Emir Sader, Rebelión
Vino a destruir. Así, dicho con todas las letras. Como si todo lo que estaba construido, especialmente durante el gobierno del PT, hubiese sido negativo y tuviese que ser destruido.
Esa es la versión popular de la tesis del Estado mínimo del neoliberalismo, según la cual se trata de reducir todo lo que tenga que ver con el Estado a su mínima expresión, para colocar en el centro al mercado.
La idea del neoliberalismo sostiene que la acción del Estado falsea las condiciones de la libertad del mercado y favorece a los sectores menos competitivos, siendo fuente de incompetencia y de corrupción.
Un proceso puesto en marcha por Fernando Collor y por FHC en los años 1990 que provocó que la economía no volviese a crecer y a generar empleo hasta que esa estrategia neoliberal fue cuestionada y superada por los gobiernos del PT.
Vino a destruir. Así, dicho con todas las letras. Como si todo lo que estaba construido, especialmente durante el gobierno del PT, hubiese sido negativo y tuviese que ser destruido.
Esa es la versión popular de la tesis del Estado mínimo del neoliberalismo, según la cual se trata de reducir todo lo que tenga que ver con el Estado a su mínima expresión, para colocar en el centro al mercado.
La idea del neoliberalismo sostiene que la acción del Estado falsea las condiciones de la libertad del mercado y favorece a los sectores menos competitivos, siendo fuente de incompetencia y de corrupción.
Un proceso puesto en marcha por Fernando Collor y por FHC en los años 1990 que provocó que la economía no volviese a crecer y a generar empleo hasta que esa estrategia neoliberal fue cuestionada y superada por los gobiernos del PT.
domingo, 5 de septiembre de 2021
El matrimonio por conveniencia de Estados Unidos y los talibanes contra Isis-K
Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada
Los multimedia del Partido Comunista Chino son feroces sobre la destrucción de Afganistán por Estados Unidos durante su ocupación de 20 años (https://bit.ly/3jQnCYh), pero abordan poco el devenir del nuevo régimen de los talibanes en Kabul.
Días antes a la caída de Kabul, China recibió a una delegación de talibanes (alumnos coránicos). Lo que más teme China en sus 91 km de frontera con Afganistán –en el corredor Wakhan (https://bit.ly/3gZyzob)– es la contaminación terrorista en su provincia autónoma islámica de Xinjiang, donde habitan 11 millones de uigures cuando sus fuerzas enemigas promueven el desestabilizador concepto islámico/turco-mongol del virtual Turquestán Oriental.
Los multimedia del Partido Comunista Chino son feroces sobre la destrucción de Afganistán por Estados Unidos durante su ocupación de 20 años (https://bit.ly/3jQnCYh), pero abordan poco el devenir del nuevo régimen de los talibanes en Kabul.
Días antes a la caída de Kabul, China recibió a una delegación de talibanes (alumnos coránicos). Lo que más teme China en sus 91 km de frontera con Afganistán –en el corredor Wakhan (https://bit.ly/3gZyzob)– es la contaminación terrorista en su provincia autónoma islámica de Xinjiang, donde habitan 11 millones de uigures cuando sus fuerzas enemigas promueven el desestabilizador concepto islámico/turco-mongol del virtual Turquestán Oriental.
Un plan climático para un mundo en llamas
Kim Stanley Robinson, Sin Permiso
La humanidad está al borde del desastre. Pero con pensamiento creativo y voluntad colectiva, todavía estamos a tiempo de evitar la catástrofe.
¿Qué se siente al vivir al borde de un vasto cambio histórico? Se siente como ahora lo hacemos. Puede sonar hiperbólico, y tal vez incluso a pánico, pero creo que estamos ahí. No es que un escritor de ciencia ficción pueda ver el futuro mejor que otros; muy a menudo lo hace peor. Pero entre la pandemia, el ritmo acelerado de los acontecimientos climáticos extremos y la acumulación de datos y análisis de la comunidad científica, se ha convertido en una apuesta fácil.
Hace unas semanas, mi esposa y yo condujimos a través de los EEUU de este a oeste. En Wyoming, nos dimos con una nube de humo de los incendios forestales tan extendida y espesa que no podiamos ver las montañas a solo unas pocas millas de distancia a cada lado de la carretera. Continuó así durante 1.000 millas. Luego llegamos a California justo a tiempo para el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, que documenta con meticuloso detalle la verdadera escala del problema climático. La humanidad está al borde no solo del cambio, sino del desastre. Y debido a que podemos verlo venir, tan claro como una tormenta negra en el horizonte, nuestros intentos de esquivar el desastre y crear una relación sostenible con nuestro único hogar implicará enormes cambios en nuestros hábitos, leyes, instituciones y tecnologías.
La humanidad está al borde del desastre. Pero con pensamiento creativo y voluntad colectiva, todavía estamos a tiempo de evitar la catástrofe.
¿Qué se siente al vivir al borde de un vasto cambio histórico? Se siente como ahora lo hacemos. Puede sonar hiperbólico, y tal vez incluso a pánico, pero creo que estamos ahí. No es que un escritor de ciencia ficción pueda ver el futuro mejor que otros; muy a menudo lo hace peor. Pero entre la pandemia, el ritmo acelerado de los acontecimientos climáticos extremos y la acumulación de datos y análisis de la comunidad científica, se ha convertido en una apuesta fácil.
Hace unas semanas, mi esposa y yo condujimos a través de los EEUU de este a oeste. En Wyoming, nos dimos con una nube de humo de los incendios forestales tan extendida y espesa que no podiamos ver las montañas a solo unas pocas millas de distancia a cada lado de la carretera. Continuó así durante 1.000 millas. Luego llegamos a California justo a tiempo para el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas, que documenta con meticuloso detalle la verdadera escala del problema climático. La humanidad está al borde no solo del cambio, sino del desastre. Y debido a que podemos verlo venir, tan claro como una tormenta negra en el horizonte, nuestros intentos de esquivar el desastre y crear una relación sostenible con nuestro único hogar implicará enormes cambios en nuestros hábitos, leyes, instituciones y tecnologías.
sábado, 4 de septiembre de 2021
La cuarta ola es ya una realidad
Sergio Ferrari, Rebelión
Lejos de desaparecer, el COVID-19 recupera protagonismo en Europa luego del respiro estival. Y ahora se confirma la que ya es una realidad: la cuarta ola. La variante Delta se proyecta como el actor virulento de esta tragedia social que parece no tener fin.
Esta nueva ola se está acelerando debido, principalmente, a los contagios entre la población adulta joven, advirtió la tercera semana de agosto el Instituto Robert Koch (RKI), organismo alemán de prevención y control de enfermedades.
Los casos de infección se han incrementado una vez más desde inicios de julio, luego del paréntesis de abril a junio. El número de hospitalizaciones también aumenta, con una diferencia neta con respecto a las olas anteriores: ahora la franja de edad predominante es de 35 a 59 años. Si bien en Alemania hacia la tercera semana de agosto un 63.8% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna –y un 58.25%, las dos– el RKI considera que el riesgo de contagio es siempre mucho más alto entre los no vacunados y que han recibido una sola dosis. La variante Delta representa el 99% de la incidencia pandémica total en ese país.
Lejos de desaparecer, el COVID-19 recupera protagonismo en Europa luego del respiro estival. Y ahora se confirma la que ya es una realidad: la cuarta ola. La variante Delta se proyecta como el actor virulento de esta tragedia social que parece no tener fin.
Esta nueva ola se está acelerando debido, principalmente, a los contagios entre la población adulta joven, advirtió la tercera semana de agosto el Instituto Robert Koch (RKI), organismo alemán de prevención y control de enfermedades.
Los casos de infección se han incrementado una vez más desde inicios de julio, luego del paréntesis de abril a junio. El número de hospitalizaciones también aumenta, con una diferencia neta con respecto a las olas anteriores: ahora la franja de edad predominante es de 35 a 59 años. Si bien en Alemania hacia la tercera semana de agosto un 63.8% de la población ha recibido al menos una dosis de la vacuna –y un 58.25%, las dos– el RKI considera que el riesgo de contagio es siempre mucho más alto entre los no vacunados y que han recibido una sola dosis. La variante Delta representa el 99% de la incidencia pandémica total en ese país.
miércoles, 1 de septiembre de 2021
La crisis de la hegemonía norteamericana
Incluso en los gobiernos latinoamericanos progresistas no existía una forma diferente de sociabilidad. La demanda era la inclusión de todos en el ámbito del consumo, del que estaban excluidos
Emir Sader, Alainet
Hay consenso sobre el declive de la hegemonía norteamericana. Se trata de precisar la naturaleza y profundidad de ese declive. Atrás quedaron los días del "mito de la decadencia de los Estados Unidos", un libro de Henri Nau, un gran éxito no hace mucho tiempo: 1992.
El razonamiento se basó en el liderazgo económico de Estados Unidos en el mundo, afirmación indiscutible del autor, que apenas ocultaba la continuidad del "destino manifiesto" del país. Sin embargo, Estados Unidos ya se había adherido al modelo neoliberal, que pretendía arrastrar a toda la economía mundial, con consecuencias desastrosas desde el punto de vista de la baja tasa de crecimiento y creación de empleo. La economía mundial ya había entrado en su nuevo ciclo recesivo largo.
Hay consenso sobre el declive de la hegemonía norteamericana. Se trata de precisar la naturaleza y profundidad de ese declive. Atrás quedaron los días del "mito de la decadencia de los Estados Unidos", un libro de Henri Nau, un gran éxito no hace mucho tiempo: 1992.
El razonamiento se basó en el liderazgo económico de Estados Unidos en el mundo, afirmación indiscutible del autor, que apenas ocultaba la continuidad del "destino manifiesto" del país. Sin embargo, Estados Unidos ya se había adherido al modelo neoliberal, que pretendía arrastrar a toda la economía mundial, con consecuencias desastrosas desde el punto de vista de la baja tasa de crecimiento y creación de empleo. La economía mundial ya había entrado en su nuevo ciclo recesivo largo.
martes, 31 de agosto de 2021
La ruta de Afganistán a Haití pasa por Estados Unidos
Pedro Brieger, Nodal
La distancia entre Afganistán y Haití induce a pensar que no tienen nada en común. Sus historias, culturas, idiomas, orígenes étnicos y geografía son incomparables, y difícilmente se pueda encontrar algo que emparente a los dos países. Sin embargo lo hay y es muy potente: Estados Unidos.
Mientras la primera potencia mundial está retirando sus tropas de Afganistán después de casi veinte años de ocupación, nuevamente llegan a Haití soldados estadounidenses. Ahora dicen que traen ayuda humanitaria por el reciente terremoto del 14 de agosto y es posible que así sea. Claro que la presencia en 2021 se suma a una larga lista de intervenciones norteamericanas en el pequeño país que comparte la isla La Española con la República Dominicana.
Hace más de un siglo, en 1915, los marines desembarcaron después del asesinato del presidente Jean Vilbrun Guillaume Sam para resguardar sus intereses y se quedaron -como en Afganistán- casi veinte años. En aquellas épocas no existía Al Qaeda ni se hablaba del “terrorismo islámico”, y ni siquiera había nacido la Unión Soviética.
La distancia entre Afganistán y Haití induce a pensar que no tienen nada en común. Sus historias, culturas, idiomas, orígenes étnicos y geografía son incomparables, y difícilmente se pueda encontrar algo que emparente a los dos países. Sin embargo lo hay y es muy potente: Estados Unidos.
Mientras la primera potencia mundial está retirando sus tropas de Afganistán después de casi veinte años de ocupación, nuevamente llegan a Haití soldados estadounidenses. Ahora dicen que traen ayuda humanitaria por el reciente terremoto del 14 de agosto y es posible que así sea. Claro que la presencia en 2021 se suma a una larga lista de intervenciones norteamericanas en el pequeño país que comparte la isla La Española con la República Dominicana.
Hace más de un siglo, en 1915, los marines desembarcaron después del asesinato del presidente Jean Vilbrun Guillaume Sam para resguardar sus intereses y se quedaron -como en Afganistán- casi veinte años. En aquellas épocas no existía Al Qaeda ni se hablaba del “terrorismo islámico”, y ni siquiera había nacido la Unión Soviética.
domingo, 29 de agosto de 2021
¿A quién conviene una guerra civil y la balcanización de Afganistán?
Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada
En Afganistán, antes y después de la toma de Kabul, se muere más por los atentados que por la pandemia del Covid-19 –en forma insólita, es de los países menos golpeados, con sólo 7 mil 101 muertes y 153 mil casos, en un país de 38 millones de habitantes, cuya mitad de la población es menor de 14 años: quizá ése haya sido uno de sus factores protectores (https://bit.ly/3zr4MMB).
El abominable atentado a la entrada del aeropuerto de Kabul, controlado por el ejército de Estados Unidos, cobró 175 decesos afganos y 13 muertos estadounidenses que han puesto contra la pared a Biden, y que fue adjudicado por ISIS-Khorasan, grupúsculo que proviene de una genealogía yihadista de hace 40 años y de la metamorfosis caleidoscópica de los muyahidines y su engendro de Al-Qaeda.
En Afganistán, antes y después de la toma de Kabul, se muere más por los atentados que por la pandemia del Covid-19 –en forma insólita, es de los países menos golpeados, con sólo 7 mil 101 muertes y 153 mil casos, en un país de 38 millones de habitantes, cuya mitad de la población es menor de 14 años: quizá ése haya sido uno de sus factores protectores (https://bit.ly/3zr4MMB).
El abominable atentado a la entrada del aeropuerto de Kabul, controlado por el ejército de Estados Unidos, cobró 175 decesos afganos y 13 muertos estadounidenses que han puesto contra la pared a Biden, y que fue adjudicado por ISIS-Khorasan, grupúsculo que proviene de una genealogía yihadista de hace 40 años y de la metamorfosis caleidoscópica de los muyahidines y su engendro de Al-Qaeda.
viernes, 27 de agosto de 2021
Afganistán y la guerra vs. China
John Saxe-Fernández, la Jornada
Los riesgos de una Tercera Guerra Mundial aumentan. Ambas super potencias nucleares Estados Unidos y Rusia, en alerta máxima de tiempo atrás y Kurt Campbell, experto en Asia, en papel de coordinador de la Casa Blanca de Biden liderando la ofensiva de guerra fría y bélica contra China, la potencia económica de Asia, son parte de la constelación multilateral de hoy. Para navegar esa complejidad, hay que revisar lo que John Bellamy Foster revela en su vital estudio La nueva guerra fría contra China, Monthly Review, julio-agosto 2021.
En lo que podría ser la antesala de una confrontación mayor, es relevante la percepción del retiro de las tropas de ocupación de Afganistán como una intensificación de los preparativos de guerra contra China, para lo que es necesario revisar los costos humanos y estratégicos de esta caótica retirada de EEUU.
Los riesgos de una Tercera Guerra Mundial aumentan. Ambas super potencias nucleares Estados Unidos y Rusia, en alerta máxima de tiempo atrás y Kurt Campbell, experto en Asia, en papel de coordinador de la Casa Blanca de Biden liderando la ofensiva de guerra fría y bélica contra China, la potencia económica de Asia, son parte de la constelación multilateral de hoy. Para navegar esa complejidad, hay que revisar lo que John Bellamy Foster revela en su vital estudio La nueva guerra fría contra China, Monthly Review, julio-agosto 2021.
En lo que podría ser la antesala de una confrontación mayor, es relevante la percepción del retiro de las tropas de ocupación de Afganistán como una intensificación de los preparativos de guerra contra China, para lo que es necesario revisar los costos humanos y estratégicos de esta caótica retirada de EEUU.
jueves, 26 de agosto de 2021
Colonialismo y epistemología de la ignorancia: una lección afgana
Boaventura de Sousa Santos, Público
La retirada abrupta y caótica de Estados Unidos de Afganistán a mediados de agosto ha copado los noticiarios de todo el mundo. Los principales temas tratados han ido variando, pero los siguientes son dominantes: humillación para EEUU y sus aliados europeos; repetición de la retirada de Vietnam en 1975; misión cumplida según EEUU, misión fallida según los aliados en voz de Ángela Merkel; la huida desesperada de los afganos que colaboraron con los aliados; el peligro inminente para los derechos de las mujeres si se impone la sharía según la interpretación del islam por parte de los talibanes; más de dos billones de dólares gastados en una misión contra los terroristas para que, veinte años después, entren triunfalmente y sin ninguna resistencia en el palacio presidencial, pero ahora ya no como terroristas, sino como una fuerza política con la que los EEUU, la principal fuerza militar en Afganistán, firmó un acuerdo en febrero de 2020, tras más de un año de negociaciones en Doha. Como resultado de ese acuerdo, EEUU se comprometió a retirar las fuerzas militares en un plazo de catorce meses, un hecho que pasó inadvertido para muchos porque el acuerdo ocurrió cuando estalló la pandemia de la COVID-19.
La retirada abrupta y caótica de Estados Unidos de Afganistán a mediados de agosto ha copado los noticiarios de todo el mundo. Los principales temas tratados han ido variando, pero los siguientes son dominantes: humillación para EEUU y sus aliados europeos; repetición de la retirada de Vietnam en 1975; misión cumplida según EEUU, misión fallida según los aliados en voz de Ángela Merkel; la huida desesperada de los afganos que colaboraron con los aliados; el peligro inminente para los derechos de las mujeres si se impone la sharía según la interpretación del islam por parte de los talibanes; más de dos billones de dólares gastados en una misión contra los terroristas para que, veinte años después, entren triunfalmente y sin ninguna resistencia en el palacio presidencial, pero ahora ya no como terroristas, sino como una fuerza política con la que los EEUU, la principal fuerza militar en Afganistán, firmó un acuerdo en febrero de 2020, tras más de un año de negociaciones en Doha. Como resultado de ese acuerdo, EEUU se comprometió a retirar las fuerzas militares en un plazo de catorce meses, un hecho que pasó inadvertido para muchos porque el acuerdo ocurrió cuando estalló la pandemia de la COVID-19.
miércoles, 25 de agosto de 2021
Freedom Fighters: Contras y Talibanes
Jorge Majfud, Alainet
Luego de la derrota en Vietnam, el ex secretario de Estado Henry Kissinger y la ex socialista y futura halcón de la derecha del gobierno de Reagan, Jeane Kirkpatrick, manifestaron que, para recuperar el prestigio perdido, Estados Unidos debía inventar alguna guerra que pudiesen ganar. Según Kirkpatrick, Nicaragua era una buena candidata, pero mejor aún era Granada, una isla en el Caribe de apenas cien mil habitantes, cuyo presidente había cometido la osadía de declarar que su país era independiente y soberano y, por lo tanto, podía tener comercio con quien se le antojase. La gloriosa invasión y la liberación de los estudiantes estadounidenses que no querían ser liberados de una tiranía inexistente, tuvo lugar en 1983 y hasta los burócratas que nunca abandonaron sus escritorios en Washington recibieron medallas al valor en la guerra.
La estrategia procede de los primeros años del siglo XIX, cuando Washington quiso anexar Canadá y terminó con la casa de gobierno en llamas (a partir de ahí pintada de blanco, para esconder la infamia del humo), por lo que decidió expandirse hacia el oeste y hacia el sur, tierra de razas inferiores y desarmadas. A finales del mismo siglo, luego de predecir “una explosión” en Cuba y un año antes de inventar el mito del hundimiento del USS Maine, en 1897, apenas nombrado secretario adjunto de la marina por el presidente McKinley, el futuro presidente Theodore Roosevelt le escribió a un amigo: “estoy a favor de casi cualquier guerra, y creo que este país necesita una”. Nada mejor que ser ofendidos a noventa millas de distancia por un imperio que se caía a pedazos como lo era España, armados con barcos de madera para defenderse de navíos metálicos y con tecnología de última generación.
Luego de la derrota en Vietnam, el ex secretario de Estado Henry Kissinger y la ex socialista y futura halcón de la derecha del gobierno de Reagan, Jeane Kirkpatrick, manifestaron que, para recuperar el prestigio perdido, Estados Unidos debía inventar alguna guerra que pudiesen ganar. Según Kirkpatrick, Nicaragua era una buena candidata, pero mejor aún era Granada, una isla en el Caribe de apenas cien mil habitantes, cuyo presidente había cometido la osadía de declarar que su país era independiente y soberano y, por lo tanto, podía tener comercio con quien se le antojase. La gloriosa invasión y la liberación de los estudiantes estadounidenses que no querían ser liberados de una tiranía inexistente, tuvo lugar en 1983 y hasta los burócratas que nunca abandonaron sus escritorios en Washington recibieron medallas al valor en la guerra.
La estrategia procede de los primeros años del siglo XIX, cuando Washington quiso anexar Canadá y terminó con la casa de gobierno en llamas (a partir de ahí pintada de blanco, para esconder la infamia del humo), por lo que decidió expandirse hacia el oeste y hacia el sur, tierra de razas inferiores y desarmadas. A finales del mismo siglo, luego de predecir “una explosión” en Cuba y un año antes de inventar el mito del hundimiento del USS Maine, en 1897, apenas nombrado secretario adjunto de la marina por el presidente McKinley, el futuro presidente Theodore Roosevelt le escribió a un amigo: “estoy a favor de casi cualquier guerra, y creo que este país necesita una”. Nada mejor que ser ofendidos a noventa millas de distancia por un imperio que se caía a pedazos como lo era España, armados con barcos de madera para defenderse de navíos metálicos y con tecnología de última generación.
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