jueves, 3 de diciembre de 2015

El calentamiento global como crisis moral

Adolfo Sánchez Rebolledo, La Jornada

En estos días, París ha mostrado la terrible situación en la que se halla la humanidad en este momento concreto de la historia: nunca como como hoy se había revelado tan interdependiente y tan frágil. La terrible agresión yihadista del viernes 13 actualizó la perspectiva del terror como una dimensión real de la vulnerabilidad global, de su fracaso para hacer de la vida en común un horizonte diverso pero no excluyente, pero la reunión sobre el cambio climático, de la cual se trató de expulsar a las voces independientes que incansablemente han empujado por cambios sustantivos, da cuenta de hasta qué punto la desigualdad planetaria compromete la relación con la propia naturaleza, la sobrevivencia de la vida humana sobre la faz de la Tierra.

Las voces de alarma lanzadas por los jefes de Estado en la reunión de la COP21 dan cuenta tardía de que nos hallamos ante una situación límite que, por desgracia y pese a todo, aún carece de una visión capaz de contener el desastre previsto por los científicos con exactitud que espanta. Entre los expertos y los gobernantes hay un mundo de incertidumbre que las negociaciones aún no logran salvar, aunque el presidente François Hollande dijera que no podemos decepcionar a millones de personas que tienen los ojos puestos en nosotros. Lo que está en juego es la paz.

Lo que no se sabe sobre el Tratado de libre comercio entre EEUU y la UE

Vicenç Navarro, Público.es

En varios artículos anteriores he alertado del peligro que supone el nuevo Tratado mal llamado de Libre Comercio entre EEUU y la Unión Europea (UE) para los derechos laborales, derechos civiles y derechos del consumidor a los dos lados del Atlántico Norte, que se verán negativamente afectados por tal tratado (“¿Qué se intenta con los tratados mal llamados de libre comercio?”, Público, 23.07.15; “Las consecuencias negativas de los anteriores tratados de libre comercio”, Público, 15.06.15; “La farsa de los tratados de libre comercio”, Público, 21.05.15). Como subrayé en tales artículos, el objetivo de este tratado no es facilitar el comercio entre EEUU y los países de la UE (objetivo con el cual no tengo ninguna reserva), sino eliminar lo que el tratado define como “barreras para el comercio y para la inversión”, que es el término utilizado para referirse a las normas de protección del trabajador, del consumidor y del ambiente que los países han desarrollado en respuesta a las demandas populares. Y esta eliminación tendría lugar mediante el establecimiento de un tribunal supranacional (que no sería elegido y cuya composición sería principalmente de “expertos” en comercio próximos a las grandes empresas transnacionales) que tendría la autoridad para forzar a un país a que desmantelara tales protecciones al considerarlas “barreras al comercio y a la inversión”.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

La guerra del agua de los yihadistas

Alfredo Jalife-Rahme, La Jornada

Ahora que presento en la FIL de Guadalajara mi libro Las guerras globales del agua: privatización y fracking (http://goo.gl/fgqbMX) –próximo viernes 4, salón Agustín Yáñez–, cobran relieve coyuntural las "guerras del agua" libradas por los yihadistas del Estado Islámico (EI), según la óptica sesgada de Ambika Vishwanath, colaboradora de Stratfor ("la CIA en las penumbras") y politóloga del Medio Oriente y agua/seguridad energética (https://goo.gl/nFn0wk).

Hace poco evoqué cuatro rubros primordiales –a los que habría que agregar un quinto: el agua– que manejan los yihadistas del virtual Sunistán, que el pugnaz neoconservador straussiano John Bolton –ex embajador bushiano en la ONU– invoca como nuevo Estado (http://goo.gl/7y4VLa) y parte de los esquemas de balcanización de Siria e Irak: 1) venta de armas de Occidente; 2) venta de su petróleo a Occidente e Israel (https://goo.gl/uZimt8); 3) financiamiento y blanqueo, y 4) telecomunicaciones y redes sociales encriptadas (http://goo.gl/F4O2sF).

Si el alma de los yihadistas es el petróleo (http://goo.gl/OzVGVY), no se puede esquivar su control del agua regional, que usan como arma bélica geopolítica, según Ambika Vishwanath: el "uso de los recursos naturales de los yihadistas del EI para conseguir sus recursos estratégicos" (sic) subyace en el petróleo, al unísono del agua "en su combate para establecer un califato".

Gérard Duménil: Vivimos en un capitalismo de cuadros


Natalia Aruguete, Página 12

Producto de la creciente desigualdad en los ingresos iniciada en la década de 1970, en la actualidad se asiste a una “sociedad cuadrista”, observa Gérard Duménil. Los cuadros –ubicados en la cima de la jerarquía salarial– manejan el sistema: definen dinámicas económicas, pautas culturales y normas sociales. Para el economista francés, la fracción más baja de los asalariados vive un fuerte estancamiento de su capacidad de consumo, mientras que los cuadros concentran una cuota enorme de los ingresos totales. Dedicado al estudio del neoliberalismo y sus especificidades dentro del sistema capitalista, Duménil visitó Buenos Aires invitado por el Centro Franco Argentino, el IADE y la Sociedad de Economía Crítica. Ha dictado conferencias en distintas instituciones de Buenos Aires y del interior del país. En diálogo con Cash habló sobre los rasgos centrales de la fase actual del neoliberalismo en Estados Unidos y Europa.

-En su exposición en el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE), usted planteó que el neoliberalismo ha triunfado. ¿A qué lo atribuye?

–La ideología de derecha triunfó frente a otras ideologías del pasado que sostenían la idea de humanidad, solidaridad e igualdad radical, y eran contrarias a la ideología neoliberal. Esta ideología sostiene que las personas que son mejores pueden trepar las jerarquías sociales, mientras que la gente más pobre que no consigue subir en la jerarquía social es considerada inferior. Desde una postura de izquierda, nosotros rechazamos completamente esta ideología neoliberal de derecha; la ideología de izquierda mantiene la idea de solidaridad, sobre todo con los más débiles.

-¿Qué tipo de alianzas de clase observa que se han establecido en esta etapa neoliberal, poniendo el foco en la etapa que se inicia con la última crisis económica mundial?

COP21: réquiem para una especie inteligente

Alejandro Nadal, La Jornada

Un día le preguntaron al astrofísico Neil de Grasse si creía que había vida inteligente en otros planetas. Para responder señaló que primero se necesitaba una definición de lo que es vida inteligente. Acto seguido y con gran ironía propuso que una especie alcanza esa distinción cuando tiene la capacidad de autodestruirse. Con esa definición la humanidad calificaría perfectamente para ser considerada ejemplo de vida inteligente. Habría que añadir que hay muchos caminos hacia la autodestrucción y uno de ellos podría ser el que hemos emprendido en el terreno del cambio climático.

Desde hace años la comunidad científica viene alertando sobre los efectos de la acumulación de gases invernadero en la atmósfera. Antes de la revolución industrial la concentración de dióxido de carbono (CO2) se mantuvo en niveles bajos (en promedio unas 280 partes por millón, ppm) pero a partir de 1850 comenzó a aumentar rápidamente. Hoy rebasa las 400 ppm y es evidente que está siendo impulsada por la actividad humana.

Desde 1850 la temperatura aumentó 0.85 grados centígrados. Se calcula que con concentraciones estables de CO2 cercanas a las 450 ppm el aumento de temperatura tiene altas probabilidades de mantenerse en 2 grados centígrados y aunque los efectos serían severos se podría evitar una catástrofe. Para alcanzar esta meta se necesita recortar el nivel de emisiones de manera radical.

Consumir más, conservar más: lo sentimos, pero no podemos permitirnos ambas cosas

El crecimiento económico está haciendo trizas el planeta y nuevas investigaciones sugieren que no puede conciliarse con la sostenibilidad.

George Monbiot, Sin Permiso

Lo podemos tener todo: esa es la promesa de nuestra época. Podemos poseer cualquier artilugio que seamos capaces de imaginar…y hasta unos cuantos que no. Podemos vivir como monarcas sin comprometer la capacidad de la Tierra para sustentarnos. La promesa que hace posible todo esto es que a medida que las economías se desarrollan, se vuelven más eficientes en su uso de los recursos. Dicho de otro modo, se desacoplan.

Hay dos clases de desacoplamiento: relativo y absoluto. El desacoplamiento relativo significa utilizar menos materiales con cada unidad de crecimiento económico; el desacoplamiento absoluto significa una reducción total en el uso de recursos, aunque la economía siga creciendo. Casi todos los economistas creen que el desacoplamiento – relativo o absoluto – constituye un rasgo inexorable de crecimiento económico.

Sobre esta noción descansa el concepto de desarrollo sostenible. Se sitúa en el centro de las conversaciones sobre cambio climático de París del mes que viene y de cualquier otra cumbre sobre cuestiones medioambientales. Pero parece que no tiene fundamento.

martes, 1 de diciembre de 2015

El renminbi, de moneda del pueblo a divisa mundial


El FMI ha ungido al yuan chino como la quinta moneda de su canasta instalándolo en la élite mundial de divisas y como moneda de reserva global. Esta medida allana el camino para un uso más amplio del yuan chino en el comercio y las finanzas. El yuan comparte así una posición de privilegio junto al dolar, el euro, la libra esterlina y el yen japonés. Hasta el momento, estas cuatro monedas formaban parte de los Derechos Especiales de Giro (DEG), una moneda artificial erigida en 1969 por el FMI y utilizada como unidad de cuenta para mantener algunos parámetros financieros semiconstantes.

Este será el primer cambio en la composición de monedas del DEG desde 1999 cuando el euro sustituyó al marco alemán y el franco francés. Es también un hito en la credibilidad internacional del yuan, una moneda creada después de la Segunda Guerra Mundial y cuya incorporación a la canasta del FMI fue rechazada en 2010 por no cumplir los criterios necesarios. La inclusión de la moneda china en la canasta del FMI es una clara indicación de las reformas que ha implementado el gigante asiático en los últimos años, como la apertura de sus mercados de bonos y divisas y la liberación de la moneda.

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El derribo del Su-24

José Blanco, La Jornada

Después del derribo del avión militar ruso Su-24 por dos cazas turcos F-16 de fabricación estadunidense, han salido en cascada informes, datos y hechos, muchos aparentemente contradictorios, que confirman una gesta que ha estado a la vista de quien quisiera verlo, aun cuando la guerra mediática internacional todo lo ha vuelto una olla podrida.

El derribo del avión ruso está cambiando el curso de las cosas velozmente, pero el fondo del asunto ahí está, incólume. Estados Unidos busca por todos los medios atacar masivamente a Rusia. La gran potencia imperialista insiste en prevalecer para siempre y de un modo incontrastable, como las riendas del mundo. No obstante, no es Rusia su objetivo primordial, sino China.

Puede decirse que el mundo ha vivido en guerra. La mayoría de las culturas que hoy son países eu­ropeos vivieron en mil batallas prácticamente todo el medioevo y también durante la era moderna hasta la primera y segunda guerras mundiales. Lo mismo ocurría contemporáneamente en el mundo musulmán, quizá de manera más compleja. Pero lo que sería Europa incursionó en invasiones de pillaje y de apropiación de territorios también desde el medievo, mediante las Cruzadas.

La economía chilena se enfrenta a una catástrofe anunciada

Fernando Duque, El Ciudadano

Recientemente se han publicado un par de artículos en la revista semanal inglesa “The Economist” que señalan que Chile va directo al despeñadero. En efecto, en su número semanal del 14 al 20 de noviembre del 2015, la revista en su página editorial y luego en un artículo de fondo delinea paso a paso, la catástrofe que se avecina. Por un lado está la caída en los precios de los productos de exportación. Por otro, el gran endeudamiento de las grandes empresas chilenas.

A fines del año 2009, escribí un trabajo académico sobre China y la India. Ahí se señalaba que ambos gigantes asiáticos entrarían en un corto periodo de cambio turbulento y crítico dentro de los próximos 10 años. Se señalaba además que todos los países que hoy día son ricos y desarrollados, sufrieron dentro de su proceso de crecimiento económico, graves crisis temporales que obstruían y retardaban este proceso de desarrollo por algunos años.

No obstante, se indicaba que eventualmente la economía y sociedad en desarrollo, rápidamente se recuperaba y así el país lograba su estatus de país rico y desarrollado. Esta es la historia económica de los países de la Europa occidental, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón. En conclusión, todos los países que hoy día son ricos y desarrollados en algún momento de su proceso de desarrollo histórico, se vieron obligados a crear el Estado de bienestar, y esto con el fin de evitar una violenta revolución social. El Estado de bienestar con sus inmensos gastos en salud, educación, obras públicas, trabajo, transporte, seguridad social, etc., etc., etc.; es un Estado sumamente caro. Estos gastos invariablemente desvían y restan grandes recursos y capitales al proceso de crecimiento económico y estos recursos se invierten en crecimiento social y cultural de la sociedad en desarrollo. De esta forma la velocidad del crecimiento económico tiende a reducirse sustancialmente. Este es el costo que es preciso pagar para garantizar la justicia y la paz social.[i]

La bomba de tiempo del cambio climático



Desde este lunes los ministros de 195 países se reúnen en París para la 21ª Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Un masivo despliegue de seguridad se ha desarrollado para evitar ataques terroristas y discutir sobre los problemas del cambio climático y el calentamiento global. Este es uno de los acontecimientos que más afectan el bienestar de las poblaciones, una situación que ha sido creada por intervención humana. La evidencia científica de que esto es así es abrumadora, lo cual no es obstáculo para que existan fuerzas que nieguen el problema, y nieguen que el profundo deterioro ambiental es el resultado del insaciable saqueo de los recursos naturales por las empresas trasnacionales. El mundo se está calentando a niveles sin precedentes y este calentamiento es causado por el aumento de las emisiones de carbono y otros gases de invernadero producido por la quema de combustibles fósiles.

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), este año, 2015, se ha presentado como el año más caluroso jamás registrado. Y la OMM calcula el período de cinco años desde 2011 hasta 2015 también fue el más cálido registrado. Las temperaturas globales son ahora aproximadamente 2 grados celsius más por encima del periodo 1880-1899. Y en la primavera de 2015, la concentración media global de tres meses de CO2 cruzó la barrera de las 400 partes por millón por primera vez. La huella del calentamiento del planeta es cada vez más clara en casi todos los rincones del mundo. Los misteriosos agujeros gigantes encontrados en Siberia en los últimos años son el resultado del derretimiento del permafrost de las profundidades.

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lunes, 30 de noviembre de 2015

La desatención al cambio climático en España

Vicenç Navarro, Público.es

Los medios de comunicación españoles parecen haber descubierto estos últimos días el impacto negativo que el irreversible cambio climático tiene sobre el bienestar de las poblaciones. En realidad, España ha estado ausente de los mayores centros de reflexión sobre uno de los principales problemas que la humanidad tiene frente a sí. Tal reflexión en este país apenas ha comenzado. En realidad, todavía hoy hay gurús económicos neoliberales, con chaquetas de todos los colores (siempre próximos a los intereses financieros y económicos), los cuales gozan de gran proyección mediática, que hasta hace poco negaban que hubiera un cambio climático, y cuando por fin han tenido que aceptar que algo pasa con el clima, niegan ahora que este cambio se deba a la intervención humana. Es un indicador de lo enormemente conservadora que es la cultura mediática de este país que tales personajes continúen teniendo semejantes cajas de resonancia. Incluso presidentes del gobierno español, como el Sr. Aznar, el prototipo de la derecha española (equivalente a la ultraderecha en Europa), han negado que haya un cambio climático. Este partido, el PP, ha desmantelado algunas de las leyes, como la Ley de Costas y la Ley de Montes, que protegían el medioambiente y el mantenimiento de los bosques, máximos absorbentes de CO2. Una consecuencia de la poca atención prestada al tema climático por parte del establishment político-mediático del país, siempre muy sensible a los poderes financieros, es que algunas de la mayores urbes de España, como Barcelona y Madrid, tienen niveles de contaminación por encima de los niveles que se consideran aceptables en la normativa internacional.

Las previsiones de Marx y la paradoja de la industrialización financiarizada de nuestro tiempo

Michael Hudson, Sin Permiso

Las observaciones que siguen fueron hechas en el World Congress on Marxism que tuvo lugar en la Escuela de Marxismo de la Universidad de Pekín el pasado 10 de octubre de 2015. La presentación formaba parte de un debate con Bertell Ollman (NYU). Me siento honrado de haber sido un Profesor Invitado permanente de la universidad más prestigiosa de China.

Cuando impartí unas conferencias en esta Escuela de Marxismo hace seis años, alguien me preguntó si Marx acertó o se equivocó. No supe cómo responder a esta pregunta entonces, habida cuenta de la complejidad de la cuestión. Pero al menos hoy me centraré en su concepción de las crisis.

Más que ningún otro economista de su siglo, Marx logró vincular los tres tipos más importantes de crisis que estaban sucediendo. Sus Teorías de la Plusvalía explicaban las dos formas principales de crisis a que habían apuntado sus predecesores, y en torno a las cuales se libraron las revoluciones burguesas de 1848. Esas crisis eran resultado de supervivencias en Europa de la época feudal de la aristocracia terrateniente y las grandes fortunas bancarias.

Financieramente, Marx apuntó a la tendencia de las deudas a crecer exponencialmente con independencia de la capacidad de pago de la economía, y aun a mayor velocidad que la economia misma. El incremento de la deuda y el crecimiento de los intereses era autónomo respecto de la dinámica del capital industrial y del trabajo asalariado en que se centraba el volumen I de El Capital. Las deudas se expanden por sí mismas, siguiendo reglas puramente matemáticas: la “magia del interés compuesto”.

Podemos ver en Norteamérica y en Europa cómo las cargas de los intereses, la recompra de acciones, el apalancamiento de las deudas y otras maniobras financieras se comen los beneficiós y previenen la inversión en plantas y equipos, derivando ingresos hacia operaciones financieras económicamente vacías. Marx llamó al capital financiero “imaginario” o “ficticio”, en la medida en que no procede del seno de la economia industrial y porque –al final— sus demandas de pago no pueden ser satisfechas. Llamó a ese incremento financiero una “forma vacía de capital.” [1] Ficticio, porque consistía en bonos, hipotecas, préstamos bancarios y otros títulos rentistas sobre los medios de producción y sobre el flujo de salarios, beneficios e inversión en capital tangible.

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