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viernes, 7 de noviembre de 2025

¿Estamos en el umbral de una nueva Guerra Fría Nuclear?


Misión Verdad

"Estados Unidos está cumpliendo su destino como pacificador, pero es una paz que se logra mediante la fuerza": esto lo dijo Donald Trump en su discurso ante las Naciones Unidas en septiembre de 2020.

Aquel mensaje, inspirado en la doctrina de Ronald Reagan de alcanzar la paz por medio de la fuerza, sintetizaba la esencia de su visión para este nuevo mandato.

Así, a finales de octubre de 2025, el presidente estadounidense anunció por Truth Social la reanudación de las pruebas de armas nucleares, justificando la medida con los programas de ensayo desarrollados por Rusia y China.
"Estados Unidos posee más armas nucleares que cualquier otro país. Esto se logró, incluyendo una completa modernización y renovación del arsenal existente, durante mi primer mandato. Rusia ocupa el segundo lugar, y China un distante tercer puesto, pero la situación se igualará en cinco años. Debido a los programas de pruebas de otros países, he ordenado al Departamento de Guerra que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones. Este proceso comenzará de inmediato"
Con ese anuncio, Trump dejó claro que la administración estaba dando un giro importante a la política de disuasión o de guerra nuclear estadounidense.

lunes, 3 de noviembre de 2025

Los halcones a ambos lados del Atlántico acorralan a Trump

Incapaz de superar la idea de una mera congelación del conflicto, Trump acabó adoptando las posiciones antirrusas de los europeos y de los elementos más intransigentes de su administración.

Roberto Iannuzzi, Intelligence for the People

Las relaciones entre Estados Unidos y Rusia han empeorado considerablemente. Tras la conversación telefónica del 20 de octubre entre el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, y el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, el primero recomendó a la Casa Blanca que cancelara la reunión prevista entre los presidentes de ambos países en Budapest.

A continuación, el Departamento del Tesoro anunció duras sanciones contra las dos principales compañías petroleras rusas, Rosneft y Lukoil, “tras la falta de un compromiso serio por parte de Rusia con un proceso de paz que ponga fin a la guerra en Ucrania”.

Dos días después, el 22 de octubre, el Wall Street Journal reveló que la administración Trump había eliminado las restricciones al uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance suministrados por los aliados europeos (que utilizan componentes y datos de localización procedentes de Estados Unidos).

Trump calificó la revelación como “noticia falsa”, pero el hecho de que la posibilidad de autorizar los ataques haya pasado del Pentágono al general Alexus Grynkewich, comandante (de origen bielorruso) de las fuerzas estadounidenses en Europa, y que los datos de localización sean proporcionados por los estadounidenses, deja pocas dudas sobre la veracidad de la noticia.

domingo, 2 de noviembre de 2025

Operaciones especiales


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El viernes causó cierta sorpresa el hecho de que en la reunión pública que escenificó Volodymyr Zelensky con la inteligencia ucraniana estuviera presente Vasyl Malyuk, director del SBU, pero no Kirilo Budanov, director del GUR, la inteligencia militar ucraniana. La ausencia de Budanov era aún más notoria teniendo en cuenta que una de las operaciones de las que ambas inteligencias se jactaron durante la reunión fue conjunta y supuestamente exitosa. La inteligencia ucraniana alegó, sin aportar ningún tipo de prueba, haber destruido un misil ruso Oreshnik. El evento fue utilizado para contrarrestar las malas noticias que llegaban de Pokrovsk y Kupyansk, dos ciudades importantes para Ucrania y donde sus tropas viven una situación que se ha deteriorado notablemente esta última semana. Como suele ocurrir, en momentos adversos, Kiev trata de contraprogramar con buenas noticias, sean reales o imaginarias, e insiste en que todo se encuentra bajo control, no hay riesgo de cerco ni se va a dar órdenes de retirada de las tropas. El evidente nerviosismo del lenguaje corporal de Zelensky traicionaba el discurso de normalidad y triunfalismo que quería transmitir el Gobierno ucraniano.

Por la noche, con la confirmación por parte de varias cuentas de seguimiento de la guerra y periodistas occidentales como Oliver Carroll, corresponsal de The Economist, se explicaba la ausencia de Budanov en la reunión de Kiev. “Se rumorea que la inteligencia militar ucraniana está llevando a cabo una audaz contraofensiva cerca de Pokrovsk para reabrir importantes líneas logísticas. Algunos vídeos que me han compartido muestran, supuestamente, un lanzamiento de suministros desde helicópteros en zonas que Rusia afirma controlar”, escribió Carroll, que añadía una explicación necesaria. “No he podido verificar los vídeos de forma independiente”, insistía. Con un poco más de triunfalismo, cuentas de propaganda como Visegrad 24 explicaban que “cerca de Pokrovsk, las fuerzas especiales y la aviación de la inteligencia militar ucraniana han lanzado una compleja operación aerotransportada. Fuentes de las Fuerzas de Defensa confirmaron a los medios ucranianos que unidades de asalto de inteligencia han entrado en zonas de la ciudad que los generales rusos habían declarado previamente capturadas”. La realidad de la batalla urbana, especialmente en un contexto de amplio uso de drones, peligro mortal para todas las tropas de uno y otro bando tanto en el frente como en una franja cada vez más amplia de territorios cercanos a la línea de contacto, es de ausencia de un frente real y una batalla caótica hasta expulsar a las tropas enemigas, ya sean las ucranianas para capturar la ciudad o las rusas

sábado, 1 de noviembre de 2025

Zelensky asegura que "Todo está bajo control"


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Se está librando una seria batalla por Pokrovsk y a los rusos se les ha encomendado tomarla, porque no pudieron tomar Sumi, no pudieron tomar Kupyansk”, declaró ayer Volodymyr Zelensky en su reunión con el director del SBU. El presidente ucraniano trató de calmar la situación pese a que tanto su discurso como su lenguaje corporal mostraban un nerviosismo perfectamente justificado teniendo en cuenta el estado en el que actualmente se encuentra el frente. “Putin dice que quiere visitar Pokrovsk”, se burló Zelensky, que, sugiriendo sutilmente que podría ser atacado ahí, animó a su homólogo ruso a acercarse a la ciudad “porque sabemos cómo va a terminar eso”.

Aunque los pasos que están dando los países europeos en relación a la búsqueda de una hoja de ruta que imponer a Rusia en una futura negociación merecen un análisis más profundo, cualquiera de los escenarios que se están manejando actualmente admite que el más favorable a Ucrania supondría mantener el territorio del que dispone actualmente. Es más, uno de los puntos del aparente plan de doce puntos en el que trabajan las capitales europeas busca que Ucrania tenga algo que decir en la gobernanza de los “territorios temporalmente ocupados”, esos que Kiev no va a admitir haber perdido, pero que incluso Bruselas es consciente de que no puede recuperar. En ese contexto político y militar, el contraataque mediático ucraniano es exagerar tanto sus éxitos como los fracasos rusos sin importar la distancia que exista entre el discurso y lo que ocurre en la línea del frente, especialmente en Pokrovsk-Mirnograd, donde siguen constatándose avances rusos que admiten incluso los sectores más radicales del nacionalismo ucraniano.

martes, 28 de octubre de 2025

Ucrania: El sucio negocio de la adquisición de armas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Durante meses antes de febrero de 2022, las autoridades y la prensa estadounidense daban por hecho que la diplomacia coercitiva de la Federación Rusa en las fronteras de Ucrania -la acumulación de equipamiento y tropas en paralelo a las exigencias políticas que el Kremlin planteaba en busca de un acuerdo de seguridad europea- era, en realidad, el anticipo de la invasión de Ucrania que finalmente se produjo y que por aquel entonces solo negaban Moscú y Kiev. Los motivos de Rusia eran evidentes, nadie va a admitir abiertamente que prepara una invasión, mientras que los del Gobierno ucraniano pasaban por, como admitió posteriormente Zelensky, evitar una fuga de población y capitales que hiciera colapsar la economía. A riesgo de que la población se viera utilizada como escudo humano -Ucrania llegó a admitir que un factor fue también que las ciudades vacías son más fáciles de capturar-, Kiev prefirió negar lo que afirma que sabía y prepararse al margen de su población para la invasión rusa. Cuando finalmente se produjo la intervención militar rusa, Ucrania se centró en defender su capital a costa de abandonar cualquier intento serio de resistirse en los territorios del sur. Y solo en Donetsk, las fortificaciones de los ocho años de guerra en Donbass impidieron el avance ruso. La capacidad de Ucrania de resistir al primer ataque ruso se debió fundamentalmente a la concentración de sus esfuerzos, mejores tropas y armamento en la región de Kiev y en los graves errores de la Federación Rusa, que sobreestimó sus capacidades y subestimó la intención del ejército ucraniano, bregado en ocho años de guerra de trincheras y de trabajo ideológico de odio a todo lo ruso, de luchar hasta el final.

domingo, 26 de octubre de 2025

El futuro orden mundial gira en torno a la guerra indirecta en Ucrania

El avance gradual de Rusia en la región de Donbás parece estar formando un cerco operativo alrededor de la última gran línea defensiva de Ucrania, su “cinturón fortificado”, un acontecimiento que podría decidir no solo el destino de la guerra muy pronto, sino también la configuración del nuevo orden mundial

Brian Berletic, New Eastern Outlook

En las últimas semanas, las fuerzas rusas han ido rodeando cada vez más las ciudades de Pokrovsk, en el centro de Donetsk, mientras se acercan a Lyman y Siversk, más al norte.

Si se observan los diversos proyectos de cartografía en directo que siguen el conflicto en curso en Ucrania, parece estar surgiendo una pinza incipiente en lo que algunos analistas creen que podría ser un cerco a gran escala de lo que queda del “cinturón de fortalezas” de Ucrania en la región de Donbás.

Compuesto por una serie de centros urbanos densamente defendidos desde Kostiantynovka y extendiéndose hacia el norte, hacia Kramatorsk y Slovyansk, más cerca de Lyman, el cinturón fortificado restante de Ucrania probablemente cuenta con miles, quizás decenas de miles de soldados ucranianos.

Su cerco por parte de las fuerzas rusas supondría una derrota catastrófica para Ucrania y sus patrocinadores estadounidenses y significaría el logro de un importante objetivo ruso en el marco de su actual Operación Militar Especial (OME): la captura total de la región de Donbás.

jueves, 23 de octubre de 2025

Nord Stream: Caso Cerrado


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El viernes pasado, un tribunal de Polonia dio el paso más esperado, negar la extradición a Alemania de Volodymyr Zhuravlev, que llegó al tribunal esposado y salió libre. Días antes, Italia había actuado de la misma forma en la vista de extradición de Serhiy Kuznetsov. Este paso es la continuación lógica del progresivo cierre de las investigaciones que habían iniciado países como Suecia, Dinamarca o Países Bajos para determinar qué ocurrió el 26 de septiembre de 2022 en las profundidades del mar Báltico. Aquel día, tres de las cuatro tuberías del Nord Stream 1 y 2, propiedad tanto de Rusia como de Alemania, sufrieron explosiones que dejaron inutilizable el sistema, cuya reparación sería multimillonaria. Descartada rápidamente la opción de una explosión accidental, todos los ojos occidentales miraron a Moscú y medios como Bloomberg publicaron artículos de opinión que directamente acusaban a Rusia de haber atentado contra el gasoducto con el objetivo de atraer a la OTAN a la guerra. Al sinsentido de asumir que Moscú había saboteado unas infraestructuras críticas de las que era copropietaria se sumaba la idea de forzar el choque entre grandes potencias que explícitamente intenta evitar.

“Es crucial ahora investigar los incidentes, obtener total claridad sobre los hechos y el por qué”, escribió aquel día Úrsula von der Leyen, que añadió que “cualquier interrupción deliberada de la infraestructura energética europea activa es inaceptable y conducirá a la respuesta más fuerte posible”. Desde el primer día, cuando se conocieron los hechos, la tendencia política y mediática ha sido apuntar a un enemigo y dar a entender que era Moscú quien más se beneficiaba del ataque. De ahí que pudiera ser calificado de “nada más que un acto terrorista planificado por Rusia y un acto de agresión hacia la Unión Europea” por oficiales ucranianos como Mijailo Podolyak, que precisaba que Rusia “busca desestabilizar la situación económica en Europa y causar pánico antes del invierno”. La mejor respuesta al ataque ruso era aumentar la asistencia militar a Kiev, especialmente con tanques alemanes. En la misma línea se mostraba Polonia, cuyo ministro de Asuntos Exteriores afirmaba que “hoy nos enfrentamos a un acto de sabotaje. No conocemos todos los detalles de lo que ha pasado, pero vemos claramente que es un acto de sabotaje vinculado a la siguiente fase de escalada de la situación en Ucrania”. “Por desgracia, nuestro socio del este persigue constantemente un curso político agresivo”, añadía su viceministro, “si es capaz de un curso agresivo militar en Ucrania, entonces es evidente que no se pueden descartar provocaciones en Europa occidental”. La Unión Europea tenía claro que el culpable era un enemigo, mientras que Polonia y Ucrania no dudaban en señalar a Moscú.

El orden mundial y sus principales actores


Karim Nazriev, Geopolitika

El dilema de la seguridad internacional

Una visión correcta de la historia política del mundo, el conocimiento de los principales actores de la política mundial, los artífices del proceso internacional, es un factor útil y favorable a través del cual se puede evaluar la situación internacional y mostrar el panorama de su desarrollo futuro.

La seguridad internacional depende en muchos aspectos de los artífices del nuevo orden mundial, es decir, de los actores de la política internacional. Esta situación se justifica por el hecho de que la cuestión de la paz y la guerra depende principalmente de los actores de la política internacional y, en particular, de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Si observamos el siglo de desarrollo del proceso político internacional, nos queda claro que la paz y la seguridad mundiales han dependido de las acciones de las superpotencias. En este sentido, un análisis político del proceso político internacional crea las condiciones para el futuro desarrollo de los acontecimientos en el siglo XXI.
Con el desarrollo gradual de las economías de países como el Imperio Británico y Alemania a finales del siglo XIX y principios del XX, la lucha por el mundo, la división y redistribución de las esferas de influencia mundiales, que eran la fuente de materias primas, mano de obra, áreas comerciales y la base de la economía, hicieron inevitables los enfrentamientos directos entre imperios. El desarrollo implacable del capitalismo y su transformación en imperialismo condujo finalmente a que, una vez completada la división del mundo y definidas las esferas de influencia en las regiones del mundo, los imperios coloniales entraran en guerra entre sí.

lunes, 20 de octubre de 2025

Entre los Tomahawks y la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Con el optimismo de quien se ha acostumbrado a conseguir prácticamente todo lo que pide y a la sombra de las amenazas que Donald Trump había dirigido a Rusia, a quien advirtió con la posibilidad de enviar misiles capaces de golpear en cualquier lugar de la parte europea del país, y a la Unión Europea, a la que ha dado orden de imponer sanciones secundarias a China e India por sus relaciones comerciales con Moscú, Ucrania había planteado esta semana como una gran ocasión en la que obtener un gran rédito. A la visita de Volodyrmyr Zelensky del viernes había precedido el trabajo de una extensa delegación encabezada por Andriy Ermak, que había celebrado encuentros con representantes políticos, lobbies y empresas de dos sectores clave -las armas y la energía- como preparación para culminar la semana con grandes acuerdos. Ucrania acudía a Estados Unidos para ofrecer su país, no solo como laboratorio de pruebas de una guerra moderna en la que empresas como Raytheon podrían probar sus armas en situación de combate de alta intensidad, sino como un territorio con amplias infraestructuras de almacenamiento de gas que podría ser utilizado por Estados Unidos como nodo logístico para la exportación de gas natural licuado a Europa. Nuevamente, Ucrania aspira a aprovecharse de las extensas infraestructuras heredadas de la odiada República Socialista Soviética, desaparecida hace más de tres décadas, pero de cuya riqueza industrial sigue intentando aprovecharse.

La semana ha transcurrido finalmente según un patrón establecido a lo largo de los nueve meses de mandato de Donald Trump: exageración de las expectativas, euforia ucraniana ante la certeza de que está a punto de conseguir exactamente lo que busca -armas, tratos comerciales favorables y sanciones contra Rusia-, una intervención rusa en el momento preciso y la reunión que, sin ser negativa, no da los resultados esperados. “La prioridad número uno de Zelensky en la visita era obtener compromisos de Trump no solo sobre los misiles Tomahawk, sino también sobre una variedad de sistemas de armas que Ucrania desea adquirir, según declaró su jefe de gabinete a Axios antes de la reunión. Trump no ofreció tales compromisos”, escribía Barak Ravid, el periodista favorito del trumpismo para filtrar aquello que quiere poner en circulación mediática.

viernes, 17 de octubre de 2025

Ucrania mata -y muere-, los países europeos pagan y Estados Unidos se lucra


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El pasado mes de febrero, el discurso de Pete Hegseth, que sorprendió a los aliados europeos, que no habían sido advertidos de antemano, causó en las capitales europeas un nerviosismo que ha oscilado estos meses entre lo cercano a la histeria al ver a Donald Trump recibiendo a Vladimir Putin en la alfombra roja de Alaska y el éxtasis que supuso saber que la guerra de Ucrania nunca carecerá de armas estadounidenses gracias al mecanismo de adquisición comercial de material por parte de los países europeos. Tener que cargar con el coste de las armas es una responsabilidad que los países europeos han adquirido con gusto. Según el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, actualmente hay 19 países que se han unido a lo conocido como Lista Preferente de Necesidades de Ucrania (PURL por sus siglas en inglés), una suerte de carta a los reyes magos que permite a Kiev disponer de una lista de la compra para que sus aliados europeos conozcan sus deseos y los cumplan con rapidez. El mecanismo es doblemente satisfactorio, ya que, además de ser una forma de garantizar que las demandadas armas estadounidenses sigan llegando de forma rápida y fluida al frente, es también una vía para mantener contento a Donald Trump. Escasas horas después de que, ante las miradas de todo el mundo, el presidente de Estados Unidos recriminara “¿qué pasa con el PIB?” a Pedro Sánchez -en clara referencia al aumento de gasto militar que exige a todos los miembros de la OTAN- y de que posteriormente amenazara con aranceles a los productos españoles, la ministra de Defensa Margarita Robles abrió la puerta a que España también se una como contribuyente a ese fondo común para la guerra. Pasar por caja no solo ayuda a Ucrania a continuar luchando, sino también a los países que desean complacer a la persona más importante del establishment occidental.

miércoles, 1 de octubre de 2025

La "estrategia de la tensión" europea frente a Rusia

El alarmismo y la intransigencia de Europa prometen prolongar (y tal vez agravar) el enfrentamiento con Moscú, y corren el riesgo de contribuir a reavivar el conflicto con Teherán.
El primer ministro polaco, Donald Tusk,
y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte


Roberto Iannuzzi, Intelligence for the People

Desde hace más de dos semanas, la prensa europea y estadounidense está repleta de artículos que denuncian las “provocaciones imprudentes” de Rusia contra Polonia y Estonia, cuyo espacio aéreo habría sido violado intencionadamente por drones y aviones de Moscú.

A estas denuncias se suman las de supuestos episodios de “guerra híbrida” de los que habrían sido víctimas otros países europeos, siempre a manos de Rusia.

Analistas como Ben Hodges, excomandante del ejército estadounidense en Europa y asesor de la OTAN, sostienen que se trata de acciones deliberadas para poner a prueba las defensas de la OTAN.

En este caso, el presidente ruso Vladimir Putin “estaría muy satisfecho con el resultado”, concluyó el Financial Times aludiendo a una supuesta debilidad de la Alianza Atlántica.

Refiriéndose al episodio ocurrido en su país, el primer ministro polaco, Donald Tusk, lo calificó de “lo más parecido a un conflicto abierto [con Moscú] que hemos tenido desde la Segunda Guerra Mundial”.

Por su parte, la alta representante para la política exterior europea y ex primera ministra estonia Kaja Kallas habló de una “provocación extremadamente peligrosa” que “aumenta aún más las tensiones en la región” en relación con la supuesta violación rusa del espacio aéreo de Estonia.

martes, 30 de septiembre de 2025

Cuanto peor, mejor

Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Trump ama a los vencedores, por eso se ha puesto del lado de Ucrania”, afirmó, con toda su arrogancia el ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Radek Sikorski, marido de la propagandista Anne Applebaum -conocida en el pasado por abogar por “matar al mensajero”, los periodistas palestinos- y por su obsesión anticomunista y antirrusa- y recordado por celebrar con un “gracias, Estados Unidos” el atentado contra el Nord Stream. Los halcones vuelven a sonreír ante la certeza de que la guerra no solo no se dirige, como temieron la semana de la cumbre de Alaska, hacia un acuerdo entre Estados Unidos y Rusia, ni siquiera al alto el fuego que aceptaron a regañadientes cuando no lo querían, sino a un notable empeoramiento. Sin definir del todo qué es ganar, concepto que es preciso dejar abierto para poder defender que ha habido una forma de victoria acabe como acabe la guerra, diplomáticos como Sikorski se aferran a esa idea para atraer a Donald Trump, vanidoso, competitivo y actualmente manipulado por una versión de la guerra que no se corresponde con la realidad.

El cambio de opinión del presidente de Estados Unidos, sea legítimo o la estrategia de negociación que apuntaban la semana pasada varios medios, es propicio tanto a un fuerte aumento de los ataques en la retaguardia como a ejercer la labor de lobby belicista con el mayor ahínco posible. Ambos escenarios están dándose ya de forma paralela y coordinada. “Una respuesta estrictamente simétrica a los ataques de Rusia a la infraestructura y a su terror acelerará el camino hacia el fin de la guerra. El precio para Rusia será alto: sentirá las consecuencias de su estrategia militar, basada en matar civiles. Ya no estamos en 2022 con terror aéreo”, escribió ayer Andriy Ermak. El jefe de la Oficina del Presidente se jactaba de los ataques ucranianos contra refinerías rusas, que en realidad no son un ojo por ojo a raíz de los bombardeos del domingo ni de las últimas semanas, sino que comenzaron hace meses. Como ha admitido Zelensky, Rusia protege su industria militar, por lo que Kiev se ha centrado en minar el potencial económico ruso. Lo ha hecho de tal manera que no le ha importado dañar oleoductos clave en el suministro de petróleo de algunos de sus propios aliados de la Unión Europea, a los que exige asistencia militar, económica y energética y paga esa ayuda privándole de recibir la propia.

domingo, 28 de septiembre de 2025

Nerviosismo europeo, armas milagrosas ucranianas


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Dispuesta a todo para conseguir la ayuda de Estados Unidos en la guerra de Ucrania, a día de hoy eje central, si no único, de su política exterior, la Unión Europea no se ha molestado por los términos del acuerdo económico, que impone aranceles a los productos europeos, obliga a abrir el mercado continental a los productos agrícolas estadounidenses -cuya regulación es contraria a la de la UE- y compromete a los países miembros a adquirir un volumen de energía estadounidense por encima de sus posibilidades. Bruselas tampoco consideró humillante la reunión en el Despacho Oval, en el que sus representantes, acompañados de Starmer y Rutte, actuaron de guardaespaldas de Zelensky en una audiencia en la que se les informó del encuentro que habían mantenido los dos actores con capacidad de decisión en esta guerra, Rusia y Estados Unidos. Por supuesto, tampoco ha habido quejas sobre las órdenes que Donald Trump ha dado públicamente tanto al bloque como a los países miembros: cumplir con las promesas de adquirir las cantidades de energía que la UE afirmaba que eran solo declaraciones de intenciones que todas las partes sabían que no iban a cumplirse, cesar completamente las adquisiciones de petróleo y gas natural licuado ruso e imponer sanciones secundarias contra India y China que, sin duda, provocarían la respuesta de los dos países más poblados del planeta.

En febrero de 2022, la UE declaró la guerra de Ucrania existencial y solo vio una opción, vincular su suerte a la de Estados Unidos, el único país capaz de sostener la producción, logística y economía que implica un conflicto de alta intensidad prolongado en el tiempo entre dos ejércitos fuertemente armados. Esa postura ha sometido la posición geopolítica europea a los intereses de Estados Unidos, obligando a Bruselas a actuar con cuidado de no ofender a su socio transoceánico, para el que Ucrania es una herramienta útil en el desgaste de un enemigo histórico que es, además, aliado importante de su rival real, China, pero no es una cuestión existencial. Si con Joe Biden Bruselas podía contar con el apoyo de la Casa Blanca en prácticamente todos los aspectos relacionados con la guerra, aunque en ocasiones hubiera que presionar y ejercer de lobby para conseguir, por ejemplo, el permiso de Washington para que Ucrania utilizara misiles estadounidenses, británicos y franceses en territorio ruso, la llegada al poder de Donald Trump ha modificado el cálculo.

martes, 23 de septiembre de 2025

El cielo de la OTAN


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Justo a tiempo para la semana grande de Naciones Unidas, en la que el foco de las relaciones internacionales se está en Nueva York, donde jefes de Estado y de Gobierno intentan colocar su discurso, los países europeos se han encontrado con un nuevo argumento que utilizar contra Rusia: las “provocaciones” contra la Unión Europea y la OTAN. La incursión de un máximo de 19 drones rusos -gran parte, si no todos ellos, señuelos sin carga explosiva- y la supuesta violación del espacio aéreo estonio en el Báltico siguen siendo presentados como un punto de inflexión.

El discurso político se adapta a las necesidades del guion, sin aferrarse necesariamente a la realidad, por lo que, en ocasiones, las declaraciones de las autoridades son más contundentes que los datos de los que disponen para formar su opinión. “En la semana transcurrida desde que aviones de combate de la OTAN se apresuraron a derribar varios drones rusos que habían cruzado el espacio aéreo de la alianza en Polonia, los funcionarios de inteligencia estadounidenses y occidentales no han podido determinar si la incursión fue accidental o un esfuerzo intencionado de Rusia para sondear las defensas aéreas occidentales y evaluar la respuesta de la OTAN”, escribía el fin de semana CNN, poniendo en cuestión las concluyentes declaraciones de algunas autoridades políticas. “No ha sido un error”, afirmó, por ejemplo, Emmanuel Macron, que en una entrevista concedida el domingo, anticipo de su aparición en Naciones Unidas, añadió que “simplemente hay un proyecto que consiste en destruir la mayor parte posible del territorio de Ucrania… y poner de relieve lo que ellos quieren, la debilidad de la OTAN”. Para dar por hechas las malas intenciones rusas no hacen falta evidencias sólidas, la opinión de los y las dirigentes de los países europeos es suficiente.

viernes, 12 de septiembre de 2025

Drones sobre Polonia

Una operación de falsa bandera de Kiev para incrementar la rusofobia y alentar a toda Europa a una guerra abierta con Rusia

Aleksandr Dugin, Geopolitika

Según informes del ejército polaco unos 10 drones rusos penetraron en el espacio aéreo del país. Todo ocurrió en la zona del aeropuerto polaco de Rzeszów, donde llegan los cargamentos militares de los países de la OTAN destinados a Ucrania.

Se enviaron cazas F-16 y F-35 y Polonia se mantuvo en contacto con el mando de la OTAN para atacar los UAV.

Lo más importante es que se suspendió el funcionamiento de cuatro aeropuertos: el principal aeropuerto de Varsovia, el aeropuerto Chopin, así como los aeropuertos de Varsovia-Modlin, Rzeszów-Jasionka (el más cercano a Ucrania) y Lublin.

Hay tres hipótesis:

lunes, 1 de septiembre de 2025

Estados Unidos, la guerra de Ucrania y la posición de los países europeos


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Dos semanas después de la cumbre entre el presidente Trump y el presidente ruso Vladimir Putin, se han producido pocos avances claros hacia el fin de la guerra. Los frustrados asesores de Trump sostienen que la culpa debe recaer en los aliados europeos, y no en Trump ni siquiera en el presidente ruso Vladimir Putin”, afirma un artículo publicado esta semana por Axios, el medio que está distinguiéndose por ser el utilizado por el trumpismo para filtrar aquello que desea dar a conocer. Las dos cumbres norteamericanas, la de Alaska con Vladimir Putin y la de la Casa Blanca con Zelensky y su sequito de protección europea, fueron presentadas como pasos clave a la hora de articular cuál puede ser la forma en la que se consiga el final de la guerra. Sin embargo, la dificultad del conflicto y la incapacidad de los actores occidentales de comprender que no tienen la capacidad de imponer sobre Rusia una resolución en la que se le ofrezcan ciertas concesiones territoriales –fundamentalmente el territorio que ya tiene-, pero tenga que aceptar la presencia militar de países de la OTAN en una frontera altamente militarizada dificulta cualquier avance. En realidad, la cumbre de Alaska solo fue una primera toma de contacto sobre la que la mediación estadounidense tendría que construir un proceso de negociación que, ante las exigencias encontradas de las partes implicadas directa e indirectamente, aún no ha iniciado. Uno de los motivos de ello es la férrea postura de los países europeos, sobre los que según la visión de Washington ha de recaer el coste y la organización del día después de la guerra.

“Durante meses, ha sido evidente que los líderes europeos prefieren que la guerra continúe. Lo han dicho y actuado así. Están presupuestando una guerra más larga y actúan como saboteadores de las deficientes iniciativas de paz. La única incógnita es: ¿qué esperan ganar?”, se preguntaba la activista Almut Rochowanski, habitual comentarista de esta guerra y miembro del Quincy Institute, que apuntaba a una posición que ha sido obvia desde antes de la llegada al poder de Donald Trump. El motivo de las reticencias diplomáticas de los países europeos también ha sido claro: un acuerdo de resolución vinculante y que consolidara pérdidas territoriales, condicionara la seguridad europea a una arquitectura que no fuera dictada directamente por Bruselas –con apoyo de Washington- y que volviera a admitir a Rusia como un país más del continente sería una derrota estratégica en una guerra que fue calificada en 2022 como existencial para la UE.

sábado, 30 de agosto de 2025

El realismo en las negociaciones


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Los medios occidentales siguen discutiendo escenarios para brindar garantías de seguridad a Ucrania, incluido el despliegue de fuerzas de paz. Las opciones propuestas por Occidente en su conjunto son unilaterales y claramente apuntan a disuadir a Rusia”, escribía ayer, señalando lo obvio, la cuenta oficial de las redes sociales del Ministerio de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa. De forma que debería resultar evidente para Moscú desde hace mucho tiempo, el objetivo de la misión armada que preparan los países de la Coalición de voluntarios liderada por Francia y el Reino Unido no busca tanto proteger a Ucrania, como actuar contra Rusia. Los términos que se están planteando y las exigencias de los países europeos a Estados Unidos, a quien le piden un apoyo de guerra, no de paz, lo dejan claro. De la misma manera que el 9 de mayo llegaron a un acuerdo consigo mismos según el cual “un alto el fuego incondicional durante al menos 30 días debería comenzar el lunes 12 de mayo. Juntos, exigimos esto a Rusia y sabemos que Estados Unidos nos apoya en este sentido” y pese a ser conscientes de no tener la capacidad de cumplir su amenaza anunciaron que “en caso de violación de este alto el fuego, hemos acordado que se prepararán sanciones masivas y se coordinarán entre europeos y estadounidenses”, los países europeos continúan actuando de forma unilateral para tratar de imponer los términos que les convienen sin pararse a pensar en el realismo de sus propuestas.

“Nuestra contribución a las garantías de seguridad es la misión de entrenamiento, la misión militar y también el apoyo a la industria de defensa de Ucrania. Hoy estamos debatiendo cómo cambiar el mandato de todas esas misiones para estar preparados una vez que se haya alcanzado un acuerdo de paz”, afirmó ayer Kaja Kallas, consciente de que la forma y el contenido de la misión armada liderada por países miembro de la UE y la OTAN está planteada en términos que hacen totalmente inviable un acuerdo con Rusia. En el pasado, líderes como Emmanuel Macron han llegado a afirmar que no era preciso un acuerdo con Moscú y la labor del contingente militar europeo, un signo más de que en ningún momento se ha tratado de facilitar una resolución a la guerra, sino de conseguir de forma unilateral un resultado que asegure que la UE pueda seguir utilizando la amenaza rusa como eje central de su política exterior. Lo importante para el liderazgo de la Unión Europea no es que se produzca un pacto, deje de derramarse sangre y Ucrania pueda comenzar el proceso de reconstrucción y su camino hacia la adhesión al bloque político, sino utilizar la guerra para conseguir el objetivo de debilitar al máximo a Rusia.

viernes, 8 de agosto de 2025

El camino incierto de la diplomacia


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El encuentro entre Vladimir Putin y Steve Witkoff, enviado de Trump tanto para Oriente Medio como para Rusia, sigue marcando la actualidad política alrededor del conflicto rusoucraniano y quizá, al menos en parte, también la militar. Como en días anteriores, Ucrania ha continuado atacando con sus drones instalaciones energéticas de la Federación Rusa. Sin embargo, no se ha producido ningún gran ataque con misiles por parte de Rusia tal y como se especulaba ayer, cuando se observaban indicios de esa posibilidad. Solicitada por el Kremlin -esa fue al menos la afirmación de Donald Trump, que antes del viaje de Witkoff no mostraba grandes esperanzas de lograr avances significativos-, la reunión era el último cartucho del que disponía Rusia antes de que expirara el ultimátum del 8 de agosto marcado por la Casa Blanca para mostrar progresos tangibles hacia la paz. Hasta ahora, Moscú había mantenido la retórica de normalidad, había continuado su actuación en el frente sin cambios reseñables -ni aceleración de la guerra terrestre, ni aumento o reducción de los ataques en la retaguardia-, había restado importancia a la amenaza de las sanciones contra Rusia y deslegitimado las amenazas de sanciones secundarias a los clientes de su sector energético.

“Parece que Rusia está ahora más abierta a un alto el fuego. La presión sobre ellos está funcionando”, afirmó después de que se conocieran los primeros detalles de la reunión en Moscú Volodymyr Zelensky. Siguiendo la tendencia de aplicar una dosis de triunfalismo a cualquier acontecimiento -como prueba que esta semana Ucrania esté celebrando el “éxito” de la operación de Kursk ahora que se cumple un año de su inicio-, el presidente de Ucrania celebró de forma anticipada una versión de la reunión de la que únicamente conocía el texto publicado por Donald Trump. Como ya se intuía por el mensaje de Donald Trump, única fuente que daba a entender que Rusia y Estados Unidos habían acordado una reunión a tres en la que participaría también Volodymyr Zelensky, por la mañana el optimismo se redujo notablemente al conocerse la versión de Moscú. Según Yury Ushakov, el asesor más importante de Vladimir Putin en materia de política internacional, Moscú y Washington llegaron a un principio de acuerdo para celebrar, a la mayor brevedad, una cumbre entre los dos presidentes. A la pregunta de si se produciría un encuentro con el presidente ucraniano, Vladimir Putin insistió ayer en su comparecencia junto al presidente de los Emiratos Árabes Unidos, uno de los candidatos a albergar la reunión con Donald Trump, en que dicha reunión requeriría de un trabajo previo que aún no se ha realizado. Mientras el presidente estadounidense da a entender que existe la posibilidad de imponer esa reunión a tres, el ruso insiste en una cumbre a dos y deja para un futuro en el que se hayan negociado los aspectos importantes de la guerra un cara a cara con Zelensky.

miércoles, 23 de julio de 2025

Uno, dos, tres, ¿por qué luchamos? Las guerras de la OTAN


El coronel Lawrence Wilkerson lo dijo sucintamente:
Ya estamos en la Tercera Guerra Mundial. De hecho, ya estamos inmersos en el extenso preámbulo de la Tercera Guerra Mundial.

Pepe Escobar, Strategic Culture

Todos los veteranos de Vietnam y quienes se resistieron al reclutamiento reconocerán el origen del titular de esta columna (es el estribillo de una canción antiguerra de Country Joe MacDonald de 1965). Ah, sí, ya no estamos a finales de los 60, así que es hora de renovarla (sin necesidad de IA) y expandirla: de ahora en adelante, tengan la seguridad que todos en el salvaje Oeste se verán obligados a luchar y/o soportar tres guerras de la OTAN que se solapan.

Guerra número 1

Es Europa contra Rusia, por supuesto. Ya no es una cuestión de poder: es una guerra directa, áspera y violenta. Considerando la avanzada podredumbre del frente ucraniano, ya proliferan nuevos frentes: el Cáucaso Sur; operaciones clandestinas en el Mar Báltico; el frenesí de reclutamiento del MI6 en Asia Central; nuevos actos terroristas en el Mar Negro, especialmente en Crimea.

El coronel Lawrence Wilkerson lo dijo sucintamente: ya estamos en la III Guerra Mundial. De hecho, ya estamos inmersos en el extenso preámbulo de la III Guerra Mundial. El director de circo de Washington D. C. y la clase multimillonaria y donante que lo respalda no tienen ni idea. Releer a Keynes (Las consecuencias económicas de la paz) es imprescindible como nunca antes. La historia se repite. Sin embargo, no estamos en 1914 ni en 1935; ahora podrían entrar en juego las armas nucleares.

lunes, 14 de julio de 2025

Emmanuel Todd: La nueva religión de masas es el culto a la guerra

Según el antropólogo francés Emmanuel Todd, se ha descubierto que la matriz religiosa de la sociedad occidental es: religión activa, religión zombi y, en última instancia, religión cero: la completa separación de la federación y sus valores morales. En Estados Unidos e Israel, que han alcanzado su fase cero, Todd observa el surgimiento de nuevas formas de religiosidad: un evangelicalismo delirante y un judaísmo ultraortodoxo. Pero la verdadera novedad, en ambos países, es el culto a la guerra: una religión de masas posmonoteísta, alimentada por el nihilismo y las deidades guerreras. ¿Su encarnación simbólica? Thor, el dios nórdico de la guerra.

Emmanuel Todd, Krisis

Una secuencia de tres etapas puede describir la disolución de la matriz religiosa de nuestras sociedades: religión activa (creencia y práctica regular), religión zombi (incredulidad acompañada de la supervivencia de valores morales y sociales) y, finalmente, religión cero (desaparición completa).

Inicialmente apliqué este esquema al cristianismo, en todas sus variantes --católica, protestante y ortodoxa-- y luego lo extendí a los otros dos grandes monoteísmos, el islam y el judaísmo, centrándome en el caso del islam en el componente chií.

Así, podemos describir para Escandinavia, por ejemplo, una secuencia típica: «protestantismo activo, protestantismo zombi, protestantismo cero». Para Irán: «chiismo activo, chiismo zombi», con la posibilidad futura de un «chiismo cero». En Israel, sin embargo, la secuencia parece ya completa: «judaísmo activo, judaísmo zombi, judaísmo cero».

El caso israelí, al igual que el estadounidense, requiere mayor investigación: en ambos países han surgido nuevas religiones. En EEUU, un evangelismo delirante; en Israel, un judaísmo ultraortodoxo. Dos fenómenos indudablemente religiosos, pero que representan innovaciones radicales: el primero poscristiano, el segundo posjudío.

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