Pedro Olalla, ctxt
La situación de euforia que el Eurogrupo y el Gobierno griego transmiten a la opinión pública a través de la prensa general podría resumirse con una barroca expresión de Lope a propósito de la excesiva euforia vital: “Engaño es grande”.
¡Grecia sale de los rescates! ¡Grecia vuelve a los mercados! ¡Grecia vuelve a ser un país normal! Dicho así, parece que salimos del túnel porque las recetas han funcionado bien; pero la realidad es muy distinta. Grecia fue metida en los “rescates” en 2010 con una deuda pública de 300.000 millones de euros (el 129% del PIB de entonces) y –después de ocho años de austeridad, más de 450 reformas impuestas por los acreedores, un aumento del paro del 190%, más de 1.000.000 de despidos, recortes salariales medios del 38%, recortes en pensiones del 45%, más de 300.000 empresas cerradas, una pérdida del 25% de PIB, un descenso dramático de las inversiones extranjeras, un aumento exponencial de los impuestos, el mayor plan de privatizaciones del mundo, casi todos los bienes públicos hipotecados en el Fondo de Activos Estatales y un cuarto de la población bajo el umbral de la pobreza– “sale” ahora de los “rescates” con una deuda bastante superior a los 322.000 millones de euros (cierre de mayo de 2018) y al 180% del PIB actual. Y eso después de la supuesta “quita” de 2012 y de los ingentes sacrificios materiales y humanos para atender a la amortización y al pago de intereses. Todo un éxito: “Una economía fortalecida”, como declaró el Eurogrupo en su reunión de junio, cuando decidió que sacaría a Grecia de los rescates a finales de agosto.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
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miércoles, 22 de agosto de 2018
martes, 10 de julio de 2018
Un largo calvario se anuncia para Grecia
Michel Husson, AlEncontre
El tercer "plan de rescate" de Grecia (Memorandum of Understanding) va a terminarse el mes de agosto, aunque no haya salido aún de la crisis, como ha mostrado claramente Jacques Adda. El acuerdo "final" concluido entre Grecia y sus acreedores se basa en el fondo en tres equívocos: pretende borrar los efectos sociales de cerca de diez años de ciega austeridad; se apoya en perspectivas económicas incoherentes; en fin, instaura una puesta bajo tutela indefinida de Grecia.
El acuerdo ha sido acogido con comentarios que expresan un alivio obsceno, si se tiene en cuenta el estado de descalabro del país. La palma corresponde sin duda a Pierre Moscovici que no duda en escribir en su blog: "Como Ulises de vuelta a Itaca, Grecia llega por fin a su destino hoy, diez años después del comienzo de una larga recesión. Puede al fin respirar, mirar el camino recorrido y contemplar de nuevo el futuro con confianza". Es la coz del asno a un pueblo al que se ha maltratado deliberadamente, y esta muestra de autosatisfacción tiene algo de intolerable. El comisario saluda los sacrificios del pueblo griego que eran necesarios para alejar "el mayor peligro de esta odisea" que, para él, no era ni la miseria, ni el paro, ni las enfermedades, ni los suicidios, ni los exilios, sino ese "monstruo llamado Grexit".
El "informe de conformidad" (Compliance Report) de la Comisión europea es también un largo visto bueno que describe punto por punto la buena aplicación por el gobierno griego de las condiciones asociadas a la "ayuda" recibida. A lo largo de todo este texto, la regla es una insoportable novlengua. Tomemos el ejemplo de la salud pública: para la Comisión, "las autoridades han cumplido su compromiso de continuar racionalizando los gastos globales de salud". Esta afirmación es de un cinismo asombroso, teniendo en cuenta la situación real que es ésta: "el sistema nacional de salud griego ha sido desmantelado por la aplicación de un conjunto de medidas impuestas desde 2010 por los acreedores de Grecia en los sectores de salud primaria, secundaria y farmaceútica", como analiza la investigadora Noëlle Burgi, en un artículo muy documentado.
El tercer "plan de rescate" de Grecia (Memorandum of Understanding) va a terminarse el mes de agosto, aunque no haya salido aún de la crisis, como ha mostrado claramente Jacques Adda. El acuerdo "final" concluido entre Grecia y sus acreedores se basa en el fondo en tres equívocos: pretende borrar los efectos sociales de cerca de diez años de ciega austeridad; se apoya en perspectivas económicas incoherentes; en fin, instaura una puesta bajo tutela indefinida de Grecia.
Novlengua europea
El acuerdo ha sido acogido con comentarios que expresan un alivio obsceno, si se tiene en cuenta el estado de descalabro del país. La palma corresponde sin duda a Pierre Moscovici que no duda en escribir en su blog: "Como Ulises de vuelta a Itaca, Grecia llega por fin a su destino hoy, diez años después del comienzo de una larga recesión. Puede al fin respirar, mirar el camino recorrido y contemplar de nuevo el futuro con confianza". Es la coz del asno a un pueblo al que se ha maltratado deliberadamente, y esta muestra de autosatisfacción tiene algo de intolerable. El comisario saluda los sacrificios del pueblo griego que eran necesarios para alejar "el mayor peligro de esta odisea" que, para él, no era ni la miseria, ni el paro, ni las enfermedades, ni los suicidios, ni los exilios, sino ese "monstruo llamado Grexit".
El "informe de conformidad" (Compliance Report) de la Comisión europea es también un largo visto bueno que describe punto por punto la buena aplicación por el gobierno griego de las condiciones asociadas a la "ayuda" recibida. A lo largo de todo este texto, la regla es una insoportable novlengua. Tomemos el ejemplo de la salud pública: para la Comisión, "las autoridades han cumplido su compromiso de continuar racionalizando los gastos globales de salud". Esta afirmación es de un cinismo asombroso, teniendo en cuenta la situación real que es ésta: "el sistema nacional de salud griego ha sido desmantelado por la aplicación de un conjunto de medidas impuestas desde 2010 por los acreedores de Grecia en los sectores de salud primaria, secundaria y farmaceútica", como analiza la investigadora Noëlle Burgi, en un artículo muy documentado.
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martes, 3 de julio de 2018
Syriza y la UE planean décadas de medidas de austeridad y privatizaciones
Katerina Selin, wsws
En una reunión de ministros de finanzas de países de la UE el 21 de junio, los Estados de la UE llegaron a un acuerdo sobre la retirada formal de Grecia de los llamados “programas de rescate” de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), también conocida como la Troika.
Desde 2010, Grecia ha firmado tres programas de crédito, conocidos como el “Memorando de Entendimiento”, que estaban vinculados a drásticas medidas de austeridad y una ola de privatizaciones sin precedentes. Esto ha provocado una depresión económica y una crisis social devastadora que ningún otro país europeo ha experimentado en tiempos de paz.
Solo una semana antes de la última reunión del grupo del euro, el gobierno del pseudoizquierdista Syriza (la “Coalición de la Izquierda Radical”) adoptó otro paquete integral de austeridad para cumplir con los requisitos de los prestamistas internacionales.
Después de la larga sesión en Luxemburgo, que tuvo lugar a última hora de la tarde del jueves, el comisionado de Asuntos Económicos y Financieros de la UE, Pierre Moscovici, declaró un “momento histórico” y anunció pomposamente: “La crisis griega ha terminado esta noche”. El ministro griego de finanzas Euclid Tsakalotos (Syriza) también habló del “fin de la crisis griega”.
En una reunión de ministros de finanzas de países de la UE el 21 de junio, los Estados de la UE llegaron a un acuerdo sobre la retirada formal de Grecia de los llamados “programas de rescate” de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), también conocida como la Troika.
Desde 2010, Grecia ha firmado tres programas de crédito, conocidos como el “Memorando de Entendimiento”, que estaban vinculados a drásticas medidas de austeridad y una ola de privatizaciones sin precedentes. Esto ha provocado una depresión económica y una crisis social devastadora que ningún otro país europeo ha experimentado en tiempos de paz.
Solo una semana antes de la última reunión del grupo del euro, el gobierno del pseudoizquierdista Syriza (la “Coalición de la Izquierda Radical”) adoptó otro paquete integral de austeridad para cumplir con los requisitos de los prestamistas internacionales.
Después de la larga sesión en Luxemburgo, que tuvo lugar a última hora de la tarde del jueves, el comisionado de Asuntos Económicos y Financieros de la UE, Pierre Moscovici, declaró un “momento histórico” y anunció pomposamente: “La crisis griega ha terminado esta noche”. El ministro griego de finanzas Euclid Tsakalotos (Syriza) también habló del “fin de la crisis griega”.
jueves, 19 de octubre de 2017
El BCE como un fondo buitre: Draghi se jacta de ganar 7.800 millones con la deuda griega
Eric Toussaint, Público
Mario Draghi acaba de reconocer que los bancos centrales de los países miembros de la zona euro obtuvieron 7.800 millones de euros de beneficios gracias a los títulos griegos. Títulos que el BCE compró durante los años 2010-2012 en el marco del programa SMP (Securities Markets Programme) (2). A esas ganancias se agregan otras sumas, de las que el presidente del BCE no habla: los beneficios obtenidos por esos mismos bancos centrales en el marco de las compras denominadas «ANFA» (Agreement on Net Financial Assets). También hay que añadir lo conseguido por los 14 países de la zona euro que concedieron préstamos bilaterales a Grecia, en 2010, con unos tipos de interés abusivos de cerca del 5 %. Por ejemplo, Alemania logró más de 1.300 millones de euros de beneficios gracias a su préstamo bilateral a Grecia. Finalmente, el BCE compró en el marco del Quantitative easing (QE) títulos soberanos alemanes por 400.000 millones de euros, la mayoría de las veces con un rendimiento nulo o negativo. Estas adquisiciones de títulos alemanes no le rinden nada, mientras que los títulos griegos que posee con un valor diez veces inferior le aportaron 7.800 millones de euros de beneficio. Cualquiera puede responder a la pregunta de a quién beneficia esa política del BCE.
La mecánica es implacable: todas las veces que una parte de los beneficios del BCE obtenidos de los títulos griegos se transfirió a Atenas, ese dinero fue inmediatamente repartido entre los acreedores para pagar la deuda. Hay que terminar con ese saqueo.
Volvamos sobre la política del BCE con respecto a Grecia, que podemos resumir en 4 actos.
Acto 1º: El papel del BCE en el primer memorando de 2010
El BCE, bajo la dirección de Jean-Claude Trichet (muy ligado a la banca), intervino con la principal preocupación de limitar al máximo las pérdidas de los bancos privados franceses, alemanes, italianos y del Benelux, muy expuestos tanto al sector privado como al sector público griego.
Contrariamente a lo que proclama hasta la saciedad el discurso dominante, el problema principal era el planteado por unos bancos griegos al borde de la insolvencia, cuya posible quiebra constituía una seria amenaza para los prestamistas y en ciertos casos, para sus propietarios que eran, precisamente, bancos franceses, alemanes, italianos o del Benelux (3).
Mario Draghi acaba de reconocer que los bancos centrales de los países miembros de la zona euro obtuvieron 7.800 millones de euros de beneficios gracias a los títulos griegos. Títulos que el BCE compró durante los años 2010-2012 en el marco del programa SMP (Securities Markets Programme) (2). A esas ganancias se agregan otras sumas, de las que el presidente del BCE no habla: los beneficios obtenidos por esos mismos bancos centrales en el marco de las compras denominadas «ANFA» (Agreement on Net Financial Assets). También hay que añadir lo conseguido por los 14 países de la zona euro que concedieron préstamos bilaterales a Grecia, en 2010, con unos tipos de interés abusivos de cerca del 5 %. Por ejemplo, Alemania logró más de 1.300 millones de euros de beneficios gracias a su préstamo bilateral a Grecia. Finalmente, el BCE compró en el marco del Quantitative easing (QE) títulos soberanos alemanes por 400.000 millones de euros, la mayoría de las veces con un rendimiento nulo o negativo. Estas adquisiciones de títulos alemanes no le rinden nada, mientras que los títulos griegos que posee con un valor diez veces inferior le aportaron 7.800 millones de euros de beneficio. Cualquiera puede responder a la pregunta de a quién beneficia esa política del BCE.
La mecánica es implacable: todas las veces que una parte de los beneficios del BCE obtenidos de los títulos griegos se transfirió a Atenas, ese dinero fue inmediatamente repartido entre los acreedores para pagar la deuda. Hay que terminar con ese saqueo.
Volvamos sobre la política del BCE con respecto a Grecia, que podemos resumir en 4 actos.
Acto 1º: El papel del BCE en el primer memorando de 2010
El BCE, bajo la dirección de Jean-Claude Trichet (muy ligado a la banca), intervino con la principal preocupación de limitar al máximo las pérdidas de los bancos privados franceses, alemanes, italianos y del Benelux, muy expuestos tanto al sector privado como al sector público griego.
Contrariamente a lo que proclama hasta la saciedad el discurso dominante, el problema principal era el planteado por unos bancos griegos al borde de la insolvencia, cuya posible quiebra constituía una seria amenaza para los prestamistas y en ciertos casos, para sus propietarios que eran, precisamente, bancos franceses, alemanes, italianos o del Benelux (3).
jueves, 3 de agosto de 2017
Los ciudadanos griegos no ven la luz al final del túnel
Helena Smith, The Guardian /El Diario
"Ya hemos dejado atrás las peores etapas de la crisis". Panaghiota Mourtidou, la jovial fundadora de un grupo de voluntarios, le ha dado muchas vueltas a esta afirmación, pronunciada días atrás por el primer ministro griego. Aunque ya han pasado unos días desde que Alexis Tsipras considerara oportuno hacer estas declaraciones, la voluntaria sigue mostrando su desconcierto. "Es obvio que los políticos no conocen la realidad de la calle –afirma–, porque lo cierto es que la situación no podría ser peor".
Han pasado cuatro años desde que the Guardian habló por primera vez con Mourtidou. En esa ocasión, preparaba paquetes de comida en el Club Solidario donde ella y otros ciudadanos concienciados ayudaban como voluntarios. Se ponían delante de la sede local del Partido Syriza. Por aquel entonces, la voluntaria, votante de izquierdas, creía que Tsipras y Syriza, un partido que era considerado radical, eran los únicos que podían salvar Grecia y evitar el colapso económico.
Tsipras prometió poner fin a las medidas de austeridad. Su puño en alto y su discurso apasionado consiguieron conectar con el sentimiento de justicia de la mujer. En el verano de 2013, cuando faltaban casi 18 meses para que ganara las elecciones, el político era "la gran esperanza, la gran promesa de un futuro mejor".
domingo, 30 de julio de 2017
Grecia, el rechazo de las deudas ilegítimas, una lucha que une
Eric Toussaint, CADTM
Casi doscientas personas se reunieron en el cine al aire libre Dexameni, en el barrio Kolonaki de Atenas, el lunes 17 de julio para asistir a una conferencia y a la proyección de dos documentales realizados en colaboración con el CADTM. La actividad fue organizada conjuntamente por la Comisión para la Verdad sobre la Deuda Griega y la asociación Justicia para Todos. El vídeo de animación titulado «La dette grecque, une tragédie européenne» (La deuda griega, una tragedia europea) se proyectó al principio de la sesión. Este vídeo, realizado por el equipo de Lieja Productions du Pávet y el CADTM, recibió muchos aplausos.
Entre la militancia reunida esa tarde reconocimos a diversas figuras procedentes de un amplio abanico de la izquierda que resiste a los memorandos: Zoe Konstantopoulou (expresidenta del Parlamento griego y fundadora del partido político Rumbo de Libertad), tres exministros del primer Gobierno de Tsipras (Panagiotis Lafazani, Dimitri Stratoulis y Nadia Valavani, todos miembros de Unidad Popular), el jurista Nikos Konstantopoulos (expresidente de Syriza a principios de los años 2000), Aris Chatzistefanou (director de las películas Debtocracy, Catastroïka… y animador de la web Infowar) , Leonidas Vatikiotis (coguionista de Debtocracy y Catastroïka), Moisis Litsis del CADTM Grecia, Kostas Bitsani (compañero de la eurodiputada Sofia Sakorafa, de viaje en Bruselas esta tarde), Antonis Ntavanelos (exmiembro del buró político de Syriza) y Sotiris Martiris (ambos miembros de DEA y de Unidad Popular), Stathis Kouvelakis (exmiembro del Comité Central de Syriza y miembro de Unidad Popular), Diamantis Karanastasis, uno de los impulsores de Curso de Libertad, Marie Laure Coulmin, coordinadora del libro colectivo Les Grecs contre l’Austérité (Los griegos contra la austeridad); militantes sindicales y muchos ciudadanos y ciudadanas que no participan habitualmente en las reuniones de la izquierda radical. Una auténtica reunión en un contexto en el que la unidad de acción entre resistentes es más necesaria que nunca. Es raro ver semejante diversidad y es importante señalar que la lucha contra las deudas ilegítimas constituye una temática que puede reunir a todo el mundo, aunque no es fácil.
Casi doscientas personas se reunieron en el cine al aire libre Dexameni, en el barrio Kolonaki de Atenas, el lunes 17 de julio para asistir a una conferencia y a la proyección de dos documentales realizados en colaboración con el CADTM. La actividad fue organizada conjuntamente por la Comisión para la Verdad sobre la Deuda Griega y la asociación Justicia para Todos. El vídeo de animación titulado «La dette grecque, une tragédie européenne» (La deuda griega, una tragedia europea) se proyectó al principio de la sesión. Este vídeo, realizado por el equipo de Lieja Productions du Pávet y el CADTM, recibió muchos aplausos.
Entre la militancia reunida esa tarde reconocimos a diversas figuras procedentes de un amplio abanico de la izquierda que resiste a los memorandos: Zoe Konstantopoulou (expresidenta del Parlamento griego y fundadora del partido político Rumbo de Libertad), tres exministros del primer Gobierno de Tsipras (Panagiotis Lafazani, Dimitri Stratoulis y Nadia Valavani, todos miembros de Unidad Popular), el jurista Nikos Konstantopoulos (expresidente de Syriza a principios de los años 2000), Aris Chatzistefanou (director de las películas Debtocracy, Catastroïka… y animador de la web Infowar) , Leonidas Vatikiotis (coguionista de Debtocracy y Catastroïka), Moisis Litsis del CADTM Grecia, Kostas Bitsani (compañero de la eurodiputada Sofia Sakorafa, de viaje en Bruselas esta tarde), Antonis Ntavanelos (exmiembro del buró político de Syriza) y Sotiris Martiris (ambos miembros de DEA y de Unidad Popular), Stathis Kouvelakis (exmiembro del Comité Central de Syriza y miembro de Unidad Popular), Diamantis Karanastasis, uno de los impulsores de Curso de Libertad, Marie Laure Coulmin, coordinadora del libro colectivo Les Grecs contre l’Austérité (Los griegos contra la austeridad); militantes sindicales y muchos ciudadanos y ciudadanas que no participan habitualmente en las reuniones de la izquierda radical. Una auténtica reunión en un contexto en el que la unidad de acción entre resistentes es más necesaria que nunca. Es raro ver semejante diversidad y es importante señalar que la lucha contra las deudas ilegítimas constituye una temática que puede reunir a todo el mundo, aunque no es fácil.
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viernes, 21 de julio de 2017
Los trabajadores de esta fábrica griega demuestran cómo enfrentarse al capitalismo
- Un valiente grupo de trabajadores se ha convertido en ejemplo para Reino Unido y el resto de Europa al tomar el control de su lugar de trabajo
- Los dueños, en quiebra, huyeron y los trabajadores son ahora los dueños de la fábrica. No hay jerarquías y todos tienen el mismo salario
de la fábrica Viome
Uno podría llamar a los hombres y mujeres de Viome trabajadores de fábrica, pero eso no sería ni la mitad. Prueba con esto: de las personas más valientes que he conocido nunca. O con esto: organizadores de uno de los experimentos sociales más llamativos en la Europa contemporánea. Y con esto otro: una lección diaria de Grecia al Reino Unido del Brexit, tanto en la forma de trabajar como en la forma de hacer política.
En el punto más alto de la crisis griega en 2011, el personal de Viome fichó y empezó a trabajar para enfrentarse a un dilema existencial. Los dueños de la empresa estaban en quiebra y habían abandonado la fábrica, situada en la segunda ciudad más grande de Grecia, Tesalónica. Desde este momento, el guión se escribió prácticamente solo: la fábrica, que producía químicos para la industria de la construcción, se iba a cerrar. Habría despidos inmediatos y se hundiría a decenas de familias en la pobreza. Y viendo que Grecia estaba en la mayor depresión económica jamás vista en la Unión Europea, las posibilidades de que los trabajadores consiguiesen otro empleo eran prácticamente nulas.
viernes, 2 de junio de 2017
El cuarto rescate de Grecia
Juan Francisco Martín Seco, El viejo Topo
La reunión del Eurogrupo del lunes pasado terminó sin acuerdo acerca del cuarto rescate a Grecia. Cuarto rescate, así lo llaman los sindicatos y la oposición. La razón de esta dominación radica en que, si bien en puridad el dinero que va a recibir el país heleno pertenece al tercero, al que se firmó en 2015, ahora se condiciona su desembolso a nuevas medidas y recortes. Otra vuelta de tuerca. Es la enésima. La verdad es que no se debería llamar ni cuarto ni tercero ni primer rescate, porque nunca se ha rescatado a Grecia. Solo hay que contemplar su situación actual. A los que en realidad se ha rescatado ha sido a los bancos alemanes y franceses, mientras que se hundía al país heleno más y más en la crisis. Grecia no levanta cabeza. Y se confirma una y otra vez la nefasta política impuesta por Berlín y Bruselas.
La Comisión, no obstante, presenta estos días una visión triunfalista e idílica, quizás para justificarse y para que la esperanza haga los recortes menos duros y amargos. Afirma que está resurgiendo la confianza, despuntando el consumo, aumentando el empleo, que la temporada turística va a ser buena y que el saldo presupuestario primario (antes de pagar intereses) es mejor de lo esperado. En 2016, 3,95% del PIB.
La reunión del Eurogrupo del lunes pasado terminó sin acuerdo acerca del cuarto rescate a Grecia. Cuarto rescate, así lo llaman los sindicatos y la oposición. La razón de esta dominación radica en que, si bien en puridad el dinero que va a recibir el país heleno pertenece al tercero, al que se firmó en 2015, ahora se condiciona su desembolso a nuevas medidas y recortes. Otra vuelta de tuerca. Es la enésima. La verdad es que no se debería llamar ni cuarto ni tercero ni primer rescate, porque nunca se ha rescatado a Grecia. Solo hay que contemplar su situación actual. A los que en realidad se ha rescatado ha sido a los bancos alemanes y franceses, mientras que se hundía al país heleno más y más en la crisis. Grecia no levanta cabeza. Y se confirma una y otra vez la nefasta política impuesta por Berlín y Bruselas.
La Comisión, no obstante, presenta estos días una visión triunfalista e idílica, quizás para justificarse y para que la esperanza haga los recortes menos duros y amargos. Afirma que está resurgiendo la confianza, despuntando el consumo, aumentando el empleo, que la temporada turística va a ser buena y que el saldo presupuestario primario (antes de pagar intereses) es mejor de lo esperado. En 2016, 3,95% del PIB.
miércoles, 10 de mayo de 2017
El gobierno de Syriza acuerda seguir las salvajes medidas de austeridad
Un acuerdo para imponer 3.600 millones de euros más en recortes de austeridad ha sido alcanzado entre el gobierno griego de Syriza, los funcionarios de la Unión Europea (UE) y del Fondo Monetario Internacional (FMI). El acuerdo de este martes es el último componente brutal de la austeridad de 86.000 millones de euros para el paquete de préstamos firmado por el gobierno griego en Agosto de 2015. Su compromiso con la austeridad adicional estaba condicionado a que la UE liberara un tramo de 7.500 millones de euros, necesario para pagar la deuda madura de Julio.
Las negociaciones se prolongaron durante un período de seis meses, lo que aumentó la especulación de que no se alcanzaría un acuerdo a tiempo para que Grecia cumpla con sus obligaciones sobre la carga total de la deuda que se mantuvo en torno a los 300.000 millones de euros -79 por ciento del PIB. Esto los llevaría a una crisis similar a la del verano de 2015, cuando el país estuvo a punto de morir y los bancos se vieron obligados a cerrar. Los mercados financieros reaccionaron positivamente al nuevo acuerdo, con las acciones griegas saltando un 3,1 por ciento. Anunciando el acuerdo, Euclid Tsakalotos, ministro de Finanzas de Syriza, declaró: "La negociación ha terminado con un acuerdo sobre todos los asuntos", y añadió: "Ahora tenemos una decisión que el gobierno griego será llamado a cumplir con leyes y decisiones".
martes, 9 de mayo de 2017
Yanis Varoufakis: ”Cuando de la historia no se aprende se está condenado a repetir los mismos errores”
Yannis Varoufakis es una figura muy reconocida internacionalmente. A sus 56 años mantiene el mismo estilo de académico contestatario, juvenil y carismático que llamó tanto la atención pública internacional en el breve período, entre enero y junio de 2015, cuando fue el primer ministro de Finanzas en Grecia del gobierno de izquierda del partido Syriza liderado por Alexis Tsipras. Asumió entonces las tensas gestiones para intentar la renegociación de términos más favorables para su país acosado por un enorme endeudamiento, y ajustes económicos y sociales exigidos por la denominada “troika” formada por la Comisión Económica Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional. Varoufakis renunció a su cargo ante el sorpresivo viraje del primer ministro Tsipras alterando sus promesas pre-electorales y el claro resultado del “no” en el referéndum de consulta popular del 5 de julio de 2015, para terminar inmediatamente aceptando un nuevo acuerdo con la “troika· con condiciones aún más severas y regresivas para Grecia. Desde entonces ha regresado a su actividad universitaria, pero despliega asimismo una permanente y muy enérgica actividad pública a través de sus escritos, conferencias y declaraciones como severo crítico a las políticas europeas que, en su opinión, llevan a mayores desequilibrios, inequidades y tensiones internacionales. El economista griego visitó en la última semana Ecuador donde mantuvo reuniones con el Presidente Rafael Correa y el Presidente electo Lenin Moreno, expresando su particular interés por conocer la experiencia y evolución económica ecuatoriana y la situación de América Latina. Dentro de su agenda, concedió la siguiente entrevista exclusiva a NODAL
Jorge Marchini, Nodal
-Usted plantea en forma recurrente críticas a las relaciones económicas y financieras crecientemente descompensadas entre países centrales y periféricos. ¿Cuáles serían las condiciones y posibilidades políticas para cambiar esta tónica crecientemente negativa tanto en Europa como a nivel mundial?
-Se necesita globalmente un nuevo “New Deal” (Nuevo Acuerdo), se necesitan cambios profundos a nivel mundial. Es imprescindible un nuevo sistema financiero internacional que impida que los flujos de capital sean destructivos para los países periféricos y que se revierta el enorme daño que se ha hecho. Hoy tenemos una situación muy endeble por culpa del carácter predatorio del sistema bancario tanto en los países centrales como en los periféricos. En las primeras dos décadas luego de la Segunda Guerra Mundial los flujos financieros eran restringidos y existían controles para los movimientos de capitales: fue un período -en general- de crecimiento, con mecanismos activos para atender las crisis de balanza de pagos de los países periféricos. Una vez que comenzó a desarticularse este sistema y se impuso la mayor libertad financiera global, creció la esclavización dependiente de las economías y se instaló una mayor volatilidad a nivel mundial.
-Mucho se habló que la necesidad de revertir la concentración y globalización financiera internacional luego de la crisis de 2007/08. ¿Qué se ha hecho desde entonces para prevenir nuevas crisis?
Jorge Marchini, Nodal
-Usted plantea en forma recurrente críticas a las relaciones económicas y financieras crecientemente descompensadas entre países centrales y periféricos. ¿Cuáles serían las condiciones y posibilidades políticas para cambiar esta tónica crecientemente negativa tanto en Europa como a nivel mundial?
-Se necesita globalmente un nuevo “New Deal” (Nuevo Acuerdo), se necesitan cambios profundos a nivel mundial. Es imprescindible un nuevo sistema financiero internacional que impida que los flujos de capital sean destructivos para los países periféricos y que se revierta el enorme daño que se ha hecho. Hoy tenemos una situación muy endeble por culpa del carácter predatorio del sistema bancario tanto en los países centrales como en los periféricos. En las primeras dos décadas luego de la Segunda Guerra Mundial los flujos financieros eran restringidos y existían controles para los movimientos de capitales: fue un período -en general- de crecimiento, con mecanismos activos para atender las crisis de balanza de pagos de los países periféricos. Una vez que comenzó a desarticularse este sistema y se impuso la mayor libertad financiera global, creció la esclavización dependiente de las economías y se instaló una mayor volatilidad a nivel mundial.
-Mucho se habló que la necesidad de revertir la concentración y globalización financiera internacional luego de la crisis de 2007/08. ¿Qué se ha hecho desde entonces para prevenir nuevas crisis?
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jueves, 6 de abril de 2017
Miles de pensionistas griegos protestan contra la austeridad
Miles de ancianos griegos protestaron pacíficamente el martes contra mayores recortes en las pensiones, mientras Grecia permanece atascada en las conversaciones con sus acreedores sobre nuevas medidas de austeridad e impopulares reformas laborales.
Los recortes a las pensiones han sido un rasgo característico de las campañas de austeridad como contrapartida a la ayuda financiera al país. Grecia ha necesitado tres rescates multimillonarios desde 2010 para evitar la bancarrota.
Ahora Grecia está negociando nuevos recortes para mantener en vigor su rescate de 86.000 millones de euros. Representarían la decimosegunda reducción de las pensiones en siete años, un tema controvertido para el primer ministro, Alexis Tsipras, del partido Syriza que prometió combatir la austeridad cuando llegó al gobierno en 2015.
"Tsipras nos ha traicionado", dijo Stelios Vitzilaios mientras se manifestaba con otros 4.000 pensionistas por Atenas, con la ayuda de un bastón. Comenzó a trabajar cuando tenía 14 años, y ahora recibe una pensión de 550 euros al mes, 100 euros menos que antes de la crisis. Los pensionistas en el país representan a menudo el único soporte económico de los hogares, en un país donde cerca de la cuarta parte de la población activa está en paro.
martes, 7 de marzo de 2017
La troika desembarca otra vez en Grecia con la tijera
Los nuevos recortes que debe aplicar Atenas ascienden a 3.600 millones de euros. No tendrán que ser en 2017, podrán introducirse a lo largo de los próximos años y, principalmente, a partir de 2019Alexandre Mato, CTXT
Atenas y sus acreedores internacionales discuten de nuevo importantes reformas para el país, ajustes de hasta el 2% de su PIB para los próximos años, según lo acordado en el Eurogrupo del pasado 20 de febrero. Es la negociación de la segunda revisión del programa de rescate del país que ha comenzado este martes en Atenas para desbloquear una etapa atascada desde antes de Navidad.
Los acreedores de Grecia --la conocida anteriormente como troika y que ahora es una cuadriga porque también está el MEDE, Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera -- estaban enfrentados hasta hace unos días por la deuda helena, el superávit presupuestario del país y las medidas que debía aplicar el gobierno. Los nubarrones entre ellos han desaparecido.
En agosto de 2015, cuando se pactó el tercer rescate de Grecia, el FMI decidió quedarse al margen hasta cobrar los préstamos que todavía le adeudaba Atenas del segundo rescate, y con el objetivo de analizar una proyección realista de la deuda griega. Su conclusión es que es “insostenible” y por eso pide reestructurar una montaña que roza el 180% del PIB del país. Los otros acreedores de la troika, la Comisión Europea, el BCE y el MEDE, rechazan esta petición tajantemente. Alemania, principal economía europea, impone su no.
jueves, 2 de marzo de 2017
¿Puede Grecia recuperar su independencia de la zona euro y de Europa?
Dimitris Kazakis, Socialismo 21
Los rumores sobre la transición hacia una moneda nacional en Grecia están en máximos. Hablamos de rumores porque de ninguna manera se trata de un diálogo político serio. Ninguno de los actuales partidos parlamentarios desea tal diálogo. Algunos hablan del dracma pero entienden moneda doble, que es en realidad una propuesta del alemán Schöble. Dicha propuesta, es decir la introducción de una moneda doble, implica que Grecia seguirá bajo ocupación y bajo un régimen de excepción dentro de la UE. Todo mientras se condona una parte de la deuda, es la posición del partido del Amanecer Dorado (extrema derecha) que tiene la esperanza de que los alemanes permitan la sustitución del gobierno de Syryza por un nuevo gobierno de Amanecer Dorado.
Otros hablan de vuelta al viejo dracma bajo un régimen de constantes devaluaciones para que el precio de la mano de obra en Grecia caiga cerca del cero en nombre de la «competitividad» y del «desarrollo» (propuesta de Lapavitsas). El señor Lapavitsas se imagina un régimen de excepción dentro de la UE –más o menos como lo ha definido la propuesta Schöble. De este modo, se legítima de facto el régimen de ocupación y los acreedores estarán libres para chantajear sin limites y sin que Grecia pueda recurrir al derecho nacional, al derecho internacional o al derecho europeo.
Otros proponen la adopción de un nuevo dracma con el objetivo de devolver una parte de la deuda pública y nacionalizar las enormes pérdidas de los bancos sistémicos (propuesta de Lafazanis). Por supuesto ninguno de los autores de esta última propuesta nos ilumina sobre cuánta más austeridad y cuántos más impuestos soportará el hogar griego, aunque se trate de devolver solo un 10 % de la deuda. Nadie nos explica por qué razon se tienen que “nacionalizar” (y cargar sobre la espalda del pueblo) las enormes pérdidas de bancos usureros y quebrados. ¿ Sirven de algo estos bancos a la economía griega y a su pueblo ?
Los rumores sobre la transición hacia una moneda nacional en Grecia están en máximos. Hablamos de rumores porque de ninguna manera se trata de un diálogo político serio. Ninguno de los actuales partidos parlamentarios desea tal diálogo. Algunos hablan del dracma pero entienden moneda doble, que es en realidad una propuesta del alemán Schöble. Dicha propuesta, es decir la introducción de una moneda doble, implica que Grecia seguirá bajo ocupación y bajo un régimen de excepción dentro de la UE. Todo mientras se condona una parte de la deuda, es la posición del partido del Amanecer Dorado (extrema derecha) que tiene la esperanza de que los alemanes permitan la sustitución del gobierno de Syryza por un nuevo gobierno de Amanecer Dorado.
Otros hablan de vuelta al viejo dracma bajo un régimen de constantes devaluaciones para que el precio de la mano de obra en Grecia caiga cerca del cero en nombre de la «competitividad» y del «desarrollo» (propuesta de Lapavitsas). El señor Lapavitsas se imagina un régimen de excepción dentro de la UE –más o menos como lo ha definido la propuesta Schöble. De este modo, se legítima de facto el régimen de ocupación y los acreedores estarán libres para chantajear sin limites y sin que Grecia pueda recurrir al derecho nacional, al derecho internacional o al derecho europeo.
Otros proponen la adopción de un nuevo dracma con el objetivo de devolver una parte de la deuda pública y nacionalizar las enormes pérdidas de los bancos sistémicos (propuesta de Lafazanis). Por supuesto ninguno de los autores de esta última propuesta nos ilumina sobre cuánta más austeridad y cuántos más impuestos soportará el hogar griego, aunque se trate de devolver solo un 10 % de la deuda. Nadie nos explica por qué razon se tienen que “nacionalizar” (y cargar sobre la espalda del pueblo) las enormes pérdidas de bancos usureros y quebrados. ¿ Sirven de algo estos bancos a la economía griega y a su pueblo ?
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jueves, 23 de febrero de 2017
Tras siete años de rescate los griegos se hunden aún más en la pobreza
Karolina Tagaris, Reuters
La pensionista griega Dimitra dice que nunca imaginó que su vida se reduciría a recibir alimentos donados: algo de arroz, dos bolsas de pasta, un paquete de garbanzos, algunos dátiles y un envase de leche para todo el mes.
A sus 73 años, Dimitra -que en otros tiempos ayudó ella misma a los más necesitados como repartidora de comida en Cruz Roja- está entre el creciente número de griegos que a duras penas se las apañan para sobrevivir.
Tras siete años de rescates en los que han fluido hacia el país miles de millones de euros, la pobreza no se reduce, sino que crece como en ninguna otra parte de la Unión Europea.
"Nunca se me pasó siquiera por la cabeza", dijo, negándose a dar su apellido por el estigma de aceptar donaciones de comida que todavía pervive en Grecia. "Viví austeramente. Nunca me fui de vacaciones. Nada, nada, nada", dijo.
Ahora tiene que destinar más de la mitad de sus 332 euros de ingresos mensuales a pagar el alquiler de un diminuto apartamento ateniense. El resto: facturas.
La pensionista griega Dimitra dice que nunca imaginó que su vida se reduciría a recibir alimentos donados: algo de arroz, dos bolsas de pasta, un paquete de garbanzos, algunos dátiles y un envase de leche para todo el mes.
A sus 73 años, Dimitra -que en otros tiempos ayudó ella misma a los más necesitados como repartidora de comida en Cruz Roja- está entre el creciente número de griegos que a duras penas se las apañan para sobrevivir.
Tras siete años de rescates en los que han fluido hacia el país miles de millones de euros, la pobreza no se reduce, sino que crece como en ninguna otra parte de la Unión Europea.
"Nunca se me pasó siquiera por la cabeza", dijo, negándose a dar su apellido por el estigma de aceptar donaciones de comida que todavía pervive en Grecia. "Viví austeramente. Nunca me fui de vacaciones. Nada, nada, nada", dijo.
Ahora tiene que destinar más de la mitad de sus 332 euros de ingresos mensuales a pagar el alquiler de un diminuto apartamento ateniense. El resto: facturas.
miércoles, 22 de febrero de 2017
Grecia regresa al escenario
Alejandro Nadal, La Jornada
Los tiempos no podían ser más desafortunados para recibir noticias negativas sobre la crisis en Grecia. Después de algunos meses en el congelador, el tema de la moratoria y de una posible salida griega de la esfera del euro vuelve a sembrar la alarma en Europa. Pero ahora esto se combina con los exabruptos de las primeras semanas de Trump en la Casa Blanca, así como con las peripecias sobre las negociaciones del Brexit y las perspectivas de las elecciones en Francia, Holanda y Alemania en los próximos meses. Este torbellino de acontecimientos corre el riesgo de entorpecer el desenlace de las negociaciones sobre el rescate en Grecia y sus consecuencias.
La gravedad del problema que afronta la economía griega no debe sorprender a nadie. Para quien ha seguido de cerca la crisis en la eurozona no es nada nuevo ver el tsunami de vencimientos que se perfila este verano y que no podrá ser contenido fácilmente. Desde hace tiempo hemos observado cómo las decisiones tomadas por la Comisión Europea y los acreedores simplemente han consistido en, como se dice vulgarmente, ir pateando el bote para ganar tiempo. Bueno, pues parece que el tiempo se acabó y ha llegado el momento de tomar decisiones.
Los tiempos no podían ser más desafortunados para recibir noticias negativas sobre la crisis en Grecia. Después de algunos meses en el congelador, el tema de la moratoria y de una posible salida griega de la esfera del euro vuelve a sembrar la alarma en Europa. Pero ahora esto se combina con los exabruptos de las primeras semanas de Trump en la Casa Blanca, así como con las peripecias sobre las negociaciones del Brexit y las perspectivas de las elecciones en Francia, Holanda y Alemania en los próximos meses. Este torbellino de acontecimientos corre el riesgo de entorpecer el desenlace de las negociaciones sobre el rescate en Grecia y sus consecuencias.
La gravedad del problema que afronta la economía griega no debe sorprender a nadie. Para quien ha seguido de cerca la crisis en la eurozona no es nada nuevo ver el tsunami de vencimientos que se perfila este verano y que no podrá ser contenido fácilmente. Desde hace tiempo hemos observado cómo las decisiones tomadas por la Comisión Europea y los acreedores simplemente han consistido en, como se dice vulgarmente, ir pateando el bote para ganar tiempo. Bueno, pues parece que el tiempo se acabó y ha llegado el momento de tomar decisiones.
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lunes, 13 de febrero de 2017
Grecia: el colapso silenciado de todo un país
La crisis griega sigue ahí. Los líderes europeos y el FMI han lanzado un nuevo ultimátum a Alexis Tsipras. Tiene tres semanas para presentar nuevas medidas de austeridad. Agotado, el país está al borde del colapso financiero, económico y moral. Los dirigentes de Syriza hablan de salir del euro.Martine Orange, Sin Permiso
Después de rechazar la idea durante más de dos años, Syriza parece estar dispuesta a pensar lo impensable: abandonar la zona euro. Mientras que los funcionarios del gobierno no hablan de ello abiertamente, figuras prominentes del partido de izquierdas evocan públicamente la hipótesis. Para el ex ministro de Asuntos Europeos de Syriza, Nikos Xydakis, el tema de la salida del euro, en cualquier caso, no debe ser considerado "tabú". "No debería ser un tabú cuando hablamos del destino de la nación. Hemos llegado al punto en que las personas están al límite de su resistencia. Creo que necesitamos una discusión política nacional en profundidad. Y esta discusión, por supuesto, tiene que empezar en el Parlamento", ha declarado el martes 31 de enero.
Los observadores se pierden en conjeturas. ¿Es un globo sonda personal del ex ministro? ¿Esta intervención pretende disminuir la presión sobre el gobierno de Syriza, cuando se encuentra, una vez más, en un callejón sin salida frente a sus acreedores? ¿O la asunción de una salida del euro es realmente un escenario que discute el gobierno, agotado de no encontrar ningún apoyo y soluciones?
La crisis griega ha desaparecido de las pantallas de radar desde el tercer rescate, impuesto después de la capitulación de Syriza en julio de 2015. Se han tomado todas las medidas incluso para enterrar el tema con cuidado, para que no vuelva a abrir divisiones europeas, en espera de que el tiempo acabase por hacer olvidar Grecia. Los líderes europeos ciertamente no quieren que el tema vuelva a su agenda, a la espera de las elecciones este año en los Países Bajos, Francia y Alemania.
jueves, 15 de diciembre de 2016
Grecia avanza hacia una nueva crisis de deuda
La crisis de Grecia se acerca a un momento que podría ser crucial tras un año de relativa calma, ya que el gobierno, que está perdiendo apoyo, se ve en la obligación de hacer frente a las inflexibles demandas de los acreedores. El partido de gobierno, el izquierdista Syriza, está considerando la opción de convocar elecciones anticipadas en 2017 porque cada vez cree menos posible lograr concesiones en cuanto a un alivio de la deuda o la austeridad por parte de la eurozona y el Fondo Monetario Internacional.
Según fuentes helenas, aún no se ha tomado la decisión de convocar elecciones. El gobierno revisará el estado de las negociaciones en enero tras pedir a los acreedores nuevamente que se muestren más flexibles.Los comicios permitirían a Syriza --si no a Grecia-- escapar a las presiones de un impopular programa de rescate cuya dureza ha hecho caer a un gobierno heleno tras otro desde que comenzó la crisis en 2009. El líder de Syriza y primer ministro griego, Alexis Tsipras, como sus predecesores, pugna por cumplir los estrictos objetivos fiscales en un país asolado por la recesión y temeroso de la austeridad.
Una renovación de la crisis de deuda de Grecia en 2017 supondría otra prueba para la cohesión de la Unión Europea, cuyo sistema político afronta el reto de superar a los populistas euroescépticos en un conjunto de elecciones nacionales el próximo año. Los gobiernos europeos no quieren reavivar el drama heleno, pero tampoco quieren hacer concesiones a Atenas para evitarlo.
lunes, 6 de junio de 2016
Grecia lo privatiza todo, desde hoteles a playas e islas
Tras el último acuerdo con la UE y el FMI, que prevé destinar 10.300 millones de euros a las arcas griegas, Atenas subastará 71.000 bienes de propiedad pública en lo que será el mayor plan de privatización de Europa.
La extensa lista incluye hoteles y playas, islas y aeropuertos, ferrocarriles y campos de golf, así como sedes olímpicas, puertos, carreteras, propiedades históricas, entre otros bienes de propiedad pública. Se espera que el catálogo se amplíe en los próximos meses.
Según publica 'The Guardian', los griegos ven el plan como una "depredación total" y un golpe más a su dignidad, y reaccionan "con furia y desprecio".
El director de la agencia de privatización griega encargada de deshacerse de estos bienes, Stergios Pitsiorlas, calcula que para 2018 la liquidación de activos puede reportar 6.000 millones de euros.
jueves, 2 de junio de 2016
Joseph Stiglitz: "El euro tal y como está constituido es inviable"
Álvaro Guzmán Bastida, Contexto y Acción
Joseph Stiglitz (Indiana, 1943) no es ningún radical. Su carácter, revestido de un optimismo prudente, y su impresionante currículum, hacen de él un hombre de orden, como mucho un reformista. Y aún así, el premio Nobel, que fuera economista jefe del Banco Mundial a finales de los años noventa después de haber presidido el Consejo de Asesores Económicos de Bill Clinton, se ha convertido en un enérgico crítico del establishment. Para alguien de su pedigrí, tomar partido a favor del “no” en el referéndum griego sobre el rescate, o clamar contra los acuerdos de libre comercio, la explotación de los trabajadores, la ‘extorsion’ de los fondos buitre a las naciones endeudadas y lo que él llama la “depravación moral” del sector financiero, sugiere un renovado ímpetu progresista, o quizá una revelación. Y sin embargo, las posiciones de Stiglitz no han cambiado demasiado --es el mundo en el que las mantiene el que lo ha hecho. La incesante derechización de la ortodoxia económica, junto al crecimiento de la desigualdad, sitúan a este profesor de la Universidad de Columbia en abierta contradicción con sus supuestos aliados, e incluso con sus colegas. No parece importarle demasiado. Stiglitz recibe a CTXT en su oficina en Columbia para hablar de su nuevo libro, The Great Divide: Unequal Societies and What We Can Do about Them (2015), que trata las causas, consecuencias y peligros de la creciente brecha entre ricos y pobres. Y por qué nada de eso es inevitable.
La desigualdad constituye el principal foco de atención de su trabajo. Sus tres últimos libros y su tesis doctoral hablan de ella. ¿Por qué debería preocuparnos?
Hay muchas y poderosas razones morales. En los últimos diez años la investigación ha empezado a poner de manifiesto lo negativa que resulta la desigualdad para la sociedad. Resulta mala incluso para los de arriba, que se convierten en personas diferentes -más endiosadas- gracias a ella. Como economista, me centro en estudiar por qué la desigualdad es mala para el rendimiento económico.
¿A qué se refiere cuando dice que la economía en su conjunto paga un alto precio por la desigualdad?
Joseph Stiglitz (Indiana, 1943) no es ningún radical. Su carácter, revestido de un optimismo prudente, y su impresionante currículum, hacen de él un hombre de orden, como mucho un reformista. Y aún así, el premio Nobel, que fuera economista jefe del Banco Mundial a finales de los años noventa después de haber presidido el Consejo de Asesores Económicos de Bill Clinton, se ha convertido en un enérgico crítico del establishment. Para alguien de su pedigrí, tomar partido a favor del “no” en el referéndum griego sobre el rescate, o clamar contra los acuerdos de libre comercio, la explotación de los trabajadores, la ‘extorsion’ de los fondos buitre a las naciones endeudadas y lo que él llama la “depravación moral” del sector financiero, sugiere un renovado ímpetu progresista, o quizá una revelación. Y sin embargo, las posiciones de Stiglitz no han cambiado demasiado --es el mundo en el que las mantiene el que lo ha hecho. La incesante derechización de la ortodoxia económica, junto al crecimiento de la desigualdad, sitúan a este profesor de la Universidad de Columbia en abierta contradicción con sus supuestos aliados, e incluso con sus colegas. No parece importarle demasiado. Stiglitz recibe a CTXT en su oficina en Columbia para hablar de su nuevo libro, The Great Divide: Unequal Societies and What We Can Do about Them (2015), que trata las causas, consecuencias y peligros de la creciente brecha entre ricos y pobres. Y por qué nada de eso es inevitable.
La desigualdad constituye el principal foco de atención de su trabajo. Sus tres últimos libros y su tesis doctoral hablan de ella. ¿Por qué debería preocuparnos?
Hay muchas y poderosas razones morales. En los últimos diez años la investigación ha empezado a poner de manifiesto lo negativa que resulta la desigualdad para la sociedad. Resulta mala incluso para los de arriba, que se convierten en personas diferentes -más endiosadas- gracias a ella. Como economista, me centro en estudiar por qué la desigualdad es mala para el rendimiento económico.
¿A qué se refiere cuando dice que la economía en su conjunto paga un alto precio por la desigualdad?
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martes, 31 de mayo de 2016
Wolfgang Münchau: Europa se enfrenta al estallido de tres amenazas destructivas
Wolfgang Münchau, director de Eurointelligence y columnista del Financial Times, cree que Europa ha conseguido salvar por los pelos las tres cuestiones que amenazan la cohesión del área euro. Grecia, el Brexit y la crisis de los refugiados son los problemas que los políticos europeos creen haber resuelto, pero la realidad es bien distinta, según este columnista y matemático alemán.
Münchau explica en su columna, que "el reciente acuerdo con Grecia sólo resuelve el futuro inmediato. El acuerdo deja un número importante de puertas abiertas, lo cual es preocupante aunque no necesariamente desastroso".
Algunos partidos alemanes que defienden la salida del euro de Grecia, podrían ganar varios asientos en el Bundestag el año que viene, lo que podría complicar cualquier negociación que lleve implícita una quita de deuda tal y como ha pedido el Fondo Monetario Internacional.
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