En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, el desafío entre Harris-Walz y Trump-Vance debería definirse más adecuadamente como un choque entre el capitalismo financiero de los "Tres Grandes" y el que quiere debilitar su monopolio. Sin molestarse en el contraste “Izquierda” - “Derecha”.
Alessandro Volpi, Fuori Collana
Tras el anuncio de la retirada de Biden de la carrera presidencial, ha surgido con cada vez mayor claridad un conflicto en curso dentro del capitalismo financiero estadounidense. Intentaré resumirlo y tal vez incluso simplificarlo. Después de la elección de Vance como vicepresidente y de la postura de Musk, las filas de los partidarios (y financieros) de Trump están creciendo. Se trata de temas atribuibles a un capitalismo que intenta frenar el poder excesivo de los Tres Grandes, es decir, los superfondos Vanguard, Black Rock y State Street, ahora decididamente vinculados a los demócratas. Tanto Biden como Kamala Harris han tenido y tienen figuras clave en su personal que provienen de Black Rock. Un personaje como Jamie Dimon, el director ejecutivo de JP. Morgan, el banco superfund, persuadido por Trump, lleva mucho tiempo a punto de ser nominado por los demócratas. El presidente de la Fed, con el apoyo de Yellen, acompañó las estrategias de los propios superfondos, comprando sus ETF [Exchange Traded Funds, fondos de inversión cotizados en bolsa que siguen la evolución de un índice].