¡Mayoría Global, regocíjense! Y súbanse al tren de alta velocidad de la desdolarización.
Pepe Escobar, Strategic Culture
El Gran Circo Arancelario de Trump (Trump’s Tariff Tizzy o TTT por sus siglas en inglés), bautizado por él mismo como ‘Día de la Liberación’, está siendo interpretado globalmente -tanto en el Norte como en el Sur Global- como Día del Matadero.
Esta táctica de demolición económica incontrolada de facto comienza con la fantasía retorcida de que lanzar una guerra arancelaria contra China es una idea brillante. Tan brillante como recaudar unos cuantos billones de dólares adicionales en aranceles suponiendo que el resto del planeta se verá algo “animado” a vender al hegemón, mientras se finge que estos aranceles conducirán a la reindustrialización de EEUU.
La máscara tragicómica de un maestro de ceremonias de circo autoproclamado del turbo-capitalismo puede ser tan patética como la rabia de los chihuahuas europeos que impulsan su ‘venganza’ a través del rearme, con fondos que planean robar de las cuentas de ahorro de ciudadanos desprevenidos.
El indispensable Michael Hudson ha configurado el problema clave. Permítanme un pequeño ajuste: “Las sanciones y las amenazas son lo único que le queda a Estados Unidos. Ya no puede ofrecer a otros países una situación en la que todos salgan ganando, y Trump ha dicho que Estados Unidos tiene que ser el ganador neto en cualquier acuerdo internacional que haga, ya sea un acuerdo financiero o comercial. Y si Estados Unidos dice: En cualquier acuerdo que hagamos, vosotros perdéis, yo gano”, esa táctica de extorsión mafiosa no refleja exactamente el arte de la negociación.