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domingo, 22 de diciembre de 2024

La OTAN, cómplice del asesinato terrorista del general ruso Igor Kirillov

El asesinato de un alto general ruso en Moscú esta semana fue un acto bárbaro de terrorismo. También fue un acto cobarde de un enemigo despreciable

Editorial de Strategic Culture

Estados Unidos y sus socios de la OTAN son cómplices de este y otros innumerables actos de terrorismo contra Rusia, pero el asesinato del teniente general Igor Kirillov fue particularmente flagrante y obsceno, violando todas las reglas de la guerra y exige una respuesta meditada, diferente a las anteriores.

El teniente general Kirillov fue asesinado a primera hora de la mañana del martes cuando salía de su edificio de apartamentos en Moscú junto con un ayudante militar, el mayor Ilya Polikarpov. Ambos estaban indefensos, lo que plantea enormes interrogantes sobre los protocolos de seguridad militar rusos.

La explosión de un artefacto escondido en una moto aparcada cerca de la entrada del edificio pareció matar a ambos hombres al instante. Sus cuerpos fueron vistos más tarde tendidos en la acera cubierta de nieve mientras los investigadores criminales acordonaban la zona. Fue una escena sombría, un gélido indicador de hasta qué punto están en guerra los enemigos de Rusia.

viernes, 20 de diciembre de 2024

Ígor Kirílov: el general ruso más odiado por Occidente

Kirílov presentó pruebas documentadas de que EEUU financiaba laboratorios en Ucrania para desarrollar armas biológicas

Víctor Ternovsky, La Haine

El teniente general Ígor Kirílov, jefe de las Tropas de Protección Radiológica, Química y Biológica de las Fuerzas Armadas rusas, falleció este martes en un atentado con explosivos en Moscú. La portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, resume así la trayectoria del militar, muerto a los 54 años: “Durante muchos años, sistemáticamente, con los hechos en la mano, expuso los crímenes de los anglosajones”.

Es fácil deducir quién asesinó a Ígor Kirílov (el autor material del atentado ya ha declarado que le pagaba la inteligencia ucraniana). Y es que era uno de los militares rusos más odiados por Occidente y, especialmente, por Kiev, que abrió una causa penal en su contra en vísperas del asesinato del general.

En 2022, en medio de la operación especial rusa, Ígor Kirílov presentó pruebas documentadas de que el Pentágono estadounidense financiaba laboratorios en Ucrania para desarrollar componentes de armas biológicas. Las actividades, que hasta implicaron ensayos sobre pacientes de hospitales psiquiátricos, fueron amparadas por un acuerdo entre la Defensa norteamericana y el Ministerio de Salud ucraniano fechado en 2015, es decir, poco después de producirse el golpe de Estado en Kiev. En su marco, laboratorios biológicos en Kiev, Odesa, Leópolis y Járkov recibieron decenas de miles de dólares. Su existencia fue confirmada por Victoria "Fuck Europe" Nuland, en aquel entonces subsecretaria de Estado estadounidense, quien se mostró muy preocupada en 2022 por el riesgo de que las tropas rusas se hicieran con el control de lo que calificó como “instalaciones de investigación biológica” en Ucrania.

jueves, 19 de diciembre de 2024

El occidente empobrecido otorga más dinero a Zelensky


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“El ejército ruso bloquea a más de 200 soldados ucranianos en Kurájove (Donetsk)”, titulaba EFE en su breve crónica sobre los últimos acontecimientos que se han producido en el frente de la guerra rusoucraniana. Mientras Trump nombra al polémico exembajador en Alemania Richard Grenell “enviado para misiones especiales”, el general que se encargará de llevar la política ucraniana se exhibe por las televisiones argumentando que el nuevo presidente será capaz de resolver el conflicto “porque nadie más puede hacerlo” y los países europeos discuten el envío de tropas europeas a Ucrania para controlar el futuro alto el fuego, la guerra continúa con cada vez menos interés en el frente militar. A ambos lados del Atlántico, se ha instalado la opinión -en ocasiones el temor- de que Donald Trump obligará a Ucrania a aceptar un acuerdo y el frente quedará temporalmente congelado según las fronteras existentes en el momento de la aceptación de los términos.

Todas las partes parecen estar preparándose para ese momento, que da por hecho que el inicio de una negociación implica necesariamente llegar a un entendimiento. Sin embargo, los precedentes de esta guerra indican todo lo contrario. La firma de Minsk paralizó las grandes operaciones, pero no consiguió ni un alto el fuego real ni avanzar hacia una resolución militar y política, situación que finalmente derivó en la invasión rusa de 2022. Semanas después, Rusia y Ucrania se reunieron por primera vez para iniciar las negociaciones que se prolongarían durante meses, incluso después de la aparente ruptura de Estambul, donde a pesar de los indicios de principio de acuerdo, la iniciativa no prosperó ante el desinterés de Ucrania y sus socios en alcanzar un tratado que implicara concesiones políticas y territoriales. El acuerdo que aparentemente se ofrece ahora a Rusia es congelar el frente, aceptar temporalmente la pérdida de algunos territorios -es de esperar que Ucrania utilice la carta de los territorios de Kursk bajo su control para exigir la devolución de territorios ucranianos, por ejemplo las partes de Járkov bajo control ruso o la central nuclear de Energodar- y quizá el compromiso de no incluir a Ucrania en la OTAN durante unos años, pero no un tratado de resolución. En otras palabras, a cambio del mantenimiento temporal de los territorios bajo su control, se ofrece a Rusia un escenario en el que Ucrania no renunciaría a los territorios, que intentaría recuperar por la vía diplomática, y un acceso a la OTAN que los países miembros ya han declarado “irreversible”, aunque pudiera retrasarse algunos años. A ese escenario hay que añadir la posibilidad de la presencia de tropas de los países de la Unión Europea, y presumiblemente miembros también de la OTAN, aunque técnicamente no sería una misión de la Alianza sino de los países a título individual.

El régimen de Kiev asesina a un general ruso para ocultar la verdad sobre las armas biológicas

La muerte de Kirillov, causada por un ataque terrorista ucraniano, representa un punto de inflexión en el ámbito de la geopolítica moderna.

Lucas Leiroz, Strategic Culture

En un acto audaz y letal, un ataque terrorista llevado a cabo por agentes de inteligencia ucranianos en Moscú acabó con la vida de Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Defensa Química, Biológica, Radiológica y Nuclear de la Federación Rusa, junto con su principal asesor. Kirillov, una de las figuras más importantes de la seguridad nacional rusa, se convirtió en un objetivo estratégico debido a sus investigaciones que revelaron los complejos y oscuros vínculos entre Occidente, Ucrania y los laboratorios de investigación de armas biológicas. Su muerte no es sólo un golpe contra Rusia, sino también un punto de inflexión crítico en las relaciones internacionales, que involucra la controversia en torno a los laboratorios biológicos, el lobby de la industria farmacéutica e, inevitablemente, las conexiones de Kiev con la política estadounidense.

La investigación de Kirillov sobre los laboratorios biológicos

Desde el inicio de la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania en 2022, Ígor Kirillov viene denunciando la existencia de laboratorios de investigación de armas biológicas en territorio ucraniano. Estos laboratorios, que operan bajo la apariencia de “investigación científica” y están financiados por actores globales como la Fundación Soros, las grandes compañías farmacéuticas e incluso miembros influyentes de la familia Biden, han sido acusados ​​de desarrollar armas biológicas dirigidas a Rusia.

martes, 17 de diciembre de 2024

Un nuevo mapa geopolítico se está desplegando: el fin de Siria (y de “Palestina” por ahora)

El equilibrista político estratégico de Israel que era Siria desde 1948 ha desaparecido. Los israelíes están celebrando sus “victorias”. ¿Esta euforia afectará a las élites empresariales estadounidenses?

Alastair Crooke, Strategic Culture

Siria ha entrado en el abismo: los demonios de Al Qaeda, ISIS y los elementos más intransigentes de la Hermandad Musulmana están dando vueltas por los cielos. Hay caos, saqueos, miedo y una terrible pasión por la venganza que quema la sangre. Las ejecuciones callejeras son moneda corriente.

Tal vez Hayat Tahrir Al-Sham (HTS) y su líder, Al-Joulani, (siguiendo instrucciones turcas), pensaron que controlaban las cosas. Pero HTS es una etiqueta paraguas como Al Qaeda, ISIS y An Nusra, y sus facciones ya han caído en la lucha entre facciones. El “Estado” sirio se disolvió en mitad de la noche; la policía y el ejército se fueron a casa, dejando depósitos de armas abiertos para que los shebab los saquearan. Las puertas de las prisiones se abrieron de golpe (o forzando). Algunos, sin duda, eran presos políticos; pero muchos no. Algunos de los reclusos más crueles ahora deambulan por las calles.

Los israelíes –en cuestión de días– destrozaron totalmente la infraestructura de defensa del Estado en más de 450 ataques aéreos: defensas antiaéreas con misiles, helicópteros y aviones de la fuerza aérea siria, la marina y las armerías, todo ello destruido en la “mayor operación aérea en la historia de Israel”.

Siria ya no existe como entidad geopolítica. En el este, las fuerzas kurdas (con apoyo militar estadounidense) se están apoderando del petróleo y los recursos agrícolas del antiguo Estado. Las fuerzas de Erdogan y sus aliados están empeñados en un intento de aplastar por completo el enclave kurdo (aunque Estados Unidos ya ha mediado una especie de alto el fuego). Y en el sudoeste, los tanques israelíes se han apoderado del Golán y de tierras más allá, a 20 kilómetros de Damasco. En 2015, la revista The Economist escribió: “Oro negro bajo el Golán: los geólogos de Israel creen haber encontrado petróleo en un territorio muy complicado”. Los petroleros israelíes y estadounidenses creen haber descubierto una mina de oro en este lugar tan inconveniente.

Y un gran impedimento –Siria– para las ambiciones energéticas de Occidente acaba de disiparse.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Cuestión de confianza


Nahia Sanzo,Slavyangrad

“Ucrania está exhausta. El país, escaso de mano de obra, munición y, lo que es más importante, de moral, se está dando cuenta poco a poco de que la guerra puede no ganarse en el campo de batalla, al menos por ahora. Según una encuesta de Gallup publicada el 19 de noviembre, el 52% de los ucranianos dicen ahora que quieren que su país negocie el fin de la guerra «lo antes posible». Sin embargo, los términos de tal acuerdo dependerían de Washington tanto o más que de Kiev”, escribe, en un poco característico tono de realismo, un artículo de opinión publicado por The Kyiv Independent, que admite que la situación actual daría ventaja a Rusia en caso de una negociación, una opción más posible ahora que hace unos meses. En el juego de decisiones que habrán de tomar en los próximos meses Kiev y sus aliados, el principal factor es la postura de Donald Trump, que hizo de la paz en Ucrania uno de los lemas de su campaña pese a que todo el periodo electoral transcurriera sin una sola pregunta periodística seria sobre cuáles serían sus planes y cómo lograría su ambicioso objetivo.

“El posible cambio en la política estadounidense bajo el mandato de Trump ha alarmado no solo a Kiev, sino también a sus aliados en Europa. Países como Polonia, que comparten un interés directo en la supervivencia de Ucrania y la estabilidad regional, ya se están preparando para el impacto de un menor compromiso estadounidense”, escribe el mencionado artículo ucraniano, que incide en que “Europa se enfrenta a importantes retos a la hora de mantener el flujo de suministros militares a Ucrania. Los niveles de producción aún no han aumentado para satisfacer la demanda, y algunos líderes de Europa Occidental siguen dudando sobre una mayor implicación”. En este sentido, el mensaje que Kiev espera escuchar es el que ha pronunciado esta semana el nuevo comisario de la Unión Europea para Defensa y el Espacio. “Se están almacenando innumerables tanques, y no puedo evitar preguntarme: ¿Qué está planeando Putin? Solo podemos especular, pero debemos estar preparados para el «peor escenario posible» que advierten las agencias de inteligencia”, afirmó el lituano Andrius Kubilus. “Para ser sinceros, no estamos preparados para un ataque”, sentenció.

domingo, 15 de diciembre de 2024

En respuesta a los misiles de la OTAN, Rusia ataca infraestructura crítica en Ucrania


Nahia Sanzo, Slavyangrad

A mediados de semana, Rusia denunciaba un nuevo ataque ucraniano con armas occidentales en territorio de la Federación Rusa, concretamente un aeródromo de la localidad de Taganrog. Según la versión rusa, dos de seis misiles fueron derribados, mientras que los otros cuatro fueron desviados por medios electrónicos para evitar daños. La imagen de los restos de un misil en una carretera confirmaba que al menos una parte de los proyectiles había sido derribada. Moscú confirmó inmediatamente que habría una respuesta al ataque, mientras que Estados Unidos anunció que en los próximos días podía dispararse contra territorio ucraniano un nuevo misil balístico de medio alcance Oreshnik, que se ha convertido para Rusia en su versión de las armas milagrosas. Esta semana, Vladimir Putin ha llegado a decir que una cantidad suficiente de misiles de este tipo hará innecesario el uso de armas nucleares.

Por el momento, Moscú no ha disparado ningún misil Oreshnik en respuesta al reciente ataque contra Taganrog, sino que ha respondido como lo ha hecho en ocasiones anteriores, con un nuevo ataque con drones y misiles. “Rusia lanzó un ataque aéreo masivo contra Ucrania el viernes, disparando 93 misiles balísticos y de crucero y casi 200 drones, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, describiéndolo como uno de los bombardeos más pesados del sector energético del país desde la invasión a gran escala de Rusia hace casi tres años”, escribía ayer AP para narrar el último bombardeo ruso contra objetivos en Ucrania, uno de los más relevantes de los últimos meses. A lo largo del día, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) confirmó que “5 de las 9 unidades de reactores nucleares operativos de Ucrania han reducido su producción de energía debido a renovados ataques a la infraestructura energética”.

jueves, 12 de diciembre de 2024

Los dos objetivos de Zelensky


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El interregnum de menos de 80 días entre la celebración de las elecciones en Estados Unidos y la toma de posesión de la nueva administración siempre ha sido visto como una oportunidad. Ese sería el momento en el que el presidente saliente, consciente de que no iba a repetir mandato, dispondría de la libertad para tomar decisiones radicales sin peligro de perder votos. Ucrania esperaba dos cosas de este tiempo intermedio entre Biden y quien fuera a sucederle: que se levantara el veto al uso de misiles occidentales contra objetivos en la Federación Rusa y lograr del actual presidente la invitación de adhesión a la OTAN. Las reticencias y dilaciones que habían impedido, pese a la dura labor de grupo de presión realizada por Keir Starmer y Emmanuel Macron, que Joe Biden diera la autorización fue historia una vez pasadas las elecciones. Sin un anuncio previo, fue la prensa estadounidense la que anticipó la noticia apenas unas horas antes de que Ucrania utilizara sus primeros ATACMS contra el territorio de la región de Briansk. Poco después, llegó la autorización británica y francesa para utilizar también sus Storm Shadow y Scalp. Los dos meses de Biden como pato cojo comenzaban exactamente tal y como deseaba Ucrania.

Un proxy exigente, Kiev no se conformó con ese permiso, por el que llevaba meses suplicando, y nada más publicarse la noticia se lamentó de la filtración al restar efecto sorpresa al primer bombardeo para centrarse en su segundo objetivo: la OTAN. Aunque la narrativa ucraniana siempre ha tratado de enfatizar la cuestión de la adhesión a la Unión Europea, era evidente que el objetivo real de la Ucrania nacida en Maidan era la adhesión a la Alianza Atlántica. En su periodo final antes de entregar el poder a Volodymyr Zelensky, Petro Poroshenko introdujo esa voluntad euroatlántica en la Constitución de Ucrania, confirmando que Kiev ponía al mismo nivel la adhesión a la UE, para la que había una elevada proporción de acuerdo en los territorios bajo su control, y la OTAN, para la que, pese a haber aumentado a base de presentar la guerra de Donbass como invasión rusa, el apoyo no era tan elevado. La invasión rusa logró lo que la propaganda no había conseguido en años en términos de aumento del apoyo social a la entrada en el bloque militar occidental, aunque no sea la opinión de la población la que importa sino la de los dirigentes occidentales de los que depende la decisión. En otras palabras, Ucrania ha de convencer a los dirigentes de las grandes potencias, principalmente a Estados Unidos, no a su propia población.

domingo, 8 de diciembre de 2024

La versión rusa


Nahia Sanzo, Slavyangrad.es

“Vladímir Putin está abierto a discutir un acuerdo de alto el fuego en Ucrania con Donald Trump, pero descarta hacer grandes concesiones territoriales e insiste en que Kiev abandone sus ambiciones de entrar en la OTAN, según han declarado a Reuters cinco fuentes conocedoras del pensamiento del Kremlin”, escribía hace unos días la agencia de noticias presentando como exclusiva algo que puede deducirse de las declaraciones de Vladimir Putin y otros miembros del Gobierno ruso. De forma consistente, tanto Vladimir Putin como Sergey Lavrov han dejado la puerta abierta a una negociación con Ucrania y han mostrado el deseo ruso de volver a contar con algún tipo de entendimiento con los países europeos y Estados Unidos para que la Federación Rusa vuelva a ser integrada en las relaciones internacionales normalizadas como sujeto de pleno derecho, en igualdad de condiciones y con intereses y preocupaciones propias. Al igual que con su artículo sobre los planes de Donald Trump para Ucrania, la nota de Reuters no aporta ninguna novedad.

Desde el inicio de las conversaciones de Estambul, Rusia dejó claro que su prioridad era lograr la neutralidad de Ucrania como medio para detener la expansión de la OTAN hacia sus fronteras y no la cuestión territorial. Así lo expresó también el jefe de la delegación ucraniana en Turquía meses después del fracaso de las negociaciones. “Realmente esperaban, casi hasta el último momento, que nos obligarían a firmar ese acuerdo para que adoptáramos la neutralidad. Eso era lo más importante para ellos. Estaban dispuestos a poner fin a la guerra si aceptábamos, como hizo Finlandia en su día, la neutralidad y nos comprometíamos a no entrar en la OTAN”, afirmó en noviembre de 2023 David Arajamia, tan tajante en su afirmación de que la cuestión territorial no era una prioridad para Rusia que Vladimir Medinsky, líder de la delegación rusa, se vio obligado a matizar que también asegurar el control de ciertos territorios (Donbass y Crimea) era un objetivo imprescindible para Moscú.

La guerra para reafirmar la primacía occidental cambia de forma

Las dos alas de la guerra global: la convicción de que EEUU podría involucrarse en una guerra nuclear con Rusia -y prevalecer- y la paradoja especular, es decir, “Israel es fuerte e Irán es débil”

Alastair Crooke, Strategic Culture

La larga guerra para reafirmar la primacía occidental e israelí está cambiando de forma. En el frente del Este, los cálculos con respecto a Rusia y la guerra de la OTAN en Ucrania han cambiado. Y en Medio Oriente, el lugar y la forma de la guerra están cambiando de manera distinta.

La famosa doctrina soviética de Georges Kennan ha sido durante mucho tiempo la base de la política estadounidense, primero dirigida hacia la Unión Soviética y, más tarde, hacia Rusia.

La tesis de Kennan de 1946 era que EEUU necesitaba trabajar paciente y resueltamente para frustrar la amenaza soviética y aumentar y agravar las fisuras internas del sistema soviético, hasta que sus contradicciones desencadenaran el colapso desde dentro.

Más recientemente, el Atlantic Council se ha basado en la doctrina Kennan para sugerir que su esquema general debería servir como base de la política estadounidense hacia Irán.
“La amenaza que Irán representa para EEUU se parece a la que enfrentó la Unión Soviética después de la II Guerra Mundial. En este sentido, la política que George Kennan esbozó para tratar con la Unión Soviética puede aplicarse para Irán”, afirma el informe de Atlantic.
Con el paso de los años, esa doctrina se ha osificado hasta convertirse en toda una red de entendimientos en materia de seguridad, basados en la convicción arquetípica de que EEUU es fuerte y que Rusia era débil.

sábado, 7 de diciembre de 2024

Instructores franceses para Ucrania


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Durante la visita a Francia de Volodymyr Zelensky en junio de 2024 para conmemorar el 80º aniversario del Desembarco de Normandía, el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, anunció una brigada del ejército ucraniano formada y equipada por las instituciones del Estado francés. El 9 de septiembre, junto al ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, Macron visitó a los miembros de la brigada en el campo militar en el que desarrollaba su formación desde primeros de septiembre “en condiciones reales, basadas en el análisis de la experiencia de los combates en Ucrania”.

En una nota publicada el 10 de octubre de 2024, el Ministerio de los Ejércitos y de los Antiguos Combatientes francés aportaba alguna información complementaria sobre la creación, por su ejército de Tierra, de la brigada ucraniana “Anne de Kyiv”. Se trata de una brigada completa, íntegramente dotada por el ejército francés y compuesta inicialmente por 2.300 soldados, aunque con perspectivas de llegar a 4.500 una vez que termine su proceso de consolidación.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Minsk o Estambul


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Pese a que la política ha sido relegada en estos últimos dos años a un papel secundario y la oposición que sigue siendo permitida -los partidos nacionalistas- no ha conseguido tener ninguna presencia relevante en la toma de decisiones, monopolizada por el cada vez más reducido círculo de Volodymyr Zelensky, la situación actual ha abierto la puerta al retorno de las aspiraciones de ciertos sectores que habían sido condenados al ostracismo en los últimos tiempos. Es el caso del sector más vinculado a Petro Poroshenko, uno de los aspirantes a regresar al poder en caso de que la guerra permita la celebración electoral y la posición en la que haya quedado Ucrania no sea tan favorable como para garantizar la victoria del actual presidente.

El papel del partido de Poroshenko desde su sonada derrota electoral en 2019 se ha limitado a una oposición insulsa e incapaz de plantear ningún tipo de proyecto alternativo. La invasión rusa tampoco logró dar al expresidente o a su partido un papel relevante y las apariciones de Poroshenko o Parubiy se han limitado al intento de mantener presencia mediática a base de visitas al frente y giras propagandísticas de entrega de ayuda humanitaria. Quizá la persona que ha logrado una mayor presencia en los medios, en este caso a base de declaraciones altisonantes e intento de presentar la situación como aún más grave de lo que es en realidad es el diputado Oleksiy Honcharenko, cuyo oportunismo y voluntad de explotar las peores miserias del país sigue siendo recompensado con presencia en los medios de comunicación.

El capitalismo militarizado


Aleardo Laría Rajneri, El Cohete a la Luna

Charles Wright Mills escribió en 1956 La élite del poder (FCE), una obra que se convertiría en una de las primeras contribuciones al análisis de las formas en que el poder se ejercía en la cruda realidad. Para Mills, en la sociedad estadounidense que describió, el poder residía en los grupos dominantes en las esferas económicas, políticas y militares. El concepto de élite se fundaba en la similitud de origen y de visión y en el contacto social y personal entre los altos círculos de cada una de dichas jerarquías. No se trataba de una organización secreta, sino de la consecuencia de una tendencia estructural del sistema en el que las personas trabajan juntas y participan en las mismas organizaciones, en donde se produce una coincidencia de intereses objetivos. Las innovaciones científicas y tecnológicas patrocinadas desde el sector militar habían estimulado el crecimiento de la economía. De este modo, “los señores de la guerra, junto con sus voceros” intentaban “arraigar sólidamente su metafísica entre la población del país”.

Mills consideraba que la fiebre de la guerra no permitía considerar a los Estados Unidos como una auténtica democracia porque la democracia supone la discrepancia y el desacuerdo, algo que desaparece cuando hay una visión militar predominante que demanda unanimidad. Como los políticos dependían del aporte de las empresas para financiar sus campañas, aumentaba el poder de las grandes corporaciones para definir los lineamientos generales de las políticas. En definitiva, el control de la élite del poder sobre la mayoría de las decisiones estratégicas confirmaba que, en su gran mayoría, estas se tomaban previamente, antes de ser aprobadas en el Parlamento. La descripción de Mills fue de algún modo refrendada en enero de 1961, cuando, al pronunciar su último discurso como Presidente de los Estados Unidos, el general Dwight Eisenhower advirtió que los ciudadanos deberían cuidarse “de la adquisición de una influencia injustificada, ya sea buscada o no, por parte del complejo militar-industrial. El potencial para el desastroso ascenso de un poder mal asignado existe y persistirá”.

martes, 3 de diciembre de 2024

La "solución" OTAN


Nahia Sanzo, Slavyangrad.es

“Gracias por estar aquí. Para nosotros es importante que no se pierda el foco en Ucrania”, afirma Volodymyr Zelensky antes de responder a la primera pregunta del periodista de Sky News que le entrevista. La necesidad de mantener el interés mediático e insistir en la importancia de la causa ucraniana para el futuro mundial implica garantizar la mayor presencia posible en la prensa occidental y soportar incluso entrevistas incómodas, como la realizada por Stuart Ramsay, que desde su apertura insiste en saber si el presidente ucraniano considera que el país se encuentra en una situación crítica. “He cubierto la guerra desde que empezó”, explica Ramsey para precisar que “estuve aquí en 2014”, un comentario al que Zelensky no responde. Ucrania no se ha decidido aún por una narrativa única sobre lo ocurrido tras el cambio irregular de Gobierno en febrero de ese año en Kiev, que derivó en la anexión rusa de Crimea y la guerra de Donbass. La idea de la invasión sin un solo disparo no es lo suficientemente épica para que Kiev se decida por el discurso de diez años de invasión, por lo que suele verse subordinada a una visión de los hechos que simplemente ignora lo ocurrido entre el golpe de estado de Maidan el 22 de febrero de 2014 y el reconocimiento ruso de la independencia de la RPD y la RPL el mismo día de 2022. En cualquiera de los casos, Crimea, y no Maidan o la actuación de Ucrania ante las protestas de una parte importante del país, es el pecado original desde el que, sin pasar por lo ocurrido en Donbass y en el largo proceso de paz, existe una línea directa hasta la invasión rusa del 24 de febrero de 2022.

Al responder a la pregunta del periodista británico sobre la situación grave que Ucrania vive en el frente apelando a la moral de las tropas, el presidente ucraniano introduce uno de los tres temas clave de la entrevista: la cuestión del personal. Visiblemente molesto por la situación y posiblemente por las presiones a las que está siendo sometido por parte de sus aliados, Zelensky trata de dar la vuelta a la pregunta para que el reproche de sus aliados se convierta en uno a sus proveedores. Desde hace varios meses, pero en los últimos días de forma mucho más explícita, Estados Unidos exige a Ucrania ampliar el reclutamiento a la población de hombres más jóvenes para paliar así la escasez de personal que está minando el esfuerzo defensivo ucraniano en Donbass. “Creo que tenemos muchos soldados y la limitación, francamente, es que tenemos que salvar el máximo número de vidas posible”, afirmó Zelensky utilizando el habitual argumento de su propaganda, que contrasta con la práctica de luchar por cada localidad hasta que la batalla está perdida y posteriormente anunciar la retirada para preservar las vidas de los soldados.

Los atlantistas se movilizan para salvar a la OTAN mientras Rusia endurece su postura

De hecho, la única explicación lógica de las maniobras arriesgadas de Biden en connivencia con los atlantistas de Europa, durante la fase final de su presidencia, es que Oreshnik ha echado por tierra sus mejores planes.
Foto: Partes del misil balístico llamado Oreshnik (avellana) que Rusia utilizó en un ataque sobre Dnipropetrovsk, Ucrania, 22 de noviembre de 2024. Los investigadores ucranianos observan las piezas para poder estudiar el arma. AFP

M. K. Bhadrakumar, Indian Punchline

El cineasta y filántropo estadounidense creador de las franquicias Star Wars e Indiana Jones, George Lucas, dijo una vez:
El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo conduce a la ira, la ira conduce al odio, el odio conduce al sufrimiento.
Una semana después de que Rusia ‘probara’ el misil hipersónico Oreshnik en Dnipropetrovsk (Ucrania), contra el que la OTAN no tiene defensa alguna, la alianza occidental ya está transitando por el Lado Oscuro del miedo al odio y precipitándose hacia un sufrimiento indecible.

El Ministerio de Defensa ruso ha revelado que desde la aparición del Oreshnik en la zona de guerra, Ucrania llevó a cabo otros dos ataques contra territorio ruso con misiles ATACMS. En el primer ataque, el 23 de noviembre, se dispararon cinco misiles ATACMS contra una división de misiles antiaéreos S-400 cerca del pueblo de Lotarevka, en la región de Kursk. El sistema de defensa antimisiles Pantsir, que daba cobertura a esta división, destruyó tres de ellos, mientras que dos misiles alcanzaron el objetivo dañando el radar. Hay bajas entre el personal.

En el segundo ataque con 8 misiles ATACMS al aeródromo de Kursk-Vostochny el lunes, siete fueron derribados mientras que un misil alcanzó el objetivo. Los restos que cayeron dañaron ligeramente las instalaciones de la infraestructura y dos militares sufrieron heridas leves. El Ministerio de Defensa ruso declaró que “se están preparando medidas de represalia”.

lunes, 2 de diciembre de 2024

Los líderes ucranianos debaten la continuación de la Guerra contra Rusia y los planes para transformar el país en una colonia occidental

El legislador ucraniano Oleksandr Dubinsky señala que el fin del poder de Zelensky significa el comienzo de una auditoría de la ayuda militar estadounidense, lo cual representa una amenaza para la reputación de los «demócratas».

Dmitri Kovalevich, Al Mayadeen

Tras la victoria electoral de Donald Trump el 5 de noviembre, las autoridades y los medios de comunicación ucranianos están visiblemente preocupados por un posible cambio de política en Washington. Durante las recientes elecciones presidenciales y al Congreso, los medios de comunicación estadounidenses próximos al Partido Demócrata estaban llenos de historias de miedo según las cuales Trump y el Partido Republicano, en caso de ser elegidos, obligarían a Ucrania a negociar y hacer concesiones a la Federación Rusa.

El régimen gobernante de Kiev, que no ha sido elegido, depende totalmente de las potencias occidentales en materia de armamento para proseguir la guerra contra Rusia y de préstamos e inversiones para mantener su economía a flote. Para el régimen, un alto el fuego probablemente provocaría reducciones de la ayuda militar y económica no sólo de Estados Unidos, sino también de la Unión Europea, Japón, Corea del Sur (394 millones de dólares para 2024) y otros satélites de Estados Unidos. También significa que las relaciones públicas deberán celebrar elecciones presidenciales y legislativas y levantar algunas de sus duras restricciones, incluida la prohibición vigente de que los hombres viajen al extranjero.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Ucrania, Trump y Zelensky:
el Plan que no existe


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Han pasado tres semanas desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Durante este tiempo, los principales medios de comunicación occidentales han publicado diariamente al menos un artículo en profundidad, a veces varios, especulando sobre cómo planea el futuro presidente estadounidense poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. En particular, estos materiales exploran qué condiciones podrían aceptar Washington, Kiev y Moscú, qué compromisos son inaceptables y cuestiones relacionadas”, escribe esta semana RBC-Ukraine que, como el resto de medios de comunicación, think-tanks y gobiernos europeos trata de comprender cuáles pueden ser los planes de Donald Trump para Ucrania.

Es evidente en la retórica y en la actuación de Bruselas, los miembros de la OTAN y el Gobierno ucraniano que, desde el momento en el que comenzó a hablarse con más frecuencia de las dudas sobre si Joe Biden estaría en condiciones de liderar la Casa Blanca cuatro años más, se ha producido una preparación ante la posibilidad del retorno de Donald Trump, que se consumará el 20 de enero tras la contundente victoria electoral del 5 de noviembre. La absoluta dependencia de Ucrania del suministro militar y el apoyo político y económico de Washington hace que el cambio haya sido aún más visible en el caso del discurso ucraniano. Para no ser considerado un obstáculo a la paz, el equipo de Zelensky ha modificado ligeramente la narrativa ucraniana para resaltar la voluntad de paz y de justicia, siempre desde un punto de que lejos de parecerse al pacifismo, se centra en la idea de la paz por medio de la fuerza que Donald Trump utiliza como la base de su política exterior. Sin embargo, tanto la adaptación que está realizando el Gobierno de Ucrania como la que a marchas forzadas llevan a cabo los países europeos se produce prácticamente en el vacío ante la incertidumbre de qué ocurrirá a partir de enero. La campaña electoral no es momento propicio para hacer grandes anuncios de planes políticos y en Estados Unidos la política exterior es un plato secundario, por lo que incluso en esta ocasión, cuando las dos guerras activas tanto en Ucrania como en Oriente Medio han tenido cierta presencia, ningún periodista ha conseguido sacar de Donald Trump más que palabras vacías, vagas ideas y una dosis importante de desconocimiento del conflicto.

Trump podría ser ‘oreshnikzado’ en Ucrania incluso antes de llegar a China

Con el misil hipersónico Oreshnik entrando ahora en escena, dondequiera que el Hegemón intente hostigar a China (o a Irán) también tendrá que enfrentarse a Rusia

Pepe Escobar, Strategic Culture

Cuando se trata de armamento ruso de última generación, lo que el inestimable Ray McGovern define como el MICIMATT -(Military-Industrial-Congressional-Intelligence-Media-Academia-Think-Tank), todo el complejo hegemónico- parece vivir en un estupor perpetuo.

No tenían ni idea de Kalibr, Sarmat, Khinzal, Zircon o Avangard antes de que fueran introducidos. No tenían ni idea de Oreshnik («avellana») antes de la advertencia protocolaria de 30 minutos de los rusos, en la que afirmaban que se avecinaba una prueba de misiles, y que no era nuclear. Los estadounidenses supusieron que se trataría de otra prueba de misiles balísticos, como las que se producen habitualmente cerca del Ártico.

Incluso el presidente Putin no supo que Oreshnik estaba listo para su acercamiento hasta el último minuto. Y el portavoz del Kremlin, Peskov, confirmó que sólo un círculo ultra restringido sabía siquiera que Oreshnik existía.

En pocas palabras: el MICIMATT sólo ve lo que Rusia muestra, y cuando sucede. Se trata de un secreto a prueba de filtraciones que impregna el complejo militar ruso, que, por cierto, es una enorme empresa estatal nacionalizada, con algunos componentes privados.

Y eso ofrece al gobierno ruso, en la práctica, mejor ingeniería, mejores conocimientos de física, mejores matemáticas y mejores resultados prácticos y finales que cualquier cosa del presuntuoso Occidente colectivo.

sábado, 30 de noviembre de 2024

Los avances rusos en Ucrania son un duro golpe para Biden


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Las fuerzas rusas están avanzando en Ucrania al ritmo más rápido desde los primeros días de la invasión de 2022, tomando un área de la mitad del tamaño de Londres en el último mes, dijeron el martes analistas y blogueros de guerra”, admitía el miércoles Reuters. La realidad del frente de Donbass no puede ser ocultada con el discurso de recuperación del territorio por medio de la diplomacia, la paz a través de la fuerza o la constante mención a los daños que los misiles occidentales y drones de producción propia hacen en la retaguardia rusa y que, evidentemente, no están consiguiendo su objetivo principal, evitar que las tropas rusas avancen en la guerra terrestre.

“«Rusia ha establecido nuevos récords semanales y mensuales para el tamaño del territorio ocupado en Ucrania», dijo el grupo de noticias independiente ruso Agentstvo en un informe. El ejército ruso capturó casi 235 kilómetros cuadrados en Ucrania durante la semana pasada, un récord semanal para 2024, dijo. Las fuerzas rusas habían tomado 600 kilómetros cuadrados en noviembre, agregó, citando datos de DeepState, que estudia las imágenes de combate y proporciona mapas de la línea del frente”, añadía el parte de guerra de la agencia de noticias occidental, que no especificaba que dichos avances se han producido en la parte más fortificada del frente, la línea de separación heredada de la guerra de Donbass y preparada para la defensa a lo largo de los ocho años que se extendió ese conflicto bélico.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Misiles y mensajes: Moscú no fanfarronea, Occidente al borde del abismo


Pino Cabras, Sinistra in Rete

Esa noche el mundo entero se dio cuenta: Moscú no fanfarronea. El misil balístico hipersónico de medio-largo alcance con múltiples ojivas independientes lanzado por Rusia hacia Ucrania aclara muy bien las ideas a bastantes cabezas calientes pero vacías que tenemos en este lado del mundo. A todos los irresponsables que creen que Moscú se rendirá ante la persistencia de sus provocaciones, la respuesta llegó acompañada de un mensaje de Vladimir Putin. El mensaje de la tarde del 21 de noviembre completa su primer mensaje de hace unas semanas, que los gobernantes de capa y espada de Washington y su coro de periodistas rusófobos no querían tomar en serio, aunque no dejaban lugar a dudas.

Todo está muy claro: el lanzamiento desde suelo ucraniano de un tipo de misil de largo alcance que sólo puede funcionar con la asistencia tecnológica, satelital y organizativa de potencias externas a las fuerzas armadas ucranianas implica la implicación directa de esas mismas potencias en una guerra contra Rusia, y supone a su vez una adaptación de la respuesta rusa. Por tanto: un cambio de doctrina sobre el uso de armas nucleares, el uso de nuevas armas que reequilibren el nuevo nivel de amenaza, la consideración de las bases militares de las potencias que atacan el territorio de Rusia como objetivos legítimos de una respuesta necesaria.

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