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domingo, 22 de diciembre de 2024

La OTAN, cómplice del asesinato terrorista del general ruso Igor Kirillov

El asesinato de un alto general ruso en Moscú esta semana fue un acto bárbaro de terrorismo. También fue un acto cobarde de un enemigo despreciable

Editorial de Strategic Culture

Estados Unidos y sus socios de la OTAN son cómplices de este y otros innumerables actos de terrorismo contra Rusia, pero el asesinato del teniente general Igor Kirillov fue particularmente flagrante y obsceno, violando todas las reglas de la guerra y exige una respuesta meditada, diferente a las anteriores.

El teniente general Kirillov fue asesinado a primera hora de la mañana del martes cuando salía de su edificio de apartamentos en Moscú junto con un ayudante militar, el mayor Ilya Polikarpov. Ambos estaban indefensos, lo que plantea enormes interrogantes sobre los protocolos de seguridad militar rusos.

La explosión de un artefacto escondido en una moto aparcada cerca de la entrada del edificio pareció matar a ambos hombres al instante. Sus cuerpos fueron vistos más tarde tendidos en la acera cubierta de nieve mientras los investigadores criminales acordonaban la zona. Fue una escena sombría, un gélido indicador de hasta qué punto están en guerra los enemigos de Rusia.

jueves, 19 de diciembre de 2024

El occidente empobrecido otorga más dinero a Zelensky


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“El ejército ruso bloquea a más de 200 soldados ucranianos en Kurájove (Donetsk)”, titulaba EFE en su breve crónica sobre los últimos acontecimientos que se han producido en el frente de la guerra rusoucraniana. Mientras Trump nombra al polémico exembajador en Alemania Richard Grenell “enviado para misiones especiales”, el general que se encargará de llevar la política ucraniana se exhibe por las televisiones argumentando que el nuevo presidente será capaz de resolver el conflicto “porque nadie más puede hacerlo” y los países europeos discuten el envío de tropas europeas a Ucrania para controlar el futuro alto el fuego, la guerra continúa con cada vez menos interés en el frente militar. A ambos lados del Atlántico, se ha instalado la opinión -en ocasiones el temor- de que Donald Trump obligará a Ucrania a aceptar un acuerdo y el frente quedará temporalmente congelado según las fronteras existentes en el momento de la aceptación de los términos.

Todas las partes parecen estar preparándose para ese momento, que da por hecho que el inicio de una negociación implica necesariamente llegar a un entendimiento. Sin embargo, los precedentes de esta guerra indican todo lo contrario. La firma de Minsk paralizó las grandes operaciones, pero no consiguió ni un alto el fuego real ni avanzar hacia una resolución militar y política, situación que finalmente derivó en la invasión rusa de 2022. Semanas después, Rusia y Ucrania se reunieron por primera vez para iniciar las negociaciones que se prolongarían durante meses, incluso después de la aparente ruptura de Estambul, donde a pesar de los indicios de principio de acuerdo, la iniciativa no prosperó ante el desinterés de Ucrania y sus socios en alcanzar un tratado que implicara concesiones políticas y territoriales. El acuerdo que aparentemente se ofrece ahora a Rusia es congelar el frente, aceptar temporalmente la pérdida de algunos territorios -es de esperar que Ucrania utilice la carta de los territorios de Kursk bajo su control para exigir la devolución de territorios ucranianos, por ejemplo las partes de Járkov bajo control ruso o la central nuclear de Energodar- y quizá el compromiso de no incluir a Ucrania en la OTAN durante unos años, pero no un tratado de resolución. En otras palabras, a cambio del mantenimiento temporal de los territorios bajo su control, se ofrece a Rusia un escenario en el que Ucrania no renunciaría a los territorios, que intentaría recuperar por la vía diplomática, y un acceso a la OTAN que los países miembros ya han declarado “irreversible”, aunque pudiera retrasarse algunos años. A ese escenario hay que añadir la posibilidad de la presencia de tropas de los países de la Unión Europea, y presumiblemente miembros también de la OTAN, aunque técnicamente no sería una misión de la Alianza sino de los países a título individual.

El régimen de Kiev asesina a un general ruso para ocultar la verdad sobre las armas biológicas

La muerte de Kirillov, causada por un ataque terrorista ucraniano, representa un punto de inflexión en el ámbito de la geopolítica moderna.

Lucas Leiroz, Strategic Culture

En un acto audaz y letal, un ataque terrorista llevado a cabo por agentes de inteligencia ucranianos en Moscú acabó con la vida de Igor Kirillov, jefe de las Fuerzas de Defensa Química, Biológica, Radiológica y Nuclear de la Federación Rusa, junto con su principal asesor. Kirillov, una de las figuras más importantes de la seguridad nacional rusa, se convirtió en un objetivo estratégico debido a sus investigaciones que revelaron los complejos y oscuros vínculos entre Occidente, Ucrania y los laboratorios de investigación de armas biológicas. Su muerte no es sólo un golpe contra Rusia, sino también un punto de inflexión crítico en las relaciones internacionales, que involucra la controversia en torno a los laboratorios biológicos, el lobby de la industria farmacéutica e, inevitablemente, las conexiones de Kiev con la política estadounidense.

La investigación de Kirillov sobre los laboratorios biológicos

Desde el inicio de la Operación Militar Especial de Rusia en Ucrania en 2022, Ígor Kirillov viene denunciando la existencia de laboratorios de investigación de armas biológicas en territorio ucraniano. Estos laboratorios, que operan bajo la apariencia de “investigación científica” y están financiados por actores globales como la Fundación Soros, las grandes compañías farmacéuticas e incluso miembros influyentes de la familia Biden, han sido acusados ​​de desarrollar armas biológicas dirigidas a Rusia.

lunes, 16 de diciembre de 2024

Cuestión de confianza


Nahia Sanzo,Slavyangrad

“Ucrania está exhausta. El país, escaso de mano de obra, munición y, lo que es más importante, de moral, se está dando cuenta poco a poco de que la guerra puede no ganarse en el campo de batalla, al menos por ahora. Según una encuesta de Gallup publicada el 19 de noviembre, el 52% de los ucranianos dicen ahora que quieren que su país negocie el fin de la guerra «lo antes posible». Sin embargo, los términos de tal acuerdo dependerían de Washington tanto o más que de Kiev”, escribe, en un poco característico tono de realismo, un artículo de opinión publicado por The Kyiv Independent, que admite que la situación actual daría ventaja a Rusia en caso de una negociación, una opción más posible ahora que hace unos meses. En el juego de decisiones que habrán de tomar en los próximos meses Kiev y sus aliados, el principal factor es la postura de Donald Trump, que hizo de la paz en Ucrania uno de los lemas de su campaña pese a que todo el periodo electoral transcurriera sin una sola pregunta periodística seria sobre cuáles serían sus planes y cómo lograría su ambicioso objetivo.

“El posible cambio en la política estadounidense bajo el mandato de Trump ha alarmado no solo a Kiev, sino también a sus aliados en Europa. Países como Polonia, que comparten un interés directo en la supervivencia de Ucrania y la estabilidad regional, ya se están preparando para el impacto de un menor compromiso estadounidense”, escribe el mencionado artículo ucraniano, que incide en que “Europa se enfrenta a importantes retos a la hora de mantener el flujo de suministros militares a Ucrania. Los niveles de producción aún no han aumentado para satisfacer la demanda, y algunos líderes de Europa Occidental siguen dudando sobre una mayor implicación”. En este sentido, el mensaje que Kiev espera escuchar es el que ha pronunciado esta semana el nuevo comisario de la Unión Europea para Defensa y el Espacio. “Se están almacenando innumerables tanques, y no puedo evitar preguntarme: ¿Qué está planeando Putin? Solo podemos especular, pero debemos estar preparados para el «peor escenario posible» que advierten las agencias de inteligencia”, afirmó el lituano Andrius Kubilus. “Para ser sinceros, no estamos preparados para un ataque”, sentenció.

domingo, 15 de diciembre de 2024

En respuesta a los misiles de la OTAN, Rusia ataca infraestructura crítica en Ucrania


Nahia Sanzo, Slavyangrad

A mediados de semana, Rusia denunciaba un nuevo ataque ucraniano con armas occidentales en territorio de la Federación Rusa, concretamente un aeródromo de la localidad de Taganrog. Según la versión rusa, dos de seis misiles fueron derribados, mientras que los otros cuatro fueron desviados por medios electrónicos para evitar daños. La imagen de los restos de un misil en una carretera confirmaba que al menos una parte de los proyectiles había sido derribada. Moscú confirmó inmediatamente que habría una respuesta al ataque, mientras que Estados Unidos anunció que en los próximos días podía dispararse contra territorio ucraniano un nuevo misil balístico de medio alcance Oreshnik, que se ha convertido para Rusia en su versión de las armas milagrosas. Esta semana, Vladimir Putin ha llegado a decir que una cantidad suficiente de misiles de este tipo hará innecesario el uso de armas nucleares.

Por el momento, Moscú no ha disparado ningún misil Oreshnik en respuesta al reciente ataque contra Taganrog, sino que ha respondido como lo ha hecho en ocasiones anteriores, con un nuevo ataque con drones y misiles. “Rusia lanzó un ataque aéreo masivo contra Ucrania el viernes, disparando 93 misiles balísticos y de crucero y casi 200 drones, dijo el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, describiéndolo como uno de los bombardeos más pesados del sector energético del país desde la invasión a gran escala de Rusia hace casi tres años”, escribía ayer AP para narrar el último bombardeo ruso contra objetivos en Ucrania, uno de los más relevantes de los últimos meses. A lo largo del día, el Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) confirmó que “5 de las 9 unidades de reactores nucleares operativos de Ucrania han reducido su producción de energía debido a renovados ataques a la infraestructura energética”.

jueves, 12 de diciembre de 2024

Los dos objetivos de Zelensky


Nahia Sanzo, Slavyangrad

El interregnum de menos de 80 días entre la celebración de las elecciones en Estados Unidos y la toma de posesión de la nueva administración siempre ha sido visto como una oportunidad. Ese sería el momento en el que el presidente saliente, consciente de que no iba a repetir mandato, dispondría de la libertad para tomar decisiones radicales sin peligro de perder votos. Ucrania esperaba dos cosas de este tiempo intermedio entre Biden y quien fuera a sucederle: que se levantara el veto al uso de misiles occidentales contra objetivos en la Federación Rusa y lograr del actual presidente la invitación de adhesión a la OTAN. Las reticencias y dilaciones que habían impedido, pese a la dura labor de grupo de presión realizada por Keir Starmer y Emmanuel Macron, que Joe Biden diera la autorización fue historia una vez pasadas las elecciones. Sin un anuncio previo, fue la prensa estadounidense la que anticipó la noticia apenas unas horas antes de que Ucrania utilizara sus primeros ATACMS contra el territorio de la región de Briansk. Poco después, llegó la autorización británica y francesa para utilizar también sus Storm Shadow y Scalp. Los dos meses de Biden como pato cojo comenzaban exactamente tal y como deseaba Ucrania.

Un proxy exigente, Kiev no se conformó con ese permiso, por el que llevaba meses suplicando, y nada más publicarse la noticia se lamentó de la filtración al restar efecto sorpresa al primer bombardeo para centrarse en su segundo objetivo: la OTAN. Aunque la narrativa ucraniana siempre ha tratado de enfatizar la cuestión de la adhesión a la Unión Europea, era evidente que el objetivo real de la Ucrania nacida en Maidan era la adhesión a la Alianza Atlántica. En su periodo final antes de entregar el poder a Volodymyr Zelensky, Petro Poroshenko introdujo esa voluntad euroatlántica en la Constitución de Ucrania, confirmando que Kiev ponía al mismo nivel la adhesión a la UE, para la que había una elevada proporción de acuerdo en los territorios bajo su control, y la OTAN, para la que, pese a haber aumentado a base de presentar la guerra de Donbass como invasión rusa, el apoyo no era tan elevado. La invasión rusa logró lo que la propaganda no había conseguido en años en términos de aumento del apoyo social a la entrada en el bloque militar occidental, aunque no sea la opinión de la población la que importa sino la de los dirigentes occidentales de los que depende la decisión. En otras palabras, Ucrania ha de convencer a los dirigentes de las grandes potencias, principalmente a Estados Unidos, no a su propia población.

domingo, 8 de diciembre de 2024

La versión rusa


Nahia Sanzo, Slavyangrad.es

“Vladímir Putin está abierto a discutir un acuerdo de alto el fuego en Ucrania con Donald Trump, pero descarta hacer grandes concesiones territoriales e insiste en que Kiev abandone sus ambiciones de entrar en la OTAN, según han declarado a Reuters cinco fuentes conocedoras del pensamiento del Kremlin”, escribía hace unos días la agencia de noticias presentando como exclusiva algo que puede deducirse de las declaraciones de Vladimir Putin y otros miembros del Gobierno ruso. De forma consistente, tanto Vladimir Putin como Sergey Lavrov han dejado la puerta abierta a una negociación con Ucrania y han mostrado el deseo ruso de volver a contar con algún tipo de entendimiento con los países europeos y Estados Unidos para que la Federación Rusa vuelva a ser integrada en las relaciones internacionales normalizadas como sujeto de pleno derecho, en igualdad de condiciones y con intereses y preocupaciones propias. Al igual que con su artículo sobre los planes de Donald Trump para Ucrania, la nota de Reuters no aporta ninguna novedad.

Desde el inicio de las conversaciones de Estambul, Rusia dejó claro que su prioridad era lograr la neutralidad de Ucrania como medio para detener la expansión de la OTAN hacia sus fronteras y no la cuestión territorial. Así lo expresó también el jefe de la delegación ucraniana en Turquía meses después del fracaso de las negociaciones. “Realmente esperaban, casi hasta el último momento, que nos obligarían a firmar ese acuerdo para que adoptáramos la neutralidad. Eso era lo más importante para ellos. Estaban dispuestos a poner fin a la guerra si aceptábamos, como hizo Finlandia en su día, la neutralidad y nos comprometíamos a no entrar en la OTAN”, afirmó en noviembre de 2023 David Arajamia, tan tajante en su afirmación de que la cuestión territorial no era una prioridad para Rusia que Vladimir Medinsky, líder de la delegación rusa, se vio obligado a matizar que también asegurar el control de ciertos territorios (Donbass y Crimea) era un objetivo imprescindible para Moscú.

miércoles, 4 de diciembre de 2024

Minsk o Estambul


Nahia Sanzo, Slavyangrad

Pese a que la política ha sido relegada en estos últimos dos años a un papel secundario y la oposición que sigue siendo permitida -los partidos nacionalistas- no ha conseguido tener ninguna presencia relevante en la toma de decisiones, monopolizada por el cada vez más reducido círculo de Volodymyr Zelensky, la situación actual ha abierto la puerta al retorno de las aspiraciones de ciertos sectores que habían sido condenados al ostracismo en los últimos tiempos. Es el caso del sector más vinculado a Petro Poroshenko, uno de los aspirantes a regresar al poder en caso de que la guerra permita la celebración electoral y la posición en la que haya quedado Ucrania no sea tan favorable como para garantizar la victoria del actual presidente.

El papel del partido de Poroshenko desde su sonada derrota electoral en 2019 se ha limitado a una oposición insulsa e incapaz de plantear ningún tipo de proyecto alternativo. La invasión rusa tampoco logró dar al expresidente o a su partido un papel relevante y las apariciones de Poroshenko o Parubiy se han limitado al intento de mantener presencia mediática a base de visitas al frente y giras propagandísticas de entrega de ayuda humanitaria. Quizá la persona que ha logrado una mayor presencia en los medios, en este caso a base de declaraciones altisonantes e intento de presentar la situación como aún más grave de lo que es en realidad es el diputado Oleksiy Honcharenko, cuyo oportunismo y voluntad de explotar las peores miserias del país sigue siendo recompensado con presencia en los medios de comunicación.

martes, 3 de diciembre de 2024

Los atlantistas se movilizan para salvar a la OTAN mientras Rusia endurece su postura

De hecho, la única explicación lógica de las maniobras arriesgadas de Biden en connivencia con los atlantistas de Europa, durante la fase final de su presidencia, es que Oreshnik ha echado por tierra sus mejores planes.
Foto: Partes del misil balístico llamado Oreshnik (avellana) que Rusia utilizó en un ataque sobre Dnipropetrovsk, Ucrania, 22 de noviembre de 2024. Los investigadores ucranianos observan las piezas para poder estudiar el arma. AFP

M. K. Bhadrakumar, Indian Punchline

El cineasta y filántropo estadounidense creador de las franquicias Star Wars e Indiana Jones, George Lucas, dijo una vez:
El miedo es el camino hacia el Lado Oscuro. El miedo conduce a la ira, la ira conduce al odio, el odio conduce al sufrimiento.
Una semana después de que Rusia ‘probara’ el misil hipersónico Oreshnik en Dnipropetrovsk (Ucrania), contra el que la OTAN no tiene defensa alguna, la alianza occidental ya está transitando por el Lado Oscuro del miedo al odio y precipitándose hacia un sufrimiento indecible.

El Ministerio de Defensa ruso ha revelado que desde la aparición del Oreshnik en la zona de guerra, Ucrania llevó a cabo otros dos ataques contra territorio ruso con misiles ATACMS. En el primer ataque, el 23 de noviembre, se dispararon cinco misiles ATACMS contra una división de misiles antiaéreos S-400 cerca del pueblo de Lotarevka, en la región de Kursk. El sistema de defensa antimisiles Pantsir, que daba cobertura a esta división, destruyó tres de ellos, mientras que dos misiles alcanzaron el objetivo dañando el radar. Hay bajas entre el personal.

En el segundo ataque con 8 misiles ATACMS al aeródromo de Kursk-Vostochny el lunes, siete fueron derribados mientras que un misil alcanzó el objetivo. Los restos que cayeron dañaron ligeramente las instalaciones de la infraestructura y dos militares sufrieron heridas leves. El Ministerio de Defensa ruso declaró que “se están preparando medidas de represalia”.

domingo, 1 de diciembre de 2024

Ucrania, Trump y Zelensky:
el Plan que no existe


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Han pasado tres semanas desde que Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Durante este tiempo, los principales medios de comunicación occidentales han publicado diariamente al menos un artículo en profundidad, a veces varios, especulando sobre cómo planea el futuro presidente estadounidense poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania. En particular, estos materiales exploran qué condiciones podrían aceptar Washington, Kiev y Moscú, qué compromisos son inaceptables y cuestiones relacionadas”, escribe esta semana RBC-Ukraine que, como el resto de medios de comunicación, think-tanks y gobiernos europeos trata de comprender cuáles pueden ser los planes de Donald Trump para Ucrania.

Es evidente en la retórica y en la actuación de Bruselas, los miembros de la OTAN y el Gobierno ucraniano que, desde el momento en el que comenzó a hablarse con más frecuencia de las dudas sobre si Joe Biden estaría en condiciones de liderar la Casa Blanca cuatro años más, se ha producido una preparación ante la posibilidad del retorno de Donald Trump, que se consumará el 20 de enero tras la contundente victoria electoral del 5 de noviembre. La absoluta dependencia de Ucrania del suministro militar y el apoyo político y económico de Washington hace que el cambio haya sido aún más visible en el caso del discurso ucraniano. Para no ser considerado un obstáculo a la paz, el equipo de Zelensky ha modificado ligeramente la narrativa ucraniana para resaltar la voluntad de paz y de justicia, siempre desde un punto de que lejos de parecerse al pacifismo, se centra en la idea de la paz por medio de la fuerza que Donald Trump utiliza como la base de su política exterior. Sin embargo, tanto la adaptación que está realizando el Gobierno de Ucrania como la que a marchas forzadas llevan a cabo los países europeos se produce prácticamente en el vacío ante la incertidumbre de qué ocurrirá a partir de enero. La campaña electoral no es momento propicio para hacer grandes anuncios de planes políticos y en Estados Unidos la política exterior es un plato secundario, por lo que incluso en esta ocasión, cuando las dos guerras activas tanto en Ucrania como en Oriente Medio han tenido cierta presencia, ningún periodista ha conseguido sacar de Donald Trump más que palabras vacías, vagas ideas y una dosis importante de desconocimiento del conflicto.

Trump podría ser ‘oreshnikzado’ en Ucrania incluso antes de llegar a China

Con el misil hipersónico Oreshnik entrando ahora en escena, dondequiera que el Hegemón intente hostigar a China (o a Irán) también tendrá que enfrentarse a Rusia

Pepe Escobar, Strategic Culture

Cuando se trata de armamento ruso de última generación, lo que el inestimable Ray McGovern define como el MICIMATT -(Military-Industrial-Congressional-Intelligence-Media-Academia-Think-Tank), todo el complejo hegemónico- parece vivir en un estupor perpetuo.

No tenían ni idea de Kalibr, Sarmat, Khinzal, Zircon o Avangard antes de que fueran introducidos. No tenían ni idea de Oreshnik («avellana») antes de la advertencia protocolaria de 30 minutos de los rusos, en la que afirmaban que se avecinaba una prueba de misiles, y que no era nuclear. Los estadounidenses supusieron que se trataría de otra prueba de misiles balísticos, como las que se producen habitualmente cerca del Ártico.

Incluso el presidente Putin no supo que Oreshnik estaba listo para su acercamiento hasta el último minuto. Y el portavoz del Kremlin, Peskov, confirmó que sólo un círculo ultra restringido sabía siquiera que Oreshnik existía.

En pocas palabras: el MICIMATT sólo ve lo que Rusia muestra, y cuando sucede. Se trata de un secreto a prueba de filtraciones que impregna el complejo militar ruso, que, por cierto, es una enorme empresa estatal nacionalizada, con algunos componentes privados.

Y eso ofrece al gobierno ruso, en la práctica, mejor ingeniería, mejores conocimientos de física, mejores matemáticas y mejores resultados prácticos y finales que cualquier cosa del presuntuoso Occidente colectivo.

sábado, 30 de noviembre de 2024

Los avances rusos en Ucrania son un duro golpe para Biden


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“Las fuerzas rusas están avanzando en Ucrania al ritmo más rápido desde los primeros días de la invasión de 2022, tomando un área de la mitad del tamaño de Londres en el último mes, dijeron el martes analistas y blogueros de guerra”, admitía el miércoles Reuters. La realidad del frente de Donbass no puede ser ocultada con el discurso de recuperación del territorio por medio de la diplomacia, la paz a través de la fuerza o la constante mención a los daños que los misiles occidentales y drones de producción propia hacen en la retaguardia rusa y que, evidentemente, no están consiguiendo su objetivo principal, evitar que las tropas rusas avancen en la guerra terrestre.

“«Rusia ha establecido nuevos récords semanales y mensuales para el tamaño del territorio ocupado en Ucrania», dijo el grupo de noticias independiente ruso Agentstvo en un informe. El ejército ruso capturó casi 235 kilómetros cuadrados en Ucrania durante la semana pasada, un récord semanal para 2024, dijo. Las fuerzas rusas habían tomado 600 kilómetros cuadrados en noviembre, agregó, citando datos de DeepState, que estudia las imágenes de combate y proporciona mapas de la línea del frente”, añadía el parte de guerra de la agencia de noticias occidental, que no especificaba que dichos avances se han producido en la parte más fortificada del frente, la línea de separación heredada de la guerra de Donbass y preparada para la defensa a lo largo de los ocho años que se extendió ese conflicto bélico.

viernes, 29 de noviembre de 2024

Misiles y mensajes: Moscú no fanfarronea, Occidente al borde del abismo


Pino Cabras, Sinistra in Rete

Esa noche el mundo entero se dio cuenta: Moscú no fanfarronea. El misil balístico hipersónico de medio-largo alcance con múltiples ojivas independientes lanzado por Rusia hacia Ucrania aclara muy bien las ideas a bastantes cabezas calientes pero vacías que tenemos en este lado del mundo. A todos los irresponsables que creen que Moscú se rendirá ante la persistencia de sus provocaciones, la respuesta llegó acompañada de un mensaje de Vladimir Putin. El mensaje de la tarde del 21 de noviembre completa su primer mensaje de hace unas semanas, que los gobernantes de capa y espada de Washington y su coro de periodistas rusófobos no querían tomar en serio, aunque no dejaban lugar a dudas.

Todo está muy claro: el lanzamiento desde suelo ucraniano de un tipo de misil de largo alcance que sólo puede funcionar con la asistencia tecnológica, satelital y organizativa de potencias externas a las fuerzas armadas ucranianas implica la implicación directa de esas mismas potencias en una guerra contra Rusia, y supone a su vez una adaptación de la respuesta rusa. Por tanto: un cambio de doctrina sobre el uso de armas nucleares, el uso de nuevas armas que reequilibren el nuevo nivel de amenaza, la consideración de las bases militares de las potencias que atacan el territorio de Rusia como objetivos legítimos de una respuesta necesaria.

jueves, 28 de noviembre de 2024

El misil ruso Oreshnik es una seria advertencia para la OTAN, EEUU y Ucrania

Los relatos de testigos sugieren que las submuniciones se estrellaron a velocidad hipersónica en talleres subterráneos y simplemente los pulverizaron.
Testigos oculares que viven en la zona cercana a la fábrica dicen que no hubo fuego cuando se produjo el ataque, pero sintieron algo así como un "terremoto" que "agrietó" algunas casas a una milla de distancia. Tampoco hubo una explosión en el sentido convencional. ¿Qué fue?


Stephen Bryen, Asia Times

Los ucranianos, la OTAN y Estados Unidos se han mostrado alarmados por el uso por parte de Rusia del misil balístico de alcance intermedio Oreshnik en una planta de fabricación de equipos de defensa en Dnipro (antes Dnipropetrovsk).

Los rusos afirman que el misil era hipersónico, lo cual es cierto, pero esa es solo una pequeña parte de la historia. El uso del misil tiene graves consecuencias para Ucrania, la OTAN y los Estados Unidos.

El Oreshnik no era un misil balístico común. Llevaba un vehículo hipersónico de planeo con capacidad MIRV/MARV. MIRV significa Multiple Independently Targeted Reentry Vehicles. MARV significa Maneuverable Reentry Vehicle (a veces denominado MaRV).

En el caso del Oreshnik (probablemente una versión de otra plataforma hipersónica llamada KEDR o Cedar), los informes indican que el vehículo planeador liberó seis paquetes de ojivas y cada paquete liberó seis submuniciones. Esto significa que hasta 36 submuniciones impactaron en la instalación de Dnipro (aunque el profesor Ted Postal cree que fueron 24).

miércoles, 27 de noviembre de 2024

La contrainsurgencia está en marcha contra la 'tormenta' de Trump

Más que una mera provocación peligrosa dirigida contra Rusia, los ataques ATACM y Storm Shadow representan un intento de dar un vuelco a la política exterior de Estados Unidos

Alastair Crooke, Strategic Culture


“El Estado Profundo le susurró a Trump: ‘No puedes soportar la tormenta’. Trump le susurró de vuelta: ‘Yo soy la tormenta’. La guerra ha comenzado. El Estado Profundo ha lanzado una guerra de disrupción para desactivar la “tormenta” de Trump. El ataque con ATACM de la semana pasada fue solo una parte de una contrainsurgencia interinstitucional, un ataque político dirigido contra Trump; también lo son todas las falsas narrativas interinstitucionales atribuidas al bando de Trump; y también lo son las crecientes provocaciones dirigidas a Irán.

Tengan la seguridad de que los Cinco Ojos participan plenamente en la contrainsurgencia. Macron y Starmer conspiraron abiertamente juntos en París antes del anuncio de EEUU para promover el ataque con ATACMS. Está claro que los grandes de las interagencias tienen mucho miedo. Estarán preocupados de que Trump pueda exponer el “engaño de Rusia” (que Trump en 2016 era un ‘activo’ ruso) y ponerlos en peligro.

Pero Trump entiende lo que está en marcha:
"Necesitamos la paz sin demora (… ) El establishment de la política exterior sigue intentando arrastrar al mundo al conflicto. La mayor amenaza para la civilización occidental no es Rusia. Probablemente, más que cualquier otra cosa, somos nosotros mismos… Debe haber un compromiso total para desmantelar todo el establishment neoconservador globalista que nos arrastra perpetuamente a guerras interminables, fingiendo luchar por la libertad y la democracia en el extranjero mientras nos convierten en un país del Tercer Mundo y en una dictadura del Tercer Mundo aquí mismo en casa. El Departamento de Estado, la burocracia de Defensa, los servicios de inteligencia y todo el resto necesitan ser completamente revisados y reconstituidos. Para despedir a los partidaros del "Estado Profundo" y poner a EEUU en primer lugar, tenemos que poner a EEUU en primer lugar".

martes, 26 de noviembre de 2024

El misil Oreshnik ruso como jaque mate a la OTAN


Umberto Mazzei, Rebelión

Estados Unidos gasta 936.000 millones de dólares en armamento, Rusia sólo 109.000. La OTAN en conjunto como 1,30 billones. Es obvio que Rusia es más eficiente en la administración de su presupuesto, al igual que lo es China, que invierte 309.500 millones (dato de 2023) en gastos de defensa.

Es cierto que ni China ni Rusia mantienen 900 bases desplegadas por el orbe para subyugar al mundo. China y Rusia invierten en investigación científica y mejoras tecnológicas de su armamento. Por ello China, Rusia y hasta Irán cuentan con misiles balísticos y de crucero que viajan a velocidades hipersónicas que son imposibles de interceptar por las defensas antiaéreas de toda la OTAN. Algo muy peligroso si llevan ojivas nucleares, tácticas algo que sólo Estados Unidos y Rusia poseen y que su uso está contemplado en las doctrina militar de ambos países, ninguno de los dos se atreve a usarlas más que como medio de disuasión para evitar una guerra nuclear peligrosa para toda la humanidad, incluidas ambas potencias.

lunes, 25 de noviembre de 2024

Scott Ritter: Al borde del abismo


Scott Ritter, Substack

Hay un viejo dicho que dice: “Si haces el tonto, lo descubrirás”. El 19 de noviembre, Ucrania disparó seis misiles de fabricación estadounidense contra un objetivo situado en suelo ruso. El 20 de noviembre, Ucrania disparó hasta una docena de misiles de crucero Storm Shadow de fabricación británica contra un objetivo situado en suelo ruso. El 21 de noviembre, Rusia disparó un nuevo misil de alcance intermedio contra un objetivo situado en suelo ucraniano.

Ucrania y sus aliados estadounidenses y británicos hicieron el tonto.

Y ahora han descubierto que si atacas a la Madre Rusia, pagarás un alto precio.

En la madrugada del 21 de noviembre, Rusia lanzó un misil que alcanzó la fábrica Yuzmash en la ciudad ucraniana de Dnipropetrovsk. Horas después de que el misil lanzado desde el polígono de pruebas de misiles ruso de Kapustin Yar alcanzara su objetivo, el presidente ruso, Vladimir Putin, apareció en la televisión rusa y anunció que el misil lanzado por Rusia, que tanto los medios de comunicación como los servicios de inteligencia occidentales habían clasificado como una modificación experimental del misil RS-26, que Rusia había dejado de fabricar en 2017, era, de hecho, un arma completamente nueva, conocida como "Oreshnik", que en ruso significa "avellana". Putin señaló que el misil todavía estaba en su fase de prueba y que el lanzamiento de combate contra Ucrania era parte de la prueba, que, en sus palabras, fue "exitosa".

La cuestión nuclear


Nahia Sanzo, Slavyangrad

“En su nuevo libro, «Guerra», el famoso reportero del Watergate informa de que el presidente ruso estaba considerando seriamente la posibilidad de utilizar armas nucleares para evitar grandes pérdidas en el campo de batalla”, escribía el pasado octubre Le Monde sobre la publicación del nuevo libro de Bob Woodward. “Según el libro, los servicios de inteligencia estadounidenses apuntaban a un 50% de posibilidades de que Putin utilizara armas nucleares tácticas si las fuerzas ucranianas dejaban aisladas a 30.000 soldados rusos en la ciudad meridional de Jersón. Unos meses antes, en el extremo noreste del país, las tropas ucranianas habían sorprendido a los rusos al reconquistar Járkov, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y se disponían a liberar Jersón, situada estratégicamente en el río Dniéper, no lejos del Mar Negro”, añadía el artículo dando claras muestras de profunda incomprensión del conflicto y su evolución.

Antes de que comenzara la operación para recuperar los territorios en la margen derecha del Dniéper, donde se encuentran la capital regional de Jersón, Ucrania no recapturó la ciudad de Járkov, cuyo control no perdió en ningún momento, sino Izium, Kupiansk o Balakleya, ciudades en la parte de la región de Járkov que sí habían estado bajo control ruso. Tampoco la posición supuestamente estratégica de Jersón era lo más importante a la hora de recuperar la ciudad, sino la dificultad de defenderla con el río a sus espaldas y tras haber sido destruidos los puentes que unían las dos orillas.

sábado, 23 de noviembre de 2024

Oreshnik: la respuesta rusa a la OTAN de 3 km por segundo


Pepe Escobar, Sputnik

Aquí no hay nada que ver. Sólo una demostración hipersónica. Bueno, en realidad no. El americano medio sólo es capaz de dar (algún tipo de) sentido al mundo a través de las películas. Así que volvamos a un clásico: la secuencia inicial de Apocalypse Now, de Coppola, la contrapartida de la guerra de Vietnam a El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad, ambientada en el Congo.

En la película, el capitán Willard (Martin Sheen) apenas es capaz de pronunciar un soliloquio borracho a solas en su habitación de Saigón. Está esperando su misión: una misión especial hasta el Corazón de las Tinieblas (en la película, representado por la incursión ilegal estadounidense/bombardeo indiscriminado de Camboya).
Willard, en el V.O., apenas murmura: «Cada minuto que permanezco en esta habitación, me debilito y Charlie se hace más fuerte». Charlie, en la jungla, era como los soldados estadounidenses se referían al Vietcong.
De la «guerra americana» -como se refieren a ella los vietnamitas- se ha pasado a la guerra por delegación de Estados Unidos y la OTAN en Ucrania.

El Imperio estadounidense es ahora un capitán borracho que se enfrenta a la jungla (renovada), como lo califica ese estúpido español de Borrell, el «jefe» saliente de la política exterior de la UE. Cada minuto que el Capitán permanece en su decrépito jardín -la contrapartida de una sórdida habitación en Saigón- Charlie, en la jungla, se hace más fuerte.

viernes, 22 de noviembre de 2024

Despedirse con un Gran Final

Si Trump cree que Putin permitirá que el oeste de Ucrania siga siendo armado hasta los dientes por Occidente y sirva como un puesto avanzado hostil estadounidense en la frontera de Rusia, está muy equivocado

Mike Whitney, The Unz Review

El domingo 17 de noviembre, el presidente Joe Biden autorizó el uso por parte de Ucrania de misiles de largo alcance suministrados por Estados Unidos para ataques dentro de Rusia. El repentino cambio de política representa una dramática escalada en la guerra que requerirá una enérgica respuesta por parte de Moscú. El presidente Putin ha advertido repetidamente de que disparar misiles contra objetivos situados en territorio ruso desencadenaría duros ataques de represalia no sólo contra emplazamientos en Ucrania, sino también contra las naciones directamente implicadas en los ataques, es decir, la OTAN y Estados Unidos. Como señaló el analista militar Will Schryver

Con la espalda contra la pared, esperamos que Putin defienda a su país del mismo modo que EEUU se defendería si contratistas chinos, utilizando sistemas de misiles chinos, vinculados a satélites y tecnología chinos, dispararan misiles contra objetivos en EEUU desde emplazamientos en México. La situación es la misma en este caso, razón por la cual Putin se esforzó en explicar el problema en mayo, cuando dijo lo siguiente:
…la selección final de objetivos… sólo pueden hacerla especialistas altamente cualificados que se basan en estos datos de reconocimiento, datos técnicos de reconocimiento. … El lanzamiento de otros sistemas, como el ATACMS, por ejemplo, también se basa en datos de reconocimiento espacial, los objetivos se identifican y se comunican automáticamente a las tripulaciones correspondientes, que tal vez ni siquiera se den cuenta de lo que están poniendo exactamente. A continuación, una tripulación, quizá incluso ucraniana, pone en marcha la misión de lanzamiento correspondiente. Sin embargo, la misión la preparan representantes de países de la OTAN, no militares ucranianos.

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