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martes, 5 de agosto de 2025

Trump: la ideología triunfa sobre los intereses económicos

Trump está derogando incluso las leyes económicamente sensatas del Gobierno de Biden. Porque su política sigue otra lógica.

Dani Rodrik, Sin Permiso

Entre todas las catástrofes que ha provocado el presidente estadounidense Donald Trump con la ley fiscal y presupuestaria que él mismo ha calificado de «One Big Beautiful Bill», hay una que destaca especialmente para los representantes de la economía política: la abolición radical prevista en la ley de las subvenciones a las energías limpias introducidas hace tres años por el presidente Joe Biden. Muchos consideraban que estas subvenciones eran intocables en caso de cambio de presidente, ya que creaban nuevos puestos de trabajo y aumentaban los ingresos de las empresas en los estados «rojos», tradicionalmente republicanos. Por muy alérgico que sea el Partido Republicano, controlado por Trump, a la política verde, se pensaba que no se atrevería a eliminar estas ventajas. Pero eso es precisamente lo que ha hecho.

Una decisión contraria a la lógica

¿En qué radicaba el error de esta opinión generalizada? Los investigadores que se ocupan de los procesos de toma de decisiones políticas suelen centrarse en los costes y beneficios económicos. Argumentan que las leyes tienden a aprobarse cuando proporcionan ventajas materiales a grupos bien organizados y bien conectados, mientras que aportan desventajas difusas al resto de la sociedad. Desde esta perspectiva, muchos elementos de la ley de Trump se explican muy bien: en particular, prevé una redistribución drástica de los ingresos en favor de los ricos a expensas de los pobres.

viernes, 1 de agosto de 2025

Zorros chinos, tiburones americanos, roedores europeos

El "laboratorio BRICS" posee un espíritu creativo incansable y en constante adaptación. Supera la demencia arancelaria en todo momento.

Pepe Escobar, Strategic Culture

El Politburó ha programado la cuarta sesión plenaria del Partido Comunista de China para octubre (sin fechas precisas anunciadas; probablemente cuatro días durante la segunda quincena de octubre). Es entonces cuando Pekín deliberará sobre los lineamientos de su próximo plan quinquenal. Se espera que al pleno asistan más de 370 miembros del Comité Central de la élite del partido.

¿Por qué es tan crucial? Porque China es el principal objetivo indiscutible, junto con los principales miembros del BRICS, de la nueva "ley" universal ideada por el Imperio del Caos: Arancelo, luego existo. Así pues, el próximo plan quinquenal deberá considerar todos los factores derivados de la nueva "ley".

El pleno tendrá lugar unas semanas después de que Pekín organice un gran desfile para celebrar el fin de la Segunda Guerra Mundial; Vladimir Putin es uno de los invitados de honor de Xi.

Además, el pleno tendrá lugar justo antes de la cumbre anual de la APEC (Cooperación Económica Asia-Pacífico), que comienza el 31 de octubre en Seúl. Esta cumbre ofrece una oportunidad para un encuentro directo entre Trump y Xi, algo que el maestro de ceremonias, a pesar de su postura y tergiversaciones, busca activamente.

El pleno deberá sopesar cuidadosamente cómo una guerra comercial, tecnológica y geopolítica de facto entre Estados Unidos y China solo se volverá más intensa. Si bien el programa "Hecho en China 2025" resultó ser un éxito rotundo, a pesar de la presión de Trump 1.0, las nuevas decisiones tecnológicas chinas tomadas en 2025 definirán la hoja de ruta futura en todos los ámbitos, desde la inteligencia artificial hasta la computación cuántica, la biotecnología y la fusión nuclear controlada.

¿Cuándo abandonará Francia el atlantismo?

Es improbable que Francia logre imprimir una renovación estratégica a la Unión Europea, dada la reciente capitulación de Bruselas ante el chantaje arancelario de Trump

Raphael Machado, Strategic Culture

Un nuevo informe político francés pasó desapercibido para la mayoría de los analistas geopolíticos, pero representa un documento estratégico fundamental que podría determinar cambios significativos en la dirección internacional del Palacio del Elíseo.

Se trata del Informe Nº 1588 de la Comisión de Asuntos Europeos de la Asamblea Nacional Francesa, centrado en las relaciones entre la Unión Europea y China. El documento, elaborado con la participación de representantes de todos los partidos de la Asamblea, tiene como objetivo analizar las relaciones entre la UE y China a la luz del contexto geopolítico actual y sugerir cambios en su trayectoria.

Como una de las principales naciones de la UE, Francia naturalmente tiene mayor influencia en las políticas exteriores del bloque, en caso de que el Elíseo adopte las recomendaciones de la Comisión de la Asamblea Nacional.

El informe parte de la observación de que las relaciones entre la UE y China nunca han sido tan tensas. Si bien la UE inicialmente acogió con satisfacción la apertura económica de China en la década de 1970 y buscó ampliar los lazos comerciales bilaterales, hoy, a pesar de los fuertes intercambios en curso, la diplomacia se ve empañada por declaraciones hostiles de funcionarios de Bruselas contra Pekín, como calificar a China de "rival sistémico" en 2019.

lunes, 9 de junio de 2025

La Tercera Guerra Mundial sobre el escritorio


Jorge Majfud, Página 12

Las discusiones sobre las políticas de Donald Trump giran en torno a las posibles consecuencias de sus decretos que han revuelto el planeta. Hay algo que está ausente en los medios dominantes en los análisis académicos, y no son las consecuencias ni las intenciones declaradas, sino el origen de todo. No es un origen histórico; es un origen teleológico, un origen y una causa que está (de forma precaria) en el futuro. Al proceder de esta forma, no sólo encontraremos consistencia en la orgía de aranceles con otras políticas del mismo gobierno, como la guerra contra la inmigración y las universidades, sino también una conclusión dramática.

Estados Unidos tiene déficit comercial y un endeudamiento real, aunque no tan grave como Japón. Los genios de los negocios siempre han basado su éxito, a punta de cañón, en la irresponsabilidad propia y las obligaciones ajenas. Como toda crisis, es usada para el ajuste de los de abajo. Todos tenemos déficit con nuestro supermercado y superávit con nuestro empleador. Sin embargo, la idea anunciada en abril de 2025 (“El día de la liberación”) consistió en una tabula rasa de aranceles mínimos contra todo el mundo.

En 1890 McKinley produjo la mayor recesión del siglo con una política arancelaria. En 1930, Hoover agravó la crisis con más aranceles, produciendo la gran Depresión que obligó al país a socializarse para salir de la catástrofe. Un factor central de esa crisis iniciada en 1929 con el hundimiento de Wall Street se debió a la sobreproducción de productos industriales que no se podían vender porque los obreros no tenían capacidad de compra.

Ahora, imaginemos que se produce un milagro (anacrónico) y Estados Unidos se reindustrializa con salarios que nadie aceptaría hoy. ¿A quién le vamos a vender los productos industriales que nuestra clase media no podrá comprar y tampoco el resto del mundo debido a las barreras arancelarias?

martes, 27 de mayo de 2025

Esta es la razón por la que China le está dando una paliza a Estados Unidos

“Nuestra mayor prioridad es mejorar la vida de la gente común”
Xi Jinping, presidente de China

Mike Whitney, The Unz Review

Las encuestas muestran claramente que los estadounidenses prefieren el capitalismo al socialismo . De hecho, ni siquiera se acercan. Una encuesta de Gallup de 2021 reveló que el 60% de los estadounidenses tiene una visión positiva del capitalismo, mientras que solo el 38% opina lo mismo sobre el socialismo. Una encuesta de Rasmussen/Heartland de 2025 reveló una disparidad aún mayor, con un impresionante 71% que afirma preferir la economía de libre mercado al socialismo, lo que obtuvo un escaso 12% de apoyo. La clara implicación de estas encuestas es que los estadounidenses apoyan abrumadoramente el capitalismo por encima de un sistema de gobierno en el que el Estado ejerce un mayor control sobre las industrias clave y la distribución de la riqueza.

Sin embargo, hay razones para creer que estas encuestas no ofrecen una imagen precisa de cómo se siente realmente la gente. Si, por ejemplo, revisamos los resultados de otras encuestas, observamos que las actitudes hacia ambos sistemas son más ambivalentes de lo que podríamos pensar. Lo que los encuestadores estadounidenses han descubierto es que, independientemente del partido en el poder, la gran mayoría de la gente no se siente representada y no cree que se aborden los temas que les preocupan. En 2025, por ejemplo, la mayoría de los estadounidenses cree que el país va por mal camino:
Una encuesta de Reuters/Ipsos (25 de abril de 2025) encontró que menos de uno de cada tres estadounidenses cree que el país va en la dirección correcta, y la mayoría expresa preocupación por la economía, los aranceles y el extremismo político.

El seguimiento diario de Morning Consult (12 de mayo de 2025) informó que el 56% de los adultos estadounidenses dicen que el país está en el camino equivocado...

Una encuesta de Ipsos de diciembre de 2024 mostró que el 69% de los independientes, el 59% de los republicanos y el 78% de los demócratas creían que el país estaba en el camino equivocado.

La Unión Europea paga por fin el precio de sus prácticas comerciales desleales

…la Unión Europea, a pesar de ser uno de los bloques económicos más ricos del mundo, ha suprimido sistemáticamente la demanda interna mediante políticas de austeridad, contención fiscal y compresión salarial.

Thomas Fazi, Un Herd

El viernes, Donald Trump anunció un asombroso arancel del 50% sobre los productos de la Unión Europea, que entrará en vigor el 1 de junio de 2025, a menos que la UE acepte concesiones comerciales significativas. Esta escalada desde un arancel previamente reducido del 20% (ahora del 10% hasta el 8 de julio) ha desatado una tormenta de reacciones, desde el rechazo diplomático hasta la agitación de los mercados.

La propuesta arancelaria de Trump se dirige a los 550.000 millones de dólares anuales de exportaciones de la UE a EEUU. Alegando barreras comerciales “injustas” y una balanza comercial desequilibrada, Trump pretende forzar las negociaciones. El anuncio sigue una pauta de retórica comercial agresiva, que recuerda a la de su primer mandato, en el que a menudo se proponían aranceles, pero a veces se suavizaban tras las reacciones en contra. La UE, un aliado fundamental de EEUU y el mayor bloque comercial del mundo, se enfrenta ahora a un momento crucial para sortear este ultimátum económico.

Los líderes de la UE respondieron con mesurada moderación, señalando su deseo de evitar una guerra comercial en toda regla mientras se preparan para las represalias. Maros Sefcovic, Comisario de Comercio y Seguridad Económica de la UE, subrayó el compromiso con un “acuerdo basado en el respeto, no en las amenazas”. El primer ministro irlandés, Micheál Martin, calificó la amenaza arancelaria de “enormemente decepcionante”, argumentando que socava una relación comercial vital y la estabilidad económica mundial. El ministro alemán de Asuntos Exteriores, Johann Wadephul, se hizo eco de ello, advirtiendo de que tales aranceles perjudicarían a ambas economías e instando a la UE a preservar el acceso al mercado.

viernes, 23 de mayo de 2025

Repensar las relaciones entre Estados Unidos y China tras el naufragio de los aranceles

Tenemos suerte de que China siga aceptando nuestra moneda y, sin embargo, nuestro Secretario del Tesoro piensa que estar en la miseria nos da “ventaja”. Un hombre así no debería ser Secretario del Tesoro. Ha demostrado repetidamente que no tiene ni la más remota idea de cómo funciona la economía o de qué políticas ayudarán a avanzar los intereses estadounidenses

Mike Whitney, The Unz Review

Cuando el presidente Donald Trump impuso sus aranceles arrolladores el 2 de abril, tenía dos objetivos principales:
  1. Reducir los déficits comerciales
  2. Devolver el empleo y la fabricación a Estados Unidos
Estos eran los objetivos declarados, pero, como pronto descubrimos, el verdadero objetivo era debilitar a China impidiéndole vender bienes a los consumidores estadounidenses.

La administración Trump también utilizó los aranceles para aislar a China ofreciendo incentivos a las naciones que acordaron reducir su comercio con Pekín.

En resumen, los aranceles fueron el arma principal en una guerra comercial contra un competidor de igual a igual que ha superado a EEUU en casi todos los ámbitos de la producción industrial y tecnológica.

Afortunadamente, el plan de Trump fracasó y se vio obligado a suavizar los aranceles sin lograr ninguno de sus objetivos principales.

La razón por la que decimos “afortunadamente” es porque la política de aranceles nunca sirvió a los intereses del pueblo estadounidense. Muy al contrario, los estadounidenses se ven perjudicados por unas políticas unilaterales que ignoran las normas del comercio internacional y perturban innecesariamente las cadenas de suministro.

Lo único que consiguen es subir los precios, reducir el empleo y frenar el crecimiento. Además, manipular los aranceles con la intención de destruir a un rival viola una serie de normas de la OMC ampliamente aceptadas que protegen los intereses de todos.

jueves, 22 de mayo de 2025

El falso dilema entre proteccionismo y libre comercio

La política arancelaria del segundo mandato de Donald Trump como presidente de Estados Unidos representa una reconfiguración del comercio global y plantea serios desafíos para los movimientos contra los tratados de libre comercio en todo el mundo.

Luciana Ghiotto, Jacobin

El segundo gobierno de Donald Trump parece haber modificado el tablero del comercio global. La administración trumpista puso el foco en el libre comercio porque lo entiende como una práctica que ha dañado la hegemonía de Estados Unidos al generar desbalances comerciales con sus socios (especialmente China). Desde esa perspectiva, los altos aranceles podrían ayudar a recuperar parte del poderío industrial y económico perdido con la globalización. «La palabra más bonita del diccionario es arancel», decía Trump en 2024, y desde su asunción en enero hemos entendido que no estaba exagerando.

En este artículo nos proponemos examinar las políticas arancelarias de Trump desde una perspectiva crítica, trascendiendo las interpretaciones predominantes que las presentan como una ruptura radical con el orden económico global previo. Nuestra investigación se estructura en torno a tres objetivos fundamentales. Primero, desarrollar un análisis riguroso sobre la naturaleza, alcance e historicidad de las transformaciones generadas por las políticas arancelarias trumpistas, situándolas en la trayectoria más amplia de las relaciones entre Estado y capital en el capitalismo contemporáneo.

Segundo, problematizar críticamente la concepción dominante del «libre comercio», interrogando si las políticas proteccionistas actuales representan una verdadera ruptura con el paradigma librecambista o si constituyen, más bien, una reconfiguración de los mecanismos de acumulación dentro de la misma lógica sistémica. Tercero, examinar las implicaciones de estas transformaciones para los movimientos sociales que han articulado sus estrategias en torno a la crítica del libre comercio durante las últimas tres décadas, evaluando los desafíos que este nuevo escenario plantea para sus marcos interpretativos y prácticas políticas.

Sostenemos que una lectura crítica del momento actual resulta fundamental para repensar las estrategias de los movimientos sociales, particularmente en lo que respecta a su relación con los Estados nacionales y a las formas de construir solidaridades transnacionales efectivas. Las transformaciones en curso exigen reconsiderar tanto los sujetos políticos protagonistas de las resistencias como las escalas en que estas deben articularse para confrontar un sistema cuyas contradicciones se manifiestan simultáneamente en múltiples niveles.

viernes, 16 de mayo de 2025

La torpeza arancelaria de Trump termina siendo un tiro por la culata

Donald Trump tiró los dados y salió mal. Pensó que podía intimidar a China, pero China le tomó la palabra. Ahora debe informar de su fracaso al pueblo estadounidense tratando de hacer que el mayor error comercial de la historia del país parezca un “impresionante triunfo de la voluntad”. Buena suerte con eso.

Mike Whitney, The Unz Review

Afortunadamente, tenemos un indicador fiable para determinar si Trump ha tenido éxito o ha fracasado. Si China hace concesiones para preservar el comercio con Estados Unidos, entonces podremos decir que Trump “ha ganado”. Pero si Trump se ve obligado a retirar sus aranceles antes de que China acepte reanudar el comercio, entonces Trump “ha perdido”. Así que, en realidad, solo es cuestión de quién parpadea primero.

Creemos que Trump “parpadeará primero” basándonos en el hecho de que “no tiene cartas que jugar”. China lo tiene contra las cuerdas y lo sabe. Muchos analistas lo sabían desde el principio, pero sus opiniones quedaron ahogadas por el ejército de escritores y expertos antichinos que piensan que los poderosos Estados Unidos pueden aplastar a China cuando quieran.

Ahora van a ver que el mundo no funciona así. Ahora van a ver que un país mal gobernado, con una deuda de 36 billones de dólares y que se desliza hacia una insolvencia irreversible, no puede dictar las reglas. Esto es de un artículo de la CNN (del domingo):

Los altos funcionarios estadounidenses que participaron en las negociaciones comerciales de alto nivel con China salieron de dos días de conversaciones alabando los “avances sustanciales” y pareciendo confirmar que se había alcanzado un acuerdo entre los dos países, lo que podría tener enormes implicaciones para la economía mundial.

“Me complace informar de que hemos logrado avances sustanciales entre Estados Unidos y China en las importantísimas negociaciones comerciales”, declaró el secretario del Tesoro, Scott Bessent, en un breve comunicado emitido el domingo en Ginebra (Suiza), donde se celebraron las conversaciones, calificando las negociaciones de “productivas”.

miércoles, 7 de mayo de 2025

Sistema contra sistema: la contraofensiva silenciosa de China

Pekín toma el control del enfrentamiento con Washington – tercer episodio de la serie histórica dedicada a la ruptura entre Estados Unidos y China
Caricatura de Ryan Walker de 1904 advirtiendo a las grandes potencias de los riesgos de luchar contra China. La advertencia es explícita. ¿Lo despertarán? El caricaturista pregunta, citando el "peligro amarillo"


Giacomo Gabellini, Krisis
Tras el contraataque estadounidense iniciado bajo la administración Obama, Pekín reaccionó con una estrategia menos visible pero igualmente incisiva. Al reducir su dependencia de las exportaciones a Occidente, fortalecer el consumo interno y reactivar la cooperación regional, China no ha respondido golpe por golpe. Eligió reescribir las reglas de la globalización. Y ahora son Estados Unidos los que se encuentran en posición de persecución, en un conflicto que se desarrolla cada vez menos en el plano militar y cada vez más en el plano estructural. Económico y estratégico, pero también ideológico.

En breve:
  • La contraofensiva estratégica de China Pekín ha respondido a los ataques proteccionistas de Estados Unidos con una contraofensiva económica silenciosa, no alzando la voz sino impulsando la demanda interna, la innovación y la cooperación regional.
  • Aumento del consumo interno Al reducir su dependencia de las exportaciones a Occidente, China ha acelerado el consumo interno. Al posicionarse como el principal mercado de muchos sectores, ha reducido el peso de las exportaciones sobre el PIB, en beneficio de un crecimiento más sostenible.
  • Clase media y cooperación regional El ascenso de la clase media china ha reducido la centralidad del mercado estadounidense. China también ha fortalecido los lazos económicos con los países asiáticos, incrementando el comercio regional y desarrollando una red de alianzas estratégicas.
  • Innovación e industria de alto valor añadido China se ha convertido en un líder en innovación, pasando de ser un ensamblador a un sofisticado proveedor de cadenas de valor globales. Su red de producción e infraestructura siguen atrayendo inversiones, a pesar de las crecientes tensiones geopolíticas.
  • Desafíos y poder financiero Con sus grandes tenencias de bonos del Tesoro estadounidense, China posee un arma financiera que amenaza la estabilidad del dólar y la economía estadounidense. Al mismo tiempo, está fortaleciendo su papel como motor del crecimiento económico mundial y de un sistema comercial cada vez más interconectado.

Parte III – La respuesta de China y el cambio de rumbo de EEUU

“China se convirtió en enemiga de Estados Unidos hace una década”, dijo el profesor Jeffrey Sachs en una entrevista televisiva transmitida por X el 29 de abril. “¿Por qué? Porque China ha tenido mucho éxito”. Una síntesis eficaz, que resume el significado del enfrentamiento actual entre Pekín y Washington. Después de años de sufrir las iniciativas proteccionistas de Estados Unidos, China ha respondido. Pero, en lugar de alzar la voz, elevó las cifras: superávit comercial récord, expansión del consumo interno, inversiones regionales… En un mundo interconectado, decidió responder no golpe por golpe, sino sistema contra sistema.

lunes, 5 de mayo de 2025

Estados Unidos contraataca: reescribiendo la globalización para contener a China

La era de Obama - Segunda entrega de la serie histórica dedicada a la ruptura entre Pekín y Washington.
“The Next Thing to Do”, una caricatura de J. S. Pughe publicada en Puck en 1898, muestra al Tío Sam en la cima del “Muro Arancelario Prohibitivo”, observando cómo las potencias europeas y Japón intentan derribar las barreras comerciales de China


Giacomo Gabellini, Krisis

Después de décadas de globalización y tras perder millones de puestos de trabajo, Washington ha vuelto a subir las apuestas. Bajo la administración Obama, adoptó una política de contención total, para recuperar el liderazgo y romper la dependencia de las cadenas de suministro asiáticas. Lo que estaba en juego no era sólo el comercio, sino también la hegemonía en el emergente mundo multipolar. Desde guerras arancelarias hasta embargos tecnológicos, pasando por nuevos tratados y presión sobre los aliados, Estados Unidos ha desplegado una estrategia orgánica para atacar el corazón del modelo chino.

Parte II – La ofensiva tecnocomercial de Estados Unidos

“Durante 40 años, el comercio entre China y Estados Unidos ciertamente ha beneficiado a ambos países en general, pero un país ha permitido que los beneficios se distribuyan y el otro ha dejado que todas las ganancias fluyan hacia los de arriba”. Con esta reflexión, el periodista Ryan Grim, jefe de la oficina de Washington de The Intercept, comentó un video de TikTok en X.

Aunque esquemático e ideológico, el vídeo en cuestión revela con crudeza la laceración social producida por la globalización, que al atribuir a China el papel de “fábrica del mundo” ha terminado por erosionar el tejido productivo y social de Estados Unidos desde sus cimientos. Para entender esto basta mirar los números. Según el Instituto de Política Económica, entre 2000 y 2016 Estados Unidos perdió 5 millones de empleos en el sector manufacturero, mientras que el 90% del crecimiento del ingreso fue a parar al 10% más rico de la población.

Durante la presidencia de Barack Obama, entre 2009 y 2017, Washington tomó medidas endureciendo las políticas migratorias, lo que resultó en una consiguiente reducción de la oferta laboral y un aumento nominal de los salarios. Así, la solidez de «Chimérica» comenzó a debilitarse paulatinamente, comprometida por grietas cada vez más amplias y profundas debidas esencialmente al ascenso político, económico, tecnológico y militar de China. Para Estados Unidos, la República Popular China se ha convertido así en el principal rival estratégico a “contener” por todos los medios disponibles.

Bajo la administración de Obama, el establishment estadounidense intentó confinar a China al aislamiento político y comercial a través de la Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP por su sigla en inglés) y el Acuerdo Transpacífico (TPP por su sigla en inglés). Los programas espejo, como sostiene el historiador Alfred W. McCoy en su libro In the Shadows of the American Century, tenían como objetivo explotar "el estatus de Estados Unidos como el principal consumidor del mundo para crear una nueva versión de la 'diplomacia del dólar'". El historiador continúa explicando que "su giro estratégico tenía como objetivo alejar a los socios comerciales clave de China y colocarlos en la órbita de Washington". Según Alfred W. McCoy, “el presidente lanzó una doctrina contraria, buscando dividir económicamente la ‘isla-mundo’ a lo largo de su divisoria continental en los Montes Urales mediante dos acuerdos comerciales que apuntaban a establecer a Estados Unidos como el centro global de casi dos tercios del PIB y casi tres cuartas partes del comercio mundial”.

domingo, 27 de abril de 2025

El desmadre programado que desborda a Trump


Claudio Katz, Viento Sur

Fiel a su estilo de arriesgado jugador, Trump provocó un caos en los mercados mundiales. Introdujo, retiró y reformuló una tabla de aranceles que desencadenó un desorden mayúsculo. Su bravata recreó las peores pesadillas financieras de las últimas décadas.

El magnate ha instalado un inédito escenario de crisis global precipitada adrede. Algunos analistas estiman que tiende a recular frente a los resultados adversos de sus medidas, pero otros consideran que sigue asustando a sus interlocutores para forzarlos a capitular.

También sobrevuela la superficial impresión que Trump se ha vuelto loco y que en su decadencia Estados Unidos ha quedado bajo el comando de un desorbitado. El magnate miente, insulta, agrede y parece gobernar a la primera potencia como si fuera un fondo de inversión. Pero en realidad sigue una estrategia aprobada por significativos grupos de poder y no hay que subestimarlo (Torres López, 2025).

Tiene tres objetivos en el plano económico: restaurar la hegemonía del dólar, reducir el déficit comercial e incentivar la repatriación de las grandes empresas. La jerarquía y articulación de esas metas es el gran interrogante del momento.

Centralidad monetaria

Algunos enfoques subrayan acertadamente la primacía de las metas financiero-monetarias sobre las comerciales o productivas. Destacan que Trump pretende instalar un dólar barato para exportar y un dólar alto como reserva de valor. Pretende favorecer las exportaciones estadounidenses, mientras asegura el status privilegiado de la divisa norteamericana como moneda mundial (Varoufakis, 2025).

Los dos principales asesores del presidente -Miran y Besset- han confirmado ese propósito, confesando que las presiones comerciales son un instrumento de las exigencias monetarias.

Para lograr la desvalorización del dólar y su permanencia como reserva de valor, Trump necesita reforzar el sometimiento de los Bancos Centrales de Europa y Japón. Esa subordinación es indispensable para preservar el rol de los títulos de la deuda estadounidense (Bonos del Tesoro), como principal refugio del capital.

sábado, 26 de abril de 2025

Historia arancelaria de EEUU: entre la realidad y la ficción política

El objetivo principal de Trump no era realmente la política de aranceles, sino recortar los impuestos sobre la renta de los ricos, reemplazándolos por aranceles como fuente principal de ingresos para el gobierno

Michael Hudson, Sin Permiso

La política arancelaria de Donald Trump ha sembrado el caos en los mercados, tanto entre sus aliados como entre sus enemigos. Esta anarquía refleja que su objetivo principal no era realmente la política de aranceles, sino recortar los impuestos sobre la renta de los ricos, reemplazándolos por aranceles como fuente principal de ingresos para el gobierno. Sacar concesiones económicas a otros países forma parte de la justificación que da para este cambio fiscal, presentándolo como un beneficio nacionalista para EEUU.

Su excusa --y quizá hasta se lo cree-- es que los aranceles por sí solos pueden revivir la industria estadounidense. Pero no tiene ningún plan para abordar los problemas que causaron la desindustrialización del país en primer lugar. No hay ni un ápice de reconocimiento de lo que hizo exitoso al programa industrial original de EEUU (y al de muchos otros países): inversión pública en infraestructura, un crecimiento sostenido en la inversión privada y en los salarios, protegidos por aranceles, y una regulación estatal firme. La política de Trump va justo en la dirección contraria: achicar el Estado, debilitar las regulaciones y vender la infraestructura pública para ayudar a financiar los recortes de impuestos para su clase donante.

Esto no es más que el mismo programa neoliberal de siempre, disfrazado de otra cosa. Trump lo vende como si apoyara a la industria, cuando en realidad hace lo contrario. Su movida no es un plan industrial de verdad, sino una jugada de poder para presionar económicamente a otros países mientras les baja los impuestos a los más ricos. El resultado inmediato: despidos masivos, cierre de empresas y subida generalizada de precios para los consumidores.

Introducción

El despegue industrial tan impresionante que vivió EEUU desde el final de la Guerra Civil hasta el inicio de la I Guerra Mundial siempre ha sido un dolor de cabeza para los economistas defensores del libre mercado. Y es que el éxito del país se debió justamente a políticas completamente opuestas a las que hoy defiende la ortodoxia económica. No se trata solo del contraste entre aranceles proteccionistas y libre comercio: EEUU creó una economía mixta, público-privada, en la que la inversión en infraestructura pública se desarrolló como un "cuarto factor de producción", no para generar beneficios, sino para ofrecer servicios básicos a precios mínimos, con el objetivo de abaratar el costo de vida y de hacer negocios del sector privado.

jueves, 24 de abril de 2025

Guerras comerciales y fascismo


William I. Robinson, La Jornada

El punto de partida para cualquier análisis de la impactante coyuntura que sacude al mundo –guerras comerciales, genocidio, fascismo– es la crisis sin precedentes del capitalismo global. La crisis entraña cuatro dimensiones entrelazadas: la sobreacumulación y estancamiento crónico, la desintegración social generalizada, el colapso del orden internacional posterior a la Segunda Guerra Mundial, y la amenaza con agotar la biosfera.

El sistema experimenta una nueva ronda radical de restructuración y transformación basada en la revolución digital, sobre todo en la inteligencia artificial (IA), que modifica las fuerzas productivas y altera la relación del capital trasnacional con el trabajo y el Estado. El bloque hegemónico emergente aúna las grandes tecnológicas con las finanzas y el complejo militar-industrial de seguridad. La economía y la sociedad globales dependen cada vez más de las tecnologías digitales. Las corporaciones, los estados y las instituciones políticas y militares no pueden funcionar sin las tecnologías digitales, lo que hace que la sociedad global dependa en gran medida de las gigantescas corporaciones tecnológicas que gestionan y controlan estas tecnologías, así como del conocimiento para desarrollarlas y aplicarlas.

Los mercados globales están saturados. Existe una sobrecapacidad industrial masiva. La tasa de ganancia ha estado disminuyendo desde principios de siglo. La clase capitalista trasnacional (CCT) busca desesperadamente dónde descargar sus excedentes y abrir nuevos espacios de acumulación. La expansión extractivista depredadora implica oleadas de despojo. Los Estados se encuentran en una intensa competencia por los mercados y los recursos, intentando atraer la inversión de la CCT y asegurar los recursos que la acumulación requiere dentro del territorio nacional. El afán por apoderarse de recursos es fundamental en los acontecimientos de Palestina, Congo, Sudán, México, Colombia y otros lugares, así como en la reclamación de Trump sobre los minerales de Groenlandia, Canadá y Ucrania. La incesante presión expansiva au menta la inestabilidad y el conflicto.

domingo, 20 de abril de 2025

El tsunami de aranceles: Trump desmantela la globalización y abre el frente contra China

Para preservar a toda costa la hegemonía de Estados Unidos, el presidente norteamericano da la vuelta a la tortilla, pero pone en juego el destino del imperio.

Roberto Iannuzzi, Intelligence for the People

El 2 de abril, el presidente estadounidense Donald Trump declaró una «emergencia nacional » al anunciar una lluvia de aranceles sobre todo tipo de productos importados. Las medidas afectaron tanto a países aliados como adversarios (gravámenes del 20% a las importaciones procedentes de la UE, del 24% a las de Japón, del 46% a las de Vietnam).

Los mercados financieros mundiales se han desplomado a medida que cundía el pánico entre empresas e inversores. Cuando el tsunami afectó también a los bonos del Estado estadounidense (activo refugio por excelencia) amenazando la estabilidad de la arquitectura financiera estadounidense, Trump dio marcha atrás parcialmente.

Pero la suspensión de 90 días de los llamados aranceles «recíprocos» recién impuestos no debe llevar a engaño. Se mantienen los aranceles básicos del 10% impuestos indiscriminadamente a todos los países (junto con los aranceles del 25% sobre el aluminio y el acero), pero sobre todo se mantienen los aranceles del 145% impuestos a China (a los que Pekín respondió elevando los aranceles contra Estados Unidos al 125%).

Estas medidas anuncian una guerra comercial sin precedentes entre los dos gigantes mundiales (con un PIB combinado de 46 billones de dólares) cuya integración económica había constituido la columna vertebral de la globalización hasta la fecha.

Está en juego un comercio anual de 700.000 millones y la disociación de dos superpotencias profundamente interdependientes económicamente.

De Reagan a Trump

sábado, 19 de abril de 2025

Cuando baja la marea, sabemos quién está nadando desnudo

Mientras China aplica la estrategia de Sun Tzu en El arte de la guerra para ganar sin luchar, Trump aplica su «arte del trato» para engañar y estafar. Como dije la última vez, Trump es el mejor agente no remunerado de la (orgullosa) China comunista.
El rey Trump es el emperador desnudo

Hua Bin, The Unz Review

Cuando escribí mi último ensayo, «La estrategia de China para derrotar a EEUU llevándolo a la bancarrota», justo antes del «día de la liberación» de Trump, pensé en hacer un seguimiento un mes después, una vez que se hubieran calmado un poco las aguas. Las cosas han seguido la trayectoria prevista, pero a un ritmo mucho más rápido de lo que esperaba.

Con el anuncio del viernes por la noche de que Trump exime a los teléfonos inteligentes, chips, ordenadores y productos electrónicos fabricados en China del arancel «recíproco (una completa farsa)» del 125%, que representa aproximadamente una cuarta parte de las exportaciones de China a Estados Unidos, el rey Trump básicamente se ha arrodillado y ha capitulado. Por mucho que Karoline Leavitt lo intente, Trump no solo ha parpadeado, ha esquivado el golpe.

Anthony Blinken tenía razón. En las relaciones internacionales, o estás en la mesa o estás en el menú. Hemos descubierto que el pollo Trump está en el menú junto al pollo Kiev.

En mi último ensayo comenté que la política comercial de Trump era como apuntarse con una pistola a la cabeza para amenazar al mundo. No sabía que se pondría una navaja en la garganta con la otra mano y que además se tomaría veneno para ratas.

Normalmente, sacaría conclusiones después de «dejar que la bala volara un poco más». Sin embargo, algunas cosas ya están claras desde el 2 de abril, el Día de los Inocentes. Podemos anticipar lo que es probable que suceda en los próximos meses y años.

En este ensayo, compartiré mis predicciones. Me centraré en el panorama general y aconsejaré no dejarse llevar por los titulares diarios (incluso horarios) que seguramente aparecerán en los medios saturados.

jueves, 17 de abril de 2025

Trump rompe un orden mundial en crisis, pero hay oportunidades en medio de la turbulencia

Las acciones de Trump no fueron ni improvisadas ni caprichosas. La «solución arancelaria» había sido preparada por su equipo durante años

Alastair Crooke, Strategic Culture

El shock de Trump –su descentralización de EEUU del rol de eje del ‘orden’ de posguerra, a través del dólar– ha desatado una profunda división entre, por un lado, quienes obtuvieron enormes beneficios del statu quo; y, por otro, la facción MAGA (Make America’s Greatest Again), que llegó a ver ese statu quo como hostil, incluso una amenaza existencial para los intereses estadounidenses. Las partes han caído en una polarización agria y llena de acusaciones.

Es una de las ironías del momento que el presidente Trump y los republicanos de derechas hayan insistido en denigrar -como una “maldición de los recursos”- los beneficios del estatus de Moneda de Reserva que aportó a EEUU la oleada de ahorro mundial entrante que le permitió disfrutar del privilegio único de imprimir dinero, sin consecuencias negativas: ¡al menos hasta ahora! Parece que, en última instancia, los niveles de deuda importan incluso al Leviatán.

El vicepresidente Vance compara ahora la moneda de reserva con un “parásito” que ha devorado la sustancia de su “huésped”» (la economía estadounidense) imponiendo un dólar sobrevalorado.

Para que quede claro, Trump creía que no tenía elección: o bien subvertía el paradigma existente, a costa de un considerable dolor para muchos de los que dependen del sistema financiarizado, o bien permitía que los acontecimientos avanzaran hacia el inevitable colapso económico de EEUU. Incluso aquellos que entendían el dilema al que se enfrentaba EEUU se quedaron algo sorprendidos por su descarada “imposición de aranceles al mundo”.

miércoles, 16 de abril de 2025

Lógica y consecuencias de la guerra arancelaria de Trump como reflejo de la crisis sistémica del modelo económico neoliberal

Algunos analistas relacionan las políticas arancelarias de Donald Trump con el “Sistema Americano” de Alexander Hamilton, un modelo proteccionista histórico. La Casa Blanca defiende estas medidas como necesarias para combatir prácticas comerciales desleales, disminuir el déficit comercial y reactivar la manufactura nacional. Sin embargo, economistas y expertos advierten que estas políticas podrían ser contraproducentes, generando más perjuicios que ventajas. Más concretamente: la guerra arancelaria impulsada por la administración Trump -basada en un análisis económico falaz- no constituye meramente una disputa comercial aislada, sino que representa un síntoma de la profunda crisis del orden neoliberal y la imperiosa necesidad de un cambio estructural en el sistema económico global.

José Luis Preciado, Mente Alternativa

El historiador Sam Labrier (1) vincula las políticas arancelarias de Donald Trump con el “Sistema Americano”, un modelo económico del siglo XIX promovido por figuras como Alexander Hamilton y Henry Clay, que combinaba aranceles protectores, infraestructura, banca nacional e innovación para impulsar la industrialización. Según Labrier, este sistema fue clave para el crecimiento de EEUU, pero fue debilitado por élites pro libre comercio y financieras, lo que habría llevado a crisis y pérdida de soberanía industrial. Distingue entre aranceles de ingresos (recaudatorios) y protectores (defensa industrial), destacando que líderes como William McKinley los usaron para garantizar salarios altos y autonomía económica, aunque fueran saboteados por intereses financieros internacionales.

Labrier también rastrea la influencia global del Sistema Americano, adoptado en países como Alemania y Japón, pero bloqueado en otros por élites especulativas. En este marco, ve en Trump un intento de revivir ese legado, aunque advierte que los aranceles deben aplicarse con una estrategia clara, como en el modelo original, para evitar efectos negativos. Su análisis sugiere que, sin una visión industrial coherente, las medidas de Trump podrían quedarse en gestos simbólicos sin transformar la economía.

Según la Casa Blanca, estas políticas buscan frenar prácticas desleales, reducir el déficit comercial y revitalizar la industria manufacturera estadounidense. Sin embargo, expertos cuestionan la efectividad de estas medidas, argumentando que podrían generar más daños que beneficios.

Una «bomba atómica» arancelaria

Es imposible entender el «momento Trump» de la actual guerra arancelaria sin tener en cuenta la presión de más de cuarenta años de crónicos y gigantescos déficits comerciales y fiscales en Estados Unidos

Valerio Arcary, Jacobin

Estados Unidos ha desatado una ola de choque en la economía mundial sin parangón en los últimos cuarenta años: una contraofensiva en gran escala para defender la supremacía de Washington en el mercado mundial y en la comunidad internacional de Estados. Quienquiera que subestime las consecuencias de semejante contraofensiva está cometiendo un error imperdonable.

El impacto de esa contraofensiva podría compararse sólo con el «momento Nixon» de 1971, cuando Washington subvirtió los Acuerdos de Bretton Woods y puso fin a la convertibilidad fija del dólar en oro, para lo cual procedió a devaluar la moneda de reserva a fin de poder hacer frente al crecimiento alemán y japonés, al aumento del déficit comercial estadounidense y a la necesidad de financiar la guerra de Vietnam[1].

O con el «momento Reagan», cuando la Reserva Federal elevó al 21,5 % la tasa de interés de referencia para combatir una inflación superior al 13,5 %, el escalamiento de la deuda pública, que alcanzó entonces por primera vez el billón de dólares, la necesidad de financiar la carrera armamentística contra la URSS tras el triunfo revolucionario en Nicaragua —que amenazaba con extenderse a toda Centroamérica—, así como en Irán —que a su vez amenazaba con desatar una ola de radicalización islámica contra Israel—, y la caída de las dictaduras en el cono sur de América Latina[2].

Es imposible entender el «momento Trump» de la guerra arancelaria sin tener en cuenta la presión que ejercen más de cuarenta años de crónicos y gigantescos déficits comerciales y fiscales que son el talón de Aquiles de Estados Unidos, aun cuando no hayan impedido un miniboom con Ronald Reagan en los ochenta, Bill Clinton en los noventa y George Bush hijo en la primera década del siglo XXI. Cualquier otro país, incluso entre las grandes potencias, se habría sumido en una espiral de inflación, desinversión, recesión y desgobierno. Por su comportamiento, tales déficits constituyen una distorsión, una «excepcionalidad» o una «anomalía».

lunes, 14 de abril de 2025

Trump sepulta los mitos del libre comercio y de la globalización


Raphael Machado, Jornal Puro Sangue

Cuando afirmamos el año pasado que la elección de Trump sería más disruptiva para la hegemonía global liberal, los emocionados nos acusaron de “trumpistas”, “neocons” y más una torrente de improperios.

Pero continuamente, las decisiones trumpistas en política interna confirman nuestra evaluación. De hecho, hoy diría que Trump está siendo más disruptivo de lo que podría haber imaginado en 2024.

Recuerdo aquí, por cierto, que cuando se anunció el cierre de la USAID, los miembros de la “izquierda emotiva” (que simplemente no puede aceptar que Trump era una opción más disruptiva que Biden) vinieron corriendo a decir, en tonos divinatorios, que los recursos de la USAID serían, simplemente, reubicados.

No. Esta semana realmente se confirmó el cierre de la USAID y que el dinero volvería al presupuesto, sin ninguna previsión específica de seguir aplicando el mismo dinero de la misma manera a través de otros programas y organismos. Es claro que los EEUU seguirán proyectando su influencia alrededor del mundo, siempre lo han hecho. Pero uno de los principales brazos de esa proyección se ha cerrado y el presupuesto para ese tipo de actividad ha disminuido significativamente. Ahora, la iniciativa privada será aún más relevante en este campo.

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