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jueves, 18 de diciembre de 2025

Kast: la «vía democrática» al pinochetismo

Con la victoria de José Antonio Kast, el pinochetismo vuelve al poder por vía electoral, articulando restauración neoliberal, autoritarismo moral y anticomunismo como respuesta a la crisis chilena

Pablo Abufom y Karina Nohales, Jacobin

El domingo 14 de diciembre, el ultraderechista José Antonio Kast se impuso con una amplia ventaja (58,2%) en la segunda vuelta presidencial frente a su contendora, la oficialista y militante del Partido Comunista, Jeannette Jara (41,8%).

El resultado se inscribe dentro de lo anticipado por las principales encuestadoras —en particular CADEM, cuya medición del 29 de noviembre proyectó con notable precisión el desenlace final—, pero también confirma una tendencia política más amplia, visible desde la primaria oficialista de junio. Como se señaló entonces: «El desafío para la candidatura de Jeannette Jara es mayúsculo en varios niveles. El primero y más relevante es transformar los 825.835 votos de la primaria en los 7 millones que se necesitarán para imponerse en la segunda vuelta presidencial, que por primera vez desde 2012 se realizará con voto obligatorio, una modalidad que, según todas las tendencias, ha favorecido a la derecha.»

Por su parte, tras la primera vuelta presidencial señalábamos que «los resultados electorales del domingo 16 de noviembre muestran con nitidez la magnitud de la victoria de la derecha. En la elección presidencial, ese bloque alcanzó el 50,3% de los votos, distribuidos entre José Antonio Kast (23,9%, Partido Republicano), Johannes Kaiser (13,9%, Partido Nacional Libertario) y Evelyn Matthei (12,5%, Chile Vamos)».

Con una participación del 85% del padrón, Jeannette Jara incrementó su caudal electoral entre la primera y la segunda vuelta en alrededor de un millón setecientos mil votos. Sin embargo, ese crecimiento resultó claramente insuficiente frente al avance de Kast, que sumó más de cuatro millones de nuevos votantes y se impuso en la totalidad de las regiones del país, sin excepción.

domingo, 7 de diciembre de 2025

La larga tradición contra los impuestos de la oligarquía estadounidense


Vanessa Williamson, Sin Permiso

Las políticas arancelarias siempre cambiantes de Trump pueden parecer caóticas. Y, por supuesto, a menudo lo son. En un lapso de nueve meses, sus aranceles a China han pasado del 10 % al 145 % y luego al 50 %, y Trump ha amenazado con volver a subirlos al 100 %, antes de ceder una vez más. La irritación del presidente por un anuncio televisivo le llevó a aumentar los aranceles a Canadá, una política que anunció a través de una publicación en redes sociales. Y luego, por supuesto, estuvo aquella vez en que la Administración declaró aranceles a una isla habitada solo por pingüinos.

Pero, aunque estos aranceles son caprichosos y absurdos, forman parte de una agenda coherente. Los aranceles arbitrarios siguen un patrón con el intento de la Administración de destruir —mediante despidos masivos, cambios de liderazgo y politización— un Servicio de Impuestos Internos independiente. Trump está tratando de sustituir el sistema legislativo de impuestos para obtener ingresos por un sistema personalista de exacciones estatales para la dominación política.

Dejando a un lado a los pingüinos, las implicaciones de esta agenda no podrían ser más graves. La regularización de los impuestos es uno de los logros más monumentales de la historia política. Es inseparable del desarrollo del Estado de derecho y de las primeras afirmaciones de que la legitimidad del gobierno se basa en el consentimiento de los gobernados. Es más, el esfuerzo por socavar el sistema tributario atenta contra la propia capacidad de actuar de un gobierno elegido democráticamente. A lo largo de la historia de Estados Unidos, los oligarcas han restringido el poder fiscal del Estado para garantizar que el Gobierno fuera demasiado débil como para controlar su poder. Las políticas fiscales de la Administración Trump son la última versión de esta larga tradición antitributaria y antidemocrática.

***

jueves, 4 de diciembre de 2025

La marea furiosa de la extrema derecha latinoamericana

La izquierda tendrá que ser audaz y articular un nuevo futuro, pero tendrá que ser uno que surja de su propia historia de luchas y de construcción del socialismo.
Ilustración: Alejandra Svriz


Vijay Prashad, Observatorio de Trabajadores

La extrema derecha en América Latina está enojada. Jair Bolsonaro, de Brasil, y Javier Milei, de Argentina, siempre parecen furiosos y siempre hablan en voz alta y de forma agresiva. La testosterona se les sale por los poros, un sudor tóxico que se ha extendido por toda la región.

Sería fácil decir que se trata del impacto del neofascismo característico de Donald Trump, pero no es cierto. La extrema derecha tiene raíces mucho más profundas, vinculadas a la defensa de las familias oligárquicas que tienen sus orígenes en la época colonial en los virreinatos, desde Nueva España hasta Río de la Plata.

Sin duda, estos hombres y mujeres de extrema derecha se inspiran en la agresividad de Trump y en la entrada de Marco Rubio, un furioso defensor de la extrema derecha en América Latina, al cargo de secretario de Estado de los Estados Unidos. Esta inspiración y este apoyo son importantes, pero no son la razón del regreso de la extrema derecha, una marea de ira que ha ido creciendo en toda América Latina.

A primera vista, parece que la extrema derecha ha sufrido algunas derrotas. Jair Bolsonaro está en prisión por un largo tiempo debido a su papel en el fallido golpe de Estado del 8 de enero de 2023 (inspirado en el propio intento fallido de golpe de Estado de Trump el 6 de enero de 2021). En la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Chile, la candidata del Partido Comunista, Jeannette Jara, obtuvo la mayoría de los votos y liderará el bloque de centroizquierda en la segunda vuelta (14 de diciembre).

miércoles, 19 de noviembre de 2025

Chile: Del ocaso progresista al avance reaccionario

La primera vuelta confirma el desplazamiento del electorado hacia posiciones de derecha —con Kast consolidado como líder del bloque— en un contexto regional marcado por la expansión de fuerzas reaccionarias

El artículo a continuación forma parte de la serie Situación latinoamericana y elecciones Argentina 2025, una colaboración entre Revista Jacobin y la Fundación Rosa Luxemburgo.

Karina Nohales y Pablo Abufom Silva, Jacobin

Todo indica que Chile será gobernado los próximos cuatro años por una coalición de partidos de derecha, encabezada por una de sus fracciones más extremas, con José Antonio Kast a la cabeza. Esa derecha —el pinochetismo— existe hace décadas en el país, pero por primera vez llegaría al gobierno por la vía electoral, con apoyo de sectores populares y en un contexto internacional marcado por el avance global de fuerzas de extrema derecha.

Los resultados electorales del domingo 16 de noviembre muestran con nitidez la magnitud de la victoria de la derecha. En la elección presidencial, el bloque alcanza un 50,3% de los votos, distribuidos entre José Antonio Kast (23,9%, Partido Republicano), Johannes Kaiser (13,9%, Partido Nacional Libertario) y Evelyn Matthei (12,5%, Chile Vamos).

Al mismo tiempo, la derecha se consolida como mayoría en el Congreso. De los 155 escaños de la Cámara de Diputados y Diputadas, el sector ya alineado en torno a Kast obtiene 76, frente a los 64 que suman la izquierda y la centroizquierda. En el Senado, el bloque alcanza la mitad de los escaños.

Si se incorpora el dato de que el Partido de la Gente (PDG) obtuvo 14 bancas en la Cámara, todo indica que la derecha en el gobierno podrá articular una mayoría parlamentaria capaz de llegar incluso a los 4/7 necesarios para promover reformas constitucionales.

lunes, 22 de septiembre de 2025

Trump destruye la economía de EEUU


Michael Hudson, Counter Punch

Trump ha provocado una crisis en la agricultura estadounidense con su utilización del comercio exterior como un arma en la Guerra Fría con China y Rusia, en la industria manufacturera como resultado de sus aranceles sobre el acero y el aluminio, de inflación de los precios al consumidor principalmente por sus aranceles, y en la vivienda asequible con sus recortes de impuestos que han mantenido altas las tasas de interés a largo plazo para hipotecas, compras de automóviles y equipos, y la desregulación de los mercados dando carta blanca a los monopolios para fijar los precios.

1. El empobrecimiento de Trump de la agricultura de EEUU

Trump ha creado una tormenta perfecta para la agricultura estadounidense, primero en su política de Guerra Fría que ha cerrado China como mercado para la soja, contra Rusia, segundo objetivo de su política arancelaria bloqueando las importaciones y, por lo tanto, aumentando los precios de los equipos agrícolas y otros insumos, y tercero por sus déficits presupuestarios inflacionarios que mantienen altas las tasas de interés para la vivienda y los préstamos hipotecarios agrícolas y la financiación de equipos, mientras mantiene bajos los precios de las tierras agrícolas.

lunes, 15 de septiembre de 2025

A 52 años del 11S: La verdadera muerte de un presidente

Allende fue asesinado en un intercambio de disparos con una patrulla de élite. Luego todos los oficiales, en un rito de casta, dispararon sobre el cuerpo y uno de ellos le destrozó la cara con la culata de su fusil

Artículo escrito en septiembre de 2003, al cumplirse tres décadas del golpe militar en Chile. Hoy, como homenaje al 11S de los pueblos latinoamericanos, La Haine lo reproduce

Gabriel García Márquez, La Haine

La contradicción más dramática de su vida fue ser al mismo tiempo, enemigo congénito de la violencia y revolucionario apasionado, y él creía haberla resuelto con la hipótesis de que las condiciones de Chile permitían una evolución pacífica hacia el socialismo dentro de la legalidad burguesa.

La experiencia le enseñó demasiado tarde que no se puede cambiar un sistema desde el gobierno, sino desde el poder.

Esa comprobación tardía debió ser la fuerza que lo impulsó a resistir hasta la muerte en los escombros en llamas de una casa que ni siquiera era la suya, una mansión sombría que un arquitecto italiano construyó para fábrica de dinero y terminó convertida en el refugio de un Presidente sin poder.

Resistió durante seis horas con una metralleta que le había regalado Fidel Castro y que fue la primera arma de fuego que Salvador Allende disparó jamás.

lunes, 8 de septiembre de 2025

Polonia, liberalismo y extrema derecha

El falso “populismo económico” de Nawrocki con el lema trumpiano “Primero Polonia, polacos primero”, vacío y desprovisto de cualquier enfoque real a favor de los desposeídos, capitalizaba sólo del resentimiento pequeño burgués

Maciek Wisniewski, La Jornada

Después de haber llorado la derrota de un candidato liberal en las elecciones presidenciales antepasadas en Polonia (2020), que cementaban el dominio electoral 2015-2023 del partido conservador-nacionalista de extrema derecha Ley y Justicia (PiS), como “golpe a las esperanzas liberales”, la revista The Economist −que como a inicios del siglo XX escribía famosamente Lenin, “hablaba por los millonarios británicos” (t.ly/o44wJ) y hoy lo hace en nombre de las clases gobernantes trasatlánticas− concluía un empalagoso y “hurra optimista” material dedicado a este país (con todo y la portada) a unas semanas de la segunda ronda de los comicios presidenciales del junio pasado con un tono sombrío.

Elogiando a Polonia como “la esperanza de Europa”, aplaudiendo su “notable ascenso” y vaticinando que “ésta pronto sobrepasará a Japón en los estándares de vida” −well, well, well, who would have thought: ya en 1980 nos lo prometió Lech Walesa y todos se burlaron de él (t.ly/OvN8a)−, advertía que si volvía a ganar PiS y perdía el mismo candidato europeísta de Plataforma Cívica (PO), el educado en Oxford, tecnócrata, neoliberal y “modernizador” Rafal Trzaskowski, “todos estos logros se iban a perder” y tanto Polonia como Europa “iban a sufrir” (t.ly/B_l80). Y… surprise, surprise, el escenario más tenebroso vaticinado “en exclusiva” desde la city de Londres se cumplió.

jueves, 23 de enero de 2025

Las prioridades políticas de extrema derecha de Musk son peligrosas para la comunidad internacional

El respaldo de Elon Musk a ideologías de extrema derecha, teorías conspirativas y políticas divisivas, combinado con su esperado papel en la administración Trump, plantea una amenaza importante para la paz internacional, la estabilidad global y los derechos de las minorías.

Hamzah Rifaat, Al Mayadeen

Elon Musk es conocido por promover teorías de conspiración y puntos de vista de supremacía blanca mediante plataformas de redes sociales. Por lo tanto, no debería sorprender que ahora esté destinado a convertirse en el principal aliado de Donald Trump en la administración entrante en Washington DC. Sin embargo, lo que es más preocupante, aunque menos sorprendente, es su abierto respaldo a partidos, movimientos y organizaciones políticas de extrema derecha en toda Europa y su búsqueda de polarizar la opinión global, alterar la política del statu quo y afianzar la islamofobia en la formulación de políticas nacionales. Si bien sus tuits resultaron en una reacción violenta de los políticos en Europa que censuraron al empresario por intolerancia crasa, Musk está destinado a desempeñar un papel clave en el aparato político de Washington DC a medida que las políticas de Trump se instrumentalizan e implementan.

Esto es peligroso para la comunidad internacional por varias razones.

La agenda de Musk: divide y vencerás

Musk es conocido por ser un magnate de los negocios, un magnate y propietario de X y Tesla Motors, pero su craso desprecio por las normas internacionales, la globalización y su abierto respaldo a la supremacía racial, la islamofobia y el ultraconservadurismo lo han convertido en una figura polarizadora.
Las opiniones de Musk se consideran aún más alarmantes dado que proviene de Pretoria, en Sudáfrica, un país que ha tenido un legado profundo y divisivo de racismo y apartheid del gobierno de minoría blanca contra la población predominantemente negra.
Sin embargo, sus tuits sugieren que quiere presenciar el mismo legado de intolerancia, racismo y discriminación en Europa, que excluye y ataca a las poblaciones no blancas, musulmanas e inmigrantes.

sábado, 14 de enero de 2023

La extrema derecha brasileña ya es un cliché político

Vijay Prashad, progresoweekly.us

El 8 de enero de 2023, grandes multitudes de personas, vestidas con los colores de la bandera brasileña, llegaron a la capital del país, Brasilia. Invadieron el edificio federal y la Corte Suprema y destrozaron la propiedad pública. Este ataque de los alborotadores era muy esperado ya que los invasores habían estado planeando “manifestaciones de fin de semana” durante días en las redes sociales.

El 1 de enero, Luiz Inácio Lula da Silva (conocido como Lula) fue juramentado formalmente como presidente de Brasil, pero durante su toma de posesión no hubo tal tumulto. Era como si los vándalos estuvieran esperando hasta que la ciudad estuviera tranquila y cuando el propio Lula estuviera fuera de la ciudad. A pesar de toda la jactancia del ataque, fue un acto de extrema cobardía.

El hombre a quien Lula derrotó, el expresidente brasileño Jair Bolsonaro, no estaba cerca de Brasilia. Ni siquiera estuvo en Brasil. Escapó antes de la toma de posesión —presumiblemente para escapar del enjuiciamiento— a Orlando, Florida, en los Estados Unidos. Pero incluso si Bolsonaro no estaba en Brasilia, los bolsonaristas, como se conoce a sus seguidores, estaban en todas partes. Antes de que Bolsonaro perdiera las elecciones ante Lula el 30 de octubre de 2022, Le Monde Diplomatique Brasil sugirió que Brasil iba a ver “bolsonarismo sin Bolsonaro”. El partido político con mayor bloque en la Cámara de Diputados y el Senado de Brasil es el Partido Liberal, de extrema derecha, que sirvió como vehículo político de Bolsonaro durante su presidencia. La mancha tóxica de la derecha permanece tanto en los órganos electos como en las redes sociales.

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