jueves, 8 de febrero de 2018

Turbulencia en los mercados financieros

Alejandro Nadal, La Jornada

El mercado bursátil en Estados Unidos abrió el martes con señales de que se avecinaba otro día de turbulencia. El lunes estuvo marcado por la peor caída en la bolsa desde 2011: el comportamiento del índice S&P 500 anuló las ganancias de todo el año anterior. Todo esto provocó una ola de desconfianza y volatilidad en los mercados de Europa y Asia. ¿Qué está sucediendo?

Parece ser que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) es el primer banco central que logra salir de una política de flexibilidad monetaria con tasas de interés cero y una colosal expansión de su hoja de balance sin grandes dificultades y sin provocar una recesión. Ese logro no sería poca cosa. Hay que recordar que Japón no ha podido conseguir ese resultado y su política de flexibilidad monetaria no logró romper la inercia del estancamiento. Y en Europa, el Banco Central Europeo no ha abandonado su postura de tasas cero y flexibilización cuantitativa. En su apogeo esa política monetaria mantuvo una inyección de liquidez de 80 mil millones de euros mensuales, y aunque hoy se ha reducido a 30 mil millones de dólares mensuales la inyección de liquidez continúa.

La Fed considera que aplicó con éxito una política de tasas cero para contrarrestar los efectos de la crisis, y hoy ha retomado el camino de la normalización con el primer aumento de tasas de interés en 2015. Cuando la Fed comenzó su programa de compra de bonos y de títulos respaldados por hipotecas, muchos pensaron que se desataría un periodo de hiperinflación. No surgieron las presiones inflacionarias ni se ha frenado el crecimiento que ha experimentado la economía estadunidense en años recientes. Pero quizás el triunfalismo es prematuro.

martes, 6 de febrero de 2018

Nuevas pillerías de las automotrices alemanas

Iván Restrepo, La Jornada

Guardadas todas las proporciones, parece una historia ubicada en la época en que Hitler hacía de las suyas. Cuando numerosas empresas alemanas utilizaban mano de obra esclava para reforzar su producción bélica y médicos realizaban experimentos dolorosos y mortales con miles de prisioneros en los campos de concentración. Sin el mínimo sentido ético ni consentimiento de los sometidos a tales pruebas, esos médicos y sus ayudantes buscaron encontrar un método efectivo contra la hipotermia, elaborar productos farmacéuticos para curar lesiones y enfermedades; para probar compuestos de inmunización y sueros a fin de prevenir y tratar enfermedades contagiosas: malaria, tifus, tuberculosis, fiebre tifoidea, amarilla y la hepatitis infecciosa.

En el campo de exterminio de Ravensbrueck experimentaron con injertos óseos y ver la eficacia de ciertas drogas, como la sulfanilamida. Y en los de Natzweiler y Sachsenhausen, los prisioneros sirvieron para probar antídotos contra el fosgeno y el gas mostaza.

Por su extrema crueldad, los "estudios" dirigidos por Josef Mengele en Auschwitz son los más citados. El doctor muerte logró escapar y nunca pagó por los crímenes que cometió con judíos, gitanos y otros grupos considerados racial o genéticamente indeseables por los nazis. Con ese fin, trabajó para determinar la resistencia que ofrecían a diversas enfermedades contagiosas, probar los sistemas de esterilización y así evitar que se reprodujeran. Agreguemos los que efectuó con gemelos.

jueves, 1 de febrero de 2018

La macroeconomía "ortodoxa", a la busqueda de la "nueva gran idea"

Michael Roberts, Sin Permiso

Una vez más, la teoría económica dominante está tratando de re-evaluar su eficacia como análisis científico objetivo de las leyes del movimiento de las principales economías. Dado que fue incapaz de predecir la crisis financiera global, proporcionar una explicación convincente de lo sucedido y adoptar políticas que pudieran sacar a la economía capitalista de la subsiguiente Larga Depresión de crecimiento e inversión, la teoría económica “ortodoxa” se encuentra estupefacta.

He pasado revista ya a varios de estos intentos: Dani Rodrik, Paul Romer, Robert Skidelsky y el más recientemente de John Quiggin. También he analizado los esfuerzos desde teorías económicas más heterodoxas de criticar los fallos de la corriente dominante.

Asistimos ahora a otro ensayo de mirarse el ombligo. El último número de la Oxford Review of Economic Policy está dedicado a 'La reconstrucción de la teoría macroeconómica' (todos los artículos se pueden consultar libremente hasta el 7 de febrero). Y Martin Sandbu en el Financial Times británico ha examinado los diversos artículos de la revista de eminentes economistas como el ex economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, los premios Nobel Paul Krugman y Joseph Stiglitz; y el principal keynesiano británico, Simon Wren-Lewis.

miércoles, 31 de enero de 2018

Feudalismo bancario

Alejandro Nadal, La Jornada

Durante los siglos VIII y XV predominó en Europa un sistema político y económico que ha recibido el nombre de feudalismo. Era un sistema organizado alrededor de la propiedad de la tierra, a cambio de esquemas de vasallaje, protección, trabajo y distribución de la producción agrícola. En la clásica descripción de Marc Bloch, el esquema jerárquico giraba alrededor de los tres estamentos de la sociedad: nobleza, clero y productores del campo. Típicamente los señores feudales, firmemente aposentados en sus castillos, prestaban protección a los productores agrícolas a cambio de trabajo directo o de un tributo que era pagado en especie.

Entre los habitantes del campo y los poblados las relaciones económicas se llevaban a cabo por medio de mercados, ferias y otros esquemas para los intercambios. La moneda en circulación era emitida, a veces, por autoridades eclesiásticas y, en ocasiones, por reyes o los mismos señores feudales. El trueque sólo predominó cuando había derrumbes institucionales, como al colapsarse el imperio romano o cuando desapareció el imperio de Carlomagno.

En el feudalismo existía el crédito y algunas dinastías se encargaron de proporcionar préstamos a quienes los necesitaran. Pero esos empréstitos normalmente estuvieron reservados a los poderosos y no eran para el grueso de la población. Una buena parte de los créditos se destinaba a pagar mercenarios y financiar guerras. En esos casos los intereses eran altísimos y podían alcanzar 60 por ciento (como hoy en las tarjetas de crédito). También había préstamos para los grandes comerciantes, quienes ofrecían suficientes garantías. El resto de la población tenía que recurrir a los prestamistas locales para solventar sus necesidades en caso de enfermedad o de alguna otra emergencia.

lunes, 29 de enero de 2018

Davos, el foro de la desigualdad

Miguel Urban, El Salto

Hay pocos momentos donde el capitalismo global se muestre públicamente en toda su obscenidad y poderío como ocurre cada año en Davos. En el Foro Económico Mundial todo acompaña: el lugar (un complejo lujoso en una lujosa ciudad fuertemente vigilada de un paraíso fiscal situado en pleno corazón de Europa), el decorado (fuerzas de seguridad, lobbistas y periodistas se entremezclan con una de las mayores densidades de poder económico y político que pueden contemplarse en el mundo, con sus reuniones y cenas privadas y los precios desorbitados que acompañan cualquier servicio), los contenidos y, sobre todo, las compañías. Por si fuera poco, este año el cierre corre a cargo de Donald Trump, el “peligroso populista antiglobalización” que después de la ventajosa reforma fiscal para las multinacionales y los multimillonarios es recibido en Davos como el hijo pródigo. Ni en las mejores distopías cinematográficas habría salido un guión tan rotundo.

Los poderosos allí reunidos, que no son precisamente tontos, se cuidan muy mucho de amortiguar la obscenidad de la cita. Por eso insisten continuamente en el carácter informal y no vinculante de la reunión, se incluyen ponencias sobre la economía verde -¡bienvenido mister Capitalismo Verde!-, se ofrece la posibilidad de conocer en primera persona durante unos minutos el drama de las personas refugiadas(como si de un zoológico humano se tratase), se juega al feminismo neoliberal y hasta se incorpora al diagnóstico muchas de las críticas que, desde hace varias décadas, vienen haciendo los movimientos sociales sobre el paradigma de crecimiento incontrolado y sus nefastas consecuencias sobre las personas, los pueblos y el planeta. Pero precisamente porque no son tontos, una vez cumplido con el decoro, los papeles se mojan, las anteojeras reaparecen y las recetas vuelven a su cauce habitual.

domingo, 28 de enero de 2018

La amenaza mundial que representa la retorcida lógica imperialista

Alberto Rabilotta, Alai

En abril del 2017, a unos tres meses de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, escribí un artículo titulado “Un ‘auto-golpe’ que nos pone al borde del abismo”, en el cual señalaba que para paliar su extrema debilidad, el no poder disponer de los funcionarios para llenar los puestos claves de la maquinaria del Estado y así garantizar la aplicación y el seguimiento de las políticas de su gobierno, Trump tuvo que aliarse con los militares y los financieros de Wall Street, o sea con quienes detentan la mayor cuota de poder real en Estados Unidos.

La Estrategia de Seguridad Nacional (ESN) dada a conocer a mediados de diciembre del 2017 y la Estrategia de Defensa Nacional (EDN), publicada un mes más tarde, es el primer parto de esa alianza, o mejor dicho (y recordando la historia del imperio romano) el precio que un Emperador generalmente paga cuando pide la protección de la Guardia Pretoriana y pacta una alianza con los oligarcas en un vano intento de salvar el imperio de una decadencia irreversible y de la ira del pueblo.

Lo sucedido era previsible desde el momento en que Trump, un “maverick” (iconoclasta) en materia política, logró ganar las elecciones luchando contra el poderoso Partido Demócrata y también contra la mayor parte de la maquinaria del Partido Republicano, su propio partido. El sistema bipartidista estadounidense fue creado y funciona para mantener el Estado bajo el control de los intereses capitalistas dominantes, lo que explica que ambos partidos cooptan y forman la burocracia que dirigirá el aparato e instituciones del Estado, que formulará y aplicará las directivas políticas para hacer avanzar los intereses dominantes.

viernes, 26 de enero de 2018

El Foro Económico Mundial se reúne en Davos bajo la sombra de la crisis y la guerra

Bill Van Auken, wsws

El martes, el Foro Económico Mundial (WEF) abrió sus puertas en el exclusivo centro turístico alpino suizo de Davos, con unos 3.000 ejecutivos corporativos, funcionarios gubernamentales y famosos convocados con el ostensible propósito de debatir el tema de este año de “crear un futuro compartido en un mundo fracturado”.

Sin embargo, la reunión se ve ensombrecida por la fractura acelerada del orden capitalista global, que se manifiesta en niveles sin precedentes de desigualdad social en cada país, un fuerte crecimiento de la guerra comercial y la amenaza cada vez más inmediata de un conflicto armado, incluida la guerra nuclear, entre las principales potencias.

La muchedumbre adinerada en Davos, que paga 55.000 dólares por persona para asistir, está custodiada por un pequeño ejército de 4.000 soldados suizos y 1.000 policías, con una zona de exclusión aérea impuesta sobre sus cabezas. Se han prohibido las protestas en la aldea, con el pretexto de que ha habido demasiada nieve, pero miles de personas se manifestaron el martes en la capital financiera suiza de Zurich en oposición al WEF y, en particular, a la asistencia este año del presidente de los EEUU, Donald Trump. Los manifestantes portaban pancartas que decían: “Trump: no eres bienvenido”, “eres una persona de mierda” y “Destruir al WEF”.

miércoles, 24 de enero de 2018

Davos: los ricos y poderosos en la montaña mágica

Alejandro Nadal, La Jornada

Esta semana se reúne la crema y nata de la élite mundial en Davos para asistir al Foro Económico Mundial. El lema principal del cónclave este año es revelador: Crear un futuro común en un mundo fracturado. Se ofrece así una perspectiva optimista sobre la construcción de un porvenir incluyente, al tiempo que se reconoce la existencia de las profundas fisuras que hoy desgarran la sociedad humana a escala planetaria.

Sesenta jefes de Estado, cientos de poderosos empresarios y miles de guardias armados se darán cita en Davos. Más de mil 700 jets privados transportarán a estas personalidades a sus hoteles de lujo, en el pequeño poblado inmortalizado por Thomas Mann en La montaña mágica (publicada en 1924).

En esa magistral novela Hans Castorp visita a su primo en el Berghof, sanatorio especializado en el tratamiento de enfermos con tuberculosis. Pero lo que habría de ser una corta visita se transforma en una estancia de siete años, cuando el joven Castorp se ve expuesto a los secretos de la enfermedad y la muerte. Lo que más atrae su atención es que, en su padecimiento, algunos de los pacientes se convierten en personas más sensibles y con mayor profundidad emocional, lo que contrasta con la superficialidad de muchos que gozan de plena salud.

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