Vicenç Navarro, Sistema Digital
Las dos grandes teorías existentes para explicar el porqué de la crisis actual son, una, la que la atribuye a una gran expansión del crédito bancario que ha causado un gran endeudamiento de las poblaciones a los dos lados del Atlántico Norte. Esta teoría está ampliamente extendida en los círculos conservadores y neoliberales europeos (aunque también se presenta entre opciones políticas de centroizquierda) y domina el pensamiento económico que gobierna la Unión Europea. La otra teoría es la que considera que tal endeudamiento se debe a la disminución de la capacidad adquisitiva de la población. Esta teoría es la que prevalece entre las izquierdas y entre los movimientos sociales como los sindicatos, tanto europeos como norteamericanos.
Una mirada no convencional al modelo económico de la globalización, la geopolítica, y las fallas del mercado
lunes, 14 de enero de 2013
Los trastornos globales en el mediano plazo
Immanuel Wallerstein, La Jornada
Hacer predicciones en el corto plazo (para uno o dos años) es un juego tonto. Hay demasiados vuelcos y giros en el mundo real político/económico/cultural. Pero podemos intentar hacer afirmaciones plausibles para el mediano plazo (una década o más) basados en un marco teórico trabajable, combinado con un sólido análisis pragmático de tendencias y limitaciones.
¿Qué es lo que sabemos del sistema-mundo en el que estamos viviendo? Primero que nada, que se trata de una economía-mundo capitalista, cuyo principio básico es la incesante acumulación de capital. Segundo, que es un sistema histórico que, como todos los sistemas (desde el universo como un todo hasta los más mínimos sistemas nanoscópicos), tiene vida. Surge a la existencia, vive su vida normal, de acuerdo con reglas y estructuras que crea, y luego, en cierto punto, el sistema se aparta demasiado del equilibrio y entra en una crisis estructural. Tercero, que nuestro actual sistema-mundo ha sido un sistema polarizante, en el que existe una brecha que crece constante entre los Estados y al interior de los mismos.
Hacer predicciones en el corto plazo (para uno o dos años) es un juego tonto. Hay demasiados vuelcos y giros en el mundo real político/económico/cultural. Pero podemos intentar hacer afirmaciones plausibles para el mediano plazo (una década o más) basados en un marco teórico trabajable, combinado con un sólido análisis pragmático de tendencias y limitaciones.
¿Qué es lo que sabemos del sistema-mundo en el que estamos viviendo? Primero que nada, que se trata de una economía-mundo capitalista, cuyo principio básico es la incesante acumulación de capital. Segundo, que es un sistema histórico que, como todos los sistemas (desde el universo como un todo hasta los más mínimos sistemas nanoscópicos), tiene vida. Surge a la existencia, vive su vida normal, de acuerdo con reglas y estructuras que crea, y luego, en cierto punto, el sistema se aparta demasiado del equilibrio y entra en una crisis estructural. Tercero, que nuestro actual sistema-mundo ha sido un sistema polarizante, en el que existe una brecha que crece constante entre los Estados y al interior de los mismos.
domingo, 13 de enero de 2013
¿Para qué sirve la moneda del billón de dólares?
Joe Firestone, Sin Permiso
La propuesta de la moneda del billón de dólares para resolver el problema del techo de la deuda ha experimentado una explosión en la blogosfera esta semana. Puede que el factor que lo haya precipitado sea que la gente está empezando a creer que los republicanos llegarán a un acuerdo sobre “abismo fiscal” con los demócratas que incluya muy poco sobre gasto en subvenciones, pero volverán luego en 2013 con una postura muy contundente sobre el precio a convenir para elevar un techo de la deuda que dé al Ejecutivo margen de maniobra durante un periodo determinado de tiempo. Esto es lo que Bruce Bartlett tenía que decir sobre la cuestión:
La propuesta de la moneda del billón de dólares para resolver el problema del techo de la deuda ha experimentado una explosión en la blogosfera esta semana. Puede que el factor que lo haya precipitado sea que la gente está empezando a creer que los republicanos llegarán a un acuerdo sobre “abismo fiscal” con los demócratas que incluya muy poco sobre gasto en subvenciones, pero volverán luego en 2013 con una postura muy contundente sobre el precio a convenir para elevar un techo de la deuda que dé al Ejecutivo margen de maniobra durante un periodo determinado de tiempo. Esto es lo que Bruce Bartlett tenía que decir sobre la cuestión:
“En mi opinión, el abismo fiscal es semejante al llamado problema del efecto 2000 (Y2K) a finales de 1999, cuando mucha gente se inquietó por que se desbaratasen los ordenadores, los ascensores dejasen de funcionar y los aviones cayeran del cielo. Por supuesto, no sucedió nada de ese género”.
“Así que si el abismo fiscal es un falso problema, ¿por qué hemos de escuchar que la industria y el sector financieros albergan grandes temores a propósito del mismo? La respuesta es que hay un problema fiscal muy real que se producirá casi simultáneamente a la expiración del límite de la deuda. Buena parte de lo que pasa por preocupación por el abismo fiscal es en realidad ansiedad por saber si los republicanos del Congreso obligarán a una suspensión de pagos sobre la deuda nacional siguiendo su agenda radical”.
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4:24 p.m.
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sábado, 12 de enero de 2013
De Keynes a Roosevelt: reparar el mal que niega la realidad
Alejandro Nadal, Attac
El 31 de diciembre de 1933 el economista John Maynard Keynes dirigió una carta abierta a Franklin Roosevelt, el único presidente de Estados Unidos que se ha enfrentado al capital financiero. Si Keynes estuviera vivo, este fin de año habría enviado a Obama una carta parecida. Considerando el estado actual de la economía mundial, y no sólo la estadounidense, es importante recuperar los puntos medulares de esa misiva.
Escribió Keynes al mandatario: Usted se enfrenta a una doble tarea: recuperación de la crisis y la aprobación de reformas económicas y sociales que debieron haber sido introducidas hace mucho. El objetivo de la recuperación es incrementar el producto y el empleo. En nuestro mundo el producto se destina a ser vendido y su volumen depende del poder de compra que le hará frente en el mercado. Un incremento en el producto requiere de por lo menos uno de tres factores. Las personas deben ser inducidas a gastar una mayor parte de su ingreso, o las empresas deben ser persuadidas, ya sea por una mayor confianza o por una menor tasa de interés, a contratar más personal y así crear más ingresos en manos de sus empleados. Alternativamente, la autoridad pública debe ser llamada a crear ingresos adicionales a través del gasto público. Cuando los tiempos son malos no se puede esperar que el primer factor funcione a una escala adecuada. El segundo factor no podrá operar sino hasta que el gobierno haya revertido la situación a través del gasto público. En consecuencia, el mayor impulso para salir del bache sólo puede provenir del tercer factor.
El 31 de diciembre de 1933 el economista John Maynard Keynes dirigió una carta abierta a Franklin Roosevelt, el único presidente de Estados Unidos que se ha enfrentado al capital financiero. Si Keynes estuviera vivo, este fin de año habría enviado a Obama una carta parecida. Considerando el estado actual de la economía mundial, y no sólo la estadounidense, es importante recuperar los puntos medulares de esa misiva.
Escribió Keynes al mandatario: Usted se enfrenta a una doble tarea: recuperación de la crisis y la aprobación de reformas económicas y sociales que debieron haber sido introducidas hace mucho. El objetivo de la recuperación es incrementar el producto y el empleo. En nuestro mundo el producto se destina a ser vendido y su volumen depende del poder de compra que le hará frente en el mercado. Un incremento en el producto requiere de por lo menos uno de tres factores. Las personas deben ser inducidas a gastar una mayor parte de su ingreso, o las empresas deben ser persuadidas, ya sea por una mayor confianza o por una menor tasa de interés, a contratar más personal y así crear más ingresos en manos de sus empleados. Alternativamente, la autoridad pública debe ser llamada a crear ingresos adicionales a través del gasto público. Cuando los tiempos son malos no se puede esperar que el primer factor funcione a una escala adecuada. El segundo factor no podrá operar sino hasta que el gobierno haya revertido la situación a través del gasto público. En consecuencia, el mayor impulso para salir del bache sólo puede provenir del tercer factor.
Moneda de platino, hiperinflación y Trampa de Liquidez
Uno de los temores más recurrentes respecto al impacto de la moneda de platino es el relacionado con el tema de la inflación e hiperinflación. Se cree que la inyección de un billón de dólares de un solo golpe tendrá desastrosos efectos inflacionarios. Toda esta creencia deviene de la Teoría cuantitativa del dinero y la clásica fórmula ideada por David Hume que fascinó a Adam Smith: MV=PQ. Donde M es la cantidad de dinero, V la velocidad de circulación, P el nivel de precios y Q el nivel de producción. Habitualmente se piensa que V y Q mantienen una velocidad constante. Por eso está claro que un aumento de M (dinero) repercutirá en un aumento de P (precios). El problema está en creer que la velocidad de circulación del dinero mantiene una velocidad constante en el tiempo.
Así como hace pocos días (a raíz del mea culpa del FMI) señalé que los encargados de la política fiscal estarán muy atentos a detectar el momento del ciclo en que se encuentra la economía, así también los encargados de las política monetaria deberán estar muy atentos a la velocidad de circulación que tiene el dinero en un momento específico, para evitar que ésta se desplome y sumerja al mundo en la llamada Trampa de Liqudez, al desconocer los reales problemas de la oferta monetaria.
Lea el artículo en El Blog Salmón
Publicado por
mamvas
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7:01 a.m.
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Trampa de liquidez
Dani Rodrik: el nuevo desafío mercantilista
Dani Rodrik, Project Syndicate
La historia de la economía es en gran medida una lucha entre dos escuelas de pensamiento opuestas, el «liberalismo» y el «mercantilismo». El liberalismo económico, con su énfasis en los emprendimientos privados y el libre mercado es la doctrina dominante actual. Pero su victoria intelectual nos ha cegado respecto del gran atractivo –y frecuente éxito– de las prácticas mercantilistas. De hecho, el mercantilismo sigue vivo y goza de buena salud, y su continuo conflicto con el liberalismo probablemente será una importante fuerza que influirá sobre el futuro de la economía.
La historia de la economía es en gran medida una lucha entre dos escuelas de pensamiento opuestas, el «liberalismo» y el «mercantilismo». El liberalismo económico, con su énfasis en los emprendimientos privados y el libre mercado es la doctrina dominante actual. Pero su victoria intelectual nos ha cegado respecto del gran atractivo –y frecuente éxito– de las prácticas mercantilistas. De hecho, el mercantilismo sigue vivo y goza de buena salud, y su continuo conflicto con el liberalismo probablemente será una importante fuerza que influirá sobre el futuro de la economía.
viernes, 11 de enero de 2013
Curiosa iniciativa contra los embargos injustos en España
Comparto con los lectores esta curiosa iniciativa española para evitar los embargos injustos. Como dice el aviso, es algo completamente legal. Según estadísticas del año pasado, cada día se producen 517 desahucios y el suicidio por desalojo forzoso debido al impago de cuotas hipotecarias, ha pasado a ser una de las principales causas de muerte en España. Desde que el año 2010 se alcanzó la cifra de 3.145 suicidios, el Instituto Nacional de Estadísticas dejó de informar este flagelo.
jueves, 10 de enero de 2013
España supera los 6,1 millones de parados
La tasa de desempleo en la zona del euro aumentó en noviembre una décima respecto al mes anterior y se situó en el 11,8 %, mientras que en el conjunto de la Unión europea se mantuvo estable en el 10,7 %, informó Eurostat, la oficina de estadística comunitaria. Con estos datos, la cifra de parados en la Unión Europea supera los 26 millones de personas de las cuales el 72,2% se encuentran en la zona euro.
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